Shield Force: Zombie Emergency - 48
En la ciudad de Kamogawa, Chiba, Theo y su grupo avanzan por las calles vacías acompañados por un ejército de al menos 5.000 infectados entre los que se encuentran los números monstruosos de 200 evolucionados de alto nivel.
En el camino se topan con grupos de expedición y más avanzado el tiempo son atacados por paramilitares provenientes de Neo Tokyo con la intención de detener el avance masivo de infectados. Un acto que acaba con los 25 paramilitares muertos y convertidos, y apenas unos 70 infectados ordinarios. Nada que Theo no pudiese reponer con su habilidad. Además, que inesperadamente ahora puede hacer evolucionarlos sin problemas.
Detrás del ex capitán de shield forcé británica el evolucionado que antes era un funcionario lo sigue de cerca como su guardia de seguridad. Para sumarle al despliegue brutal, Mirko, Nikovaj e Irvia se desplazan más adelante para hacer una visualización más detallada de cómo se defenderá la ciudad, encontrándose con un muro que parece infranqueable pero también una serie de obstáculos con soldados apuntando al frente y costados, así como trampas explosivas. Nikovaj no evita reírse al ver los desesperados intentos por tratar de sobrevivir a toda costa y utilizan lo que pueden para impedir el avance de la horda. Irvia lo mira con rechazo y se le escapa un “que asco” a lo que Nikovaj se retrae tímidamente por escuchar esas crueles palabras de su compañera.
Mirko corre ligeramente para acercarse lo más que puede hasta el techo de un edificio y allí se encuentra con un panorama desconocido:
-¡Theo!-le grita Mirko
-¡Si! ¡¿Qué sucede?!- pregunta Theo
-Tienes que ver esto
Theo hace caso y sube hasta el techo del edificio junto con Irvia, Nikovaj y el infectado que alguna vez fue un político de Neo Tokyo. Allí ven que en los muros vigilan seres humanoides con apariencia humana pero demacrados llenos de heridas y pus que sale. Acerca con sus binoculares para encontrarse con el horror en los rostros de esas cosas:
-Con que así son las cosas. Y nosotros somos los monstruos. Vaya montón de imbéciles-exclama con una extraña sonrisa en el rostro- pero que estupendo momento para probar a mi horda.
-¿Theo?- Irvia se preocupa por esa expresión pero luego se queda tranquila al sentir la emoción de que el plan por fin se concrete- ¿empezamos?- añade luego
-Cuando quieran mis compañeros. Ya no tenemos que hacer esperar más a la hermosa madre naturaleza. Llegó el momento de extinguir a la población de Japón- anuncia Theo
Sobre sus cabezas, el cielo se oscurece y relámpagos iluminan las calles cubiertas de infectados que van llegando de más y más lugares que quien sabe de dónde. Posiblemente de Osaka, Yokohama o del mismísimo antiguo Tokyo. Es impactante tales números que superan los 20.000 infectados y 2.000 evolucionados.
Mirko observa con mayor detenimiento la situación y no está muy seguro de que sea lo mejor atacar en ese mismo instante debido a que no conocen la naturaleza de esas criaturas con apariencia humana pero que al mirarlas más de cerca son idénticas a los infectados, pero con consciencia por lo que propone posponer un poco más. Esto no cae del todo bien entre los demás, pero Theo confía en la capacidad intelectual y de análisis de Mirko, por lo que asienta con la cabeza y decide retirar a todas sus fuerzas.
Mientras se alejan para establecerse en el centro de la ciudad, Theo llama a Mirko y este se acerca hasta el frente mientras el enorme ejército de infectados los sigue como una colmena hasta su amo:
-Lo que dijiste puede que sea cierto, pero siento que hay algo de dudas en lo que afirmas ¿estoy equivocado? – busca indagar Theo
-No…para nada-responde con temor a reconocerlo
-¿Recuerdas cuando nos conocimos? Me demostraste que eras el verdadero futuro dentro de la extinción. Alguien que no tendría problemas en apoyar a la cura llamada “Infección” y prometiste ayudarme sin cuestionamientos. Ese día murió todo tu equipo porque viste mayor probabilidad de supervivencia que debían ser devorados y tu salir ileso, pero aun así viste en mi a un líder- exclama Theo
-Si, lo hice y lo volvería hacer- dice orgullosamente
-Entonces…
Al decir eso, sus ojos se ven envueltos en aura color verde y con el solo agite descendente de su mano derecha es que somete a Mirk con tal facilidad que acaba poniéndose de rodillas ante Theo. Irvia y Nikovaj se quedan en silencio y observan, pero con el ligero sentimiento de sentirse impactados por la repentina acción de Theo:
-¡¿Q-Que me está pasando?! ¡N-No puedo moverme! ¡¿Qué?! E-entonces su habilidad no solo se limita a crear y controlar infectados… ¿también puede controlar la infección a voluntad?
-Entonces cuando te invada el sentimiento de culpa, reprímela. Por si acaso sientes que debes hacer algo para corregirte, debes disculparme, pero… ¡te tengo noticias, tus manos están igual de manchadas que las de nosotros! Hoy te hice caso porque en efecto tienes razón, no sabemos nada sobre esas cosas, pero estuve dispuesto a usar todo mi poder para arrasar con esa ciudad. Esto va para ustedes también. Es el último paso de nuestro plan, no quiero que nada ni nadie lo arruine. Que sea la última vez de algo así ¿está claro? -se muestra muy violento ante sus aliados
-S-Si, señor- exclama Mirk
-Levántate. Tenemos que prepararnos. Reúnan toda la información posible. En 3 días atacaremos. Quizás sea bueno esperar ya que hay más y más infectados llegando. Posiblemente tengamos al mayor ejército de infectados en la historia.
Mientras tanto en Neo Tokyo, el comandante de las fuerzas que protegen las murallas y la entrada, Inoki observa cómo se van alejando los infectados, pero con la incomodidad de que es apenas un preámbulo y lo interpreta como una muestra de poder de los no muerto. Sin embargo, la pregunta sobre ¿Qué ocurrió? ¿Por qué se alejaron? Y ¿alguien los controla? Recae en cada miembro paramilitar.
Inoki se dirige hacia arriba de las murallas para verificar que los autómatas estuvieran en condiciones, pero al verlos más de cerca y como las lágrimas siguen brotan al igual que alaridos de dolor, hace que se replantee muchas cosas y busque consuelo en el almacén con alcohol barato:
-Si ellos son los malvados entonces nosotros… ¿somos peor que ellos? Que buda nos perdone por tanta maldad que provocamos deliberadamente…-murmura en estado de ebriedad entre cajas de comida y ratas corriendo por doquier
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