Soy un ser inferior con la habilidad de seducir mujeres - 015
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CAPÍTULO 15- Niños abandonados. (Inicio del arco: «La reina loca.»)
Sei Molfer, una de las mujeres más importantes y peligrosas del mundo. Es mundialmente conocida por sus métodos de tortura y sus dolorosos interrogatorios. Ella se encarga de entrenar a las guardias y guerreras que protegen al país. Su esposo es uno de los muy pocos hombres poderosos que existen y su familia, la familia Molfer, es una de las familias más antiguas e importantes del mundo. En pocas palabras, es una mujer perfecta, que lo tiene todo, pero lo único que a ella le importa, es divertirse. No le importa el dinero ni los lujos, ella solo quiere divertirse, haciendo sufrir a sus enemigos y coquetear con su esposo.
Sus entrenamientos son tan dolorosos y complicados, que no todos son capaces de soportarlo. La mayoría no soporta el entrenamiento y se rinden al primer día, ganándose una paliza por parte de Sei Molfer, por cobardes e inútiles.
Ella odia a los débiles, no los soporta. Solo aceptó entrenar a las candidatas a guerreras por simple diversión, pues le gusta ver a otros sufrir.
Antes de tener a Kei y a Mei, Sei Molfer tuvo tres hijos, pero todos ellos resultaron ser unos inútiles como la mayoría de los hombres del mundo, por lo que no soporta verlos. El padre de esos tres chicos odia ese comportamiento que ella tiene, pero aunque intenta que ella cambie, no lo logra y se termina rindiendo, pues sabe que es imposible hacerla cambiar de opinión sin usar la fuerza, y aunque ellos dos peleen, sabe que es imposible para él derrotarla.
Ella también entrena a sus hijos. Sus hijos mayores no soportaron el entrenamiento y se rindieron casi inmediatamente. Kei y Mei fueron los únicos que soportaron su entrenamiento infernal. Ella tenía grandes esperanzas en ellos, así que aumentó el grado de dificultad.
Sei Molfer es una mujer loca y sádica. La mayoría de las personas le tienen miedo y respeto. Las muy pocas personas que no le tienen miedo ni respeto, son aquellas personas que están locas, como la aventurera de clase S, Chersy, y Rinia, aunque ella sí le tiene respeto.
Sei Molfer está loca, y sus hijos pagan con su cuerpo las consecuencias de esa locura.
—¡Kya! ¡Kei, tus brazos son tan duros como el diamante, pero también son tan suaves! ¡Eres genial, hermano!
—¡Uwaaaah! ¡Mei, deja de acariciar mis brazos, no quiero perder la concentración! ¡Ahhhhhhhh! ¡Tengo rotos los huesos, Mei, deja de acariciar mis brazos!
Kei y Mei estaban escapando de un grupo de Orcos, corriendo mientras Kei llevaba en sus brazos a Mei, que tenía los huesos fracturados de sus piernas y brazos, al igual que Kei, pero al menos los huesos de las piernas de Kei no sufrieron daño, al contrario de sus brazos, costillas y una parte de su cráneo.
Kei estaba sufriendo demasiado al cargar a Mei y correr al mismo tiempo, pero no tenía tiempo de quejarse ni llorar de dolor. Si los Orcos lo alcanzaban, iba a ser acosado sexualmente… Otra vez.
En ese entonces, ellos solamente tenían 5 años, y con tan solo 5 años, habían sufrido más que la mayoría de los humanos de ese mundo.
—¡Hahahahahaha! ¡Bien hecho en sobrevivir 5 horas!
Una sonriente Sei Molfer comenzó a correr a su lado.
—¡¡Idiota, ayúdanos!!- Gritaron los dos, furiosos.
—¿Y esos modales? Soy su madre, deben tratarme mejor.
—¡¡Por favor, ayúdanos…!! ¡Uwaaaah!
Kei tropezó y dejó caer a Mei, que fue atrapada a tiempo por su madre. Lamentablemente, los Orcos lo rodearon, y como Kei demostró ser un hombre poderoso y los Orcos de ese mundo en su mayoría son hembras, se sintieron atraídas hacia él. El lesbianismo es muy común en ese mundo, porque el poder es más atractivo en ese mundo que la belleza, es por eso que la mayoría de las mujeres se enamoran de otras mujeres, dejando a los hombres como simples objetos de reproducción. Existen parejas heterosexuales, pero lo que predomina son las parejas lésbicas.
Los Orcos, al sentir el gran poder que Kei tenía, se sintieron atraídas hacia él y querían tener a sus hijos. En otras palabras, iban a violarlo.
Comenzaron a destruir su ropa, mientras Kei, desesperado, solamente gritaba.
—¡¡Madre, quiero llegar virgen al matrimonio!! ¡¡Uwaaaah!!
—¡¡Madre, salva a Kei!!
Y en menos de 3 segundos, con sus simples puños, Sei Molfer mató a todos los Orcos y puso sus manos en su cintura.
—Fufu. Fue divertido verte gritar, hijo.
—¡¡Estás loca!!
—Lo sé.
Sei Molfer dejó que esos Orcos manosearan a Kei para que Kei se acostumbre al dolor emocional y no se vea afectado por eso en el futuro.
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Sei Molfer no tiene piedad con nadie, ni siquiera con sus propios hijos.
—¡Madre, ya sabía que estabas loca, pero esto es demasiado! ¡Te denunciaré por maltrato infantil e intento de asesinato!
—¡No nos dejes aquí!
—Fufu. Buena suerte con eso.
Kei y Mei, de 5 años, estaban amarrados y acostados en el suelo.
Estaban en la isla «Kinga», una de las islas más peligrosas del mundo, por la gran cantidad de monstruos que habitan en ese lugar.
Sei Molfer los amarró y tenía planeado dejarlos ahí, para que sobrevivan por su cuenta.
Detrás de ella, había un barco, listo para irse sin ellos.
—No sean llorones, solo estarán aquí por un mes. Mi madre me dejó aquí a los 5 años también y pasé la prueba. Si yo pude, ustedes también podrán.
—¡¿Por qué nuestra madre y nuestra abuela son unas locas?!
—¡Madre, al menos déjanos navajas y papel de baño!
—No. Espero que sobrevivan.
Saltó y subió al barco, en donde estaba su esposo, amarrado e inconsciente, pues trató de evitar que ella hiciera eso, pero no lo logró.
—Buena suerte, hijos.
—¡Maldita loca! ¡Por eso amo más a mi padre!
—¡Si sobrevivo, te golpearé los pechos, idiota!
—Son muy maduros a pesar de su corta edad, estoy segura de que sobrevivirán… Supongo.
—¡¿Supones?!- Dijeron los dos enojados.
El barco comenzó a moverse y Kei logró liberarse.
—¡Espero que te ataque un tiburón gigante!
Kei liberó a Mei
—Tsk. Hermano, odio a nuestra madre.
—Un mes… Debemos sobrevivir… ¡Maldita loca! ¡¿Qué clase de mujer deja a sus propios hijos en una isla peligrosa y por un mes?!
Sei Molfer es esa clase de mujer. Loca y extremista.
—Hermano, ¿qué hacemos?
—Lo primero que debemos hacer es buscar comida y construir un refugio… Espero que los monstruos sean débiles.
Pero el peligro no esperó a que estén preparados.
Un enorme duende de 3 metros se acercó a ellos. Tenía enormes músculos y… enormes pechos… Es una mujer duende.
—Niño… lindo…
Se paró frente a ellos.
Kei y Mei levantaron la mirada nerviosos.
—Una Reina duende…
—H-hermano, escapa. Si te atrapa, te va a violar. Yo pelearé con ella.
—¡Es cierto! ¡No existen duendes hombres! ¡Y los duendes de este mundo violan hombres! ¡Debo usar «eso» rápido!- Pensó asustado.
La Reina duende intentó capturarlo y Kei le sonrió.
—Hola, linda.
La Reina duende se sonrojó y se detuvo.
Mei quedó en shock por esas palabras. Ella estaba realmente confundida. ¿Por qué le dijo linda a una Reina duende?
—¡¿P-por qué le dices linda?!
—Mei, guarda este secreto. Yo puedo domesticar monstruos… Confía en mí. Solo debo mostrar confianza.
Obviamente, Kei activó su habilidad «Seducir mujeres» para conquistar el corazón de la Reina duende.
—Bien… ¿Podrías llevarnos a un lugar seguro?
En la isla hay pequeñas montañas y un enorme bosque. Las únicas opciones de refugio son: Construir una casa en un árbol, para evitar a los monstruos mientras duermen. Acampar en la cima de una montaña. O buscar una cueva.
—Lugar… seguro.
Ella se alejó caminando y Kei la siguió.
Mei dudó un poco, pero decidió seguir a Kei.
—¿N-no nos atacará?
—No. Si no la atacamos, no nos atacará. Hay monstruos pacifistas, Mei, no todos quieren pelear.
Eso es cierto. Las mujeres que se enamoren de Kei no podrán hacerle daño y harán lo que sea para que Kei sea feliz.
—Esta habilidad es muy útil… Y funciona mejor con monstruos… Podremos sobrevivir.- Pensó Kei.
Kei y Mei sobrevivieron gracias a la ayuda de los duendes que viven en la isla. La Reina duende evitó que los duendes atacaran a Kei.
Lograron sobrevivir sin problemas y aprendieron las debilidades de los monstruos mientras estaban ahí. Para Kei, esa experiencia fue bastante buena para él, aunque tuvo sus consecuencias.
Consecuencias que dañaron un poco la mente de Kei.
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