Straight THE DawnSky -Mercy(Less) Hunger- - 01
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Erase la mañana de aquel mes cuando las nubes de la primavera comenzaron a surcar el cielo muy calmas desde el horizonte sur, provenientes del continente de Beirut del Norte.
El clima comenzaba a ser cálido y fresco a la vez, muy adecuado para los cultivos que abundaban los campos de fuera de la ciudad del reino de Akkar, una ciudad muy prospera rodeada de una gran muralla de piedras calizas y embellecida de cuarzo y granito.
Los canales de regadío eran increíblemente extensos las cuales llevaba el agua potable tanto para las áreas de cultivo y para suministrar las pozas de agua que los citadinos recogían a muy tempranas horas. El agua era sumamente cristalina pues venía de aquella montaña milagrosa, el monte de Baqaa, que estaba muy próximo a un hermoso valle donde los pastizales brillaban cuales estrellas diurnas luego de la lluvia o con el mismo espejismo del agua.
La ciudad central del reino de Akkar, un pueblo grande pese a su apariencia ligeramente modesta, casas de máximo tres pisos de fachadas color blanca pues eran pintadas con un producto hecho de cenizas de un volcán lejano, aunque en realidad esto se debe a una tradición por parte de los citadinos, que dicho color los protegería de ciertas maldiciones o amenazas de los dioses malignos lejanos, es cuestión de asumir que dicha creencia popular sea efectiva.
Al recorrer los campos de cultivo, marcaban a simple vista apreciar una bendición cada rincón de los productos, frutas y vegetales de alta calidad brotaban de la tierra.
¡Verdaderamente este reino era bendecido por su tierra de cultivo!
¡Oh benditos sean esos deliciosos productos que salían a ver la luz del sol para emprender un viaje con destino a la ciudad con manos cariñosas y gestos felices por la belleza de cuan provechosos serían, entre la apariencia y el sabor de estos, indudablemente qué bendición es tener esos productos en la mesa del hogar, sería un engaño el negar tal maravilla de estos frutos!
- ¡Vengan, vengan, compren sus deliciosas manzanas, contemplen la belleza de cada una de estas gemas, vean que resplandecen cual rubí en la palma de la mano!
- Adquieran sus deliciosas espinacas, tenemos en abundancia… ¡Pasen, pasen! Y llévense este producto nutritivo, verde vivo como la naturaleza en su esplendor, ¡Su familia agradecerá este vegetal bendito!
Podían oírse a diestra y a siniestra los comerciantes desde sus puestos de venta animosos en ofrecer sus productos.
Hubo aquel joven gozoso de cabello lacio y marrón oscuro vestido de forma sencilla con sus atavíos de seda y un modesto pendiente en su oreja derecha que recorría el mercado ambulante mirando a diestra y siniestra con todos sus sentidos activos; Por cada lado veía atentamente joyas, artefactos, telas preciosas y sobre todo los puestos de comida callejera.
Su olfato seguía cual cazador atento a su objetivo en medio de la muchedumbre, y se acercaba hacia los vendedores que estaban muy activos.
- Buenos días, por favor deme un paquete de lo de siempre.
- Como no, joven Milos. Aquí el atado de verduras y el pedido de hortalizas que solicitó hace tres días, encantado de servirlo.
- Muy agradecido. Tenga un venturoso día.
- De igual manera.
Milos, un joven que veía con gran pasión los puestos de comida que había en el mercado, estos eran por sí sus sitios favoritos. Su olfato era tan fino que percibía los aromas tan sutiles de cuando un plato de comida está a punto de ser servido, además su visión captaba las texturas de todo complemento mientras se deleitaba en saborear cada bocanada.
Mientras tomaba una de las hortalizas que acaba de comprar, era una zanahoria y empezó a olerla y ver toda su textura de cabo a rabo pues era sin lugar a duda un experto en temas gastronómicos.
- Es perfecta… Muy bien, serás una pieza de arte, cada centímetro de ti será parte de un delicioso manjar. – Decía esto tan convincente pues sus palabras, así como sus acciones reflejaban lo diestro que era al momento de cocinar, era todo un apasionado en la cocina.
- ¡Hey, Milos!… ¡Ven aquí!
- Ohh…Señor conserje, ¿Qué se le ofrece? – Milos le contestó.
- Solo acércate muchacho….
Era un hombre más o menos de mediana edad que lo llamaba, pues estaba con sus compañeros de trabajo en la hora de almuerzo cerca de un puesto de comida elegantemente cubierto de un gran entoldado rojo que hacía armonía con la ciudad y la presentación de los platos recién elaborados.
Un espectáculo suculento se podía contemplar, en cada rincón exhibían ollas con caldos recién hechos que desencadenaba el calor tras las tapas además de su característico aroma, carnes asadas que serían rebanadas para acompañar al caldo o algún otro pedido, y otras bandejas con muchas verduras frescas y picadas.
Los comensales disfrutaban sentados del buen comer entre sorbos con gestos de deleite y platicas de todo tipo.
- Ven, acompáñanos, es la hora de comer. – Alegremente decía un hombre invitando a Milos.
- Muy bien, muchas gracias.
- Ehh… No te contengas – Agregó aquel trabajador – Eres un trabajador muy destacado, pide lo que desees. Esta vez te pagaré el total de la comida.
- ¡Oh, no es para tanto! – Milos algo nervioso les contestó.
- Pero, ¡Milos mi muchacho! – Aquel hombre le insistía gozosamente. – Tus creaciones valen mucho más de lo que hacen los puestos de aquí, deja esa modestia por un momento y disfruta el momento.
Era un tiempo para hacer aparte toda clase de modestia, aunque tenía razón, Milos es un joven prodigio en la cocina, tiene un talento envidiable al momento de cocinar, como si se comunicara con alma y espíritu con cada producto.
Según él era para pedir con la mayor de las gentilezas el elixir del sabor, así es, cada plato que él cocina, es una sinfonía de sabor y delicia.
- Bueno, de acuerdo. Por favor deme un plato de Balila y una porción de Falafel recién horneado. – Milos sin vacilar solicitó su pedido para
- Muy bien, anotado su pedido, tenga y muy buen provecho.
- Gracias… ¡Buen provecho!
Inmediatamente recibió en sus manos dichos platos para hacer compañía al almuerzo de aquellos hombres. Mientras degustaba su comida, podía de algún modo sus sentidos percibir cada uno de los ingredientes y analizaba la forma cómo lo hicieron, e incluso se aventuraba mentalmente en encontrar una manera de mejorar la textura de cada sabor.
Según Milos es una estrategia que aplica para ayudar a los cocineros locales, muchos de ellos en muestra de gratitud le pagan generosamente con algunos de sus productos y animan para que pueda llevar a otros sitios sus técnicas culinarias, pero el suele pensarlo dos veces antes de aceptar dichas propuestas.
- Está muy delicioso, señora, ha mejorado en su
- ¿De verdad? Agradezco sus – Le respondió de manera muy complacida la señora que repartía los alimentos muy complacida ante sus palabras halagadoras.
- Al momento de probar cada comida, la cuestión es encontrar cada sabor o aroma de manera original – Añadió Milos – Recuerden que no es necesario imitar otros estilos, cada uno puede
- Sabías palabras tuyas, Milos – Respondió uno de los trabajadores.
- Bueno, así siempre me he destacado, desde niño aprendí poco a poco y le encontré el gusto.
- Claro, muchas veces identificamos cuando tenemos un plato que sencillamente sabe o huele rico, y nos hacemos fieles a
- En efecto, cada plato puede incluso transformar su esencia, aprendí que no existe comida horrible en el mundo, la manera en que un alimento pierda el gusto es porque este mismo pierde el sentido de su esencia que es trasmitir sabor y – Añadía estas frases con mucha inspiración – Si no existe esa comunicación, cualquier ingrediente es ajeno a llamarse alimento, pues la razón de ser llamado así es porque busca adentrarse a nuestros sentidos.
Según Milos tenía bien en claro que para el verdadero disfrute de las comidas no solo en nuestro gusto, sino en todo nuestro cuerpo que lo procesa por completo y más hacia el alma, si lograse alcanzar una plena comunicación con el alma, entonces es plenamente un manjar.
De verdad, Milos era convincente con su filosofía en trasmitir el verdadero sentido del alimento, para él toda comida es una pieza de arte magnificente. Fue así que junto aquel señor y sus compañeros de trabajo siguieron muy gozosos en disfrutar esos potajes que desprendían un suculento aroma y brindaban junto con él como para olvidarse de toda preocupación.
— 02 —
- ¡¡Salud por Milos!!
- ¡¡Salud por el emprendimiento de su cocina!! – Alegremente alzaron los vasos para
Se hallaban todos felices en aquel momento de almorzar, y sobrios aun, parecía un tiempo que no iba a terminar entre comida y bebida. Las risas y algunos chistes de por medio también adornaron la situación pues era una auténtica celebración, Milos estaba también sonriente.
Terminaron de comer y el mercado seguía activo.
- Ahhh… ¡Pero qué delicia!
- En verdad sí, muy agradecido, señor
- Muy buen momento que hemos disfrutado, pero guarde un poco los
- Cierto…No sé si te refieres del eructo… – Con cierta sonrisa en el rostro le dijo esto a
- …Ah…pues sí, mejor sea algo – Milos le responde.
- ¡Muchacho! ¡Siéntete libre!
- ¡Jo!… No me queda de otra… – Con cierto reparo contestó
Dio un ligero eructo, según la tradición de este pueblo es la manifestación que la comida estuvo muy deliciosa y también que estás bendiciendo al negocio, y las leyendas señalan que cuan mayor sea tu expresión, mayor es tu bendición.
- Conserje, muchas gracias por la comida, tengo que seguir mi camino, debo llevar las hortalizas al negocio
- Oh…De acuerdo, nos vemos mañana,
- Sí, estaré allí. Hasta
Inmediatamente ambos tomaron caminos opuestos, mientras el conserje se retiraba con sus colegas, seguramente a volver su oficina de trabajo que es una fábrica de telares finos, se dedica a producir vestimentas muy elegantes para los reyes de otras regiones. Dicha empresa es una de las más selectas tanto por muchas familias adineradas, sin lugar a duda es una excelente promoción.
- Bueno… Hora de retornar al hogar pues me espera una deliciosa
«Esta zanahoria junto a los filetes de carne quedará una delicia, lo juro.»
Milos marchaba pacíficamente a su hogar pasan por las calles muy confiado.
Se sentía más que seguro y satisfecho por su habilidad de cocinar deliciosos platillos, empezando por su familia pues ellos son los primeros en degustar sus creaciones.
Realmente este muchacho es como algunos aldeanos, o mejor dicho, los extranjeros de las tierras lejanas de Beirut del Norte, “Un dios de la comida hecho hombre”.
- ¡Milos, Milos! ¡Qué gusto encontrarte!
Una voz suave tomaría lugar, mientras alguien se iba acercando a Milos, capaz era alguien muy cercano a él.
- Oh…Hola Zenie, qué coincidencia, ¿Ya que terminaste tus deberes?
- Pues claro, justo me dirigía a entregar otro pedido de fármacos al hospital que está a unos cinco minutos, de paso atender unas solicitudes de los doctores de
Durante su camino en medio de las calles comerciales de Akkar, se cruzó en buen momento con una jovencita de cabello corto hasta el hombro con la tonalidad azabache claro, como si se tratara de un carbón entrando a la fase de una gema preciosa, que surcaban la armonía con radiantes ojos castaño que llevaba una tiara celeste que hacía juego con su vestido de tela fina, tan radiante que confundiría en ver una estrella surcar en la luz del día.
- Wow, pensé que eras tú la que ibas a estar de – Le contestó Milos.
- Uhmm… Pues no, el doctor encargado del hospital me dijo que por lo menos por un mes tendré pocas labores, una vez que termine este encargo, quizá entre de – Zenie le responde.
- Sería estupendo que te dieran vacaciones, te lo
- ¿Lo dices en serio?
- Desde luego…
Evidentemente para Milos eran muy buenas noticias, cada vez que ve el rostro jubiloso de su amiga Zenie le hace el día más satisfactorio, algo que para cualquier muchacho junto a alguien de confianza pueda reflejar.
- Eso veremos… Justo debo ir de prisa al hospital central, antes que el analgésico artesanal que elaboré pierda su efecto y lo haga todo de nuevo.
- Ahh… ¿Tan así?, No te vayas a exceder….
Con expresión jocosa dijo esto Milos a lo que sonrojaría un poco a Zenie, pues se trataba una de sus bromas insinuantes referente a los farmacéuticos, daría a entender que su enfoque era algo distinto, muy ajeno a la salud desde luego, que hace volar. Zenie es muy atenta a su trabajo al tratar de hacer farmacéuticos, no tolera fácilmente errores.
- Oye, no para nada, dime cuándo habría hecho eso alguna vez…
- Ah, nunca la verdad. Solo decía por el tema de las cirugías que muchas veces te solicitan, y a veces me pongo a pensar si de verdad debe sentir dolor o no durante el trabajo.
- Realmente no, los analgésicos artesanales relajan los nervios, y sumado a un poco de Gyadantis, la técnica que me enseñaron cinco meses atrás, las operaciones son exitosas, esto incluye si tuvieran que realizar
- Ehhh…. Esto se merecería un premio.
No dudo en hacer tal cordial ofrecimiento, que cualquier se sentiría alagado.
- Ah, con ¡Estaremos en contacto!
- ¡Cuídate y suerte, Zenie!
- Igualmente,
Entonces la jovencita enfermera, siguió su camino llevando consigo su material en una canasta, iba de prisa pues los analgésicos artesanales como bien mencionó podrían perder su efecto y no ayudar mucho en las operaciones quirúrgicas.
Milos caminaba mientras olía un pequeño racimo de hortalizas la cual era un puñadito de hojitas de perejil, pues lo alzó y ondeándolos ligeramente veía como se formaba algunas sombras conforme pasaba la luz del sol.
- Oh vaya, que delicia de perejil resultará. Hmm… – Meditaba Milos en el camino – Ese olor que percibo, es el proceso en que quiere comunicar algo…
En ese rato, él mismo podía ilustrar a las verduras como el perejil nacían desde el fondo de la tierra y eran extraídos por los cultivadores.
Para Milos, esas ilustraciones son constantes y significan mucho para entender el significado de las frutas y verduras, pues según encuentra en ese espacio de comunicación como puede innovar algo en sus recetas o forma de preparar alguna comida.
- «Ahh… Esta vez la cocción será muy suave, para que la textura de las hierbas no combine demasiado con la carne, le daré mayor prioridad al sabor de la carne y luego con el aroma del perejil por separado». – Añadió Milos – ¡Muy bien, ese será mi labor de hoy!
— 03 —
- ¡Ya regresé!
- ¡Bienvenido a casa Milos!
Fue el primer mensaje que recibió por parte de sus padres que le esperaban en la modesta sala del hogar.
Estaban sentados uno leyendo un diario acerca de las noticias, y su madre realizando zurcidos a una capa que estaba algo agujereada, presuntamente era de un soldado que haya recibido estocadas de espada en alguna batalla, desde luego su madre es una costurera muy talentosa.
- Madre, padre. – Dijo Milos muy ansioso – Prepararé la cena como les mencioné, será algo
- Uhm…Todo lo que haces es delicioso, desde que eres niño has tenido esa pasión. – Le contesta su
- Exactamente hijo, algunos talvez podrían envidiar tu don de cocinar tan delicioso, ese potencial que, a decir verdad, es único en esta
- Podría ser, aunque siempre existe alguien más talentoso, eso muchos
Mientras dejaba las cosas en la cocina, agregó.
- Muchos pueden decir que yo soy el maestro, aun así, creo ser el alumno de alguien, me gustaría encontrar al verdadero maestro sobre estas habilidades en la gastronomía.
- Desde luego, es hambre del
- Así es padre,
- Mi hijo es muy talentoso de
- Bueno… Seguiré en la cocina, esperen por
Una vez que se dirigió al ambiente listo para poner en marcha su cometido de preparar algo delicioso. Primeramente, sacó un paquete de filetes de carne fresca, luego puso a un lado los ramos de perejil, y las zanahorias seguido de otras especias que habían en la cocina.
- Excelente, dime carne deliciosa, trasmíteme tu inspiración por
En eso, Milos toca uno de los filetes de carne mientras con delicadeza surcaban con uno de sus dedos por los contornos para así tantear con sutileza la textura y calidad de la carne.
Era una técnica peculiar donde encontraría el punto exacto para realizar algún corte o seguir una manera de prepararla.
Hubo una ligera meditación mientras su dedo seguía surcando los contornos de la carne hasta que finalmente hallaría una respuesta, aquella respuesta que sería como que si las vacas trasmitieran un mensaje gentil o de piedad antes de ser transformados en algo comestible.
- No te preocupes, finalmente te entiendo, estás en buenas manos, no tienes por qué defraudarte, tu esencia sigue pura como
Fue así como cogió con determinación el cuchillo preciso para realizar cortes que no maltraten la fibra de la carne.
Con movimientos muy sutiles y mucha dedicación se propuso a realizar su tarea culinaria, para ello no se trataba de cortar y despedazar sencillamente un trozo de carne, sino que era transformarla según su última voluntad que trasmitiera en aquel momento. Los productos al momento de ser consumidos tienen una última razón de existir, y ese es el transferir la mayor cantidad de sabor y nutrientes según estos otorguen al momento de ser cocinados.
Milos entendía muy bien todo ese proceso, pues tanto el frio y calor cuando se aplican, depende la forma como haya empatizado.
La carne tenía la voluntad final de ser algo jugoso y rico en nutrientes, formándose un guiso con una salsa muy bien pronunciada, y los vegetales eran el complemento, estos transmitían que darían paso a que la carne misma sea la protagonista.
- Te entiendo, eso es lo que viviste…. Cumplí tu
Milos resolvió que la carne misma ya había transmitido que su vida anterior estuvo llena de sufrimiento, estaba perdido y desorientado en los pastizales que fueron saqueados, y estaba sola, que el destino podría jugarle algo sucio en contra de su voluntad. Con ello haría terminar ese ciclo de sufrimiento, otorgando con mucho agrado el máximo valor de sus nutrientes.
- ¡Listo! Esta salsa está muy bien pronunciada, seguro les van a
- Excelente Milos, ya vamos a
- Muy buen provecho.
Ahh…. El momento sublime de una cena familiar, compartir una delicia entre platicas, experiencias y demás cosas, armonía que no debe ser detenida.
Es realmente un placer de disfrutar los alimentos.
- Cuéntanos Milos, sigues en comunicación de los
- Desde siempre padre, es mi
- Uhmm… ¿Nunca creíste que eso sería algo curioso?
- Para nada, es más, ¡Quiero llevar hasta el límite este don, donde puedan apreciar el verdadero mensaje del buen comer!
La madre de Milos, mientras comía lo que había en el plato, comenzó a tener un sentimiento de preocupación, lo que muchos llaman, intuición materna.
Tenía una ligera corazonada en ciertas respuestas de su hijo cuando enfatizaba mucho sus respuestas en base a la carne.
Podía ver una especie de cariño nada normal, hasta cierto modo era algo inquietante ver como alguien puede reafirmar la potencia de la carne muerta, ignorando que al comer cambia completamente su concepto, era cierto pues ya lo conoce desde mucho tiempo, y como toda madre quiere lo mejor para sus hijos.
- Milos, de verdad está muy deliciosa la textura de esta carne, ¿Dónde es que has conseguido? – Preguntó su padre.
- .. Pues como siempre en el mercado central de Rahabia, donde está el dueño de las tiendas de vestidos de seda.
- Ah…cierto.
- Y sí, hoy me crucé con él y fuimos a En verdad debo confesarles que la señora del puesto de comida que fuimos ha mejorado su técnica de preparado – Reafirmó esto con mucho ánimo.
No obstante, su padre se imaginaba algo entre sus palabras, estaba por surgir alguna pregunta necesaria para quitarse cierta inquietud que le vino en mente.
- Es verdad que muchos cocineros tienen su toque de sazón al preparar algo delicioso, le ponen mucho amor….
- …Pero existe algo más, y es lo esencial – Interrumpe Milos con toda firmeza – ¡Claro que sí padre!, lo esencial es que deben comunicarse con el alma de los alimentos, y generosamente cumplir la última voluntad de Así ellos te darán las propiedades en sabor y nutrición.
- ….¿Estás seguro, Milos? – Cuestionó su padre.
A pesar de ello, la expresión de Milos era totalmente cierta, muy claro y convincente era su fundamento.
- Desde luego padre, el día en que todos los cocineros puedan leer y comunicarse con el alma de los alimentos para cumplir su última voluntad, será el tiempo que encontraremos delicias auténticas, ¡Tenlo por seguro!
Y sí, desde luego Milos no se desligaría de su cometido en llevar al máximo su potencial a todas las fronteras del Mundo Real o incluso al Mundo Astral, creando el manjar para los dioses.
Comments for chapter "01"
QUE TE PARECIÓ?
Todo un crack en la cocina el dios Milos
Y sí todo un chad en la cocina XDD
Gracias por tu apoyo!!