the color of the eyes - 02

Envuelto de soledad y silencio, su conciencia vagamente volvía a su cuerpo, respiro fuerte para no sentirse mareado, abrió lentamente los ojos y trato de asegurarse de no estar muerto, estaba cansado, aturdido, y sentía un poco de dolor así que en conclusión no estaba muerto.

Estiró los músculos de los brazos, miro hacia el cielo verdoso y confirmo que no había sido un mal sueño, eso significaba que todo lo que vio antes de desmayarse había pasado realmente, entonces esto está muy mal.

De pronto una idea vagamente llegó a su aturdida cabeza.

Sam: mamá, tengo que encontrar a mamá

Junto todas las fuerzas que le quedaban para intentar levantarse, afirmo ambas manos sobre el agrietado suelo e hizo fuerza para levantarse pero.

Por alguna razón no pudo levantarse, pero esto nada le importo, trato de levantarse por segunda vez, hizo el mismo proceso, apoyó nuevamente sus manos sobre el piso e hizo fuerza pero nuevamente no lo logro.

Sam: !carajo¡

Un escalofrió recorrió todo su cuerpo la percatarse de algo.

No tenía sensación en sus piernas.

Trato de moverlas pero no podía.

No quiera mirarlas porque tenía miedo lo que se podía encontrar, tal vez solo se habían dormido sus piernas por la inactividad física o tal vez se las hayan arrancado, no hacía nada solo con imaginar, no iba a descubrir nada si no miraba.

Sam: !AAAHHHH¡

Su grito fue desgarrador pero no fue un grito de dolor ni de alegría.

Cuando volteo su mirada hacia sus piernas, observo como el poste de metal que vio cuando se desmayo había fracturado ambas piernas, no había rastro de sangre así que dedujo que solo era una fractura, pero su cuerpo reacciono de otra manera.

Aunque no haya sangre, el ver como tus piernas estaban dobladas bajo un poste de metal, era lo suficiente como para llenarte de adrenalina y miedo.

Su corazón cada vez latía más y más rápido solo que a diferencia de otras veces, esta era muy diferente a las demás.

Sus ojos habían tomado una pigmentación de color amarillenta, retratando en su cara una visión de miedo y desesperación.

Sam: mis piernas.

Trato de levantar el poste metálico pero era pesado, sus ojos cada vez iban tomando un color amarillo al punto de volverse completamente amarillos.

Se acomodó en una posición un tanto encorvada poniendo ambas manos bajo el poste e hizo fuerza para liberar sus piernas aplastadas, por alguna razón no sentía dolor, tal vez era porque estaba lleno de adrenalina pero esto ni le importo, levanto el poste lo más alto que pudo mientras que con sus caderas trataba de arrastrar sus piernas.

Sam: lo logre.

Sam había sacado sus piernas fuera del radio de caída del poste, en ese instante sus ojos lentamente volvía a tomar su color negro habitual.

Cuando esto sucedió, el poste se le resbalo de las manos, nuevamente se quedó sin fuerzas y un leve dolor empezó a surgir de sus piernas.

Ahora sí, se arrastró hacia la tienda donde había comprado esas papas dejando atrás su mochila, se percató de que no había nadie.

Sam: ahora que lo pienso… no había nadie cuando el poste cayó sobre mí, cuanto tiempo estuve bajo el poste.

Él se había levantado a las 11:02 a.m. salió de su casa a las 11:37 a.m. y la última vez que vio el reloj que fue en esa misma tienda fue a las 11:53 a.m.

el pequeño reloj estaba caído y casi roto pero aun mostraba la hora.

Sam: son la 1:01 p.m. ósea que estuve casi una hora inconsciente.

Al estar inconsciente no sientes el dolor, pero ahora que Sam ya estaba consciente del todo, empezó a sentir un fuerte dolor en sus fracturadas piernas, su mirada empezó a vagar mirado toda la tienda.

Sam: me pregunto si habrá unas vendas.

¿Eran realmente necesarias unas vendas? Si no había ningún sangrado, después de un buen rato buscando comprendió que las vendas no le servirían de nada ya que su pierna estaba fracturado no arrancada de su cuerpo.

Se armó de valor y decidió mirar cómo estaban sus piernas ya que una de ellas estaba fracturada comenzando de su rodilla hasta su tobillo izquierdo, mientras que el derecho solo había sido su pie, lo cual era igualmente grave pero no tanto como su otra pierna.

Al remangarse el pantalón pudo observar como su pierna derecha estaba de color oscuro, era realmente horrible, tanto que le dieron un par de arqueadas, coloco las vendas rodeando su pierna pero como dije esto no le serviría de nada, finalmente abrocho las vendas y coloco su pantalón como estaba antes.

Sam: ¿y ahora qué?

Recostó su cuerpo contra el mostrador de la tienda y se puso a pensar – ¿Qué más puedo hacer en esta situación? – Mientras apretaba los ojos de impotencia al no saber qué hacer.

Sam: Mamá

Ese repentino pensamiento hizo que se tratara de levantar, coloco su mano derecha sobre el mostrador y lentamente trato de levantarse pero era inútil, cayo boca abajo contra el duro y frío suelo.

Sam: ¡MIERDA!

Ese sentimiento de frustración, impotencia y preocupación se revolvían por su cabeza, agarro lo primero que tenía a mano (una lata de leche) y lo aventó con furia, la lata claramente se abollo por el golpe, pero también hizo que algunas cosas se cayeran.

Una escoba, otras latas y unos cuantos condimentos.

La mirada de Sam se quedó viendo la escoba de madera la cual había caído contra el piso, una nueva idea empezó a surgir en su atareada cabeza.

Si no podía caminar con su pierna fracturada, entonces ¿por qué no sustituirla? Se arrastró hacia donde se encontraba la escoba, la agarro firmemente y se paró sobre su pie derecho el  cual era el que estaba menos fracturado, dolía mucho el caminar sobre un pie que estaba en las ultimas.

Al pisar sentía como un dolor proveniente de su pie que arrasaba brutalmente contra todo su cuerpo y contra su equilibrio, pero para eso estaba la escoba.

Cojeando y dejando caer todo el peso de su cuerpo sobre la escoba caminaba lentamente, como si cada paso le costara una eternidad.

Sam: ¡AYUDA!

Su grito fue en vano ya que no había nadie a su alrededor – ¿Dónde mierda esta todo el mundo? – pensó, era realmente lento como estaba avanzando, ya que posiblemente haya dado unos 24 pasos desde que salió de la tienda.

Estuvo caminando por unos 20 minutos totalmente solo, su idea era dirigirse hacia su casa pero ¿que planeaba encontrarse dentro de ella? a su madre tal vez o solo quería un lugar donde descansar, quien sabe.

Pasaba por la calle la cual lo llevaba a su escuela, mirando de un lado a otro, le parecía increíble que no hubiese nadie.

Sam: tal vez hoy hubiese ido a la escuela, al menos estaría en una situación mejor que esta, pero algunos edificios se derrumbaron tal vez la escuela lo haya hecho.

Después de varios minutos de soledad y dolor llego a su casa, la cual estaba exactamente igual que cuando se fue solo algunas grietas por las paredes pero aun parecía seguro, intento abrir la puerta pero esta tenia seguro, trato de forcejear la puerta un par de veces pero era inútil.

Sam: las llaves están en mí…

Reviso en su bolsillo derecho pero solo habían unas cuantas monedas, rápidamente busco en su bolsillo izquierdo el cual estaba totalmente vacío.

Sam: enserio.

Dio un golpe contra la puerta, apretando su puño dio otro golpe, estaba llegando a su límite, aunque el limite de otros muchos ya haya sido mucho antes, su mirada su dirigió hacia la calle, agarro un pedazo de escombro y la aventó contra una ventana la cual fácilmente se rompió, lentamente se acercó hacia la ventana rota y con la una piedra trato de limpiar el resto de vidrio que quedaba en el marco.

Se aseguró que fuese seguro saltar hacia el otro lado, levanto su pierna fracturada y la coloco dentro de la casa, igualmente la mitad de su cuerpo, entró la escoba y la puso en el piso de su casa, levanto su otra pierna y entro el resto de su cuerpo.

Temblorosamente camino hacia uno de sus muebles, se sentó, puso la escoba a un lado del mueble y se acostó sin importarle su alrededor, él solo quería descansar.

Solo quería perderse en sus pensamientos y escapar por un momento de esa hostil y cruda realidad.

Sus parpados lentamente se cerraban, el cansancio finalmente lo derribo, quedo profundamente dormido, aún era un poco temprano pero con la neblina verdosa, oscurecía mucho el lugar.

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_no no no… NO NO NO ¡NOOOO!

Entre escombros surgía una sombra cubierta de tierra y polvo, trato de salir de su prisión de concreto la cual lo mantenía bajo ladrillos y barras de metal, extendió sus manos hacia el cielo y emergió con todas las fuerzas que su cuerpo le permitía.

Al salir miro desesperadamente  hacia todos los lados, su mirada perdida se fijó en una extraña estructura de metal la cual estaba destruida, saco sus piernas de los escombros y las coloco sobre estos, tosió un par de veces mientras cubría su boca con su mano.

Al mirar hacia arriba solo vio oscuridad y al mirar sus manos, estas no eran las mismas, grito del miedo al observar su cuerpo.

Camino rápidamente hacia alguna superficie que reflejara su cuerpo.

_ La máquina.

Al decir eso instantáneamente de dirigió hacia la estructura metálica, solo para segundos después ver el reflejo de su rostro.

_ ¡AHHHHH!

Miro nuevamente sus manos, toco su cara, su pecho y sus piernas pero no sentía piel.

Era una sensación extraña al tocar su cuerpo una sensación como de… metal.

Lo que vio en su reflejo era a el mismo pero, cubierto por un color metálico y al tocar su cuerpo confirmo que no solo era un color metálico sino que su cuerpo se sentía como si tocase metal en su estado más sólido.

El hombre alto y con su ropa rasgada casi desnudo miro nuevamente hacia el cielo y se percató de ese extraño color verdoso que no dejaba entrar la luz del sol, solo entonces entendió que “su plan” aquel por el cual había dedicado su tiempo, su corazón y su vida entera había funcionado. Pero no como él lo había imaginado.

Cerró fuertemente sus ojos  y grito.

_ ¡PORQUEEEEEEEE PORQUEEEEEEEE TUVO QUE PASAR, YO NO QUERÍA ESTO!

Su voz ronca se desgarro con ese grito de frustración y dolor.

Así fue como el científico y doctor Raid lo perdió todo.