The Lost Crystallus - 9-06
[Presente]
[Reina]
-Ahora entiendo el motivo de que Luna sea tan especial para ti- Comenta mi preciado amigo.
-jeje-
-Desde el primer momento en que te vi junto a Lisa y Luna, supe que su amistad es muy especial. Sin embargo, me di cuenta que con Luna, hay un cariño aún más especial. Creo que la vez como…-
-¿Familia?-
-Sí, exactamente. Ella es como… una… madre hermana para ti-
-¿Madre hermana? Jajaja ¿Qué cosa es eso?-
-No sé, se me ocurrió eso para describir lo que pienso-
Si, Luna estuvo ahí cuando atravesaba el peor momento de mi vida. Me salvó de una dolorosa y fría soledad. No estaba obligada a ayudarme, mucho menos acompañarme, pero lo hizo…
No tenía amigos, aun así tuvo coraje para pedirme su amistad. Y desde entonces, una gran admiración y cariño hacia ella, nació…
-Jeje, supongo que podría decir que la amo-
-Mmm…-
-¿Qué? ¿Te provoca celos? Jeje-
–El yuri es un rival poderoso, difícilmente se puede vencer-
-No la amo en ese sentido, tontito jeje. Aunque supongo que, si tu no estuvieses, me acabaría casando con ella. Sería una buena esposa, es mejor en tareas domésticas que yo…-
-Jajajaja ¿Eh? ¿Ósea que quieres casarte conmigo?-
-*Rubor* ¡¿Eh?! ¡Ah! ¡Y-Yo no dije eso!-
-Pero insinuaste…-
-¡Fue broma! ¡BROMA!- ¡Se me acelera el corazón!
¡¡¡KYAAAAAAAAAAH!!! ¡¡¡Me deje llevar y prácticamente le dije que quiero que sea mi esposo!!! Lo cual no es una mentira pero… ¡¡¡Es adelantarse mucho y no es así como quiero confesarme!!! Soy una tonta…
-Puedo entender a la perfección tus sentimientos por Luna, ya que yo pase por algo similar. Ella estuvo ahí para mí, protegiéndome, enseñándome y brindándome su amistad. Tanto Luna como Seraphine, se encuentran en un lugar especial en mi corazón-
-…- Es cierto, gracias a Luna y Seraphine, es que te tengo aquí conmigo ahora.
-Mmm… dijiste que es buena en tareas domesticas, ahora que lo pienso, es cierto. ¡Sí! ¡Decidido! Voy a pedirle que sea mi esposa-
-¡¿Eh?!-
-¿Por qué no? Es una waifu shiny que por algún motivo, nadie sabe apreciar, ¡Debo hacerla mía!-
-¡¡¡…!!!-
-Solo bromeo mi querida pelirroja, no hace falta mirarme tan feo…-
-¿Eh? Mmm… tonto…- ¿Lo estaba mirando muy feo…?
-Jeje, adoro molestarte. En fin, me alegra saber que pudiste encontrar algo muy bueno, luego de tanto dolor. Sigue contándome-
Me acerco a él, hasta estar prácticamente pegados, entonces me aferro a su brazo. Me mira algo sorprendido, incluso puedo darme cuenta que esta algo nervioso, ya que siento como late su corazón. Yo también me siento así pero me da igual, quiero tenerlo cerca mientras relato mi historia.
-Luna y yo, nos volvimos muy buenas amigas de inmediato. Comencé a entrenar artes marciales con su maestro, Lucian-
-…-
-No paso mucho tiempo hasta que conocimos a Lisa. Para ese entonces, Luna y yo, nos veíamos en más ocasiones, no solo cuando iba a entrenar. Solíamos salir a caminar y explorar los alrededores. Cierto día fue que conocimos a Lisa, aunque al final fue todo orquestado por Sarah jeje-
—————————————
Reina y Luna, conocieron a otra niña, Lisa Blair, quien se convertiría una gran e importante amiga. De esta manera, la pequeña Pelirroja tenía un refugio donde poder ser ella misma y sonreír casi como antes. Aun continuaba aquel vacío en su corazón, por perder a quien más aprecia.
-*Rubor* Ella es mi hermana Sarah-
-¡Mucho gusto! ¡Qué felicidad poder conocer las amistades de mi hermanita!-
-Me llamo Luna, mucho gusto-
Reina observa atenta a Sarah, hasta que finalmente la reconoce. -Ah… es la chica de la otra vez…-
-¿Oh? ¡Pero qué sorpresa volver a verte!- Saluda Sarah con una gran sonrisa.
-Si…-
Reina parecía actuar algo fría, pero era porque estaba algo nerviosa, ya que admiraba la belleza de Sarah. Se preguntaba si ella podría volverse así al crecer, para de esa manera gustarle aun más a su preciado amigo.
-Hermana… ¿Ya conocías a Reina?-
-¡Así es! Fui su niñera una vez y hace poco la volví a ver en el mundo exterior. Ella estaba en un festival que organizaba su vecindario. De hecho, se encontraba en compañía de un niño que…-
-*Snif* Uuh…-
-Ay no… aquí vamos de nuevo…- Dice Luna, suspirando y agarrándose la cabeza.
-¿Eh? ¡¿Qué?!- Sarah se asusta al ver como Reina comienza a llorar.
-Hermanita… Reina aun extraña a su amigo, se pone triste porque recuerda que no puede verlo…-
-Ah… no lo sabía… ¡Lo siento Reinita!- En realidad si lo sabía, pues Agnes se lo había contado, pero en ese momento se le olvido.
A pesar de ese tropiezo, Sarah acabó ganándose el cariño de las pequeñas y se autoproclamo hermana mayor de todas. Aunque no era tan seguido, siempre que contaba con tiempo libre, lo dedicaba a pasarlo con ellas. Siempre les daba consejos, les enseñaba los conocimientos básicos que debían saber y hasta las instruía en asuntos femeninos.
El tiempo avanza y un nuevo desafío se presenta ante la pequeña Reina. Su abuelo la inscribió en la escuela, donde estudiaría hasta los 10 años y luego iría a la academia de agentes.
Reina no estaba acostumbrada a algo así, por lo que adentrarse en un salón repleto de desconocidos, le aterraba bastante. Afortunadamente, Luna estaría con ella en la misma clase.
Antes de centrarnos en la pequeña, iniciando su vida escolar, debemos visitar otro escenario. En una gran oficina lujosa, ubicada en lo alto de la torre principal de Ancardia. Un hombre de avanzada edad, se encuentra suspirando mientras plática con quien será su sucesor en un futuro no muy lejano.
A pesar de poseer la habilidad de Soul Energy, su tristeza provocada por los errores cometidos, llevaron a acelerar su envejecimiento, notándose un poco más, con cada día que pasa.
Quienes poseen dicha habilidad, obtienen un beneficio, el cual consiste en extender la juventud del cuerpo, considerablemente más que un ser humano normal.
Pero existen casos en donde el factor psicológico o las heridas profundas que dañan el alma misma. Provocan que este “beneficio” se pierda.
-Gate… a esta altura de mi vida, solo puedo pensar en los errores que he cometido…-
-Señor Graham, creo que se castiga demasiado últimamente-
-Jeh… quizás…- Dice el gran líder, mientras bebe un sorbo de whisky.
-¿Sucedió algo?-
-En verdad le deseo lo mejor a mi nieta. Quiero que tenga una buena vida, pero también que sea fuerte-
-Es comprensible-
-Pero no dejo de ser un viejo tonto que no puede escapar de la visión del pasado…-
-¿Qué paso con Reina?-
-Jeje… esa niña puede verse adorable como su madre, pero tiene el carácter fuerte y rebelde de su padre-
-…-
-Le dije que me encargaría de encontrarle un prometido. De esa manera no estaría sola, podría formar una familia en el futuro. Ella es mi nieta e hija de dos leyendas, ¿Quién no la querría para su familia?-
-Señor… creo que se está adelantando demasiado…-
-Jeje… de pronto su lado tierno desapareció y me miró como una bestia feroz. Me grito bien fuerte que no quiere casarse con nadie que no sea su amigo-
-Jeh… los niños suelen tener bastante energía-
-Si no puede casarse con él, no lo hará con nadie. Lo dijo tan decidida y tan firme, que parecía toda una adulta. Aaah… sí que la hice enfadar jeje…-
-Sin duda heredo el carácter de su padre. Su amor por Lynette era muy fuerte. Cuando se decidió a luchar por ella, nada más le importó. Nada más le detuvo- Comenta Gate con una sonrisa.
-Quiero proteger a mi nieta, el tiempo que me quede…-
-Si me permite, pienso que sin importar lo que haga, ella lo tendrá difícil- Comenta Gate con seriedad mientras mira por los ventanales.
-…-
-Tal como dijo, ella es la nieta del actual líder principal. No solo eso, posee el apellido Alcott, familia de gran linaje, quienes ostentaron el rol de “castigadores”. Hija de dos agentes de rango Elite que formaron parte de “La primera generación”. Aunque suene horrible, ella es un premio valioso. Y muchas familias querrán ir tras ella… sin mencionar que también posee sangre Vega…- Explica Gate con disgusto.
-Lo que en un principio era sangre orgullosa en mis venas, hoy en día es solo algo que aplasta a un ser muy querido…- Comenta Graham con tristeza y pesadez.
-Si posee un corazón firme, logrará soportar cada obstáculo y volverse fuerte. Del dolor aprendemos- Comenta Gate mientras mira fijo el paisaje por la ventana.
-El destino es el único que determina cuánto dolor es suficiente para aprender. Aunque… puede que yo aun deba provocarle más dolor…-
En una bonita tarde, las tres pequeñas descansaban tras finalizar su sesión de entrenamiento. En ese entonces, Reina aprovecha para mostrarles algo a sus amigas.
-¡Qué bonito!- Pronuncia Lisa, con brillo en sus ojos.
-¿De dónde sacaste esa cosa?- Pregunta Luna.
-Me lo regalo mi abuelo. Me dijo que este cristal es un amuleto que puede ayudarme a cumplir mis deseos más fuertes-
-¿Entonces vas a pedirle al cristal…?-
-Jeje, vamos Lisa, ¿Hace falta preguntarlo? Ya sabemos cuál es su deseo- Dice Luna con una sonrisa.
-¡No dejo de pedirle que me deje volver a ver a Zero! Jeje-
-Ojala se cumpla tu deseo- Dice Lisa con una calidad sonrisa.
-Guarda algo de esos ánimos para mañana, no estás acostumbrada a la escuela, ¿Cierto?- Le comenta Luna.
-Uuh… es verdad… ¡Por favor cristalito! ¡No quiero ir a la escuela!-
-Dudo que ese amuleto pueda ser tan poderoso…-
-Mucha suerte, Reina- Dice Lisa, acariciando la cabeza de su amiga.
Tal como Gate lo había anticipado, Reina no lo tuvo sencillo desde el inicio. Todos sus compañeros de clase, la identificaron de inmediato y se interesaron en ella por su posición.
Ella se daba cuenta, podía sentirlo simplemente en las miradas de todos…
“No son como Zero. No son como Luna y Lisa. No me gusta esto… no me gusta cómo me hablan ni como me miran…”
La trataban como toda una celebridad, no dejaban de mirarla. Todos los días se reunian a su alrededor, curiosos por saber historias de su familia, algo de lo que ella desconocía. Pero si hubo algo que le dio asco, fue que le hablasen mal de Luna. Según todos, ella era una rarita que solo sabia ser violenta. Una hija de nadie, criada por un ex agente Elite por lastima.
“No te juntes con ella, nada bueno te traerá. Debes juntarte con familias de bien”
Ya había perdido demasiados seres queridos en contra de su voluntad, por lo que de ninguna manera perdería otro por el simple hecho de hacerle caso a los demás.
Fue entonces que tomo la decisión de ignorar a todos. No necesitaba más amistades, ella ya estaba bien con Luna y Lisa. Solo le faltaba a su más preciado amigo para estar completa.
Sin embargo, de entre todos sus compañeros, había uno que destacaría de mala manera…
A la salida de la escuela, alguien aparece frente a ella…
-¡Tu!- Señala un chico de su misma edad.
-¿Eh?-
-Mi familia dice que eres muy valiosa. A mí no me pareces la gran cosa, pero admito que eres linda. ¡Muy bien! ¡Olvida a estos perdedores! ¡Yo seré quien te de un futuro lleno de gloria!-
-¿Eh? ¿Quién eres…?-
-¡Zack Darsen! ¡No lo olvides!-
-Yo… no quiero…-
-¡Deja de ser tan llorona y ven conmigo!- Dice Zack mientras la sujeta del brazo para llevársela lejos.
-¡¡¡Noooo!!! ¡No quiero! ¡Suéltame! ¡Me duele!-
En ese instante, Luna aparece con una mirada de furia y solo dice -Suéltala, Zack-
Pero el muchacho ni se inmuta por esto y le dice -¿Ah? Vete de aquí, rubia sin gracia-
-Reina… es… ¡¡¡MI AMIGA, PEDAZO DE CACA!!!-
Luna se mueve veloz y le da un fuerte puñetazo en el rostro, que lo manda a volar lejos.
-¡Gk! ¡Maldita…! ¡Algún día me las pagaras!-
Zack huye de la escena, pero lamentablemente no sería la última vez que molestaría a Reina. De hecho, sería el principio de un acoso que parecía no terminar jamás…
-*Snif* ¡Luna!-
-Ya, ya, te dije que siempre te protegería. Pero no olvides que tú también te estás volviendo fuerte. Algún día serás capaz de sacar a patadas tú misma, a todos los que te molesten-
-*Snif* Si…-
Tras finalizar las clases, se fueron a realizar sus entrenamientos diarios de artes marciales. Y una vez estos finalizados, las tres niñas se sentaron a descansar y merendar.
-Bueno, ya pasaron dos semanas desde que comenzaste, ¿Qué tal la escuela?- Pregunta Luna.
–No me gusta… ¡No me gusta para nada! ¡Hmph!-
-Es molesto… pero debemos ir o no aprenderemos nada…-
-Te envidio Lisa, tú no tienes que ir, ya eres súper inteligente de nacimiento- Comenta Reina, manteniendo sus mejillas infladas.
-Me daría mucho miedo… estar junto a tantas personas… Mamá dice que hay muchas personas malas…- Comenta Lisa con preocupación.
-Luna… ¿Por qué nadie te quiere…? ¿Por qué hablan tantas cosas feas de ti…?- Pregunta Reina con tristeza.
-Bueno, supongo que no me hice querer mucho al principio jeje. Admito que he golpeado a un par que se metía conmigo-
-Pero… ¿Por qué se metían contigo…?-
-Ah… bueno, supongo que ibas a aprenderlo tarde o temprano. Reina, tu abuelo es el líder principal de todo este lugar llamado Ancardia. Y los padres de Lisa son científicos muy importantes. Ustedes son de familia noble, por así decirlo, en cambio yo… no tengo valor alguno- Explica Luna.
-¡Eso no es cierto! ¡Luna vale mucho!- Protesta Reina.
-Está bien, al principio me molestaba, pero ahora ya no. Porque están ustedes conmigo- Comenta Luna con una sonrisa.
-Lamentablemente, sigue siendo algo común, que la mayoría muestre más aprecio hacia aquellos que provienen de una familia noble. Y se ignore o se desprecie a los que no tienen un origen destacable. Pero aunque sean pocos, existen quienes logran ver el verdadero valor de una persona. Esas son las personas con las que realmente vale la pena relacionarse- Comenta Lucian.
-Maestro…-
-No dejen que sus orígenes determinen quienes son. Construyan su propio camino y forjen su verdadero valor-
-Luna… tu maestro dice cosas muy cool jeje- Comenta Reina.
-¿Verdad que si? Aunque con esa cara, es difícil tomárselo enserio jeje– Comenta Luna con una sonrisa.
-*Suspiro* Denme un respiro…- Dice Lucian, con resignación.
El tiempo avanza hasta cumplirse un año desde que Reina se mudo a la base principal de Ancardia. Desde entonces, no ha dejado de esforzarse en sus estudios y de adquirir todo el conocimiento posible sobre el nuevo mundo en el que habita.
Aun mantiene su motivación de ser agente para poder regresar con su amigo. Sin embargo, su camino de rosas estaba repleto de espinas que iban clavándose en ella, arrebatándole más y más alegría e inocencia.
Debido a que es la nieta del líder principal, se vio obligada a asistir a muchos eventos importantes e interactuar con familias nobles, algo que no le interesaba y le disgustaba. Ella veía toda esa falsedad y arrogancia.
Todo mundo le hablaba de sus padres, pero para ella, todo eso parecía ser cuentos de dos desconocidos. Esos no eran los padres que ella conocía y se le hacía difícil creer que lo fueran.
Pero por más increíble que fuese, había una sola realidad. Sus padres eran aquellos que todo Ancardia conocía, menos ella…
Al escuchar tantas historias, al ser comparada con ellos y de que todos tengan expectativas altas en ella, fue provocando un fuerte desgaste en su corazón…
Reina Alcott se mantuvo fuerte, dejando en claro su poco interés por la nobleza y su negativa a casarse. No le importaba el legado familiar y no se molestaba en ocultarlo. Su abuelo, simplemente lo aceptaba, ya no era aquel hombre atado a las viejas costumbres. No haría con Reina lo que hizo con su hijo en su momento.
La bella pelirroja, demostró tener una buena capacidad de aprendizaje. Sus calificaciones eran bastante altas, su progreso en artes marciales era notable y a la hora de interactuar con otros, su comportamiento era educado, aunque bastante frio, pues lo hacía a propósito para dejar en claro sus nulas intenciones de hablar con otras personas.
Su único lugar feliz, el único espacio donde podía sonreír y sentirse libre, era en compañía de sus amigas, con quien demostraba su lado más amable, dulce, enérgico y amoroso.
Reina Alcott, ahora con 8 años, se encuentra caminando sola en plena tarde. En su rostro mantiene una expresión seria, carente de toda alegría…
Se dirige hacia el cementerio, apenas hay gente a su alrededor. De pronto, su mirada capta a una mujer alta, de cabello corto de color negro, con una mirada fría como la de ella. Lleva unos adornos en la oreja izquierda. Esta pasa a un lado y le echa una mirada, para luego continuar su camino hacia la salida. Reina voltea a verla y luego continúa su camino hacia la tumba de sus padres…
Se queda allí en silencio durante un largo rato…
-Aah… honestamente… no sé porque hago esto…-
El viento sopla débil, apenas moviendo su largo cabello…
-Yo… cada vez siento menos sentimientos al venir aquí…-
Reina baja la mirada mientras cierra sus puños…
-Se supone que mis padres están aquí, pero… ustedes no son los que conocí. Aquí solo pueden ser recordados por los demás… pero no por mi… ¡Porque…! Porque… al final… no se quienes eran ustedes realmente…-
Una gran frustración había nacido, producto del dolor. Su corazón manifestó un sentimiento de enojo, como manera de poder seguir adelante y no aferrarse a un pasado que no volverá jamás…
-Yo… creo que ya no vendré mas… lo siento… papá… mamá…-
Reina deja unas flores y luego se marcha. Al salir del cementerio…
-Lo sabía, eres muy parecida a ella…- Dice una voz femenina.
-¿…?- Reina voltea para ver aquella mujer de hace un rato, apoyada sobre un árbol y de brazos cruzados.
-Eres la hija de Lynette, ¿Cierto?-
-Si… ¿Y usted quien es…?-
-Me llamo Luvia Melody, agente de nivel 10-
-…-
-Y también, podría decirse que soy la hermana mayor de tu madre, ¡Mucho gusto, Reina! Jeje-
-¿Eh?-
==FIN DEL CAPITULO==
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