Sinfonía de corazones: El Dragón - 0.5
Especial de Navidad: La joven dama y el cascanueces
Durante Nochebuena, bajo el árbol de navidad, un cascanueces yacía esperando a su nueva dueña. Las jóvenes Madeline y Elizel, al verlo, les atrajo tal peculiar figura de expresión triste, pero bondadosa, ambas discutieron por quien era la dueña. Su madre las amonestó, diciéndoles que su padrino se las había obsequiado a ambas por lo que debían compartirlo.
La hora de ir a la cama llegó rápido para toda la familia, pero antes de ir a dormir, Madeline fue al cuarto de su hermana con el cascanueces en mano para charlar un poco mientras partían nueces. De repente, mientras comían sobre la cama, ambas fueron envueltas por una extraña oscuridad y a su alrededor varios ojos rojos se abalanzaron sobre ellas, pero en un pestañar, el cascanueces, con un tamaño humano, las protegió con su sable. Sin embargo, una sombra revelando ser un ratón gigante logró capturar a Elizel, desapareciendo con ella.
Madeline lloró desconsolada. El cascanueces enjuagó sus lágrimas prometiéndole que la salvarían. Después de sus palabras, el hada de azúcar hizo presencia frente a ellos, diciéndoles que los guiaría al mundo de los juguetes para salvar a Elizel y dándole un bastón de caramelo a Madeline, el cual le serviría en un momento crítico. Así juntos emprendieron una aventura para salvarla.
Tras un largo viaje, que fueron días en ese mundo de fantasía, y pasar por muchas dificultades, se hicieron con la ayuda de un pequeño ejército de juguetes. Llegaron al castillo del rey ratón.
Una cruenta guerra se armó entre juguetes y ratones. Luchando entraron al salón del trono, el rey ratón, una criatura de siete cabezas con siete coronas los esperaba ahí. Los juguetes que aún quedaban en pie junto con el cascanueces pelearon contra él, pero fueron vencidos, con el cascanueces atravesado por las fauces de la bestia. Notando que el cascanueces se había convertido en un simple muñeco, lo arrojó al suelo.
Mientras el rey se regocijaba, Madeline lo sostuvo contra su pecho con tristeza, pero recordando las palabras de su amado cascanueces de no rendirse, su bastón brilló y todos los juguetes que los acompañaron brillaron hasta repararse. Sin embargo, el cascanueces lamentablemente seguía igual. Y con lágrimas en sus ojos Madeline y los juguetes cargaron con valor contra la malvada bestia.
Esta historia continuará.
***
—¿Qué te pareció mi historia, Jo? —me preguntó la pequeña hada sobre mi hombro.
Frente a la computadora, estaba tratando de procesar lo que acababa de leer. Puede que no sea la mejor versión de El cascanueces, pero acepto que me intriga la continuación.
—Muy bien, Bell —le contesté—. Sin embargo, ¿qué sucede después?
—Fu, fu. Tras un milagro el cascanueces revive, logran vencer y salvan a Elizel. Después rompen una maldición y se convierten en rey y reina del palacio de mazapán, aunque luego deben luchar contra los creadores primordiales del mundo del olvido y, y… ¡Y…!
Traté de seguirla, pero me perdí luego de la parte donde Santa Claus les da el power-up definitivo.
Fin.
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