¡¿Soy una maldita loli?! - 02
En el momento en que mis sentidos se habían recuperado, y el sentir que no era yo, verme por el reflejo de un lago era lo primero que se me ocurrió, vaya estúpido error.
Lo primero que pude pensar, y hacer es destrozar todo lo que encuentro en mi camino, y así lo hice.
Árboles, rocas, inclusive estructuras de madera abandonadas fueron mis victimas, así que a puño limpio los destroce, mientras que de mi boca insultos y recriminación hacia esos imbéciles alados salen como gigantescas cascadas.
Luego de varios minutos, casi una hora en que mi ira fue usada para destrozar cosas, pude calmarme un poco y así poder razonar en qué situación estoy.
Me acerco a una roca y apoyo mi pequeño trasero, diablos demasiado incomodo ser tan pequeña.
Por unos largos segundos observo a mí alrededor, lo que llego a distinguir son largos campos, casas hechas de madera, paja, y ladrillos, que irónico que se asemeje a cierto cuento de niños.
Luego de analizar mí alrededor, la realidad yace frente mío.
A pesar de eso, no deje de que eso me haga decaer, con ímpetu me levanto y camino por los campos para hacer reconocimiento.
Sin embargo mi paciencia es pésima, así que al cabo de unos treinta minutos vuelvo al rio y de nuevo golpeo mi reflejo en el agua mientras insulto una y otra vez.
La pérdida de tiempo se hizo muy clara, pero no sabía qué hacer, sencillamente quería tener a esos dos ángeles y partirles la cara, pero solo podía sacar mi lado pandillero golpeando a la anda e insultando a mi reflejo. Hasta que un anciano en un carro tirado por un burro, se detiene.
Aquel anciano de unos setenta y largo, con un bigote prominente y una mirada pacifica, se baja de su carro y se acerca a mí.
Como alguien que vivió siempre a puño limpio y en permanente estado de guardia, desconfié claramente en el, aunque no podría tomarme enserio al verme como una niña de solo diez años con una armadura ligera…
¡¡Dios!! ¡¡¡¡Que patético!!!!
El anciano se detiene y con su mano derecha me acaricia la cabeza, y con voz muy amable y enternecedora me pregunta:
“Pequeña jovencita, ¿te encuentras perdida? ¿Necesitas ayuda? “
Inmediatamente y por puro reflejo le quito la mano sobre mi cabeza y le digo de forma poco elegante y casi amenazante:
Meridithia: “No, no pasa nada, solo circula”
“Ya ya, déjame ayudarte en lo que pueda, linda niña” —su rostro me demuestra amabilidad, a pesar de ser una extraña
Por dentro la desconfianza aumento, y solo pude pensar en qué demonios querrá ese viejo degenerado, pero por respeto a los mayores decido responderle con calma pero sin dejar de sonar amenazante:
Meridithia: “Estoy perdido…perdida…”
Comienzo a explicarle al anciano que estoy perdido, y que no sé donde debo ir, pero su mirada y sonrisa transmitía paz y seguridad, como lo haría un abuelo así que reduje mi vocablo de pandillero y casi actuando como una niña le pedí:
Meridithia: “Señor, podría…expl…explicarme…por…por…”— balbuceo, costándome ser tan educado
Por dentro comencé a insultarme a mí mismo, por no saber pedir por favor pero no podía quedarme atrás, así que reúno todo el valor y le digo:
Meridithia: “Por favor señor…podría decirme dónde encontrar una ciudad?”
El anciano saca de sus ropajes un mapa que se ve viejo y arrugado, en el, varios dibujos que no logro siquiera entender.
El hombre me mira con rostro curioso y me pregunta:
“¿No sabes leer un mapa cierto? Supongo que eres un paladín, tu clase no puede leer mapas, a menos que distribuyas puntos para eso”
Meridithia: “¿Clase Paladín? ¿Puntos? — rasco mi barbilla pensativo
“Exacto, cada clase tiene una habilidad única, yo como soy un comerciante, puedo leer mapas, al igual que los navegantes, y los exploradores, tu eres combatiente de clase alta, así que deberías tener en tu grupo a alguien que lea mapa”
Meridithia: “¡Ah, sí, claro!”
A pesar de asentar con la cabeza, no pude entenderle nada de lo que me decía, pero bueno, solo necesito indicaciones.
Después de eso, el anciano termina de explicarme y nos despedimos. Al final me ha resultado alguien agradable.
Con el mapa en mano, gracias a que el anciano me le ha regalado, me puse en marcha rumbo a donde me fue indicado.
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Por el resto del día camine rumbo a un bosque que a lo lejos se ve pacifico y calmado, allí debe haber alguna ciudad.
En el camino comencé a notar algo extraño, y es que no había casos, y la vegetación se volvía escasa a medida que avanzaba hacia el bosque, inclusive el terreno parece gris, realmente algo anda mal.
Mis pasos se vuelven cada vez más lentos, y mis sentís se agudizan, mi mirada se mueve por todos los rincones, como era de esperarse de un pandillero de Tokyo que todo el tiempo era atacado, bueno cuando aún vivía, Malditos Ángeles.
En ese momento no me pude dar cuenta, pero había miradas posadas sobre mí, inclusive una sed de sangre y perversión asola al bosque, odio reconocerlo pero para alguien acostumbrado a las peleas, la sensación que comienza a sentirse no escapa de mis ganas de pelear, y así como decidí ser más cauteloso a medida que me acercaba al bosque, luego decidí ir a paso aun más lento casi a paso de tortuga.
Por esa razón, entro al bosque en silencio pero preparándome para ir a puño limpio contra quien salga de cualquier sitio y se atreva a ser mi enemigo.
Al entrar al frondoso y silencioso bosque, mis sentidos se agudizan aun mas, quizás sea algo referido a mi clase, o supongo que es porque ni se logra escuchar ni a una maldita mosca.
A varios metros escucho el sonido de un pequeño rio, así que a paso lento y sin hacer casi ruido, me acerco al lugar. Al hacerlo encuentro un limpio rio de agua pura, sin dudar me abalanzo a beber agua metiendo mi cabeza dentro, y automáticamente sacarla con mi cabello rojo como el fuego completamente mojado pero qué más da, no había bebido por un largo tiempo.
Poco a poco el sol se va ocultando, y por lo visto el lugar no parece ser seguro durante el día, menos lo será para la noche, así que me dispuse a retroceder hasta los campos para regresar por la mañana, pero había un problema y no logro evitar decirlo en voz alta:
Meridithia: “¿Por dónde era…el camino?
Por estar pensando varios minutos sin ver donde camino, término aun más lejos del bosque, y mi mala suerte no podría empeorar más cuando noto un resplandor.
En ese momento no había pensado nada más que salir de ese maldito bosque, por eso aquel resplandor puede ser de personas, aunque mi sorpresa fue transformada en miedo e incertidumbre cuando salgo de entre la vegetación y encuentro a una banda de Goblins comiendo y afilando armas.
Mi cuerpo se queda petrificado, casi no podía moverme ni pensar.
Una banda de unos quince de esos flacuchos nauseabundos y verdad Goblins, con fama de ser violadores seriales de lo que sea que tenga piernas.
Durante unos largos segundos chocamos miradas, sin siquiera mover un musculo, pero mi rostro se torno cada vez más nervioso al punto de que ya no podía mantener mi mirada y mi actitud de rudeza.
Así que sin dudarlo y a toda velocidad moví mis pequeñas piernas para correr todo lo que pude para salir de allí, los Goblins no se quedaron atrás y a toda velocidad me comienzan a perseguir.
Ya me da igual el interrumpir el silencio del bosque, entonces a con toda la fuerza de mi voz de niña exclamo:
Meridithia: “¡¡Maldito bosque, malditos goblins, maldito este mundo…y malditos sean pollos que se hacen llamar ángeles!!” — los maldigo, poco importándome el que sean seres divinos — “¡¡Desgraciados infelices!!”
Sin darme cuenta, ya había salido del bosque, pero esas criaturas continúan persiguiéndome con sus armas alzadas, y otras armas también muy alzadas.
Es irónico que un matón legendario tenga que escapar de ser violado con la forma de una niña, pero que podría hacer siendo yo, esa es una pregunta que no deje de hacerme durante toda la persecución.
Entonces la respuesta llega a mí, gracias a un recuerdo de mis días de Líder de pandilla, cuando compraba Novelas Ligeras, una en particular me dio el valor de darles frente.
Me detuve junte a unas rocas, mi rostro recupero su tonalidad y la expresión de rudeza propia de alguien que ama pelear había regresado acompañado por una sonrisa y una mirada asesina.
Visiblemente con sorpresa en sus rostros, los Goblins se detienen y a pesar de ver a una pequeña niña vulnerable, notan un aura extraña emanando de ella, esto fue el motivo suficiente como para detenerse y por poco retroceder.
Con una gran rudeza en mi voz, mientras trono mis nudillos les digo:
Meridithia: “Entonces ¿me persiguen para atacarme sexualmente? Eso es acoso sexual, y en mi territorio está penado…con mis puños” — levanto mis dos puños listos para hacer correr ríos de sangre Goblin
Qorglor: “Tú eres…solo una niña…”— la señala con su mirada fija en el objetivo
Meridithia: “Oh, ¿entonces puedes hablar? ¿Supongo que eres el líder cierto?” — pregunto intimidante con brazos cruzados
Fuhro: “¡Mocosa de mierda! ¡¡Voy a cortarte las piernas y te violare mientras te desangras!!” — grita agitando una espada oxidada
Meridithia: “¡Oh! Jojo…esto me recuerda a una Novela Ligera, si mal recuerdo…es sobre un señor de la muerte, que a lo largo de la obra es subestimado y finalmente aplasta a sus enemigos”
Fuhro: “¡Ah! ¡¡Ya me cansé, ven aquí mocosa!!” — exclama mientras se acerca con torpes pasos, y desparramando su saliva por el suelo
Qorglor: “¡¡No!! ¡Espera imbécil!” — intenta detenerlo, pero es apartado violentamente por el enorme Goblin
Entre los Goblins se acerca uno en verdad grande, de casi dos metros, casi como un jugador de basket, pero esta criatura además de medir alto, su musculatura es prominente.
Sin medirse, se acerca a mí con una enorme masa, así que sin reprimirme salto y con un puñetazo dirigido a su mejilla izquierda, hago que su cabeza gire tres veces haciendo que salga volando hacia sus aliados.
Lo primero que pensé al ver eso fue que mi fuerza no cambio mucho, pero al notar que mate a uno de ellos, simplemente me sorprendí y con una mirada más que siniestra junto a una sonrisa les digo:
Meridithia: “Como diría un deportista Norteamericano…¿Who’s the Next?” — los desafío con una sonrisa diabólica y golpeando mis puños entre si
Qorglor: “¡Mátenla! ¡¡Y empalen su cadáver!!” — ordena viendo un terrible enemigo que deben asesinar para evitar sus muertes
De pronto una estela de luz me rodea por completo encegueciendo a los Goblins.
Esto me permite dar la iniciativa y con varios puñetazos logro dormir fácilmente a las criaturas sedientas de sangre, y armadas.
Tras varios ataques, pude deshacerme de la mitad del grupo.
Cuando recuperan su visión, el que parece ser el líder me dice muy furioso y al punto de derramar saliva de su boca:
Qorglor: “¡Que mierda has hecho, mocosa! ¿Que fue eso? ¡¡¡Y porque mis hombres están en el suelo!!! ¿¡¿¡¿¡¿Quién eres?!?!?!?” — pregunta con mezcla de terror y curiosidad, ante como una niña podría vencer a Goblins, aunque fueran débiles monstruos frente a un aventurero, ningún pequeño mocoso podría hacerles frente
Meridithia: “Muy buena pregunta, solo llámame…Meridithia, ¡¡asquerosa criatura verde!!”
Después de presentarme, me abalanzo contra los restantes goblins para propinarles una paliza…
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Al anochecer…
Unas letras extraña aparecen en mi vista, que al principio creí que era algo del lugar, pero era yo.
Para mi sorpresa las pude leer y estas reflejan unos skills que obtuve durante mi huida, y me había desconcertado pero bueno, supongo que son habilidad que obtuve, al fin y al cabo.
Skills Obtenidos:
+Velocidad Cobarde
+Reflejo Espejo
Con nostalgia, observo el cielo estrellado mientras bebo unas cervezas que les robe a los Goblins, que curiosamente están apilados delante mío uno arriba del otro completamente herido por el enfrentamiento. Eso les enseñara.
Mientras observo hacia las ya heridas criaturas exclamo pensativo:
Meridithia: “Se que debería decir algo…pero no soy el Goblin Slayers, aunque necesito leer esa obra maestra, me hace falta…”— finalmente me quedo dormido sobre la roca, debido al gasto de energía y el poco acostumbramiento
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Al día siguiente…
Despierto sobre la roca en la que me dormí, completamente ebrio.
Al abrir mis ojos encuentro a los Goblins restantes sentados frente de mi e inclinándose una y otra vez como haciendo reverencia.
Su líder se acerca a mí y me dice con una voz muy sumisa:
Qorglor: “Disculpe mi señora…tenga un buen día, mientras usted dormía, hemos decidido estar a sus servicios…sea usted libre de darnos sus órdenes…”— dice orgulloso como si se dirigiese a una especie de Rey
Ante la confusa situación, el sueño y mi resaca, mi reacciono solo es una de enorme sorpresa por lo que está sucediendo:
Meridithia: “¿Eh?… ¿¡EH!?…¡¿¡¿¡¿EEEEEHHH?!?!?! — Meridithia
¿¿¿¿¿Ahora soy el líder de una Maldita Banda de Goblins????? ¡¡¡¡¡CAR…JOO!!!!!
Comments for chapter "02"
QUE TE PARECIÓ?
jajaja que rápido se armo su team xD
VAYA!
Estar desorientado, perdido, confundido claro que no le permite pensar de manera tan clara y rápida como uno normalmente lo hace. Termina maldiciendo todo, desgraciados infelices jajaja …llamenme Meridithia, ¡¡asquerosa criatura verde!!” y Lider a la vez.