¡¿Soy una maldita loli?! - 8
Mis ojos no creen lo que ven, porque quien esta de frente mío es nada más ni nada menos que el mayor hijo de perra de la historia, Adolph Hitler.
Todos en mi anterior vida lo conocían, la historia lo deja como el mayor enemigo de la humanidad. No podía quedarme así como así, sin poder hacer algo.
Por dentro mío había dos sentimientos algo extraño, el primero mis ganas de molerlo a golpes y el segundo es, porque carajos reencarne así y este hijo de su madre austriaca tiene la misma apariencia antes de morir.
Así que en nombre de la humanidad tomo una decisión.
Peligrosamente me acerco como si fuera un zombie al bigotón, con mi cabeza agacha y brazos caídos maldiciendo a esos Ángeles una y otra vez.
Cuando me acerco a pasos de bebe, Adolph me mira con desconfianza pero sin desaparecer su sonrisa desagradable, muy propio de los bastardos de los hentai:
Adolph: “Oh, ¿qué ocurre…niñita linda?” — pregunta con sonrisa burlona y prepotente
Mi sangre hierve aun mas mientras pienso con mi puño cerrado conteniéndome hasta tenerlo a rango:
Meritidhia: “Voy a matarte hijo de p…”— doy un paso
Los guardias se interponen en mi camino así que entre murmullos digo:
Meridithia: “Voy a golpearlo…voy a golpearlos…voy a golpearlos” — digo varias veces en voz cada vez mas alta
De un movimiento desesperado, Norman toma del cuello trasero de mi ropa y me hace retroceder sosteniéndome junto con los Goblins.
Lo cierto es que dudo que me puedan vencer unos simples guardias, pero por alguna razón fui obligada a retroceder sumisamente.
Con varios pasos hacia atrás nos reunimos para hablar:
Norman: “Discúlpenos mi Señor Rudolph, en breve estaremos con usted”— le dice muy educado como si tuviera mucho temor
Su voz y rostro de temor me hizo dar ganas de vomitar:
Meridithia: “Me interrumpiste cuando estaba a punto de ir a golpearle la cara” — le digo molesto
Norman: “Lo sé”
Meridithia: “Sabes que en mi época lo solucionaba así ¿verdad?”
Norman: “Lo sé” —asienta con la cabeza
Meridithia: “Sabes que te golpeare…deja de responder como un maldito idiota”
Norman: “Lo sé…¡hey espera un momento, soy el maldito Oda Nobunaga! ¡ten más respeto”
Los Goblins nos miran expectantes para actuar.
Durante un buen rato, discutí con Norman sobre lo vital que es un buen saludo estilo callejero, pero por alguna razón el presiente que es mejor no meterse en problemas con alguien así.
A pesar de que Nobunaga y Hitler sean de diferentes épocas, sabe bien que el bigotón es alguien muy peligroso para tratar a la ligera y sin tomar precaución.
Entonces hablamos con calma mientras Qorglor y Antonio escuchan:
Norman: “Escucha niño, no sé quién es ese Adolph Hitler, pero mi instinto me dice que el Gobernador es extremadamente peligroso. Si no somos cautelosos, podríamos acabar mal, ¿entiendes?” — habla en voz baja evitando ser escuchado y advirtiendo la situación que solo él se ha percatado
Meridithia: “¿Y qué propones?”
Norman: “La mejor estrategia es un oído agudo y buen sentido del juicio. Escuchemos que tiene para decir”
Meridithia: “Mmm” — lo pienso unos momentos y me decanto por darle la razón a su estrategia
La historia lo tiene a Oda Nobunaga como un megalómano con delirios místicos y amante de los grandes pechos, pero su idea había mostrado gran iniciativa y cordura. Aun así no evitaba girar mi cabeza a cada rato para vigilar a ese hijo de perra que sonríe como si algún plan que él había ideado, continúa surtiendo efecto:
Meridithia: “Necesito golpearlo…— exclamo con mirada asesina y un tono de voz áspero, como si hubiera bebido varias latas de cerveza”
Norman: “Niño, no hagas una locura” —me advierte serio
Meridithia: “Necesito golpearlo”— repito con más sed de sangre
Norman: “Si quieres vengarte en nombre de lo que sea hazlo, no entiendo las razones. Pero entiende que no es el momento”
Una voz llama nuestra atención, proveniente de Adolph que nos llama:
Rudolph: “Chico, acérquense por favor. Requiero una reunión con ustedes en mi carruaje, ¿sería posible?” — Exclama con una voz inocente y calma, escondiendo una macabra y sádica personalidad
Meridithia: “Déjame matarlo a golpes”— exclamo ansioso en voz baja que solo Norman puede escucharme
Norman: “Te dije que te calmes”— dice con voz baja— “Si mi señor por supuesto”
Norman encabeza la marcha, pero antes de continuar, se voltea y mira a ambos goblins que nos siguen, más precisamente a mí para protegerme, aunque no requiero de tales cosas:
Norman: “Tienes que hacer que regresen o al menos que esperen aquí…no podemos hacer que nos sigan hasta el carruaje, lo tomaran como una hostilidad” — advierte el mago
Meridithia: “Entiendo”
Me dirijo a los Goblins que felices y sonrientes nos siguen:
Meridithia: “Chicos, lamento decirles esto…pero deberán esperar aquí”
Antonio: “No se preocupe mi Señora, vamos a esperar hasta el alba o que las estrellas alpha y beta nos avisen del próximo día”
Qorglor: “No te entiendo nada retardado, pero esperaremos. Si ocurre algo traeré al maldito ejercito Goblin. No se preocupe, maldita sea”
Meridithia: “Si…”— lo miro a Qorglor algo avergonzada— “no debí enseñarle mi jerga callejera”— me lamento
Después de eso regresamos con Norman al camino para esa conversación sospechosa con Hitler sobre el carruaje.
Tal vez es mi imaginación o es mi cansancio, pero del carruaje una extraña aura oscura sale como una gran columna de humo asciende hasta el cielo:
Norman: “¿Lo presientes?”
Meridithia: “Sí, hay que tener mucho cuidado…Oda”
Mientras los dos llegan y se suben al carruaje, Qorglor y Antonio observan la situación.
Varias sombras se asoman por detrás de los Goblins que no se han percatado de nada…
***PARTE II***
Dentro del carruaje la tensión no hace más que aumentar:
Rudolph: “Muy bien señores. Dejemos las apariencias, Me llamo Adolph Hitler, supongo que ustedes no son parte de este mundo, así que me gustaría que se presenten…¿porque no comienza usted Fraulein?”
Meridithia: “¿Que te hace creer que puedes hablarme así?” —le respondo desafiante con la vena de mi frente a punto de explotar
Rudolph: “Muy simple…porque…”— se pone de pie— “¡soy el maldito gobernador de este estúpido lugar! — Me toma de la cabeza y la lleva contra la ventana, resquebrajándola e infringiéndome un corte en la frente
Norman: “¡¡Oiga oiga!! ¡¿Que hace señor Rudolph?!— eleva su voz, preocupado por mí, pero con claro temor en su rostro por lo que yo acabe por hacer en respuesta
Rudolph: “¡¡Nein Nein nein nein!!” — Golpea una y otra vez la pared del carruaje— “escúchenme par de estúpidos extranjeros…y a juzgar por sus acentos deben ser dos asquerosos japoneses…vaya problema
Sus gritos se oyen muy fuertes, inclusive los Goblins podrían escucharlos, pero ni siquiera puedo oírlos, algo no anda bien.
Adolph me golpea con la palma de su mano la cabeza de forma abusiva:
Rudolph: “Oye amarillo, despierta que eso no te matara…no aun”
Levanto mi cabeza revelando una ligera pérdida de sangre que cae de mi frente izquierda:
Rudolph: “Así me gusta Fraulein…”— nos mira a ambos con una sobrada soberbia— “vine a este cuchitril asqueroso para encargarles una misión a la Asesina del Rey Jabalí Demoniaco y al Hechicero Arcano, no está a discusión si quieren o no. Lo harán y ya”
Norman: “¿Que te hace creer que lo haremos?”
El rostro de Oda cambia drásticamente a uno serio no por la orden sino por el acto violento que hace momento ocurrió conmigo. Pero por alguna razón también noto que sus manos tiemblan demasiado, como si tuviera a algo realmente siniestro de frente:
Rudolph: “Lo harán ¿por qué? Buena pregunta, tengo trescientos hombres que llenaran el cielo de fuego sobre sus cabezas. Ahora Herr Norman, aquí les entrego un mapa junto con la notificación para la misión. Más les vale hacerlo…o no querrán tenerme de enemigo”
Las puertas del carro se abren y varios guardias nos obligan a bajarnos.
Cuando nuestros pies tocan el frio y seco suelo, levantamos nuestras miradas, vemos a Qorglor y Antonio con lanzas incrustadas sobre sus espaldas y varios soldados intentando darles muerte.
Ante aquella vista desagradable, donde los guardias de Hitler atacan a mis muchachos, sonrío y exclamo:
Meridithia: “¿Van a quedarse ahí? ¿O van a partirles la cara a golpes?”
Detrás de los guardias dos siluetas aparecen como si fueran espectros de ultratumba.
Los dos hombres me miran y les hago un gesto para que se volteen, mientras regreso mi mirada hacia Norman y sonriente le digo complacido:
Meridithia: “Tienes muchos trucos, no es así…¿estratega bastardo? — agrego
Norman: “Puedes llamarme como lo harías a un viejo zorro…pero mis años en este mundo se han forjado con astucia”
Mueve en la palma de su mano dos runas mágicas, que al parecer crean copias de lo que al le plazca. Su funcionamiento se me hace difícil de entender, pero gracias a su plan, tanto Qorglor como Antonio, pudieron impedir sufrir algún daño.
Entonces aquellos sujetos que tan descaradamente atacaron a mis muchachos dan un lento giro y ven a dos Goblins por sus espaldas, con rostros de pocos amigos y saliva desbordando de sus bocas, mostrando también afilados colmillos.
Al verlos tan de repente, los dos Soldados gritan con pánico hasta el cielo…
***PARTE III***
Mientras tanto, Hitler ríe diabólicamente en su carruaje, acompañado por sus guardias y desbordando de oscuridad todo lo que cruza con su transporte:
Rudolph: “Así que esa niña es la nueva reencarnada…decepcionante que sea la nueva estrella de esos estúpidos Ángeles. Oh Señorita Draconia…cuanto anhelo poder verla de nuevo…”—se inclina hacia adelante con mirada seria mientras se deja llevar por sus fantasías— “es una verdadera lástima que no estés de mi lado…y solo busques a los demás reencarnados. Dios sabe cuánto lamentare cuando mi arma esté lista…Señor Demonio…esperare su llamada…”
***PARTE IV***
Como esperábamos, la situación se había hecho muy compleja, no solo habíamos conocido al Gobernador, que es nada más ni nada menos que Adolph Hitler, sino que el mismo bastardo nos ha ordenado realizar una misión que a juzgar por el rostro aun nervioso de Oda, debe de ser de muy alta dificultad.
Mientras caminamos de regreso al campamento, con Norman a mi lado, y tanto Qorglor como Antonio custodiando por detrás, me acerco al Hechicero y le pregunto curioso:
Meridithia: “Dime algo Norman, ¿qué es esa misión? ¿En qué consiste?”
Norman: “Antes de preocuparte por la Misión, ve a tratar tu herida”— me responde con expresión tensa
Cuando llegamos al campamento, los Goblins se nos acercan con muchas preguntas, pero Qorglor separa al Grupo y les dice como todo buen líder:
Qorglor: “¡¡Bastardo!! Escúchenme bien, la Señorita Meridithia y el Señor Mago Bastardo están heridos”
Norman: “Oye oye…no hace falta eso ultimo”— exclama indignado por su apodo de mago bastardo
Qorglor: “¡¡Mañana responderán las preguntas, pero por ahora hay que tratar la frente de la Señorita, y preparar la cena!! ¡¡Muévanse bastardos!!” —gira y mira a Norman— “no señor Norman no se preocupe, usted no es parte de ese grupo de bastardos”
Norman: “Si…Si…ahora por favor…deja de llamarme Bastardo”
***PARTE V***
Luego de comer el delicioso platillo que uno de mis subordinados preparo para todo el grupo, nos reunimos junto al rio y con Norman sosteniendo la Misión, comienza a leerla:
Mision Clase S+, Ir a las Montañas Grises y extraer la piedra Galastasalai.
Descripcion: Desconocida
Precaucion: Tener cuidado con la Criatura Clase Alpha, Golem de Piedra Galastasalai.
Recompensa: 0000Errorx7
Mi rostro al escuchar tal recompensa me hace dudar sobre la clase de Idiota que es el GoberniFuhrer.
A juzgar por la reacción de Norman, este tampoco cree que la Misión sea una ordinaria, inclusive puede ser una forma de que Hitler se deshaga de nosotros, mas aun con lo que ha pasado en el Carruaje.
Sin embargo una Sonrisa muy macabra se dibuja en mi rostro y la de los Goblins, para sorpresa de Norman que solo nos observa con muy mal presentimiento:
Meridithia: “Así que de eso se trata…pedazo de hijo de…”— dejo escapar con un tono deseoso por pelear
Por un momento había olvidado que estaba entre aliados, así que mi reacciono trajo temor inclusive entre los goblins, y un interés de Norman por haber sido Nobunaga, un estratega de renombre.
Me pongo de pie llevándome todas las miradas, y camino hacia el agua que fluye del rio.
Durante unos momentos guardo silencio hasta que suelto carcajadas muy inquietantes, como si fuera un villano sacado de una Novela ligera:
Meridithia: “¿Esto es lo que querías? ¿Bigotón infeliz? Pues…te metiste con el japonés equivocado”— exclamo impaciente por acabar la misión y darle un puñetazo en la cara
Norman: “¿Y que harás? Es decir…¿sabes a donde debemos ir?” — se me acerca curioso por la misión
Meridithia: “Pues claro…son…montañas…color gris…¿no?” — le responde nervioso pero intentando sonar convincente
Norman: “¿A caso eres idiota?” —se pregunta preocupado
Mientras me observa muy preocupado por mi inexperiencia en este nuevo mundo, un pensamiento se cruza por su mente como un destello de luz:
Norman: “Es posible…quizás…¿este pensando en usar la Misión como excusa para golpearlo? No, no, sería imposi…”— su rostro muestra una evidente preocupación— “el…ya tiene esa intención desde que nos conocimos…si este niño hace algo, puede arruinar los planes…debería detenerlo durante el viaje contándole todo…es el peor panorama posible para la situación
Meridithia: “¡¡Norman…Norman!! ¡¡Holaaaaaa!!”
Norman: “Oh, perdón es que estaba pensando cosas”
Meridithia: “Sí, bueno. Quiero que planifiquemos todo para mañana”
Norman: “¿Mañana?” — Norman
Meridithia: “Sí, porque mañana partimos tu y yo a las montañas grises”
Norman: “Ah, claro que si…”—sus ojos se abren de par en par y lanza un grito— “¡¿Qué, que?! ¡¿tan rápido?!”
Meridithia: “Si, no esperare mucho tiempo mas para matarlo jodidamente a golpes”
En ese momento Norman había comprendido algo, y es que Yo no pregunto si puedo hacer o no tal cosa, yo las hago…y todo lo que resulte será porque lo quise así, porque todo formara parte de mi plan.
Ciertamente el rostro de Nobunaga hace que sienta ganas de reírme mientras me burlo, pero necesito su ayuda más que nada, y me podría ayudar para entender mejor este mundo tan extraño del que no sé nada.
Necesito superar esta Misión…y averiguar qué ha pasado con todos esos niños del pueblo Portuario…
Que Inicie la Misión Clase S+…¡¡PATEARLE EL TRASERO AL FUHRER!!
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