the color of the eyes - 09

Liz: yo soy Liz, y por favor quítale la mano de la boca de mi hijo.

Sam: ¿tu hijo?

Lentamente le quitó la mano de la boca del niño, su mano estaba un poco cubierta de saliva.

Mia: Sam, ellos son los hijos de Liz.

Sam: ¿ellos?

Liz: mi otra niña está que duerme.

Sam: espera espera, espera, tú no pareces tan vieja como para tener dos hijos.

Liz: es un tema un poco complicado que después les explicaré, bueno, Luis ve a cuidar a tu hermana.

El pequeño niño se retiró de la habitación con poca iluminación no sin antes golpear a Sam en la pierna por ponerle la mano en la boca.

Liz: síganme, vamos a la sala.

Todos se retiraron y concluyeron el “primer encuentro formal” terminado.

Llegaron a una pequeña sala, con tres muebles, una pequeña masa sin silla y una televisión destruida.

Sam: oye sé que es buen momento para preguntar, pero ¿tienes agua?

Liz: no.

Sam pensó en su mente – que fría y directa que es, cualquier otra persona habría dado unas razones de por las que no tiene agua, nadie responde con un simple NO – se rascó la cabeza y sacó una sonrisa forzada.

Liz: básicamente Mia y yo estábamos hablando de lo que estaba pasando, lo acontecido con los policías y ese terremoto.

Sam: ¿a ti también te persiguieron los policías?

Liz: si, pero, escapé de ellos y luego los noqueé.

Sam: lo dices como si fuera tan fácil.

Mia: oigan no cambiemos de tema, estábamos hablando de lo que sabíamos acerca de lo que pasó.

Liz: pues, no creo que nadie de aquí sepa lo que pasó, pero podemos hablar de lo que nos está pasando.

Sam: ¿lo que nos está pasando?

Ella desconcertada volteó a ver a Sam, al cruzar mirada un sentimiento empezó a surgir de él, ahora sí que estaba realmente confundido, Mia se acercó a él, levantó su mano derecha y la colocó en su pecho.

Mia: ¿sientes algo?

Sam: no ¿Por qué?

Liz: mira tu mano.

Levantó sus dos manos, ambas tenían unos círculos con piel más oscura.

Abrió y cerró sus manos repetidas veces, tenía una cicatriz, pero sus manos estaban en perfecto estado.

Mia: ¿te diste cuenta? Cada vez que toco una herida te desmayas y luego apareces como nuevo.

Liz: eso quiere decir que puedes curar a la gente, pero ¿la desmayas?

Mia: es algo un poco extraño.

Liz: bueno, como ya saben yo puedo controlar pequeños objetos de metal.

Sam: ¿tipo magneto?

Liz: ahhhg si, tipo magneto – lo dijo en un tono un poco molesto.

Ambas chicas voltearon hacia Sam.

Liz: y él, que hace.

Sam: pues creo que tengo super fuerza.

Mia: ¿Por qué lo dices?

Sam: pues, porque levanté un poste y le rompí la mandíbula a un animal.

Mia: casi se me olvida.

Sam: ¿Qué cosa?

Mia: cuando estabas forcejeando con el animal, tus ojos se pusieron amarillo, y también cuando se pusieron rosados ¿te acuerdas?

Sam: ¿mis ojos? – dijo en un tono confundido.

Un pequeño escalofrió recorrió su cuerpo, los colores empezaron a distorsionarse y su cabeza comenzó a dar vueltas, se mareó sin moverse, apuñuscó sus ojos, sus oídos zumbaban, sintió un líquido frío que caía por su frente ¿sudor?

Mia: oye ¿estás bien? De repente te pusiste pálido.

Sam: n-no lo sé, la cabeza está que me da vueltas.

Liz: estas mareado porque perdiste sangre, posiblemente tengas ganas de vomitar.

Sam: ¿v-vomitar?

Empezó a sentir como su estómago hacia ruidos, y sentía cosas en su garganta, posiblemente termine vomitando.

Perdió un poco el equilibrio, un poco de saliva comenzaba a salir por su boca.

La cara de ambas cambia una de confundimiento total al ver que los ojos negros de Sam, estaban tomando un extraño color verdoso.

La que más se impresionó fue Liz ya que, aunque sea extraño que el color de los ojos de Sam cambie, Mia ya había visto esto antes, así que no fue mucha la impresión que se llevó.

Sam colocó su mano sobre su boca para tratar de no vomitar, pero su mano no detuvo nada, soltó un poco de vómito y con su mano trató de que este no cayera al suelo y ensuciara el piso.

Liz: atrás tuyo hay un baño, ¡CORRE!

Se movió lentamente para tratar de no caerse y ensuciar todo.

Finalmente encontró el baño, así que entró y cerró la puerta.

Liz: ¿Qué acaba de pasar?

Mia: no tengo idea.

Pasaron un par de minutos hasta que Sam saliera del baño, tras vomitar un poco, se sentía mucho mejor, dejó de tener mareo y sus oídos dejaron de zumbar, aunque le quedó un extraño sabor en la boca.

Mia: ¿te sientes mejor?

Sam: ahhh, si un poco mejor.

Se acostó en uno de los muebles y cubrió su cara con su mano, pensó en todo lo que había pasado estos últimos días y comenzó a cuestionarse todo.

Liz: oye, ¿te diste cuenta de que tus ojos cambiaron de color?

Sam: ¿Qué dices?

Liz: mmm, así que tu no lo notas – dijo mientras ponía su mano sobre su mentón.

Sam: ¿notar, que cosa?

Liz: tengo una cierta idea de que “habilidad” tengas.

Sam: ¿habilidad? Hablas como un superpoder.

Liz: tal vez tus ojos cambien según como te sientas.

Mia: ¿según cómo se sienta?

Sam: ¿y eso de que me va a servir?

Mia: pues… no sé.

Sam: ahhhg con esto ¿Cómo vamos a encontrar a los policías?

Sam tapó sus ojos mientras suspiraba por el “inútil poder” que le había tocado, super fuerza, rapidez o regeneración era lo máximo para él, pero que sus ojos simplemente cambien de color fue una gran decepción.

Liz: espera dijiste “encontrar a los policías”

Sam: si ¿Por qué?

Liz: pues, se dónde es la base de ellos.

Sam: ¡QUE!

Mia: ¡QUE!

Dijeron ambos al mismo tiempo.

Mia se acercó a ello y le gritó.

Mia: PORQUE NO ME DIJISTE ESO ANTES, TE DIJE QUE ESTABAMOS BUSCANDO A NUESTROS PADRES.

Sam: corrección nuestras madres.

Mia: cállate por favor – dijo en un tono molesto.

Liz: oye niña cálmate, tú me dijiste que estabas buscando a tus padres, en ningún momento me dijiste que los policías los tenían atrapados.

Mia: ¡PERO SI TE DIJE QUE LOS TENIAN ATRAPADOS! ¿QUÍEN MAS CREES QUE PODRIA TENERLOS?

Liz: ¡oye no soy adivina!

Sam se puso en medio de las dos, antes de que se empiecen a golpear.

Sam: ya por favor cálmense – dijo firmemente.

Mia: pero es que ella…

Sam: ya, tranquila – dijo mientras miraba directamente a sus ojos.

Volteó a ver los ojos de Liz, los cuales parecían muy molestos con respecto a los de Mia.

Sam: ¿por favor, podrías decirnos dónde es?