The Lost Crystallus - 8-04
[Nos ubicamos en la ciudad principal de la zona norte. Allí se libra una batalla entre agentes y soldados de Ancardia, contra las tropas de este enigmático enemigo.
Toda la ciudad se ha convertido en un escenario de guerra, tanto por cielo como por tierra. Debido a lo sorpresivo del ataque, las tropas de Ancardia no lo tienen fácil, siendo acorralados y retrocediendo poco a poco.
De pronto llega una nueva esperanza, un destello brillante de color azul que se aproxima desde el sur. Se trata de Sarah Blair, quien corre a una velocidad sorprendente, rodeada de un aura tan brillante, que dificulta la posibilidad de notar su cuerpo, por lo que, en la lejanía, simplemente parece un cometa.
Nadie puede detenerla, todo enemigo sale despedido en cuanto es alcanzado por ella. Sin frenar en su recorrido, emplea patadas, puñetazos, patadas giratorias, invoca báculos de cristal, con los que castiga a múltiples enemigos a la vez, luego los arroja para invocar dagas y crear una lluvia de sangre a su paso.
Los enemigos que llevan traje y utilizan S.E, tampoco son rivales para ella, ni siquiera son capaces de frenar su paso.
Sarah se mueve atenta a todo su entorno, con una mirada filosa como el de un halcón a punto de atacar a su presa.
Aumenta su velocidad para ser capaz de correr incluso por los edificios. Se eleva verticalmente hasta alcanzar la cima y salta hacia unos cuantos drones enemigos que desplegaron las naves. Ella salta de uno en uno, destrozándolos sin mayor problema y evitando caer.
Utilizando los mismos drones como plataformas, se eleva hasta llegar a una de las naves enemigas, infiltrándose dentro de ella y causando destrozos hasta provocar su caída.
Sarah se lanza y se aferra a un dron para mantenerse a flote, entonces se impulsa hacia abajo, volviendo a utilizar a aquellas maquinas como plataformas para poder descender sin sufrir daños.
Al llegar a una altura que no presenta riesgos, se lanza en picado, envolviendo su cuerpo en una esfera de cristal. Al impactar contra el suelo, crea un estallido que hace volar una gran cantidad de tropas enemigas.
Gracias a su intervención, las fuerzas de Ancardia comenzaron a ganar territorio y acorralar al enemigo.
Sarah queda bastante agotada tras todo esto, pues no desactivo su aura en ningún momento.
Respira agitada, observa que aún quedan enemigos, por lo que se levanta para continuar luchando.
“Estuvo impresionante, señorita, creo que puede permitirse descansar un poco”
Sarah voltea tras escuchar la voz de un joven, entonces visualiza a dos personas, un muchacho y una mujer. Ella los reconoce, pues son los agentes de nivel 10 de la zona norte.
Elliot Revent, de 21 años, cabello castaño oscuro, corto y bien arreglado. Lleva lentes y una mirada amable. Tiene un nivel alto de esgrima.
Por otro lado, su compañera es Justina Forland, de 20 años, cabello castaño claro, lo lleva atado con gran coleta enrulada al costado derecho. Al igual que su compañero, presenta un alto nivel de esgrima.
“Si no me equivoco, eres la agente Sarah Blair, ¿Cierto?”. Comenta la joven.
“Así es”
“¡Eres más impresionante de lo que ya habíamos escuchado!”. Exclama la muchacha con una sonrisa.
“No se podía esperar menos de la discípula de la mismísima Agnes. Aun así, no podemos permitir que te encargues de todo tu sola. Apreciamos enormemente tu ayuda, por favor déjanos luchar a tu lado”. Dice el joven, mostrando una educación y admiración sincera.
“De acuerdo, sería imposible para mí el ocuparme de todo ese ejercito yo sola. Creo que exagere un poco, gaste más energía de la que pensaba…”. Comenta Sarah, sonriendo inocentemente.
“Déjame ponerte al tanto, de entre todos nuestros enemigos, los que llevan traje negro, son capaces de utilizar S.E”. Comenta la joven agente.
“¡¿Eh?! Ah… ahora que lo dices, mientras golpeaba a todos, me pareció notar que algunos brillaban…”
“No son precisamente habilidosos, de hecho son bastante toscos al luchar. No llevan mucho tiempo controlando el S.E, aun así, enfrentar a varios de ellos, si puede complicar bastante las cosas, debemos ser cuidadosos”. Dice el joven, mientras analiza su entorno y ajusta sus lentes.
“¿Hasta cuándo durara esto…?”. Se pregunta la joven agente.
“Solo podemos acabar con todo enemigo aquí abajo y confiar en nuestra flota aérea”. Dice Sarah, volviendo a transformar su dulce mirada, en una tan amenazante como una fiera cazadora de la selva.
Nos alejamos de la zona norte para viajar hacia el otro extremo de la base, la región más fría, la zona Sur.
Al igual que en las demás regiones, esta también se encuentra bajo ataque, con una flota de naves en el cielo imponiendo su presencia y tropas enemigas en el suelo nevado.
Esta región no solo se caracteriza por su clima invernal, debido a la cercanía con la Antártida, sino también por su peculiar distrito del placer.
Tropas de soldados enemigos se acercan a aquella posada en donde se hospedaron Zero y Reina. La dueña se mantiene firme, pese a la situación peligrosa en la que se encuentra. Se niega a abandonar su negocio.
De pronto se escuchan unos pasos…
Unas pisadas resuenan al aplastar la nieve…
Alguien se acerca caminando con calma, sin temerles a los soldados enemigos. Se coloca al frente de la posada. Se trata de una mujer con el cabello largo y teñido de rubio. Sus ojos son marrones, lleva un barbijo blanco que cubre su boca. En sus manos lleva un bate de baseball, hecho de cristal azul, apoyándolo verticalmente en el suelo delante de ella.
Su nombre es Roxanne Spencer, tiene 23 años, agente de nivel 10, ostenta el mismo cargo que Fredor Fiodor en la zona Este o Laura Estelar en la zona Oeste. Su trabajo es asignar las misiones de mayor prioridad a los agentes de la región.
A su lado aparecen dos agentes de nivel 10. Uno es su hermano menor, Luke Spencer, de 20 años, al igual que ella, se tiñe el cabello de rubio, posee una mirada amenazante como si fuese un pandillero y su forma de hablar no es nada refinada, pese a ser de familia noble. Pero a pesar de la apariencia de ambos hermanos, la realidad es que son personas de buen corazón con un gran sentido de la justicia.
La chica que acompaña a Luke, es su novia, la agente Hina Valentine, de 19 años, de cabello castaño claro, atado con dos coletas teñidas de rojo en las puntas. De ojos marrón claro y brillantes, cuando no está de servicio, suele usar lentes de contactos que llevan pupilas en forma de estrella.
“Hermanita, parece que estos tipos quieren meterse con nuestro distrito del placer”. Dice Luke, observando con una sonrisa mientras apoya su bate de hierro sobre su hombro.
“¡Hmph! ¡No solo se cuelan en nuestro hogar de forma violenta, sino que también quieren profanar el orgullo de la región Sur! ¡Hay que darles una lección traumatizante!”. Expresa Hina, sacando la lengua en señal de burla.
“Efectivamente, merecen un buen castigo. Mis agentes ya han apaleado a muchos soldaditos, pero parece que no aprenden, ni modo, tendré que encargarme yo misma. ¡No te preocupes Tía! ¡No dejare que rompan tu preciada posada! Dice Roxanne, dejando en claro su parentesco con la dueña de la posada de la que tanto disfrutaron Reina y Zero.
“¡Hermanita! ¡Libera al tiburón de las nieves!”. Exclama Luke, mostrando una sonrisa con dientes filosos.
“Efectivamente, mi querido hermanito”.
Roxanne se quita el barbijo, revelando la misma sonrisa que lleva su hermano. Al mismo tiempo que libera una inmensa aura azul, capaz de hacer temblar a los soldados enemigos.
“¿Qué pasa? ¿Tienen frio? No se preocupen, dejen que mi bate les brinde calor… ¡¡¡Cuando queden cubiertos y abrigados por su propia sangre!!!”
Roxanne se lanza a la carga, sonriendo como si fuese la mayor diversión de su vida. Agita su bate y con él hace volar a una gran cantidad de enemigos.
Todos los soldados le atacan, pero ningún proyectil llega hasta ella, pues crea pequeñas capas de cristal a su alrededor, que la protegen.
Con cada ataque que realiza, logra mandar a volar a unos cuantos enemigos, que no son capaces de volver a levantarse, debido a que la mayoría de sus huesos quedan pulverizados.
“Jajajaja ¡¿Qué pasa?! ¡¿Eso es todo lo que tienen?! ¡¡¡Vaya soldaditos mas flojitos!!!”. Dice Roxanne mientras continúa apaleando a sus enemigos sin contenerse.
Los soldados comienzan a retroceder, pero Roxanne no está dispuesta a dejarlos escapar. Y debido a que solo se concentraron en ella, no notaron a su hermano, quien tampoco se contiene a la hora de castigarlos. Lo mismo su pareja, quien usa dos barras de hierro como armas, recubriéndolas con su aura verde para potenciarlas.
Los tres agentes sonríen mientras acaban con sus enemigos. Roxanne saca a relucir el apodo con el que todo mundo utiliza para referirse a ella, “El tiburón de las nieves”.
Al escenario llegan los enemigos que visten traje negro. Se lanzan a atacar a Roxanne, utilizando espadas, hachas o lanzas. Ella los repele con su bate, el cual es tan resistente que no recibe ni un mísero rayón. Esto es gracias a que fue hecho con su propia energía.
“¡Vaya! ¡Entonces era verdad la información de los operadores! ¡Los de traje usan Soul Energy! ¡Al fin se pone más interesante la cosa! ¡Luke! ¡Hina! ¡No bajen la guardia con estos!”. Advierte Roxanne mientras retiene a tres con su bate.
Aunque se ve rodeada, es capaz de luchar contra varios enemigos al mismo tiempo. Su bate repele cada ataque enemigo. Ella responde rápido, empleando giros y saltos para esquivar, golpear y atacar.
Se acostumbra rápido al poder y velocidad de los enemigos. No solo eso, logra analizar bien sus movimientos, logrando determinar que no están tan acostumbrados a luchar con S.E.
Ella se pregunta si acaso aprendieron a utilizarlo hace poco.
“¡Hermana!”
“¿Qué pasa Luke?”
“¿Cómo decirlo? Estos tipos son fuertes y peligrosos, pero…”
“Si, su manera de luchar es simplemente básica. Solamente refuerzan sus habilidades, pero no combinan estilos ni usan técnicas. Creo que aprendieron a controlar el S.E, no hace mucho”. Comenta Roxanne, sin dejar de luchar.
“¡Pero es raro que hayan tantos que usen S.E! ¡¿No es eso extraño?! ¡¿Acaso hay alguna clase de academia de S.E, en el mundo exterior?!”. Comenta Hina.
“¡¿Ah?! ¡Pero qué tonterías dices! ¡En el mundo exterior, no conocen el Soul Energy! ¡Imagina el desmadre que sería todo si así fuese!”. Dice Luke, sin descuidar a los enemigos que le atacan.
“De hecho, ha habido casos de personas del mundo exterior, capaces de utilizar S.E”. Explica Roxanne.
“¡¿Enserio?!”. Dice su hermano, muy sorprendido.
“Ha habido monjes que por meditar tanto, acabaron obteniendo esa habilidad, por nombrar un ejemplo. Cada tanto en algún rincón del mundo, hay personas que son capaces de obtener S.E por sí mismos”. Explica Roxanne.
“¡Esa es nuestra jefa! ¡Siempre llena de conocimiento!”. Dice Hina, expresando su admiración.
“Tienen que leer mas”. Dice Roxanne con una sonrisa.
Roxanne se lanza violentamente con sus enemigos, su bate colisiona contra una espada, destrozándola y luego pulverizando a su dueño. Avanza hacia el siguiente, que porta un hacha, pero no es capaz de soportar la agresividad del bate de cristal, por lo que sufre el mismo destino de la espada.
Y finalmente, el guerrero de la lanza, intenta atravesarla, pero Roxanne le elude fácilmente y destruye el arma, así como también los huesos del enemigo.
Al ver a los de traje, totalmente derrotados, los pocos soldados enemigos que aún quedan en pie, huyen de la zona.
“¡Lo hicimos! ¡Protegimos el distrito!”. Festeja Hina, dando pequeños saltos.
“¡Jaja, en verdad los asustaste, hermanita!”. Dice Luke, sonriendo.
“Si, pero aún es pronto para festejar. Salvamos el distrito, pero no la ciudad, ¡Vamos!”. Comenta Roxanne, apoyando su bate en su hombro.
“Santo cielo, reconozco y admiro tu fuerza, pero así no debe comportarse una dama…”. Dice la dueña de la posada.
“Jajajaja, nos encontramos en una situación crítica, permíteme alocarme un poco, Tía querida”
“Un poco dices, pero tienes razón, se que tu podrás expulsar a estos invasores”
“¡Nos vemos luego! ¡Necesitare tus aguas termales para relajarme después de esto!”
Roxanne, Hina y Luke, avanzan hacia el centro de la ciudad, lugar donde una gran batalla se está llevando a cabo. La presencia del tiburón de las nieves, sube la moral de los agentes y soldados de Ancardia.
Ella sola logra barrer una gran cantidad de enemigos con cada ataque que realiza. Luego se detiene un poco para descansar, confiando en que sus aliados podrán encargarse del resto.
Alza la mirada hacia el cielo, se concentra en las naves enemigas y se frustra.
“Me molestan mucho esas naves, tapando mi hermoso cielo…”
“Ojala pudiéramos derribarlas a todas de una vez…”. Dice Luke.
Roxanne observa fijo, entonces comienza a sonreír, como si fuese la villana más feliz del mundo.
“Hermanito… ¿Qué tal si les damos el susto de su vida?”
“Parece que tienes un plan, ¡Me apunto!”
Roxanne manifiesta su aura y comienza a concentrar toda su energía en la palma de su mano derecha. Una esfera comienza a formarse, al principio inestable, pero poco a poco va conservando su forma hasta ser perfectamente redonda, entonces se cristaliza poco a poco. De esta manera crea una pelota totalmente de cristal y se la arroja a su hermano.
“Toma distancia y arrójamela con todas tus fuerzas”
“Hermanita… ¡Jaja, de acuerdo!”
“¡No te contengas! Utiliza todas tus fuerzas”
“¡Roxanne, tu puedes! ¡Go! ¡Go!”. Hina comienza a darle ánimos como si fuese una animadora.
Luke libera su aura azul con gran intensidad, concentra toda su fuerza y lanza la bola de cristal con una potencia tremenda, pareciendo que hubiese sido disparada desde un cañón.
“¡¡¡Ahí va hermanita!!!”
La bola viaja a una velocidad monstruosa, Roxanne sostiene su bate con ambas manos, espera el momento y batea, liberando todo su poder.
Una batalla de poder se lleva a cabo, la bola desea superar al bate. Roxanne ejerce presión, se niega a ser vencida. Su aura se expande y se eleva cada vez más.
Gritando a todo pulmón y forzando a sus músculos hasta el límite, finalmente vence a la bola y la manda a volar bien alto. La parte superior de su bate estalla en pedazos.
La bola viaja a gran velocidad, desprendiendo una estela azul que la hace ver como un cometa.
Se eleva y se eleva sin perder su potencia…
Se acerca poco a poco hasta una de las tantas naves enemigas…
En cuanto hace contacto, ocurre algo que deja a todos impresionados, interrumpiendo toda la batalla que se estaba llevando a cabo.
La nave comienza a abollarse en su costado. Todo aquel armazón de hierro se hunde como si fuese una simple lata de atún. A continuación, se producen explosiones, la nave pierde el control y se estrella junto a otra, provocando que ambas se desplomen en la superficie.
Tal espectáculo deja aterrados a todos los enemigos, quienes pierden la voluntad de luchar y se rinden, pues nadie posee la valentía para desafiar al tiburón de las nieves.
“¿Acaso ya no quedan valientes que deseen enfrentarme? ¡Aquí estoy! Tranquilos, no muerdo mucho”
Nos trasladamos a región central. Gate León, líder principal de la Organización Ancardia, se encuentra caminando totalmente solo. Ha salido de la barrera que protege la ciudad y se dirige directo hacia donde se encuentran tres enormes barcos voladores enemigos. Estos se encuentran detenidos, sin realizar ningún ataque.
Gate observa hacia adelante, pues hay una silueta que le estaba esperando…
En cuanto se acerca lo suficiente, nota que se trata de un joven con una capucha para esconder su identidad…
“¡Finalmente sales a jugar!”. Dice el misterioso joven.
“¿Eres quien lidera toda esta visita?”. Pregunta Gate, manteniendo una mirada firme.
“¡Así es! Pero no debes confundirte, no soy el jefe final, ¡Me dieron todo este bonito ejercito para venir a visitarlos!”. Comenta el muchacho, mostrado una sonrisa.
“Entiendo, ¿Y qué te trae por aquí?”. Pregunta Gate, mostrándose calmado.
“Es algo bastante sencillo, una vez que lo obtenga, nos iremos”
“…”
“Señor Líder de Ancardia, seguramente usted lo sepa. ¿Sería tan amable de entregarnos el Crystallus?”
Gate observa en silencio por unos segundos, cierra sus ojos y deja que solo el viento emita sonido…
Detrás de él se encuentra la ciudad central, rodeada y protegida por un domo de energía. El cielo sigue naranja, poco a poco la noche comenzara a asomarse…
Aun se puede escuchar el sonido de la guerra en la lejanía. Todos luchan para proteger su hogar, a sus seres queridos…
Aquella palabra provoca algo en Gate…
“Ya veo…”. Comenta…
Entonces abre sus ojos, saca un objeto brillante de su bolsillo que rápidamente toma forma de lanza dorada. Se coloca en posición de batalla y observa a su enemigo con una mirada tan amenazante como una bestia dispuesta a proteger su territorio.
“Me queda claro ahora. Ancardia debe eliminarte”
==FIN DEL CAPITULO==
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