the color of the eyes - 03
Abrió sus ojos, pero solo vio oscuridad, trato de escuchar algo, pero todo estaba en silencio, no estaba seguro de siquiera estar respirando, no sentía nada de su cuerpo, simplemente era un mero ente flotando por la nada, su conciencia se perdió en todos los sentidos estaba confundido, asustado y aturdido.
Empezó a sentir algo, la sensación de estar flotando en el agua, empezó a ver agua oscura y turbia que llegaba hasta su dorso desnudo.
Trató de hablar, pero su cuerpo no respondía, su cerebro estaba muy alejado de su cuerpo.
Comenzó a sentir mucho frio, tal vez era el hecho de que estaba desnudo.
Empezó a ver una persona que emergía del fondo del agua, su cuerpo entero estaba seco, esto se le hizo muy extraño, pero lo que realmente le voló la cabeza es que esa persona que emergía del agua era él mismo.
Era exactamente como mirar hacia un espejo, su mismo cabello negro, sus mismos ojos negros y su mismo cuerpo delgado.
Levanto y puso ambas manos sobre sus hombros, lo agarró con fuerza y empezó a sumergirlo, aunque ese extraño ente no hablara, Sam podía sentir como este le estuviera pidiendo ayuda, quería que lo salvaran, quería ser salvado, hasta que todo su cuerpo se hundió junto al extraño que era idéntico a él.
Hundido en el agua, comenzó a mover su cuerpo y trato de emerger del agua, pero sintió una mano que agarraba su pie y le impedía emerger, trato nadar con todas sus fuerzas, pero no era suficiente, hizo demasiado esfuerzo físico y finalmente desistió.
Ambos terminaron en el fondo del agua.
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Perdido en sus pensamientos, un vacío en su estómago lo despertó, abrió sus párpados por unos segundos, pero no quería despertar, chupó sus labios resecos los cuales tenían un sabor amargo, su estómago rugía por alimento, no tenía otra opción más que levantarse.
Puso sus pies sobre el piso, éstos ya no le dolían mucho pero no podía caminar sobre ellos, así que se levantó con la ayuda de la escoba, tuvo algunas dificultades pero lo logró, torpemente se dirigió hacia su cocina, abrió su refrigerador para verificar si había algo con que alimentarse, al abrirlo notó que sólo habían tomates y perejil o tal vez sea culantro ¿Quién sabe? El punto es que no había nada más que eso, tenía hambre así que no tenía otra opción.
Sacó el tomate más fresco que había, pasó su mano sobre él, y estaba muy helado para poder morderlo así que se quedó esperando a que se descongelara por un par de minutos.
Se quedó un momento pensando y tratando de procesar todo, su mente fue invadida por pensamientos negativos, pensamientos que le aterraban, le dio un pequeño escalofrió el imaginar que nunca volvería ver a la persona que más le importaba en el mundo.
Su simple preocupación demostraba el inmenso amor que le tenía a su madre y ¿Quién no lo tendría?
Se percató de que el tomate ya estaba un poco más aguado y ahora si era digestible, primero lo pasó por su nariz oliéndolo, hizo un gesto de disgusto con su cara; luego lo acercó a su boca y dijo.
Sam: te odio.
Esas palabras confirmaban que no le gustaban los tomates, él era un chico un poco exigente con respecto a sus comidas, últimamente había descuidado mucho su alimentación saludable.
Le dio un gran mordisco al tomate, su sabor era un poco amargo y completamente desagradable para él, mordisco a mordisco se terminó el tomate, claramente aún tenía hambre pero no quería comer otro.
Comer el tomate había hecho que su mano quedara un poco mojada así que se la limpio en su propia ropa.
Recordó un día en el que su mamá lo había reprendido por no comer una ensalada de tomates, recordar eso le saco una pequeña sonrisa pero a la vez lo preocupo de nuevo.
Sam: ¿mamá dónde estás?
Mirar al cielo para calcular la hora no era una opción ya que todo estaba cubierto así que sólo le quedó mirar hacia su reloj, al observarlo se dio cuenta de que eran las 5:23 de la tarde y aún no había señales de su madre en casa.
Pensó por un momento si sería una buena idea el ir a buscarla pero ¿Dónde podría estar? La preocupación lo carcomía de nuevo, la intriga de saber si su madre estaba bien o no, eran más que su propio razonamiento.
Sam: si me quedo parado aquí no ayudaré en nada, pero si voy y me pongo en peligro… AHHHG supongo que estaré bien si nadie me ve.
Tomó mucho valor, el valor que pocas veces se veía en él, el valor que mucha gente quisiera tener en momentos complicados.
Valor para tomar una decisión que lo podía poner en riesgo, trató de salir de la casa, intentó salir por la puerta pero recordó que ésta estaba bajo llave así que no tenía otra opción más que salir por la ventana, pero pensó que si salía y la ventana quedaba rota cualquiera podía llegar y entrar fácilmente a la casa.
Dé repente todo ese valor se esfumó, ¿realmente era eso todo el valor que tenía?
Sam: tal vez debería quedarme.
Con esa idea volteó su cuerpo y se disponía a esperar a que alguien lo ayudara, se quedó parado por un momento porque su oído empezó a escuchar ruidos además del mortífero silencio que estaba presente.
volteó la cabeza y torpemente se acercó a la ventana.
¿?: ¡AHHHHHHHH AYUDA!
Un grito en seco despertó sus pensamientos y lo impulsó a salir rápidamente por la ventana, cayó bruscamente sobre la vereda, se paró lo más rápido que pudo con la ayuda de la escoba y rápidamente procedió a moverse hacia adelante.
Él sabia que posiblemente esto podía ponerlo en riego pero trató de hacerse el valiente, su mente se nubló completamente y solo quedaba la palabra «VALOR» en su cabeza.
Sus ojos alcanzaron ver a lo lejos unas figuras moviéndose pero eran más de dos personas, una de esas figuras se hacía cada vez más y más grande, lo que podía decir que se estaba acercando hacia Sam, este se quedó inmóvil al ver que esas figuras venían hacia él.
Una voz dulce tocó sus oídos diciendo – ayuda – sus pensamientos rápidamente se reorganizaron y pensó que lo más sensato sería ayudar, ya que si a quien ayudaba se volvía su aliado, tal vez sería más fácil encontrar a su madre.
Sam: oye por aquí
La figura que pedía ayuda estaba siendo perseguida por dos personas, se notaba mucho que eran mucho más altas y robustas que la pequeña víctima.
De pronto esa sombra se tornó en una figura femenina, una cabellera rubia se sacudía mientras corría, estaba usando una polera sin capucha de color blanco, unos shorts pequeños que dejaban ver sus muslos y portaba unos tenis de color negro sin calcetines, las dos figuras se tornaron en dos hombres vestidos con un chaleco negro, cubriendo casi todo su cuerpo de una tela oscura, solo dejando ver sus irritados ojos.
Sam agarró la escoba y la levantó , parándose sobre la pierna que menos fracturada tenía, mantuvo el equilibrio, apuntó hacia los dos hombres pero no podía lanzar si la chica se interponía en el camino, así que trató de mantenerse de pie hasta que la chica cruzara por su lado y el pudiera lanzar la escoba.
agarró la escoba con todas sus fuerzas, en su mente calculó todo lo que podía pasar ¿podría ser este el acto de valor que estaba buscando?
La chica pasó por su lado e hizo que perdiera un poco el equilibrio pero no se cayó, ahora si podía lanzar la escoba, apuntó hacia a el tipo de la izquierda y lanzó lo más fuerte que pudo, la escoba le golpeó en la cara haciendo que el hombre se detuviera por un momento.
Sam: ahora sólo tengo que huir pero…
Fue una idea bastante estúpida lanzar el objeto que te ayudaba a caminar, pensándolo bien, era mejor que simplemente no hiciera nada ya que en su condición era muy difícil que ganara.
El hombre de la derecha lo atrapó entre sus brazos haciendo imposible que Sam pudiera escapar o tan siquiera moverse, el hombre de la izquierda se levantó del golpe y lentamente se acercó hacia su compañero, ambos eran imponentes tanto que Sam empezó a temblar de miedo.
¿?: Oye tú sigue a la niña.
¿?: Chad déjame al chico, tú atrapa a la niña y llevémoslo con los demás.
Sam trataba de hacer fuerza para liberarse del hombre llamado “Chad” pero era inútil, la diferencia de fuerza entre ellos era demasiada, el delgado cuero de Sam no era rival para el cuerpo del otro tipo.
Parece que eso le pasaba por meterse donde no le incumbía, maldijo a la chica en su mente por dejarlo solo – maldita malagradecida – hasta cierto punto Sam tenía razones para enojarse con ella, él solo trataba de ayudar pero ella simplemente lo ignoró.
¿?: ¡CIERRA LOS OJOS!
Escuchó eso de la misma voz femenina de antes.
Sam rápidamente cerró sus ojos muy fuerte, todo se tornó oscuro y sólo quedó el sonido.
¿?: Ahhhhg m-mis ojos, que mierda.
¿?: la maldita tierra se metió en mis ojos.
La voz no era de la chica así que podía asegurar que la chica que la que estaba haciendo gritar a los dos hombre ¿pero cómo?
¿?: Ya vamos abre los ojos.
Al abrir sus párpados se dio cuenta que ambos hombres estaban en el pavimento, tirados y frotando sus ojos, le dio un pequeño escalofrió a Sam al imaginar que la chica que trataba de salvar, lo terminó salvando a él.
Sam: oye ayúdame, no puedo caminar.
La chica le dio la mano a Sam y colocó su brazo alrededor de sus hombros, ayudándolo a moverse.
Sam: vamos ¡corre, corre, CORRE! – gritó exageradamente fuerte.
Avanzaron unos pocos pasos hasta que Sam le toca el hombro a la chica y señala con su dedo hacia la ventana rota de su casa.
La chica sin dudarlo lanzó a Sam dentro de la casa, este termino golpeándose contra el piso al entrar, la chica brincó el muro de la ventana y entró de un salta a la casa pisando a Sam en el estómago, este trató de no hacer ruido tapándose rápidamente la boca.
al rededor de ellos habían varios pedazos de vidrio roto, afortunadamente solo uno se incrusto en el brazo a Sam.
Trataron de no hacer ruido, esperaron unos segundos a que los hombres se pararan y los buscara, alcanzaron a oírlos diciendo.
¿?: Carajo esa maldita mocosa, corre y atrápalos.
¿?: ¿Quién carajos te crees para darme órdenes? estamos en el mismo nivel, levántate y busquémoslos rápido.
Estando en el piso ambos escucharon perfectamente los pasos de los hombres y se aliviaron al dejar de oírlos, lo cual indicaba que se habían ido.
Sam no aguanto el dolor y dejo salir un pequeño gemido de dolor.
Sam: oye me estas aplastando la pierna.
La chica al darse cuenta de eso rápidamente se paró y limpió su ropa llena de polvo, extendió su mano para que Sam pudiera pararse y dulcemente dijo con una sonrisa en su rostro.
¿?: Hola me llamo Mía.
Esa dulce voz era tanto que se olvidó de sus preocupaciones por un momento, su corazón se aceleró un poco y sus manos empezaron a temblar.
Sam: h-hola soy Sam.
Extendió su mano temblorosa para agarrar la mano de la chica, la apretó fuertemente y la chica dio en pequeño tirón para ayudarlo a levantarse.
Sam se paró por unos segundos pero luego cayó al suelo por su falta de equilibrio, se golpeó fuertemente el mentón y toda su vestimenta se llenó de polvo.
Mía: perdón, no sabía que eras inválido.
Sam, trató de despegar su pecho del suelo, se impulsó con la ayuda de sus brazos y se recostó contra la pared.
Sam: no soy inválido, sólo me cayó un poste de metal sobre las piernas.
Mía: ¿es alguna clase de chiste?
Era increíble todo lo que le estaba pasando, como pudo llegar de simplemente no querer ir a la escuela a estar hablando con una desconocida sobre cómo se fracturó las piernas, dejando eso a un lado, le sorprendió mucho el hecho de que ella creyera que eso fuera un chiste.
Sam: no, no es ningún chiste. En serio un poste me rompió las piernas hace un par de horas.
Sonrojándose un poco por la vergüenza, Mía se tapó su cara, mientras por dentro pensaba – eres una estúpida – Sam por otro lado trató de romper la incomodidad con una pregunta.
Sam: ¿oye por qué esos sujetos te estaban persiguiendo?
Mía: ehhh no sabes lo que pasó.
Sam trató de mirar los dulces ojos de la chica y le dijo en forma sarcástica.
Sam: bueno me desmayé como, por una hora, solo sé que hubo un terremoto.
La chica se sentó, poniéndose delante de Sam y mirándolo fijamente a los ojos haciendo que sus miradas se crucen.
Mía: después de eso, unos “policías” empezaron a llevarse a todos, no se a dónde pero los estaban obligando a ir.
Lo que había dicho la chica realmente era información valiosa para él, así que trato de sacar mas información de ello.
Sam: y después ¿Qué pasó?
Mía: bueno no se mucho pero, entraron a mi casa a la fuerza y se llevaron a mi hermano. Mi madre y yo nos escondimos en el baño pero… nos encontraron.
una incomodidad comenzó a surgir de ella ya que lo que le había pasado no era nada agradable, su dulce voz se quebró un poco, dé repente un flasback se vino a su mente.
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Chad: agarren a la mujer y a la niña.
Una mujer de piel trigueña y pelo negro abrazaba con fuerza a la chica de cabello rubio, aferrándose con todas sus fuerzas a ella.
La soltó por unos segundos y golpeó en el rostro a uno de los tres “policías” que las rodeaban, trató de golpear a otro pero fue detenida y tirada al suelo, en el piso movió sus piernas, enredándolas con otro de los policías haciendo que este también caiga al suelo.
Mamá de Mia: ¡CORRE!
La chica de cabello rubio empujó con todas sus fuerzas al último policía haciendo que éste pierda el equilibrio y dándole una oportunidad para que ella pueda salir corriendo.
Dos de los policías fueron tras la chica y el tercero se encargó de llevar a la madre.
¿?: Mocosa ven o no volverás a ver a tu madre.
Gritó uno de los policías pero esto poco le importó, corrió lo más rápido que le permitían sus piernas para escapar de esos hombres.
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Recordó lo que había vivido unos minutos atrás.
Mía: me da miedo pensar ¿Dónde se llevaron a mi mamá y a mi hermano?
Un poco más calmada terminó de contar su desafortunada historia.
Sam: entonces… también debieron llevarse a mi madre.
La chica de cabello rubio se levantó y sacudió un poco su ropa, se asomó por la ventana para asegurarse de que los hombres se hubiesen alejado, tomó impulso con sus piernas y saltó por la ventana.
Sam: oye, oye, oye espera ¿A dónde vas?
La chica voltea a mirar la cara confundida de Sam y tranquilamente le dice.
Mía: a buscar a mí madre y a mí hermano, tú también deberías hacer lo mismo.
Sam: este… lo estás diciendo de broma o acaso ¿no me has visto? no puedo caminar solo.
La chica miró a Sam desde fuera de la casa y tapó su cara sonrojada.
Mía: lo siento se me olvidó por completo.
Metió su mano por la ventana agarrando la de Sam, lo trató de levantar para que se apoyara contra el marco de la ventana.
Sam: oye sé que esto va a sonar raro pero no sería mejor buscarlos mañana.
Mía: ¿Por qué lo dices?
Sam miró hacia los dos lados, mientras que Mía lo miraba atentamente.
Sam: posiblemente los hombres estén aun cerca, que tal si nos atrapan, ya no tendríamos dónde escondernos.
La chica de cabello rubio asintió con la cabeza y entró por la ventana apartando a Sam haciendo que éste se soltara del muro y callera al piso.
Mía: ven déjame ayudarte.
Se acercó a Sam, le extendió nuevamente su mano, lo levantó y lo llevó hacia el mueble.
Sam: gracias.
Sam se acomodó y se relajó un poco pero ahora ya no sabía qué hacer, no tenían comida, no tenían a ningún familiar ni persona de confianza y estaban completamente solos, tras el “enfrentamiento” contra esos hombres Sam pensó que Mía le tendría un poco de confianza así que se calmó al saber que ahora tenía un nuevo “aliado”.
ella por otra parte se quedó pensando en lo que le había dicho Sam.
Mia: así que, ¿un poste te cayó sobre las piernas? que tanta mala suerte tienes que tener para que te pase eso.
Él soltó una pequeña risa al comentario de Mia.
Mía: oye sé que esto va a sonar muy raro pero, ¿me muestras tu pierna?
el silencio nuevamente volvió a aparecer y se concentró entre ellos haciendo que el ambiente se torne un poco más incomodo para Sam.
Sam: espera que.
Comments for chapter "03"
QUE TE PARECIÓ?
Verse el mismo en el agua, esas visiones, y si se necesita valor¿Hay algo tenebroso y excitante en la extraña experiencia de verse a uno mismo?. Ante esta situación que el pasa lo coloca en una situación en desconfiar o posibles escenarios en caso de hacerlo. No?
Con Mía podría ser un excelente socio en los momentos en que está en apuros, pensé que le iba a decir “¡Cómo has caído del cielo! “ 👯😊
traté de no hacer a Sam ni a Mia depender uno del otro, quiero darle personalidad y carisma a cada uno, no quiero que ningún personaje se sienta de relleno