Shield Force: Zombie Emergency - 42
Ryoma se toma de la cabeza mientras que Kenzo no deja de ver la palma de su mano, cubierta de sangre y gotas de sudor que recorren su cuello:
-¿Cómo dices? ¿embarazada? No me digas que esto es como lo que encontramos en aquella casa- pregunta Ryoma
-No estoy muy segura pero esta mujer se encontraba a pocos días de dar a luz y sufrió una feroz tortura antes de eso. No sé quién era el otro hombre, pero también tiene signos, incluso varias costillas rotas. Aun así, ella tuvo lo peor
-¿Qué sufrió?
-Además de haber sido abusada sexualmente, tiene varios moretones a la altura del pecho, las costillas y como verán- señala- a la altura del cuello encontrarán piel purpura producto de un intento de asfixia
Ryoma sale de la casa y saca un cigarro de su bolsillo, uno húmedo y viejo, pero al acercar un pequeño encendedor logra prenderlo. Lo lleva a su boca y mantiene por unos escasos segundos hasta que libera el humo de entre sus labios:
-¿Estas bien?- pregunta Teressa y abraza al capitán
-Ver esto…no es para nada fácil. Nos dicen que es algo a lo que acostumbraremos con los años, pero sigue siendo difícil- envuelve con sus brazos a la doctora
-Durante todo este tiempo que vivimos en este mundo tan caótico, hemos visto como los infectados tomaron posesión de todo a base de las peores acciones y hasta humanos, quienes creíamos eran buenos y honestos, se vieron corrompidos. Nunca fue fácil acostumbrarse y dudo que lo hagamos, pero para eso nos tenemos los unos a los otros como una familia ¿cierto? – levanta su rostro y mira inocentemente a Ryoma, luego sonríe mientras abraza con más fuerza
-Tienes toda la razón…
Dentro de la casa, Kenzo observa cada detalle dejado involuntariamente por aquellas personas de rostro tapado y cuestionables actitudes para con la vida humana. Lo que encontraron en la casa hace apenas unos días dejó tan perturbados a los miembros de la shield forcé que mientras más transcurre el tiempo, más se dan cuenta de que se toparon con algo completamente perverso y antinatural incluso en un mundo donde los muertos caminan.
Según leyendas que llegan hasta ciudades de supervivientes, existen personas que dejaron su humanidad el día en que los muertos empezaron a caminar y la raza humana no pudo enfrentarlos. Muchos de estos grupos eran de alguna rama religiosa, cristiana, judía, o cualquier otra, pero todos profundizaron su crisis existencial cuando, según un peligroso bioterrorista, “cuando no quede sitio en el infierno, es cuando los muertos caminarán sobre la tierra, empujando a los vivos al abismo de eterna muerte” y eso originó que lentamente esas personas se vuelvan seres retorcidos que torturan y sacrifican personas, exploradores que buscan recursos o familias que escapan de infectados. Un culto peligroso que no escatima en ejercer dolor y sufrimiento a quienes tratan de sobrevivir y de paso liberar el estrés a través de la satisfacción por los deseos carnales en el cuerpo de sus víctimas.
El espadachín se sienta en una de las sillas y se queda observando a los zombies que antes fueron dos personas que no pudieron escapar a tal cruel destino como ser sacrificados. Los misterios se acumulan en torno a Ibaraki. Eso lo lleva a pensar que han estado ignorando muchas cosas a lo largo de todo el país.
De repente, nota una línea roja debajo de la alfombra ya empapada de sangre, y restos orgánicos de los sacrificados, así como fluidos masculinos que se entremezclaron. Decide acercarse y de un tirón aparta la alfombra a un lado.
Tras ver lo que hay en el suelo, corre en busca de Ryoma y Teressa:
-¡Teressa, Ryoma, tienen que venir urgentemente!
-¿Qué sucede?- pregunta Ryoma, intrigado de ver tan nervioso a su amigo
Verlo tan nervioso y definitivamente no es normal que esté tan perturbado, hace que tanto el capitán como la doctora entren y sean guiados por él. Cuando llegan y notan el símbolo dibujado con la sangre de aquellos sacrificados, una sensación en su interior hace que no puedan seguir viendo, porque sin duda alguna significa una serie de evento trágicos y para nada ordinarios dentro del mundo. Allí sobre el suelo yace el símbolo de una cruz invertida y en el centro de esta, un ojo sangrante:
-Esto no tiene ningún sentido- deja escapar Ryoma
-¿Ven a lo que me refiero? No es solo un culto más con lo que estamos lidiando- dice Kenzo tras varios minutos analizando el símbolo y los cuerpos, así como todo lo que encontró en la sala
-¿Qué clase de culto infernal está detrás de esto?- pregunta Teressa
-Uno al que no le importará sacrificar a personas o bebes inocentes. De eso estoy muy seguro- responde Kenzo mientras camina hacia afuera de la casa
-Ryoma…
-Si Teressa, este sitio no es seguro, pero…- se detiene Ryoma y piensa unos pocos segundos- si hay un bebe inocente a punto de ser sacrificado por un montón de personas peligrosas, entonces no los detendrá para seguir con esas prácticas. Sin embargo, me intriga algo…
-¿Qué cosa?- pregunta la doctora
-¿Qué es lo que están adorando? No tiene sentido. ¿Rito satánico? No existe algo que se relacione con los no muertos. No tiene el más mínimo sentido
-Alguien o un algo…-dice Kenzo desde el pasillo y mirando fijamente una marca con el mismo símbolo, pero en la puerta, un detalle del que no se dieron cuenta hasta ahora
Ryoma y Teressa se quedan petrificados, y miran con detenimiento el símbolo escrito con sangre. Si fuera parte del ritual de sacrificio no debería de encontrarse separado del altar, por lo que Ryoma cae en cuenta de que ese símbolo no es para ofrecer sino para atraer a alguien a la puerta de la casa:
-Entonces ese algo no llegó aún- dice Teressa
-Peor que eso, si no salimos de aquí nos cruzaremos con lo que sea que esté rondando- alerta Ryoma a sus compañeros
Kenzo sale de la casa para corroborar que la calle esté desierta pero cuando da unos pasos afuera, se encuentra con que a metros avanza una criatura de al menos 3 metros, portando un arma extraña, parte guadaña y parte martillo que arrastra al mismo tiempo que lanza gemidos de completa agonía. Su cuerpo, mancillado con heridas penetrantes y piel color gris, cabeza tapada con una bolsa grande de piel. De su cuerpo emana el mismo hedor a muerte e intensa sed de sangre que la misma criatura que se toparon hace días.
Kenzo corre hacia dentro de la casa y cierra la puerta:
-¿Kenzo? ¿Por qué estás tan pálido? – pregunta Teressa
Entonces, Ryoma se acerca sigiloso hacia la ventana a la cual aparta la cortina a un lado solo para ver a esa criatura acercarse a paso lento:
-Santos cielo- se pone de pie y corre hacia Teressa, la toma de la mano y corren hacia la parte trasera de la casa, seguidos por Kenzo
-Ryoma ¿Qué sucede…? ¡¿huh?!- Teressa se da cuenta de la presencia de la criatura
-¿Lo sentiste? Esa maldita criatura está siendo llamada por el hedor de la sangre, los órganos y el cuerpo de ambas personas- dice Ryoma
Llegan hasta una cerca la cual saltan sin dificultades y se alejan lo más que pueden de esa casa del horror:
-Sea lo que sea ese infectado parece mucho más fuerte y peligroso que un evolucionado ordinario- dice Kenzo, siguiendo desde atrás a Teressa y Ryoma mientras avanzan rumbo a la casa donde establecieron la base temporal
-Quizás parezca, pero ¿en verdad es un evolucionado? -pregunta Teressa e infunde dudas en los otros dos agentes
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