Straight THE DawnSky -Mercy(Less) Hunger- - 05
— 01 —
Durante una conversación que al parecer se tornaba interesante, hubo un momento que comenzó a tornarse tenso, mientras la mujer de aquella ocasión quería ver el cuello de Milos, pero tramaba algo sospechoso en cuando activaba esa runa con la finalidad de aplicar un ataque posiblemente letal.
— Milos, no tienes que temer… Solo quiero ver tu cuello.
— Pienso que no debería, pero bueno… Adelante.
Entonces en presencia de Zenie, desabrochó unos cuantos botones del cuello de su camisa para que pudiera ver alguna marca en particular.
Estuvo observando fijamente mientras el poder de la runa seguía activo, en cualquier momento podría ocurrir lo menos esperado sea perdonarle la vida o cortarle el cuello o la cabeza, nadie estaba seguro sobre qué podría suceder.
— Ya veo, entonces no es de lo que me temía.
— ¿Q-Q-Qué cosa?
— Sucede que no tienes ninguna marca de peligro, al menos eso te puedo decir.
— Yo también me preguntaba lo mismo.
Era que Milos desde hace mucho tiempo en su cuello por la parte derecha tenía una especie de marca en forma de “Q” rodeado de un lunar profundo.
Algunos creían que es una especie de emblema por parte de los Dioses Supremos o por sus descendientes, es decir, aquel que posee una marca así es considerado un “Elegido” que sus poderes igualarían a la de un dios, es posible que seres poderosos estén interesados en extraer la fuente de dicho poder.
— No es nada malo, en realidad ese es el distintivo que te hace único sobre ese poder, solo mencionaría que lo utilices con un poco más de sabiduría.
— De acuerdo.
— Es más, quizá nos volvamos a ver en Carintia, y en el mejor de los casos iré a la ceremonia de gala organizada por el rey Gladan.
— Sería un honor que nos acompañes.
— Igualmente. Bueno, tengo que retirarme pues debo realizar unos deberes y descansar un poco, al parecer mañana temprano llegaremos a Carintia, la corriente del mar está de nuestro lado y ha facilitado significativamente el viaje.
Justo cuando se estaba retirando la mujer, Zenie le pregunta inmediatamente.
— Antes que te retires, por favor dinos quién eres, en verdad queremos confiar en ti.
— Está bien, pero primero no tienes que ponerte a la defensiva. No es necesario conmigo en ninguna ocasión.
— Lo anularé.
— No tengo un nombre en específico, he odiado mi nombre, pero gustosamente me identificaré ante ustedes.
Llámenme la Bruja de las Sakuras.
Esto lo dijo activando la runa que tenía en su mano haciendo un espectáculo de hermosas y radiantes pétalos de flor de cerezo, sakuras. Y definitivamente esa era su identidad, al menos es lo que ella quiere dar a conocer, cualquiera estaría convencido al menos.
Sin dudar más procedió a retirarse con dirección a los pasillos que conducen a las habitaciones, al parecer no resultó ser una persona tan misteriosa como se creía al inicio, pero dejó en evidencia que la habilidad de Milos guarda un misterio que muchos envidiarían y darán todo por obtenerlo.
— Zenie, ¿Tú también pensabas algo así de mi habilidad?
— ¿Cómo así?
— En que las cosas que tocaba podían ser transformadas por obra de magia de viento, eso también me gustaría saber más a fondo, es extraño que mis padres nunca me comentaron algo al respecto.
— Uhmm… Desde que comencé a estudiar enfermería recordaba que un profesor de cirugía me explicó que el empleo de la magia de viento viene del dios Azathoth, pero ¿Acaso daría a entender que él es quien creó los vientos?…
En verdad es confuso.
— En parte pienso que es confuso, si en las escuelas enseñaron que los Dioses Supremos cuando tienen sus descendientes, estos se convierten en dioses, y por ello debe existir algún dios del viento presente en este mundo al cual me explique alguna razón, si es el caso que uno de los poderes o consecuencias de poseer dicha habilidad es el de “Sufrir hambre”, si bien he podido en palabras precisas dominar el viento en forma de aumentar las propiedades de un utensillo de cocina y maximizar toda la materia que toco y más cuando se trata de algo comestible.
— Es cierto, las carnes que tú has usado siempre he creído que es de alta calidad, y las más costosas.
En eso Milos, baja un poco su cabeza como queriendo decir algo que tenía guardado desde hace mucho tiempo.
— Zenie, te tengo que confesar que muchas veces de esa carne que utilicé fue de dudosa procedencia, me arriesgue a utilizarlo para preparar comida, todo empezó aquel tiempo cuando mi familia y yo salíamos de la pobreza que afrontamos, pero una vez que conseguía esa carne lo toqué y comencé a sentir la comunicación directa entre su voz remanente, o mejor dicho su Última Voluntad, eran voces que constantemente susurraban entre sonidos de agradecimiento como sonidos de furia y desesperación, y una vez que mis manos lo tocaban, se transformaban en algo mejor, incluso hasta la carne o productos en mal estado y en todo su proceso de descomposición, voluntariamente aceptaron que los restaurase y luego de eso los comimos sin ningún problema. Al final todo era delicioso.
— ¡Pero Milos!… ¿Cómo es posible que la carne podrida pueda ser restaurada? Si es materia muerta no merece repararse, eso se descarta…
— Lo sé, pero mi habilidad me ha dado esa fortaleza, sería en vano que la desaproveche.
Zenie tuvo una sensación de extrañeza sobre qué cosas haya hecho él a través de los años, poniendo en duda si realmente él utilizó siempre materiales que supuestamente no estaban listas para el consumo humano.
Era como si a cualquiera le diesen un plato de comida que aparentemente se ve exquisita, pero en el fondo sea todo lo opuesto, sea carne podrida, o en algún estado que perdería completamente sus propiedades de delicia.
Todo experto en cocina a primera instancia lo rechazaría. No obstante, Milos ha logrado hacer maravillas, la cual es poco creíble a pesar de saber la verdad, a cualquier consumidor corriente sencillamente causaría náuseas y vómitos y cuantas enfermedades producto de haber comido basura.
— 02 —
Sabiendo que estaban en un momento que la pasarían juntos, sería riesgoso en echar a perderlo todo debido a una confesión poco agradable con respecto a la comida.
Habría que admitir que Milos realizó milagros y no ha habido consecuencias que lamentar, al menos eso es lo que tenemos muy presente.
Las luces del escenario se encienden y se da inicio al espectáculo diario que ofrecen en el barco.
— ¡¡Muy buenas tardes, damas y caballeros!! Sean bienvenidos a este maravilloso barco y disfruten del show…
Comenzaron a salir diversas presentaciones como musicales y en eso aparecen algunos números artísticos relacionados a la comida.
Se presentó un tipo jocosamente vestido de un chef con ingredientes desperdigados en la mesa; Sería dudoso en creer si se tratara de alguna actuación humorística sobre la gastronomía, aunque podría sonar una clase de broma de mal gusto para Milos.
— Hey, hey, hey, miren lo que está pasando… No puede ser…. Es increíble porque estas comidas están hechas con aceite quemado.
— Idiota, no es aceite quemado, es aceite de motor de chatarras, estás mal de la cabeza.
— Oh dios… No sé por qué pero de algún modo me ha parecido delicioso.
— No tarado, qué se te ocurre a decir eso, ni siquiera mi abuela comería semejante cosa, anda, ve y arrójalo al retrete.
Parte de la audiencia comenzaba a reírse de las estupideces que representaban ese show, eran payasadas sin lugar a duda.
— Ahh… Oye oye.. Pero lo que no sabes es mi especialidad.
— ¿Sí? Después de las porquerías que me hiciste engullir…
— Ahh… Pero igual responden muy sabroso, sabroso, sabrosito.
— ¿En serio?… A ver, enséñame la dichosa magia, pero igual huele feo.
— Feo huele tu abuela.
— Ya mira como lo hago.
— ¿Como lo haces?
— Primero córtame esas verduras y esas salchichas.
— Bien, un momento, entonces lo agarro y…
— No no no no no… ¿¡Quién demonios te dijo que agarres de esa manera!?
— Ahh…Idiota casi haces que me corte los dedos y las tripas.
Ya cállate y observa bien, lo que hará magia es así, sigue conmigo al son del compás:
Hazte más delicioso, uno, dos, tres, con mucho mucho amor ♥
— Ahh… ¿Así es como lo haces?
— Hazte más delicioso, uno, dos, tres, con mucho mucho amor ♥
Mientras apreciaba el show, Milos se sintió muy incómodo, parecería como que ese espectáculo ha sido planificado adrede para jactarse de una broma de muy mal gusto, pues le ardía el pecho de la rabia contenida, y podría desencadenar en una reacción inesperada hacia aquellos cómicos, tuvo que esforzarse para no actuar.
— «¿¡Qué se han creído esos hijos de su madre!?, juro que si me topase con ellos los mataría… Desdichados sean»
Evidentemente había malicia en sus bromas pues logró percibir de sus rostros unas ligeras sonrisas siniestras, cada broma que hacían se notaba claramente que dirigían su mirada hacia la mesa donde estaban Milos y Zenie. Definitivamente era un espectáculo de mal gusto.
— Muchas gracias a todos por su atención, que se hayan divertido y muy buen viaje.
— ¡¡Y buenas noches….!!
Milos decidió alejarse del lugar con una mirada bastante incomodada por el momento que parecía una broma de mal gusto.
— Milos, ¿Qué sucede?
— […] No es nada importante.
— Se te ve tu expresión, Milos de verdad te pido que cambies un poco tu expresión.
— […]
Efectivamente tenía los ceños fruncidos que destellaba rabia de sus ojos como si se tratara de un asesino hambriento de muerte, ansias de atacar a su víctima. Sin lugar a duda, parte de ese desagradable momento de aquella voz acosadora se hizo realidad.
Sus ojos reventaron de tal sentimiento de ira que estaban perturbando su anhelado momento de pasar un tiempo tranquilo, las circunstancias se volvieron incomodas.
— Milos, mírame.
— Zenie…
— No permitas que las circunstancias te turben, estamos a poco tiempo de cumplir uno de tus anhelados sueños, no dejes que patanes deshagan los buenos momentos, tú debes vivir feliz, yo estoy feliz contigo.
— Pero Zenie…
— Descuida, esas cosas del pasado ya no te culpo, y si tuviera que sentirme mal por ello, preferiría no que estos suceden jamás hubiesen ocurrido, ni haber conocido a los que involucrarían esos malos momentos. Milos, eres realmente muy importante para mí.
Zenie mirándole fijamente con ternura y tomando de su mano hacia su pecho se recuesta.
— Estemos juntos siempre, aun que suceda algo estaré siempre dentro de ti en alma y esencia. Eso no lo dudes.
— Yo también daré todo por protegerte.
— Me hace feliz lo que me dices, aun lo que experimentamos quisiera que perdure, aquella noche, esa muestra de gratitud, y el viaje que estamos, nada de esto quisiera que termine.
— También pienso lo mismo, Zenie.
Fue otro momento inolvidable que compartieron tiempos privados el uno al otro, el deseo de que el tiempo fuese eterno era un constante frenesí.
Los placeres de la vida que cuerpo y alma se conectan, amor y pasión se traducen en sentir compresión, consuelo y definitivamente esas palabras “Compartir sentimientos mutuos” hacen mella en ese momento, mientras la luna resplandecía cual espejo junto al mar y las estrellas.
— 03 —
— Milos, Milos, despierta… Hijo.
— ¿Padre?
— Sí, soy yo. Quiero decirte que tu madre y yo estaremos siempre dentro de ti en alma y esencia.
— Yo también los quiero, a pesar que estamos distantes.
— Sí, cuéntame cómo te está yendo este tiempo con Zenie.
— Muy bien, hemos compartido muy buenos momentos, desearía que jamás terminasen, que esos tiempos sean eternos.
— Hijo, muchas veces desearemos cosas que duraran por siempre, pero que tan seguro estamos si podemos sostener ese anhelo, poder hacer que el presente sea eterno y que podamos unificarlo sin mirar pasado ni futuro, solo exista el presente, pero es una utopía, los deseos anhelados se viven al máximo pero llegará el momento en que se convertirán en experiencia, muchas cosas que hayas vivido, tocado, sentido quedan en el recuerdo, y ello puedes atesorarlo como algo precioso.
— Cierto padre, esos momentos agradables cuando elaboraba grandes obras de magia con los productos alimenticios como la carne y las verduras, era extraordinario sabes.
— Sí, hijo.
— Pese que habíamos comido cosas que posiblemente nos enfermarían, pero estamos vivos, somos más que humanos, una maravilla de seres humanos.
— Talvez tengas razón, pero recuerda que en tus acciones debe haber humildad sobre con quienes te diriges, y piedad sobre las personas con quienes influyes. Ten en cuenta siempre sus sentimientos.
— Así es padre, Zenie está conmigo, talvez estén orgullosos si formamos una familia. Prometo que seremos una familia grande y llena de felicidad.
— Eso también espero, hijo.
El cielo del amanecer atraviesa cada rincón del barco y comienza a emitir una señal.
El aviso era que están próximos a llegar al destino, el reino de Carintia.
— Zenie, buenos días.
— Ohh… Milos buenos días, ¿Te sientes mejor?
— Mucho mejor. Oye y eso que teníamos dos habitaciones separadas…
— Jejeje, oops sí. En fin, si es todo gratis no hay problema, no hay desastre alguno.
— Desde luego, no hemos causado ningún desastre que lamentar.
— Ok, vamos a alistarnos, hemos llegado a Carintia.
— Te veo luego, el clima ya comienza a sentirse caluroso.
— Sí, vamos a ir por unas bebidas, ¿No?
— Excelente idea, Zenie.
Enseguida se retira de la habitación Milos para ir a la suya, a empacar todo y estar presentable, pues llegaron al destino.
Apenas podían ver por fuera del barco, se veía acercar a una vista playa muy concurrida, palmeras y balnearios y una ciudad espectacular donde las casas eran de dos o tres pisos, los techos eran modestos debido a que ese lugar estaba en la temporada de verano y el ambiente es caluroso.
La interlocutora que anunciaría el arribo del destino comunicaría.
— Pasajeros del Carintia Luxury Plus, acabamos de llegar a nuestro destino, el reino de Carintia, reciban la cordial bienvenida a esta tierra paradisiaca. Recuerden bajar con mucho cuidado por la plataforma, y disfruten de su estadía en la ciudad, será hasta otra oportunidad.
Milos finalmente sale de su habitación contemplando el panorama de la ciudad mientras el barco encallaba en el puerto.
Los pasajeros poco a poco salían a dirigirse a la plataforma.
— Bienvenidos a Carintia, esperemos que el viaje haya sido de su agrado.
— Sí muchas gracias.
— Por favor diríjanse por este camino para la salida del barco.
— De acuerdo.
Una vez que bajaron de la plataforma, registraron su ingreso a la ciudad, ingresaron sin mayor problema en el portal del reino.
Los comerciantes y turistas entraban y salían, se notaba que era un reino con mucho movimiento, era espectacular sin lugar a duda.
— Milos, ven vamos a tomarnos una fotografía de recuerdo.
— ¡Como no!
Fue así que comenzaron a florecer los buenos momentos entre ambos como pareja, Zenie disfrutando de este momento tan gratificante.
Siguieron recorriendo la ciudad entre paisajes vistosos con muchas cosas por comprar.
— Ahh… Señores Milos y señorita Zenie. ¡Aquí! ¡Aquí!
— Ohh… Alguien nos están llamando, ¿Quién será?
— Me suena algo familiar esa voz.
Decidieron seguir la dirección de aquella voz que los llamaba, no había demasiada gente que impidiera el paso libre en las aceras, afortunadamente las carretillas respetaban su dirección de tránsito.
— Ehhh…. ¿Qué es eso?
Milos notó algo extraño, se trataban de unos rostros familiares que andaban siguiéndolos, no dejaban de sonreír, pero una sonrisa desagradable.
— ¡Los encontré! ¡Que bueno que han podido oírme, gracias al cielo!
— Ohh… Con razón que tu voz nos sonaba un tanto familiar.
— Así es, soy Wigdul. Soy el encargado de llevarlos al palacio de su majestad.
— Ya veo, tú eres nativo de este reino.
— Sí, nací y me crie aquí. Vamos, el rey Gladan los está esperando con muchas ansias.
— Iremos entonces.
— Siéntanse como si fuese su segundo hogar, sus atenciones serán oídas por completo.
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