The Lost Crystallus - 08
Me encuentro en mi habitación, vistiéndome para ir a la convención anime con la chica de la cual estoy enamorado. Prometí que pasaría a buscarla a su apartamento.
Jeh… cuanto ha cambiado todo desde que llegó. Apenas van a cumplirse dos meses, no me imagino que nos deparará en el futuro. Solo mírenme a mí, pensando abiertamente en lo enamorado que estoy. Casi que ni me reconozco…
Al principio sentía miedo e incomodidad con ella, pero rápidamente logró derretir los muros de hielo de mi corazón y ganarse mi confianza. Aunque ya de por si era difícil rechazarla al ser tan linda…
Soy un adolescente débil… ¿Qué se le va a hacer?
-Bueno, creo que ya tengo todo listo… ¡Ah! No puede faltar mi espada-
Pequeña amiga, hoy vas a salir a dar un paseo en donde nadie nos mirará raro por andar juntos. Nadie sospechará que eres una katana autentica. Claro que no tienes filo pero aun así puedes pegar fuerte, aquel anime del samurái pelirrojo lo dejó bastante claro.
Amarro una cuerda a la vaina y de esta manera la puedo cargar sobre mi espada. Me veo como todo un otaku jeje, ¡No negaré mi estilo de vida!
Llego al hogar de Reina sin problemas, ella me recibe una bonita sonrisa. Hoy viste con su típico skin de casi siempre, con su cabello atado y todo. Nos marchamos al lugar del evento, que está un poco lejos. Para eso nos tomamos un autobús, con el cual tardaremos unos 30 minutos.
A medida que nos acercamos, vamos notando como aparecen más personas con vestimentas u objetos de anime y videojuegos. No soy el único que porta un arma ahora jeje.
Al llegar, nos sorprendemos al ver tanta gente. Comenzamos a recorrer los puestos, nos maravillamos ante todo lo que hay para ver y comprar. Debo tener cuidado o me quedaré pobre en dos minutos…
De pronto algo capta mi atención. Un peluche de conejito que compro para regalárselo a Reina.
-*Rubor* ¿Eh? ¡Es tan adorable! ¿Pero por qué me regalas este peluche?-
-La otra vez te pusiste bastante celosa cuando le regale uno a esa chica. Me di cuenta de que no solo te molestaste por haber sido amable con otra chica, sino porque deseabas que te regalase uno-
-*Rubor* ¡Oh! Tardaste un poco en darte cuenta… tontito…- Dice Mientras abraza al conejito.
-Jeje, lo siento-
-*Rubor* Este será uno de mis mayores tesoros jiji-
-*Rubor* V-Vamos, continuemos, hay mucho que ver-
Reina me toma de la mano y me mira con dulzura. De esta manera recorrer el evento se vuelve súper emocionante. ¡Envídiame mundo! ¡Esta hermosa pelirroja es mía! Bueno, casi mía… ¡Ya entendieron!
Recorrer puestos, comer algo delicioso, participar de desafíos, presenciar espectáculos. Todo eso pude vivirlo junto a la hermosa sonrisa de Reina. Mi objetivo de alegrarla fue éxito, espero que todo pueda irle mejor de ahora en adelante. Solo puedo hacer esto por ella, para darle fuerzas y ánimos.
Tras caminar por largo rato, nos sentamos en una banca para descansar. Ella se aferra a mi brazo con cariño y apoya su cabeza en mi hombro.
-Muchas gracias por este día- Dice ella con vos dulce.
-Me alegra que haya sido un éxito-
-Jeje, no te centres solo en mi felicidad, no quiero que descuides la tuya-
-¿Y cómo poder ser feliz si tú no lo eres?-
-*Rubor* Bueno, supongo que en eso estamos iguales jiji-
-Reina… es difícil, ¿Cierto?-
-¿Mm?-
-Tu vida, sé que no es nada sencilla, lo tienes más complicado que yo…-
-Bueno, si…-
-Quisiera poder hacer más por ti, pero esto es todo lo que puedo hacer por ahora. Puede que sea más capaz que cuando era niño, pero aun sigo teniendo limitaciones, lo siento…-
-Tontito, no tienes que disculparte. No tienes idea de cuánto me has ayudado. En verdad… necesitaba una luz en mi vida… y ese eres tú-
-Estaba pensando… si todo sigue bien entre nosotros… y… no lo arruino con alguna idiotez…-
-¿Oh?-
-*Rubor* Ósea… lo que intento decir… es…-
-¿Mm?-
-*Rubor* Cuando nos graduemos… y ya seamos mayores de edad… esto… me gustaría poder colaborar más para hacer tu vida un poco mejor…-
-…- Ella me mira fijo.
-Si tu quieres… y no le ves nada de malo… ¿Te gustaría que viviésemos juntos?-
-*Rubor* ¿Eh?-
-¡S-Se que aún falta mucho! Pero… bueno… no está mal tener un plan de emergencia… ¡Uno nunca sabe! Jajajaja-
-¿Vivir… juntos…?-
-¡N-No tienes que sentirte obligada! ¡Es solo una idea que tuve!-
Reina se aleja un poquito, totalmente sorprendida por lo que dije. Se queda tildada con los ojos bien abiertos. Ay no… ya la cagué, ¿Verdad?
¡Me adelante 100 escalones! ¡Mi culpa! ¡Debo evitar que se sienta aterrada!
-Yo… ¿Es posible que alguien como yo pueda tener tal futuro…?-
-¿Eh? Bueno… depende de nosotros… ¿No?-
-Depender… de nosotros mismos…… nuestro destino…-
-¿Reina?-
Ella me mira fijo, sus ojitos tiemblan y brillan. Una mirada que me recuerda a cuando era niña, esa misma ternura.
-¿Y si… realmente lo dejase todo…?-
-Reina… no te estoy entendiendo mucho…-
-Quiero… eso… ¡Quiero ese futuro para nosotros! Lo deseo mucho…-
-Oh… entonces… ¡Luchemos por ello!-
-Zero… jeje… gracias-
Reina… algo te está reteniendo, ¿Cierto? Ahora comienzo a comprender un poco más lo que te rodea. Algo te quita tu libertad, pero no hay señales de que sea algo turbio…
-Oye Reina, no tendrás un prometido o algo así que aparecerá para patearme el trasero, ¿Cierto?-
-¡¿Ah?! ¡Primero muerta antes que casarme!-
-Y-Ya veo…-
-*Rubor* Bueno, me refiero a tener que casarme con alguien que no quiero. En cambio…- Dice mientras me mira de reojo por un instante.
-Bien, puedo tachar eso de la lista…-
-¿A qué vino esa pregunta?-
-Locuras mías, solo ignórame-
-De acuerdo…-
Continuamos recorriendo por toda la convención. En un momento, le cedo mi espada, entonces ella comienza a hacer poses como de espadachín, rápidamente atrae la atención de muchos que quieren tomarle fotos. Ella se avergüenza y se marcha corriendo, tomándome de la mano.
-¡Jajajaja! ¡Eso fue tan tierno!-
-*Rubor* ¡No te rías! En verdad me asuste…-
-Pero te veías tan genial, realmente parecías una guerrera jaja-
-*Rubor* Mmm…-
-¿A mí me dejarás tomarte fotos?-
-*Rubor* Si… ¡Tú eres especial! ¡Pero no se las muestres a nadie! O me enojaré-
-No quiero que nadie más contemple tu belleza-
-*Rubor* Tontito jeje-
Al caer la tarde, nos retiramos del lugar, no sin antes tomarnos una foto. Nos subimos al autobús para regresar a casa. Reina se queda dormida en mi hombro, yo la rodeo con mi brazo y acaricio su cabello lentamente. De esta manera, ella duerme con una tierna sonrisa.
Al estar a punto de llegar a nuestro destino, la despierto tocándole su mejilla.
-Vamos, despierta princesita-
-¿Eh? Ah… jeje-
-Ya estamos por llegar-
Reina se despierta con una sonrisa y me brinda un besito en la mejilla. Nos bajamos en la parada correspondiente y caminamos hasta mi casa, pues ella quiere quedarse conmigo.
-Princesita…-
-¿Mm?-
-Creo que así le decían a mi mamá…-
-¿Enserio?-
-Tengo el leve recuerdo de que alguien la llamaba así…- Comenta ella.
-No hablas mucho sobre tus padres…-
-¿Qué hay que hablar? Se fueron cuando era muy pequeña, no pude conocerlos bien…-
-Lo siento, no debí…-
-¡Oh! ¡N-No te preocupes! No pasa nada, enserio-
-De acuerdo…-
Antes de llegar a casa, pasamos por cierto lugar que tiene un enorme significado para nosotros. Si, se trata del pequeño y viejo parque. Reina me pide que nos quedemos un ratito en este sitio. Ella se coloca en el centro y observa con una sonrisa los juegos para niños.
-Aquí fue donde todo comenzó… nuestra historia…- Comenta ella.
-Sabes… cuando me miraste por primera vez… pensé, “Qué linda es”-
-*Rubor* ¿Enserio…?-
-Sí, quizás fue allí cuando…-
-¿Mm?-
-Jeje, pensar que mis recuerdos estuvieron sellados. He pasado miles de veces por aquí-
-Esperaban mi regreso para volver ser libres jeje-
-Eso parece-
-Se que por lo general, las cosas que vivimos de niños, en su mayoría carecen de importancia. Vivimos una amistad corta y luego cada uno continuó con su vida. Fue un simple evento pequeño que nos sirvió para ver el lado bueno de la amistad. Pero… para mí fue muy importante, ¿Sabes? Yo… al final no pude olvidarme de ti… y el deseo de volver a verte, seguía tan fuerte como el primer momento en que nos separamos-
-Reina…-
-Soy rara jeje-
-Pues yo te estoy muy agradecido por serlo. Recuperarte fue lo mejor de mi vida. Este vacío que siempre sentí, era por ti…-
-*Rubor* Zero…-
-Este lugar siempre será especial para ambos-
Reina coloca sus manos detrás de ella y camina de un lado a otro, observando con una sonrisa.
-Ahora que lo pienso, nunca te hable del lugar en donde estuve todos estos años-
-¿Eh? Ahora que lo dices… es cierto… ¿A dónde te llevo tu abuelo?-
Reina se coloca a mi lado y señala con su dedo hacia donde está el sol, que poco a poco se oculta en el horizonte.
-Podría decirse que estaba lejos, pero también cerca-
-¿Eh? Ósea… ¿Estabas en este país al menos?-
-Si…-
-¿Estabas por esa dirección? ¿Dónde es eso? ¿Qué hay? ¿Un pueblo?-
-Un lugar bastante increíble, poco conocido quizás, pero puede llegar a ser lindo-
-Mmm…-
-Sería genial si pudieses verlo…-
-Reina…-
Ella da unos pasos y se coloca frente a mí…
-Zero… hay algo que debo decirte…-
-¿Si?-
-Yo en verdad soy una Ag****-
Reina estaba a punto de decirme algo importante, pero no llegue a escucharlo, puede que ni siquiera pudiera lograr decirlo…
Cuando quise darme cuenta, en mi mano estaba sosteniendo mi espada y mi corazón latía a gran velocidad…
¿A qué se debe esto? Pues…
Un brazo rodea a Reina, una persona desconocida apareció y la atrapó por detrás con un brazo mientras que con el otro le apunta con una pistola. La cinta de su cabello se desata y cae. Ella se muestra sorprendida pero no aterrada.
-¡Al fin te tengo maldita zorra! Puede que tú y tus compañeros destruyeran nuestra organización, pero no me iré sin hacerlos pagar… ¡En especial a ti!-
-¿Eh? ¿Por qué tu…?-
-R-Reina…- Me tiembla la voz…
-¡Quieto ahí mocoso! ¡Ni un paso más!-
Frente a mí se encuentra una pistola apuntándome. Un objeto que en cuanto se active, mi vida se acabará.
Por primera vez me encuentro frente a la muerte. Todo mi cuerpo está paralizado y mi mente solo es pura confusión. Vamos a morir… ella va a morir… todo se acabará…
¿Por qué? ¿Quién es este tipo? ¿Por qué está pasando esto?
¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda!
-D-Déjalo ir… ¡No tiene nada que ver!- Dice Reina.
-Oh… te importa mucho, ¿Cierto?- Dice el sujeto, apuntándole a su cabeza.
Observar eso me provoca un fuerte golpe helado por todo mi cuerpo. Es como si hubiese sido un toque eléctrico que ordenó todo en mi cabeza, permitiéndome pensar.
No debo caer en pánico, no debo rendirme…
Es poco lo que puedo hacer, pero mientras exista un 1% de posibilidad, el milagro es posible… ¡Pero si me rindo ahora, entonces todo se acaba!
Vamos… debo pensar en una manera de salir de esto… ¡Cualquier cosa! Solo hay un intento…
Piensa… observa… busca algo que sirva… lo que sea…
¡Sorprender! Eso necesito…
¿Qué espera este tipo de mí?
¡Nada! Y eso es bueno…
Algo… simple… ¡Algo simple puede ser lo más ideal!
Se me ocurre algo… ¡Lo apostaré todo a ello! No me iré de este mundo sin luchar por Reina…
-¿Por qué esa mirada mocoso? ¿En verdad piensas que con ese juguete vas a poder hacer algo? ¡Ni se te ocurra intentar algo!-
-Z-Zero… por favor… vete… ¡Tienes que irte!- Me grita ella, esta vez sí con pánico en su mirada.
-Ya se… te dispararé en las piernas para que no puedas huir y luego me divertiré contigo frente a tu amigo. ¡Qué observe como te destrozo!-
-Maldito enfermo…- Dice Reina con enojo.
-Apuesto a que será todo un espectáculo para él jeje- Dice mientras voltea a verme.
[El joven Zero observaba fijo sin moverse de su sitio, sosteniendo su espada con firmeza. A pesar de las horribles palabras que ese atacante soltaba, el muchacho solo lo miraba fijo a los ojos, para cada tanto desviar la mirada hacia la izquierda por unos instantes. Un acto que el malhechor no paso por alto. Entonces cuando Zero sonrió un poco confiado, al segundo siguiente grito…
“¡¡¡Ahora!!!”
Entonces el malhechor volteó y disparó unos cuantos tiros con su pistola, intentando matar desesperadamente a quien sea que tuviese detrás. Pero la realidad es que nunca hubo alguien, pues era un engaño que ideó el muchacho. Un plan simple, tonto pero que eso lo hacía efectivo debido a lo inesperado que era.
En cuanto el malhechor se dio cuenta del engaño, quiso voltear para matar al muchacho, pero este ya se encontraba apuntando hacia su brazo. Con su espada golpeo fuerte su mano, haciendo que la pistola vuele lejos. Del dolor, este soltó a la jovencita, quien cayó al suelo con rudeza.
La adrenalina de Zero estaba en su máximo esplendor. Con el corazón latiéndole a mil y derramando lagrimas, no le dejó ni un segundo de paz a su enemigo. La espada era real, no poseía filo, pero el metal era autentico, por lo que no dejaba de ser un arma capaz de dañar gravemente a alguien.
“¡¡¡YO PROTEGERÉ A REINA DE LA OSCURIDAD!!!”
Con esas palabras, Zero golpeó a su enemigo por todas partes, empleando toda su fuerza. Le quebró los dedos de la mano, lastimó gravemente sus rodillas, lo golpeó una y otra vez hasta lograr dejarlo inconsciente. Reina observó todo esto con gran shock, no fue capaz de reaccionar ante tal acto. No estaba asqueada ni nada, sino asombrada pero también aterrada por la violencia a la que su amigo tuvo que recurrir obligadamente.
Zero se quedó de pie, respirando agitado, observando a su enemigo vencido y luego miró a su amiga. Las fuerzas le abandonaban, el sudor caía como catarata por su frente, la espada le pesaba demasiado. Su amiga se levantó e intento ir a por él, pero entonces sus ojos captaron una silueta. El enemigo no estaba solo, ella intentó advertirle a su amigo, pero fue demasiado tarde, pues al voltear, recibió un fuerte puñetazo que lo obligó a perder el conocimiento al instante.]
Escucho una voz leve en la lejanía… todo me da vueltas y esta negro…
-¡Ah! ¡Reina!-
-*Snif* ¿Zero…?-
-Sigo en el parque… ¿Qué…?-
-¡¡¡Zero!!!-
Reina me abraza fuerte mientras llora desconsolada.
-¡Ah! ¡Ese tipo! ¡¿Dónde está?! ¡¿No te hizo nada?!-
-Estoy bien, no me paso nada… ya todo terminó…-
-¿Cómo…?-
-Venciste a ese tipo… pero había otro y te venció…-
-Yo… perdí… y ni supe como… ¡Ah! ¡¿Dónde están?! ¿Acaso tu los venciste?-
-*Snif*Un móvil de la policía apareció de casualidad y nos salvaron-
-Ya veo…-
-*Snif* Zero… ¡Zero! ¡¡¡BUAAAAAAAAAH!!!-
-Reina… estoy bien, no llores…-
-*Snif* ¡Estaba aterrada! ¡Casi te pierdo! ¡¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!-
-Me duele todo el cuerpo, en especial mi cara…-
-*Snif* ¡E-Es cierto! ¡Debo tratar esa herida! ¡Vamos a tu casa!-
Una vez en casa, me acosté en el sofá y Reina me trató el golpe en mi mejilla. No dejó de llorar, sigue muy asustada. En cuanto a mí, pues… me siento… decepcionado…
Lo di todo para protegerla y fui vencido tan sencillamente. Yo… pude haberla perdido…
-Reina… tú…-
-*Snif*Por favor ahora no, solo… *Snif* quiero… estar a tu lado… yo… tengo miedo…-
-Está bien, no preguntaré nada. Por favor… quédate conmigo…-
No tuvimos ánimos para comer, solo nos quedamos acostados en el sofá, abrazados. No dejábamos de temblar, pues a cada segundo que pasaba, íbamos asimilando la clase de situación peligrosa que enfrentamos. De cómo todo pudo salir tan mal de diferentes formas. Ella me aseguró de que ya no habría más peligro. Por algún motivo, le creí…
Dormimos abrazados, sin decirnos mucho. A la mañana siguiente, tras verificar que me encontraba bien, ella se marcho con una mirada desgarradora.
Ya han pasado tres días desde aquello y no he sabido nada de Reina. No ha venido a la escuela ni contesta mis mensajes. En verdad espero que se encuentre bien…
El viernes llega y sigo sin tener noticias de ella. Aun mantengo la esperanza de que se presente en clase. Pero el profesor llega para iniciar, lo que mata mis pocas esperanzas…
-Esto, tengo una noticia que darles. Sé que es repentino pero su compañera Reina Alcott, se ha transferido de escuela por motivos familiares-
-¿Eh?-
¿Qué dijo? ¿E-Escuche bien? ¿Dijo Reina Alcott? ¿Dijo que se transfirió de escuela? ¿Por motivos familiares? Pero… eso no tiene sentido…
Todos voltean a verme, incluso Gabriel me mira asombrado…
Todo se nubla, dejo de escuchar sonidos…
Mi cuerpo tiembla y una horrenda desesperación me invade. Las lágrimas quieren salir… junto con un miedo desgarrador…
-¡Zero! ¡Reacciona!- Dice Gabriel.
-¿Eh? ¿Qué?-
-¿Por qué Reina se fue? ¿Sabes algo?-
-Y-Yo… no se… esto…-
-¿No sabes…?-
-Ah… esto… no lo sé… ¿Qué hago…?-
-Zero…-
-¡Jajajajaja! ¡¿Acaso te abandonó sin decirte?! ¡¡¡Vaya novia tenias!!! ¡¿Escucharon eso?! ¡¡¡Su novia lo abandonó sin despedirse!!!-
Todos comienzan a reírse de mí, pero eso me da igual. Solo puedo escuchar a mi corazón latir fuerte y veloz.
Voy a perderla…
-¿Qué pasa? ¿Estás triste?- Dice un compañero.
Ante mi enorme desesperación, me harto de todo en este mundo. Le doy un fuerte puñetazo al idiota que se burla de mi, rompiéndole la nariz y haciendo que salga volando hacia tras. Entonces me marcho corriendo, ignorándolos a todos.
Abandono la escuela y solo me dedico a correr desesperado…
-¡Tengo que encontrarla! ¡Necesito verla una vez más! ¡¡¡Por favor no me dejes de esta manera de nuevo!!! ¡¡¡REINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!-
Me dirijo a su apartamento, pero allí todo se encuentra vacio. Es como si nunca hubiese habido alguien viviendo allí. Busco por todas partes sin éxito. Exploro toda zona comercial de un lado a otro. Y cuando el cielo naranja nos invade, se me ocurre un último sitio donde buscar. Me siento idiota por no ir allí en primer lugar, pero mi desesperación es tal que no puedo pensar con claridad, solo no deseo quedarme quieto.
Al llegar al parque, este se encuentra vacio, excepto por una única persona de pie en el centro. Una chica pelirroja con su cabello atado. Me acerco lentamente y ella voltea levemente…
-Reina…-
-Zero…-
-¿En verdad… pensabas marcharte sin despedirte de nuevo…?-
-Pero lograste encontrarme…-
-¡Déjate de bromas, Reina!-
-Lo siento…-
-¿Por qué…? ¿Por qué haces esto…?-
-…-
-Sabia que ocultabas algo… ¡Siempre lo supe! Pero no quería meterme en tus asuntos. Creía que si no me lo contabas, era por algo. Demostrabas confianza en mí en otras cosas, por eso lo deje pasar. Pero tal vez debí haberte preguntado…-
-…-
-Lo que sucedió el otro día… y lo que mantienes en secreto… ¿Es el motivo por el que te quieres ir?-
-…-
-¡¡¡Contéstame Reina!!! ¡¿Por qué te marchas?!-
-¡¡¡Porque somos de mundos diferentes!!!-
-¡¿Ah?! ¡¿Qué significa eso?!-
-*Snif* Zero… mi vida no es normal. Yo no soy una persona normal. Mi vida… es… *Sniff muy peligrosa…-
-¿Qué?-
-*Snif*Si te quedas conmigo… tu… *Snif* ¡No podría soportarlo!-
-¡¡¡Pero dijiste que siempre estaríamos juntos!!!-
-*Snif* Entiéndelo… no podemos…-
-¡¿Entonces mentiste?!-
-*Snif* Si… lo siento…-
-¿Eh…? Reina… por favor no hagas esto…-
-*Snif* Yo quiero… *Snif* en verdad yo quería… estar contigo pero… no es posible… no van a permitirlo… y tienen razón…-
-¡¿Quiénes?! ¡¡¡Reina quiero entenderte!!!-
-Será mejor que no lo hagas…-
-*Snif* Reina… no te vayas… yo no podré soportarlo… ¡No quiero perderte!-
-*Snif* Perdóname… yo… en verdad quería verte de nuevo… ¡Lo deseaba con todo mi corazón! Pero… no supe controlar las cosas… *Snif* y acabé lastimándote…-
-…-
-Fui tan feliz a tu lado… más de lo que esperaba. Definitivamente mi felicidad esta aquí contigo…-
-Entonces quédate conmigo…-
-No se puede… porque… ya dije que somos de mundos diferentes…-
-Eso no me importa…-
-No estarás a salvo, ya lo viste. Por mi culpa casi te mueres…-
-¡No me importa! ¡Enfrentaré lo que sea con tal de estar junto a ti!-
-Zero… me llevaré muchos hermosos recuerdos. Eres el único capaz de mover mi corazón. Besarte y quererte no era lo correcto, pero aun así lo hice… y… quisiera no tener que arrepentirme de ello…-
-…-
Reina me observa y me sonríe dulcemente, mientras continúa derramando lagrimas.
-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No sabes cuánto deseo tener un futuro contigo. Gracias por haberme brindado tanta felicidad jeje-
-*Snif* Yo también quiero tener un futuro contigo… *Snif* por favor no te vayas… ¡Haré lo que sea!-
-Quiero darte algo…-
Ella me lanza levemente un objeto que logro atrapar. Se trata de aquel cristal que me mostró una vez.
-Pero esto es…-
-Mi amuleto tan preciado, quiero que tú lo tengas-
-No…-
-Cumplió mi deseo de volver a verte. Quizás… si ambos rezamos… jeh… ¿Qué cosas digo…?-
-No quiero esto…-
-Zero… este es el último adiós. Nunca podré olvidarte…-
-¡¡¡NO QUIERO ESTO!!!-
Corro hacia ella para abrazarla, pero ella me rechaza, empujándome con fuerza, lo cual me deja impactado…
-Basta… no sigas…-
-Reina…-
-Zero… si intentas detenerme… yo…-
-…-
-Yo… *Snif* ¡¡¡Voy a golpearte y odiarte para siempre!!! ¡¿Esta claro?! ¡¡¡Entiéndelo!!! ¡¡¡Nunca estaremos juntos!!! ¡¡¡Deja de pensar en mí y búscate a otra!!!-
Sus palabras provocan que pierda mis fuerzas y me desplome de rodillas…
No puedo evitar que se vaya…
No hay nada que pueda hacer…
Nada…
-Lamento mucho no haber podido cumplir mi promesa de estar siempre juntos. Adiós…-
[Y así, Reina Alcott se alejó para nunca más regresar. Derramando lágrimas y sufriendo al saber que le rompió el corazón a la persona que mas amaba en el mundo. Una tragedia inevitable de la que ella era plenamente consciente y que aun así deseó que esto no sucediera.
El joven Zero se quedó de rodillas, con la mirada perdida, con sus ojos sin brillo, derramando lágrimas hasta que ya no fue capaz de hacerlo…
El cielo se tornó oscuro y un manto de estrellas lo cubrió todo. El joven aun seguía allí sin moverse, sufriendo un dolor que nunca antes había experimentado. Con la mirada clavada en el cristal de Reina, que yace en el suelo.
“Al final… nunca pude… decirle… cuanto la amaba…”]
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