Soy un ser inferior con la habilidad de seducir mujeres - 060
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CAPÍTULO 60- Un protagonista tímido y sádico.
Ponerse cachondos, calientes, excitados, duros como una roca, mojadas, etcétera. Todos se sienten excitados por ver o sentir ciertas cosas, como los pechos, los traseros, pies, lenguas, o en el peor de los casos, sufrimiento ajeno y el material ilegal. Todos tenemos un fetiche que nos avergüenza, como ser dominados, lamer pies, tener sexo al aire libre, incluso comer excremento humano, que es uno de los fetiches más famosos por ser muy asqueroso.
Todos tenemos un fetiche, pero ¿cuál es el más común de este mundo? Fácil: tener sexo con alguien poderoso. Simple y sencillo. El poder se convirtió en algo tan importante, que incluso es motivo de atracción sexual. Las mujeres y hombres de este mundo, se sienten atraídos hacia los que son más poderosos que ellos, y en el caso de las mujeres, esa atracción es tanto romántica como sexual, y ese es el motivo principal por el cual las parejas lésbicas representan el 95% de las parejas románticas del mundo. El 4.99% incluye a las mujeres que tienen fetiches de dominar a sus parejas, humillarlos, hacerlos sufrir. Sei Molfer y su madre pertenecen a ese muy, pero muy, muy pequeño porcentaje que se enamoraron a primera vista de un hombre, ya sea por su atractivo físico o porque admiran el esfuerzo que hacen para ser mejores, a pesar de sus límites masculinos. El resto son matrimonios arreglados, en donde no hay amor, solo intereses económicos y políticos.
Y el hecho de que Nerka se esté masturbando al aire libre, sin importarle ser vista por las Elfas oscuras y su propia abuela, refleja a la perfección el poder que tiene ser muy poderoso en este mundo sobre los más débiles.
La mirada asesina de Kei, una mirada que no refleja remordimiento alguno, una mirada ardiente, capaz de llenar de miedo a cualquiera. Ver a Kei con esa mirada, mientras la sangre de su enemigo recorre su rostro, llena el ser de Nerka con dos emociones diferentes: miedo y excitación. Miedo porque su instinto de supervivencia le advierte del peligro que representa Kei en esos momentos, pues aunque sabe que Kei nunca le haría daño, Kei da tanto miedo que incluso sabiendo que él no le hará daño, no hace que el miedo desaparezca de su cuerpo. Y excitación porque Kei hizo básicamente su «perra» a un enemigo que podría matar fácilmente a Nerka, y ver a Kei tratarlo como si él fuera un simple insecto sin valor, hace que el cuerpo de Nerka reaccione, obligándola a entrar en «celo».
Reproducirse con los mejores individuos está en la naturaleza de todo ser vivo. En la naturaleza, los machos se pelean por las hembras, y aquellos que salen victoriosos se quedan con la hembra, pues demostraron ser la mejor opción. La naturaleza guerrera de Nerka la está obligando a entrar en celo, porque los Elfos siempre quieren mejorar su raza, teniendo hijos con personas poderosas, y Kei es la mejor opción de todas, y por mucho.
«¡Quiero tener sexo con Kei ahora mismo!» Fue lo que pensó Nerka, mientras observaba como Kei estaba torturando a un hombre… O mejor dicho, un demonio.
Los delgados dedos de Nerka acariciaban sus labios inferiores, con un movimiento rápido, desesperado, incapaz de controlar su movimiento por estar tan concentrada en el espectáculo que ocurre ante sus ojos.
El sonido humedo de sus movimientos se escuchaban con claridad, pero nadie le prestaba atención. Terkiana lo ignoró por estar vigilando a su alrededor, para evitar un ataque sorpresa (y por el bien de su salud mental), y las Elfas oscuras simplemente no podían creer lo que estaban viendo: un inferior torturando a un demonio.
Kei, con sus uñas, poco a poco le estaba quitando la piel al demonio, que no gritaba por dos razones: estar acostumbrado al dolor y porque Kei le quitó la lengua cuando le arrancó la mandíbula.
Los demonios están acostumbrados a sentir dolor, pues han estado entrenando por miles de años, pero eso no significa que no tengan miedo de morir, y el miedo es sin duda el sentimiento que más predomina en el demonio en ese momento. Miedo de morir sin haber vivido realmente una vida.
Kei lo sabe. Él sabe que los demonios guerreros nunca han podido vivir como ellos quieren, siempre siguen órdenes y pocas veces tienen tiempo libre, pero eso no significa que tendrá piedad con aquellos que se atrevan a atacarlo, pues un error podría significar la muerte de un ser querido para él, y ahora que Treka murió al no poder matar a Cris cuando pelearon, fortaleció más su pensamiento: «nunca dejar vivo a un enemigo».
—Oh, vamos. Drin era más poderosa cuando la conocí. Ni siquiera estoy usando mi forma normal. ¿En serio esto es todo lo que puedes ofrecer? Vaya, vaya. Eres tan decepcionante.
Kei recorrió su cuerpo con su dedo índice, desde el abdomen hasta la cabeza, en donde debería estar la boca, cuya única parte que queda es la maxilar superior (parte debajo de la nariz y arriba de la mandíbula). Y mientras se movía, su uña iba cortando su cuerpo.
Acarició los dientes que le quedaban con sus dedos izquierdos, mientras el cuerpo tembloroso del demonio solo sentía arrepentimiento, por ofrecerse a traerle la cabeza de Kei a cierto comandante demonio, que sigue resentido porque Kei mató a dos de sus familiares, humillándolo.
Las lágrimas del demonio cayeron sobre los dedos de Kei. Lágrimas llenas de tristeza, porque ahora que está a punto de morir, se dio cuenta de lo poco que vivió realmente, a pesar de tener más de 1,000 años.
Una familia, amigos, una mascota, un hogar. Tantas cosas que deseó tener, pero ahora que Kei llegó a su vida, debe despedirse de aquel sueño.
Kei realmente sabe que los demonios sufren eso, después de todo, Drin le contó todo sobre los demonios y el cómo viven los demonios destinados a pelear. Kei sabe que los demonios no son sus enemigos, hasta quiere lograr la paz con ellos, pero tampoco quiere arriesgar todo su plan teniendo compasión con alguien que trató de matarlo. Un pecado más a la larga lista.
Kei, en lugar de tenerle lástima, sonrió, pues su sangre Molfer lo controla bastante en ese momento.
—Vaya, vaya. Sí, definitivamente esto es todo lo que puedes ofrecerme. Para la próxima, envíen a Cris, por favor. Ella y yo tenemos un asunto que discutir.- Dijo, mirándolo a los ojos, pues si los demonios lo vigilaron durante la pelea con Nero, no descarta la idea de que los demonios que envían también podrían tener alguna cámara oculta o micrófono.
Estaban lejos de la Capital, muy bien ocultos, nadie los estaba viendo. Un lugar perfecto para torturarlo para sacarle información. Ni los animales que habitan los árboles a su alrededor eran testigos, pues todos huyeron del lugar por miedo al demonio, y ahora tampoco se atreven a regresar por miedo a Kei.
Él suspiró y comenzó a usar magia curativa en él, para regresarle la mandíbula, pues espera que ahora sí le dé la información que quiere.
—Los demonios han estado muy activos últimamente. Afortunadamente, solo han aparecido demonios débiles.- Dijo Terkiana.
—Drin no era una prodigio, era considerada una demonio débil y por eso se convirtió en un demonio investigador. Y ella y yo éramos prácticamente igual de poderosos cuando nos conocimos. ¿Por qué siguen enviando demonios tan débiles? ¿Qué esperan lograr?
—T-tal vez q-quieren… ¡v-ver nuestros movimientos!- Gritó Nerka, con un gemido final tan incómodo, que hasta Kei se puso pálido, pues la notificación llegó.
[Orgasmo, Nerka.]
Terkiana se acarició la frente, tratando de calmarse, pues hasta ella comprende lo que Nerka está sintiendo, pero mantiene la calma porque sabe que es más importante solucionar el problema demoníaco que masturbarse para calmar su excitación.
Las Elfas oscuras están de rodillas en el suelo. Nirkat le tapaba los ojos a su hermana menor, que lloraba de miedo al ser testigo de tan salvaje escenario, mientras que Nirkat solamente miraba a Kei, incapaz de procesar lo que sucedía. Una sola pregunta inundaba su mente: ¿Cómo es esto posible?
—Pues…
Sin voltear a verla y usando solo su campo visual, Kei se dio cuenta de que Nerka se puso en posición de perrito y comenzó a masturbarse de nuevo, mientras mueve el trasero, tratando de llamar la atención de Kei. Como quería estar concentrado durante el interrogatorio, Kei intercambió miradas con Terkiana, y al hacerlo, ella comprendió lo que él quería y tomó del brazo a Nerka.
—¿Abuela?
—Regresa cuando termines.
Y sin decir nada más, saltó a una gran altura, muy por encima de los grandes árboles, y lanzó a Nerka con todas sus fuerzas lejos de ahí.
—¡¡¡Uwaaaah!!! ¡¡¡No era para tantoooooooo!!!
Terkiana aterrizó y se acarició la mano.
—Perdón por eso.
Kei aplaudió una vez, para tranquilizar el ambiente, y sonrió.
De pie, frente a frente, Kei y el demonio se miran mutuamente.
—¿Y bien?
El demonio, que ahora tenía de vuelta su boca, le escupió en la cara. Seguía teniéndole miedo, pero si de todas maneras iba a morir, no iba a morir como un cobarde, mucho menos como un traidor. Sus lágrimas lo delataban, pero al menos mantenía su orgullo como demonio.
Terkiana no reaccionó, se mantuvo en su lugar, pero Nirkat se asustó muchísimo. Si antes Kei lo estaba torturando brutalmente cuando el demonio no le había hecho daño alguno, ¿qué le haría ahora que el demonio se atrevió a escupirle?
—Vaya, vaya. Sigues teniendo energía de sobra. Resistes muy bien. Ahora, dime, ¿realmente no me darás la información que quiero?- Dijo Kei, sin tomarle importancia a eso y solo se lo limpió con un pañuelo que sacó de su [Almacenamiento mágico].
—¡Prefiero morir! ¡Nunca seré un traidor como la hija de perra de Drin!
Un gran escalofrío recorrió el cuerpo de Terkiana y dio unos pasos hacia atrás, y con una seña con su mano le ordenó a Nirkat que hiciera lo mismo. Ella asintió y se alejó del lugar, junto con su hermana.
Kei se mantuvo en silencio, con su sonrisa en su rostro, mirando fijamente al demonio.
Un silencio inundó el lugar y nadie se movía. Se mantuvo así por 5 largos segundos, que llegó a su fin cuando Nerka aterrizó al lado de Kei, desnuda y con sangre en su cuerpo.
—¡Lindo esposo, mi abuela fue muy mala conmigo!
Ella saltó y abrazó a Kei con sus brazos y piernas, pero él seguía mirando fijamente al demonio, sin tomarle importancia a Nerka.
—¡Castiga a mi abuela! ¡Mi ropa se rompió por su culpa! ¡Dame amor para sentirme mejor!
Mentiras. La ropa de todas la hizo Drin, y esa ropa puede regenerarse si sufre algún daño. Ella solo está desnuda porque se desnudó por cuenta propia. Y es imposible que simples ramas le hayan hecho daño, esa sangre es de los animales que su cuerpo aplastó.
Ver a su nieta actuando tan infantil en un momento tan serio, estresó a Terkiana, pues no era el momento para hacer bromas estúpidas, mucho menos ahora que Kei está tan enojado.
—Nerka…
—¡No, abuela, no te salvarás del castigo! ¡No olvides que todas en el grupo debemos respetarnos mutuamente y…!
—El demonio insultó a Drin.
—¿Eh?
Ella inmediatamente dejó de abrazarlo y rápidamente se paró al lado de su abuela, lejos de Kei.
—E-eso estuvo cerca.
Es de conocimiento general que insultar a un Molfer significa pedir a gritos morir, pero insultar a alguien querido por un Molfer, significa pedir a gritos una muerte extremadamente dolorosa y lenta. Los Molfer son personas que no le toman tanta importancia a lo que digan de ellos (principalmente porque no les importa y solo matan a los que los insultan porque aprovechan esa excusa para matar), pero insultar a un ser querido de un Molfer es una ofensa muchísimo mayor, pues no permiten que aquellos que se ganaron su amor, se sientan tristes o sufran.
Sei Molfer tortura hasta la muerte a cualquiera que se atreva a insultar a su esposo por ser hombre (muy pocas veces pasó, pero sucedió). Él es poderoso, es capaz de defenderse solo, pero a Sei Molfer no le importó y de todas maneras las torturó hasta la muerte, por insultar a la persona que ama. Mei hace lo mismo con las personas que insultan a Kei, pero sin matarlas porque Kei se lo prohibió.
A los Molfer no les importa los insultos que reciben, pero le toman mucha importancia al bienestar de las personas importantes para ellos.
Sabiendo todo eso, ellas tienen miedo y curiosidad por saber cómo reaccionará Kei. ¿Romperá las reglas y torturará al demonio por días? ¿O seguirá las reglas y lo matará rápido?
Rompiendo el largo silencio, Kei habló.
—Repite lo que dijiste. ¿Acabas de insultar a Drin?
—¡Esa hija de puta pronto morirá! ¡Espero que sufra una muerte lenta y dolorosa!
Kei sacó del [Almacenamiento mágico] su «Espada Dragón falsa» y tomó un largo suspiro.
—Ah… Vaya, vaya… Drin es mi compañera y una de las personas que amo.
Le cortó el brazo izquierdo al demonio y él apretó los dientes, endureciendo su mirada, sin darle la satisfacción a Kei de verlo sufrir, o eso intentó.
Un líquido blanco comenzó a salir de su fatal herida, y cuando comenzó a salir, un infernal grito lleno de dolor salió de su boca. ¿Qué es lo que está sintiendo? ¿Qué es capaz de hacer gritar de dolor a un demonio acostumbrado al dolor?
Imagina que de repente tu sangre se convierte en fuego y no eres capaz de morir. Multiplica ese dolor por 10, después por 10, por 10, por 10, por 10. Multiplicándose por 10 cada segundo que pasa. Eso es la comparación más parecida a lo que el demonio está experimentando.
El dolor aumentaba, al igual que sus gritos, haciendo sonreír a Kei y a las Elfas, pero no se puede decir lo mismo de las Elfas oscuras.
Ambas hermanas se tapan los oídos, suplicando que Kei detenga todo. Al no estar acostumbradas a esta clase de cosas, esto solo llena sus seres de terror, pues aunque se trate de un demonio, verlo sufrir tanto es algo simplemente horrible. No todas las personas tienen la mentalidad de un guerrero. No todos disfrutan del dolor ajeno.
El demonio, lleno de desesperación, intentó suicidarse destruyendo su cabeza con una bola de fuego, pero Kei lo tomó del brazo e impidió que su ataque funcione, y puso su mano dentro de su boca, para evitar que se corte la lengua o se envenene a él mismo. Evitará a cualquier costa no que él muera tan pronto, sino que evitará que él se suicide. Kei quiere matarlo.
—¿En serio creíste que permitiría que cometas un pecado tan grave como el suicidio? Eso no le gusta a Diosito.
Kei lo sostuvo, mientras él se retorcía, lloraba e intentaba gritar. Pateaba a Kei una y otra vez, buscando que lo suelte, pero sus débiles patadas solo lo hacían sonreír más.
—No permitiré que la insultes.
Le cortó el otro brazo y la sangre blanca salpicó su rostro. Lamió la sangre y las chicas grabaron en su mente la escena, pues ver a Kei con ese líquido en la cara y lamerlo, era como si ese líquido fuera otra cosa que los hombres pueden producir.
Sin saber que le acaba de dar nuevo material erótico a sus novias, él colocó la punta de su espada en la entrepierna del demonio.
—Vaya, vaya. Te pusiste duro, ¿eh? Que masoquista. Me pregunto si…
—¿Q-qué? N-no lo hagas. ¡Mátame, por favor!
—Vaya, vaya. ¿No quieres que te corte tu cosa? Estaba planeando quitarte los testículos y obligarte a comerlos.
—Oye, Kei, ya fue suficiente. Terniak se desmayó.- Dijo Terkiana.
Parpadeó un par de veces y su mirada se relajó.
—¿Eh?
Kei se dio cuenta de que Terniak se había desmayado y Nirkat la estaba cargando en sus brazos, intentando despertarla.
Nirkat estaba tan asqueada, que se negaba a verlo.
—Lo siento. Odio a las personas groseras.
Soltó al demonio y cayó al suelo.
—Nerka, mátalo, por favor.
—¡Sí! ¡Mataré a mi primer demonio!
Nerka comenzó a patear el rostro del demonio y Kei se alejó, para intentar mantener la calma.
Al ver que el demonio quería morderse la lengua, ella saltó y aplastó la cabeza del demonio, evitando su suicidio.
La cabeza explotó, salpicando sangre por todas partes.
[90% recibido.]
[90 puntos recibidos.]
—¡¿Solo 10 puntos me dieron?!- Se quejó Nerka.
Cayó de rodillas y comenzó a llorar, pues siempre esperó que este momento llegara, y ahora que llegó, fue muy decepcionante.
—¡Creí que me daría miles de puntos! ¡No es justo!
Es normal. Ella hubiera recibido más de 1,000 si ella hubiera peleado sin ayuda, pues ellos dos estaban casi al mismo nivel, pero como Kei lo derrotó, recibieron solo 100 puntos, porque el demonio no representaba ningún peligro para él.
No importa el enemigo al conseguir puntos, solo importa la dificultad.
—Y hubieran sido 200 si Kei lo mataba.- Dijo Terkiana.
—Solo quería darle un gusto a Nerka.
Las orejas de Nerka se agitaron al escuchar esas palabras, sus lágrimas dejaron de brotar y saltó hacia su querido Kei.
—¡Gracias por pensar en mí, lindo esposo!- Dijo Nerka, abrazando a Kei.
Y como Kei ya está tranquilo y ella está desnuda, su timidez se activó al 100%, principalmente porque las Elfas oscuras están siendo testigos de la situación. Una cosa es estar acostumbrado a esta clase de situaciones en privado, pero es muy distinto cuando eso pasa en público.
La expresión fría y asesina que mantenía Kei, ahora se volvió ridícula. Sus ojos no se deciden hacia donde mirar y los mueve de un lado a otro, de arriba hacia abajo, buscando algo, lo que sea que no sea Nerka. Su rostro está rojo y su cuerpo tembloroso.
—¡D-d-de nada!
Terkiana se acercó a él y lo olió.
—Apestas.- Dijo, para cambiar de tema y tranquilizar a Kei, aunque es cierto, él apesta, pues la sangre de ese demonio olía como a orina fresca.
—¿Eh?
La timidez de Kei quedó de lado y se olió, pues que la chica que amas te diga que apestas, duele mucho. Él siempre quiere estar presentable para ellas, para que no sientan vergüenza de ser sus novias, pues ellas ya tienen suficiente vergüenza con el hecho de tener que compartirlo con otras chicas (aunque eso solo lo piensa él en su perspectiva).
—Ah, que asco. Necesito un baño.
Nerka acaricia su mejilla con la de Kei, sin darse cuenta de que arruinó el plan de Terkiana de tranquilizarlo, pues el Kei tímido se volvió a activar.
—¡¿Puedo bañarme contigo?!
Kei se puso muy rojo al escuchar esas palabras y rápidamente comenzó a negar con la cabeza, para que las Elfas oscuras no piensen mal de él.
—¡C-claro que no!
—Vamos. Drin y Eris siempre están contigo. Es mi turno ahora. ¡No tengas favoritismos! ¡No es justo!
Esas palabras atravesaron el corazón de Kei, pues él siempre trata de pasar el mismo tiempo con todas, para evitar que alguna de ellas se crea la novia principal o superior a las demás, pero que Nerka le diga que no tenga favoritismos significa que, desde su punto de vista, Kei tiene favoritismos y él no se dio cuenta.
Esas palabras le hicieron tanto daño en su orgullo como novio y hombre, que perdió la energía de su cuerpo y cayó al suelo, junto con Nerka, que lo estaba abrazando.
—¡¿Lindo esposo?!
—Fallé como novio. Fallé como novio. Fallé como novio…- Repetía una y otra vez, cada vez más rápido.
Y mientras Kei sufría un ataque de pánico en el suelo, Terniak estaba despertando y Nirkat suspiró aliviada.
—Ay, creo que se descompuso. ¡Kya!
Terkiana le dio un pequeño golpe en la cabeza a su nieta, lo suficientemente fuerte como para que le duela.
—Nerka, deja que descanse. Kei acaba de despertar de un coma, ten más consideración.
—¿Kei?- Pensó Nirkat, uniendo los puntos.
Un hombre poderoso, capaz de derrotar a un demonio. ¿Quién es el hombre más famoso? Ella sabe la respuesta, y ahora que sospecha de la verdadera identidad de Crisfa, no sabe cómo reaccionar. «¿En qué nos metimos?» Se pregunta eso.
Terkiana tomó del brazo a Kei y lo obligó a ponerse de pie.
—Fallé como novio. Fa…
Terkiana le tapó la boca.
—Nerka está mintiendo para que le tengas lástima, no caigas en sus mentiras. No has fallado.
El brillo regresó a los ojos de Kei y asintió rápidamente.
Terkiana le sonrió y quitó su mano.
—¡Casi me da un infarto! Por un momento creí que había cometido un error al diseñar mis planes.
Incapaz de mantener la curiosidad por más tiempo, Nirkat se acercó a Kei.
Su hermana no quería acercarse a Kei, pero como su hermana estaba caminando hacia él, no se atrevió a molestar a su hermana con sus quejas y solo camina detrás de ella, ocultándose en la espalda de Nirkat y rezándole a Fravi, suplicando que no les pase nada malo, y gracias a ese rezo interno, Fravi es capaz de ver a Kei desde su hogar.
Ella bebía una copa de vino en su mesa, con… un muñeco Kei de tamaño real casi idéntico al Kei real, sentado al otro lado de la mesa.
Fravi es una mujer con una mente algo… curiosa. Cuando le gusta algo, se obsesiona, y más cuando se trata del amor. Está loca, ese es un hecho innegable.
—Mira, cariño, tu yo real derrotó a otro insecto. Que lindo… ¿Eh? ¡¿Eh?!
Se arrancó la ropa y se acercó a la pantalla mágica. ¿Por qué tan repentinamente se desnudó y se está masturbando? Porque Kei seguía con ese líquido blanco en la cara, y al ver eso, Fravi creó en su mente toda una historia homosexual entre Kei y una Fravi versión masculina.
En su mente, Kei está haciéndole una felación a Fravo (su versión masculina), y recibe toda su descarga masculina en la cara y boca.
—Delicioso.- Dijo Kei, en la mente de Fravi, lamiendo la punta de… Bueno, no hace falta decirlo.
—¡Sí, papi, que rico! ¡Sigue así, así! ¡Sigue chupándomela, todavía no termino!
El Kei real sintió un gran escalofrío recorriendo su cuerpo y miró a Terniak, y al verla con sus manos juntas, se dio cuenta de que estaba rezando.
—¡Terniak, no le reces a Fravi, por favor!
Asustó a Terniak y ella dejó de rezar, porque volvió a desmayarse.
Zius ya le advirtió una vez que Fravi puede verlo por medio de sus creyentes, y por eso está prohibido rezarle, para evitar cualquier fuga de información.
—Kei, es difícil lograr que un creyente deje de creer en Fravi. ¿Qué hacemos con ella?- Dijo Nerka.
—Por un tiempo tendrán que entrenar solas.
Armada con valor y con el misterioso asunto de Fravi y los demonios inundando sus pensamientos, Nirkat exige respuestas.
—¿Kei? ¿No te llamabas Crisfa? ¿Quién mierda eres realmente?
—¿Mierda? ¿Era necesario insultar? Vaya, vaya. Que grosera. Admito que ese lado me gusta.
—¡Solo responde la puta pregunta!
—Sí, no puedes evitar insultar. Ah…
Kei dio un largo suspiro y se rascó la cabeza.
—De todas maneras esto iba a pasar. Crisfa es mi nombre de aventurero… Supongo que es momento de revelar mi identidad. Terkiana, ¿nadie nos está viendo?
—Estamos lejos de la Capital, los sensores no nos detectan. Tampoco hay nadie cerca, de eso me aseguré ya. Es seguro.
—Gracias. ¡Nerka, los tambores!
—¿Tambores, lindo esposo?
—Ay, es que quería darle más drama y emoción. Algo como ta, ta, ta, ta. O zaz, zaz, zaz. ¿Me entiendes?
—No realmente, ¡pero ya sé cómo hacerlo más emocionante!
Nerka se aclaró la garganta.
—Estoy lista. Kei, campo de insonorización.
—Listo.
—Bien… ¡¡Todas, presten atención!! ¡¡Les presento al hombre más genial y guapo que conocerán en sus miserables vidas!!
Eso de guapo lo puso muy nervioso, pues él se considera feo y ahora piensa que ellas se burlarán de él por eso.
—¡¡El primer humano desde la primera guerra contra los demonios que ha logrado derrotar a un comandante demonio y folllarse a un demonio!! ¡¡Todo eso con tan solo 12 años de edad!!
—¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡El final, ve al final!- Gritó, avergonzado.
Un vapor rodeó a Kei por completo y Nerka se arrodilló, para la parte final.
—¡¡Con ustedes, el gran Keiiiiiiiii Mooooooooolfeeeeeeeeer!!
Kei regresó a su forma normal, y su ropa se encogió con él. La ropa de Crisfa no le combina porque la diseñó al estilo de Crisfa, por eso sacó ropa de su [Almacenamiento mágico], para cambiarse y sentirse Kei al 100%.
Las Elfas oscuras saben perfectamente quién es Kei Molfer y el miedo de Terniak por él disminuye. Ellas han sido beneficiadas en el pasado por los servicios gratuitos de Kei Molfer, como la donación de comida y ropa a las personas sin hogar. Ellas están al tanto que Kei Molfer podrá dar miedo, pero no es una mala persona, pero esa perspectiva solo se quedó en Terniak. Ahora que Nirkat fue testigo del poder de Kei Molfer y de su manera de actuar, sospecha que no es una buena persona, o que al menos algo oculta.
—Me presento. Mi nombre es Kei Molfer. Sé que suena algo difícil de creer, pero mentalmente tengo 30 años. Antes de ser invocado tenía 17 años. Sufrí una reencarnación y nací como hijo de Sei Molfer. Tengo actualmente 13 años. Mucho gusto en conocerlas.
—Que resumen tan breve.- Dijo Terkiana.
—No sabía cómo decirlo de una mejor manera.
—¡¿R-realmente eres Kei Molfer?! ¡¿A qué te refieres con reencarnación?!- Dijo Nirkat, sin comprender nada.
—Es una larga historia. En la casa se las contaré, no quiero perder el tiempo. Vamos.
Kei comenzó a caminar, seguido por Terkiana y Nirkat.
Nirkat dudó si debía seguirlo o no, pero Terniak la tomó de la mano, con la respuesta en sus labios.
—Confiemos en él, hermana.
—… Sí… Supongo que no tenemos otra opción.
Siguieron a Kei, mientras él recordaba el escalofrío que sintió. No fue un escalofrío de un mal presentimiento ni de peligro, fue un escalofrío de que algo asqueroso estaba pasando.
—Quiero vomitar. ¿Por qué?- Pensó.
•
•
Llegaron a la casa que usan como base y Kei le contó su historia a las esclavas, con todos los detalles posibles (no mencionó las escenas de sexo porque las considera escenas innecesarias para la trama, y también porque no quiere asquearlas).
Ellas no lo creían al principio, pero cuando conocieron a Drin y a Mio, confirmaron que era verdad. ¿Quién sería capaz de tener a un demonio como familiar? Solo un Molfer.
Estaban muy aterradas, en especial Terniak. Ella casi se desmaya otra vez cuando vio a Drin a los ojos, pero se mantuvo… Bueno, no se mantuvo de pie porque cayó de rodillas, y también se orinó encima, al igual que su hermana (que esa sí se mantuvo de pie), pero al menos se mantenía despierta.
Después de un cambio de ropa y de esperar a que Drin, Eris y Nerka dejaran de reírse de ellas, Kei terminó de cortarles su historia, con la derrota de Nero.
—Bueno, esa es la historia. Aquí no discriminamos a nadie. Tratarán a Drin, Mio y Nem como personas normales, sin importar que ellas tengan sangre demoníaca.
—Eso sonó algo grosero.- Dijo Mio.
—L-lo siento, no se me ocurrieron otras palabras.
Kei se aclaró la garganta.
—B-bueno… En mi grupo también hay Elfas, pero ellas nunca las tratarán como inferiores, y si Nerka lo hace, Terkiana la castigará.
—¡Oye, ¿por qué asumes que solo yo lo haré y no mi abuela?!
—Dime, ¿crees que Terkiana sea capaz de burlarse de alguien para hacerlo sentir mal, nya?- Dijo Eris, lamiendo su mano derecha, pues se manchó con salsa.
—P-pues… ¡Ay, pero no es justo!
—La vida no es justa. Nirkat, Terniak, aquí todos somos iguales. Espero que logren adaptarse pronto a su nuevo hogar. Y, por favor, no recen más. Mio les enseñará la casa.
Kei estiró los brazos y bostezó.
—Que flojera ir a hacer el reporte. ¿Tienen alguna duda?
Ambas levantaron las manos.
—Que alguien resuelva sus dudas, debo retirarme. Tengo entrenamiento con mi abuela, y si tardo más, peor me irá. Si sobrevivo al entrenamiento, vendré para la cena. «Adiós».
—¡Hasta la noche, Kei!- Dijo Eris.
Kei miró a Drin de reojo, que se mantuvo en silencio durante toda la reunión. Algo casi imposible de creer, pues ella siempre está muy alegre cuando está a su lado, pero hoy se comportó muy fría y silenciosa, como si ocultara algo. Kei quiere preguntarle lo que pasa, pero considerando su mirada preocupada que le está dando en ese momento, se dio cuenta de que no es ella la que tiene un problema, es él, y ella se dio cuenta de lo que él oculta. Después de todo, nadie conoce más a Kei que Drin.
—Adiós.
Kei estaba a punto de salir, pero Drin, incapaz de seguir soportando la preocupación en su corazón, lo toma del brazo y evita que se vaya.
—Kei, quiero hablar contigo. En privado.
Lo llamó Kei, en lugar de cariño. Así de serio es el asunto.
—Claro… Vamos, caminemos juntos.
Ambos salieron de la casa y comenzaron a caminar juntos, y durante unos minutos, solo caminaron, sin decir nada, hasta que Kei se atrevió a romper el silencio.
—Es un lindo día, ¿no lo crees?
—¿Por qué le pediste a Mio que te golpeara?
—¿Eso es lo que te preocupa? Creí que era obvio. Fue para que mi madre creyera que ese demonio me derrotó. Vaya, vaya. En serio, Drin, creí que era algo más serio. Me tenías muy preocupado. No te preocupes por…
—¡No me mientas!- Gritó Drin, furiosa.
Tomó a Kei del brazo y se quedaron quietos, mirándose mutuamente, mientras que los ojos de Drin se llenaban de lágrimas.
El silencio volvió a inundar el lugar y Kei sonrió, para intentar tranquilizarla.
—Vamos, Drin, no seas exagerada. Sé que fue precipitado, pero fue la mejor opción que teníamos. Debes comprender que…
—Kei, no me sigas mintiendo.
—No miento.
—Hay otro motivo, ¿no? Lo hiciste por otra razón también.
Él sabe que sus palabras no convencerán a Drin, después de todo, ella lo conoce perfectamente. Ya no puede engañarse a él mismo por más tiempo, pero realmente no quiere hablar de eso.
—… Es un día agradable. El aire huele bien.
—Kei, contéstame.
—En mi mundo hay mucha contaminación. En este mundo el aire es limpio.
—¡Kei!
Drin estuvo a punto de darle una cachetada y Kei cerró los ojos, esperando el golpe, pero ella se detuvo antes, no se atrevió a golpearlo. Y no es que no pudiera por su contrato familiar, pues ella es libre de hacer lo que sea, no tiene límites porque Kei le ordenó hacer lo que ella quiera, para que no se sintiera una esclava. Ella no quería hacerlo sufrir más de lo que ya está sufriendo.
—Por favor…
Drin abrazó a Kei, y escuchar su sollozo tan cerca de él, también hizo llorar a Kei, porque sentía que había hecho llorar a la persona que ama, pero esa no es la razón principal de sus lágrimas.
—Cariño, quiero la verdad.
Incapaz de seguir ocultando lo que siente, Kei acarició el cabello de Drin y la abrazó, y al sentir las lágrimas de Kei cayendo sobre su espalda, las lágrimas de Drin siguieron saliendo mucho más que antes.
—Yo… Lo siento, me dolía el corazón. Me dolía todo. Treka murió por mi culpa, y ella me salvó… Me sentía demasiado culpable. No soportaba el dolor… La culpa… Quería ignorar ese dolor, por eso le pedí a Mio que me golpeara… Prefiero el dolor físico que el emocional.
—Cariño…
—No quiero sentir más este dolor. No quiero perder a nadie más… Mis abuelos murieron. Mis padres murieron. Dos de mis mejores amigos murieron en mi infancia. El estrés, el dolor, la ansiedad… No lo soportaba… En este mundo también perderé amigos… Y no quiero… Drin, te amo, no quiero perderte. Amo a todas. No quiero perderlas, no quiero perder a nadie… ¡Perdón por ser tan inútil!
—¡No eres un inútil!
Drin lo tomó de las manos y se miraron mutuamente, ambos llorando, desahogándose.
—Cariño, lo siento. No sabía que te sentías tan… así… Los demonios hemos vivido en la miseria y desesperación. Cuando nací, mi destino fue decidido. Me convertiría en una informante y viviría con los humanos para conseguir información. Entrené toda mi vida. Debido a la maldición de Fravi, nuestro desarrollo fue muy lento. La mayoría de los demonios terminan muertos. Esas héroes consiguen demasiado poder en poco tiempo. Los demonios debemos entrenar miles de años para conseguir al menos un poco de poder… Eso me parecía injusto… Pero debía aceptarlo. No había nada que pudiera hacer… Pero tú puedes darnos la paz que tanto hemos esperado… Una vida de paz y sin dolor… Cariño, la vida es difícil, pero tú mismo lo has dicho, con esfuerzo podemos lograr lo que nos propongamos… No eres un inútil. Con tu liderazgo, los demonios y humanos viviremos en paz… Sé que podrás hacerlo…
Drin comenzó a cambiar de forma. Se transformó en una chica de 13 años.
—Estaré contigo siempre, cariño.
Drin comenzó a besar a Kei.
Él nunca besaría a una chica menor de edad, pero lo está permitiendo porque Drin debe tener una razón para besarlo usando esa forma, ya sea para sentirse igual a él o porque quiere estar a su altura.
«No eres un inútil». Esas fueron las palabras que Kei quería escuchar de ella.
Guardarse los sentimientos negativos dentro de él porque no quiere que esos sentimientos frenen su progreso. Tomarle demasiada importancia al dolor solo retrasaría el progreso, ese pensamiento es muy común en los Molfer, pero Kei olvidó algo muy importante: hay personas que se preocupan mucho por él, y si él sufre, ellas también.
—Gracias, Drin… Muchas gracias… Lo siento, realmente tengo que irme… Gracias por todo… Te amo.
—Yo también te amo, cariño.- Dijo Drin, sonriendo.
Con un último beso, Kei se despidió de ella y se alejó corriendo, con una sonrisa en su rostro.
Sonrisa que se desvaneció cuando salió del bosque.
—Lo siento.
•
•
«No eres un inútil».
Kei seguía escuchando las palabras de Drin en su mente, una y otra vez, tratando de que se queden tatuadas en su ser.
«Te sientes un inútil, pero no lo eres. Kei, salvaste mi aldea. Me salvaste. Salvaste a Eris. Si Drin te hubiera atacado, ella estaría muerta en este momento, pero decidiste darle una nueva oportunidad de vida a tu lado».
Las palabras de Terkiana también lo tranquilizaron. Kei estaba pasando por un momento difícil. Treka murió y ella lo salvó. Se sentía demasiado culpable, pero otras personas confiaban en él, no debía decepcionarlas… Así que se prometió una cosa.
—Aunque sea un inútil, siempre intentaré lograr mis objetivos y nunca me rendiré. Lo prome…
Antes de terminar su frase, su abuela le dio un golpe en la cara y salió volando.
—¡No te distraigas, Kei!
Kei se levantó lentamente del suelo, mientras su nariz estaba sangrando demasiado, como una manguera de agua.
—¡P-perdón!
—¡Como castigo, harás 3,000 flexiones, 3,000 abdominales y tendrás una pelea conmigo después!
Kei se puso pálido al escuchar eso y tragó saliva.
—Mierda.
(Nota del autor: Twitter: @HectorAngelAlv2 Dejen comentarios. uwu)
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