The Lost Crystallus - 9-21
En lo alto de una torre, bajo un cielo oscuro y gris, se encuentra una joven de cabello negro y ojos verdes. Ella permanece de pie, mientras es bañada por una intensa tormenta. En su mano una katana con un filo color verde. A su alrededor hay una gran cantidad de cuerpos desplomados llenos de heridas.
Esta mujer es Reina Alcott, quien porta un disfraz para realizar sus misiones y así evitar que la puedan reconocer cuando se encuentra de civil en la ciudad.
No está sola, pues un grupo de agentes femeninos le acompañan. Todas ellas con la misma misión de infiltrarse en las escuelas para detectar la conexión entre estudiantes y bandas mafiosas.
Durante esta mañana tan gris, Reina Alcott lideró un asalto para acabar con una de las tantas bandas mafiosas de la ciudad. Gracias a esta acción, no solo se logró limpiar un poco la maldad de la Ciudad Capital, sino que también lograron recopilar información importante, para acercarse más hacia la raíz del problema.
Reina permanece en silencio, alza la mirada para observar el cielo y percatarse de la lluvia que golpea su cuerpo…
A pesar de la peligrosa operación, de haber tenido que ensuciar su espada con sangre, ahora limpia por la lluvia, ella solo puede pensar en una cosa…
Ella logró entender y asimilar sus sentimientos. Lo que siempre creyó imposible de sentir, ahora finalmente lo experimenta…
Reina Alcott está enamorada. ¿Pero qué debe hacer con tales sentimientos prohibidos?
Es lo que se pregunta…
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Nos trasladamos hacia el pasado, con un día igual de gris y siniestro, pero sin lluvia, al menos de momento…
Debido al estado del clima, con rugientes truenos que advierten una próxima lluvia salvaje, los pequeños Reina y Zero, no pueden estar juntos.
Ambos se extrañan, piensan en el otro, desean jugar juntos, ser felices juntos. Pero al no poder hacerlo, solo les crece la ansiedad…
Para evitar que estén tristes, sus madres dejaron que ambos se comuniquen por teléfono. Entonces los pequeños tuvieron una plática entretenida.
Pero eso no lograba calmar sus enormes deseos de poder verse. Fue entonces que a la pequeña se le ocurrió una idea traviesa…
Ambos ya conocían el camino al parque. No se encontraba lejos de casa, así que esperaron a que sus madres estuviesen descansando, para escapar de sus casas y verse un rato en aquel parque donde siempre juegan.
-¡Estamos aquí! Jiji-
-*Rubor* Si, pero… esto… Reina… nuestras mamás… se van a enojar mucho…-
-Si… ¡Pero solo si se enteran! ¡Juguemos un ratito y luego volvemos a casa!-
-E-Esta bien…-
Los pequeños comenzaron a jugar, pero lamentablemente poco pudieron disfrutar, pues la tormenta inicio de un momento a otro, siendo tan salvaje que los obligo a refugiarse en uno de los juegos. Uno con forma de iglú, perfecto para protegerse de la lluvia.
Los relámpagos iluminaron aún más el día, los rayos se manifestaban en el cielo y rugían como si fuesen dragones.
-¡Hiii!-
La pequeña Reina comenzó a sentir mucho miedo y se aferró a su amigo, hundiendo su rostro en su pecho.
-¿Reina…?-
-¡M-Me dan miedo los truenos! ¡¡¡Hiii!!!-
-Está bien… yo te protegeré, ¡No dejaré que ningún rayo te pegue!-
-*Snif* ¿Enserio?-
-¡Te lo aseguro!-
-Jeje… ¡Gracias!-
El pequeño Zero logro tranquilizar a su amiga. Ambos se quedaron abrazados, observando la lluvia, hasta que fueron encontrados por sus madres, quienes no estaban muy felices con la travesura que hicieron.
En un principio quisieron castigarlos con no dejar que se vean, pero al ver las expresiones de ambos, se dieron cuenta de que era una decisión demasiado cruel, por lo que simplemente los dejaron sin ver televisión por unos días, pero que, si se portaban bien y prometían no volver a hacer eso, continuarían viéndose todas las tardes para jugar.
Fue la única travesura que hicieron. Y pese al castigo, ambos se miraron y sonrieron, pues fue una pequeña aventura divertida.
—————————————————–
Reina abre los ojos y observa confundida a su alrededor. Frente a ella, ve un rostro conocido…
-¿Eh…? ¿Zero…?-
-Hola dormilona-
Reina se queda pensativa unos segundos, entonces se da cuenta de la situación. Esta recostada sobre el regazo de su amigo. Ella fue a visitarlo a su casa, pero en un momento, ella se quedó dormida junto a él, mientras estaban sentados en el sofá de la sala.
-*Rubor* ¡¿Eh?! ¡No puede ser! ¿Me quede dormida…?-
-Así es, parece que estas muy cansada-
-*Rubor* Perdón…-
-No hay problema, te vez bonita cuando duermes-
-*Rubor* Tonto…-
-Te veías relajada y murmurabas, ¿Soñabas algo?-
-*Rubor* ¿Eh? Pues… creo que era un recuerdo del pasado…-
-¿Cuál?-
Reina observa la ventana, en el exterior se aprecia la lluvia. Entonces recuerda que, tras su misión, fue a visitar a su amigo, sin darse tiempo a descansar, solo se dio un baño y se cambió de ropa.
-Era un día oscuro y lluvioso como hoy…-
-¡Ah! ¿Será aquella vez que nos escapamos de casa para vernos?-
Al escuchar eso, Reina se sorprende. Entonces comienza a sentir una gran alegría y ternura.
-*Rubor* Si… exacto jeje… veo que también lo recuerdas-
-¿Aun le sigues temiendo a los truenos?-
Reina se enternece, se acerca a su amigo y lo abraza con dulzura.
-*Rubor* Ya no, gracias a que me protegiste aquella vez jiji-
-*Rubor* Ah… no fue… nada…-
-…-
-*Rubor* Esto… Reina… ¿Vamos a quedarnos así… abrazándonos? –
-*Rubor* Solo un ratito, ¿Sí? Me siento muy bien en este momento…-
-*Rubor* E-Esta bien…-
Mientras ella disfruta de un cálido abrazo con su preciado amigo, cierra los ojos y comienza a reflexionar sobre las cosas que sucedieron últimamente.
Si bien, el rendimiento de la joven como agente, estaba resultando impecable, separando sus momentos de trabajo, con los momentos con Zero, pretendiendo ser una chica normal.
Pero poco a poco, sus sentimientos comenzaron a intervenir y desestabilizar aquel equilibrio…
Mientras investigaba a unos estudiantes con posibles conexiones con bandas mafiosas, no pudo evitar centrarse en una pareja que comenzaron como amigos de la infancia, hasta formalizar su romance. Sin embargo, el joven acabó involucrándose en ese mundo siniestro, lo que comenzó a causar conflictos con su pareja.
Reina se sintió identificada, pues sentía que era un mensaje que el destino le estaba enviando. Un mensaje que le decía que todo podría acabar en tragedia con Zero. Todo porque ambos pertenecen a mundos diferentes…
Al dejarse llevar por sus sentimientos, acabó logrando que su amigo resultase lastimado levemente. Y aunque su relación no se vio afectada, ella si quedo muy dolida por lo ocurrido.
¿Cuándo fue que sus sentimientos comenzaron a ser difíciles de controlar?
En el momento en que se dio cuenta del enorme amor que siente por él…
Los días avanzaron y la culpa por su error, no disminuía. Su amigo se dio cuenta y le propuso tener una cita. Siendo totalmente honesto, le dejo en claro que lo hacía para que volviese a sonreír, pues le duele verla tan triste.
Ella no se negó, aceptó con mucha alegría. La felicidad le daba el impulso para poder trabajar con más empeño.
Verónica no le negó que tenga su cita, pero si tuvo una charla seria con ella.
-Reina, seré sincera contigo. Tu rendimiento ha decaído-
-…-
-Si bien, sigues haciendo un buen trabajo y los resultados que consigues son positivos, me doy cuenta de que tu concentración ya no es la misma-
-…-
*Suspiro* Me imaginaba que esto podía suceder. Poco a poco, la vida que llevas con tu amigo, está comenzando a afectar a tu lado profesional-
-Lo siento…-
-Es comprensible, podrás ser una agente de rango alto, pero eso no quita el hecho de que eres una mocosa adolescente-
-…-
-Es un momento por el que todos atravesamos. Estas experimentando todo tipo de emociones y no sabes que hacer. O más bien, hay cosas que quieres hacer y no sabes cómo proceder-
-…-
-Ese chico te gusta, ¿Cierto?-
-*Rubor* Ah…-
-Era obvio, te muestras demasiado emocionada cuando se trata de él-
-…-
-Ya cometiste un error hace poco, dejaste que tus sentimientos te confundieran e hiciste que el acabase golpeado. Está bien, fue algo leve, pero si no tienes cuidado, algo peor sucederá-
-Lo siento…-
-Las demás agentes, admiran como trabajas, pero también dijeron que te notaban un poco en las nubes. Esos detalles, yo no los dejo pasar por alto-
-…-
-No quiero que me veas como la bruja malvada, no estoy en contra de tus romances. Solo… no quiero que resultes lastimada, ni tampoco tú amigo…-
-Gracias Verónica… tendré cuidado…-
-Reina, eres libre de enamorarte, pero…-
-No hay futuro… en ese romance… ¿Cierto?-
-No soy quien para decidir eso. Los altos mandos son quienes deciden o pueden ayudarte. Eres de familia noble, quizás tengas contactos que te ayuden. Pero aun así…-
-Arrastraría a mi amigo… a vivir en mi mundo…-
-Veo que lo comprendes…-
-…-
-De momento, solo disfruta tu tiempo con él. Aunque… puede que a la misión ya no le quede mucho. Cuando llegue el momento, piensa en cómo despedirte-
-Si… gracias por preocuparte, ¡Es usted muy amable, Señorita Verónica!-
-Es mi deber cuidar de los jóvenes. Ah y por cierto… sobre tu cita…-
-¿Si?-
-Los de la tienda quieren conocer a tu chico-
-*Rubor* ¿Eh?-
-El día de tu cita, dile que vaya a buscarte a la tienda. Solo preséntaselos para que se queden satisfechos-
-*Rubor* Uuh… bueno…-
-Jeh, ellos te aprecian y quieren que te vaya bien con él. Es más, dijeron que te ayudaran a ponerte linda para la cita-
-*Rubor* Jeh… ¡Aprecio la ayuda!-
La cita en el parque de diversiones, resultó ser mejor de lo que ella esperaba. Ambos pasaron un emocionante día.
Disfrutaban de cada atracción que veían, platicaban sobre cómo se sentían, poco a poco liberando sus sentimientos románticos. El muchacho desde un inicio le manifestó su opinión sobre su apariencia, dejándole claro que se veía tan linda, que le costaba concentrarse.
Poco a poco, ambos iban teniendo más contacto físico, tomándose de las manos, luego del brazo, abrazándose cada vez más seguido.
El momento mágico llegó cuando se subieron a la rueda de la fortuna para poder descansar. Estando en un espacio tan reducido, lo que los obligaba a estar cerca el uno del otro, fue que sus sentimientos comenzaron a manifestarse. Todo con una charla romántica y agradable…
-Qué paisaje más hermoso…- Dice ella con una dulce mirada.
-Tienes razón-
Reina observa a su amigo, sonríe y luego se levanta para sentarse a su lado. Como la cabina no es muy grande, ambos se encuentran muy pegados del otro.
-Así me siento más cómoda jeje-
-*Rubor* Mmm…-
-Estoy viviendo todo lo que deseaba vivir contigo… ¿Sabes?-Suelta ella, juntando sus manos mientras sonríe dulcemente.
-¿Enserio?-
-¡Sí!-
-Reina yo… como pensaba que jamás iba a volver a verte, te olvidé y…-
-Está bien, no me molesta eso, lo entiendo…-
-Pero cuando estábamos juntos, pensaba en muchas cosas que quería vivir contigo-
-¿Ah sí? ¿Cómo qué? Jeje-
-B-Bueno… tener salidas como estas, disfrutar de jugar videojuegos juntos, mirar películas, fastidiar a quienes nos molestan… y…erm…-
-*Rubor* ¿Casarnos cuando fuésemos adultos? Tal como le decías a mi papá jeje-
-*Rubor* Si…-
Jeje, y lo confiesas sin siquiera estallar de la vergüenza. En verdad… nuestra relación avanzó mucho…
¿En qué momento, comenzamos a expresar lo que sentimos con tanta facilidad?
-Jiji, que lindo-
-Cosas de niños jeje-
-*Rubor* Y… ¿Aun piensas en esas cosas?-
-…-El joven la mira fijo a los ojos.
-*Rubor* ¿De verdad… te gustaría… tenerme como esposa…?-
-*Rubor* S-Supongo… que… no estaría mal…-
-*Rubor* Si… no… estaría mal…- Dice la joven, incapaz de contener su felicidad.
“Sueña con un futuro juntos. Me confiesa que no le parece malo que nos casemos.
Esas palabras, esos sentimientos…
Yo le gusto…
Y eso… me hace profundamente feliz…
No puedo… negar lo que siente mi corazón…
Ya no puedo negar… lo que deseo realmente…
Ya no puedo…
No puedo…”
Reina y Zero se quedan en silencio, mirándose fijo el uno al otro. Ambos dejaron de pensar, ambos sienten sus corazones latir a gran velocidad. Poco a poco sus rostros van acercándose, sus miradas se posan en los labios del otro.
Ambos solo desean una sola cosa…
Lamentablemente, el recorrido llega a su fin y el hermoso momento es interrumpido. Ambos bajan de la atracción en silencio. Se sienten avergonzados, decepcionados, pero a la vez felices porque sintieron una fuerte conexión. No hubo lugar al rechazo.
Mientras caminaban sin rumbo, el joven ofrece que se sienten en una banca. Al hacerlo, sorprende con una sinceridad inesperada…
-Reina…-
-…- La joven mantiene la mirada baja, escuchando los fuertes latidos de su propio corazón.
-No puedo pretender que nada sucedió… ¡Yo intenté besarte!-
-…-
“¿Eh? ¡E-Espera! ¡¿Esta confesando que quería besarme?!
Jeh… jeje…
Es…
¡Es tan lindo!”
-No sé qué sucedió conmigo en ese momento, pero quería besarte…-
-…-
“Zero… jeje… ay mi querido Zero…
La verdad es que yo…
También deseaba besarte…”
-Puedes irte corriendo… lo entenderé…-
“Ay tontito… en verdad no me gusta esa falta de confianza que tienes. ¿Cómo crees que voy a irme corriendo? No hay forma de que pueda odiar un beso tuyo… cuando es una de las cosas que más deseo…”
-Mmm… no quiero hacer algo tan cliché-Responde la dulce pelirroja.
-¿Eh?-
-Primero que nada, estoy agotada de caminar tanto, así que no tengo ganas de correr. Segundo, el tren está lejos. Y tercero… yo también… quería besarte…-
-*Rubor* ¡¿Eh?!-
“Yo tampoco voy a esconder mis deseos”
-Supongo que… nos dejamos llevar un poco jeje-Dice ella, sonriendo para calmar a su amigo y dejarle en claro que no hay peligro.
-S-Si…-
-Pero tampoco pienso fingir que no sucedió, quería besarte e intenté hacerlo. ¡Somos dos tontitos sin remedio! Jiji-
-Jeh… gracias Reina-
“¿En qué momento, fue que comenzamos dejar salir este sentimiento de amor mutuo?”
Reina se acerca a su amigo y le brinda un gran beso en la mejilla. Uno muy largo…
-*Rubor* Por ahora… ¿Puedes conformarte con esto? No sé qué nos depara el futuro pero… si sigues siendo especial para mi… entonces quizás…-
“Si…
Quiero un futuro donde pueda quedarme a tu lado…”
-*Rubor* Reina…-
La cita se convirtió en una hermosa experiencia. Reina no pudo dormir mucho, aquella noche, pues pensaba en sus sentimientos. En ese beso que no pudo ser…
Acostada en su cama, tocando sus labios, ella reflexiona y llega a la conclusión de que lo que siente por su amigo, es algo más fuerte que un simple “me gusta”
-Te amo…-
Reina no dejo de experimentar diversión junto al chico que ama. Desde ver como este la defendió de quienes la molestaban, hasta tener una charla por teléfono con su madre, quien aún la recuerda.
Pero el evento que más ha llamado su atención y que la mantiene tan pensativa, es el festival de invierno que celebrará la escuela. Allí, ambos prometieron bailar en lo que es una danza tradicional junto a la fogata. Un evento que simboliza el romance.
Volvemos al presente, donde Reina se mantiene abrazando a su amigo, pensando en todo lo que ha vivido últimamente.
Muchas preocupaciones se acumulan en su corazón. Y no deja de preguntarse como resultará todo al final del festival de invierno, pues es consciente de que sus sentimientos ya no pueden contenerse más. Y que lo más probable, es que acabe confesándole su amor.
Pero eso podría significar un error de no retorno…
¿Pero es realmente un error?
¿Es malo que ella lo ame?
No deja de preguntárselo…
Reina encuentra la calma en los brazos de su amigo. Y al no poder encontrar respuestas a sus pesares, opta por permanecer allí, todo el tiempo que pueda…
Su amigo siempre ha notado la angustia de la joven, sabe que oculta cosas, pero no quiere presionarla. Confía en ella y sabe que nunca le desearía algo malo. Es por eso que siempre trata de encontrar formas de alegrarla.
-Reina, estaba pensando…-
-¿Mm?-
-Ya que te gusta tanto que tengamos aventuras. Cuando me gradúe de la escuela y consiga un empleo. Quiero ahorrar para llevarte de viaje-
-¿Oh?-
-Seria genial, poder viajar a otro país u otro continente-
-…- Reina lo observa con asombro.
-Aunque siendo sincero, me gustaría llevarte a una isla paradisiaca-
-Déjame adivinar, para verme en traje de baño, ¿Verdad?-
-¡Sí!-
-Pfff… y lo dices con tanto orgullo-
-Eres muy linda y mi cuerpo adolescente me grita que escondes una hermosa figura debajo de tu ropa. ¡Definitivamente tengo que verte en bikini!-
Reina presiona la nariz de su amigo.
-Si hago eso, entonces más te vale que solo me veas a mí-
-¿A quién mas querría ver…?-
-No sé, a otras chicas que pasen por ahí-
-¡Entonces vayamos a una playa privada!-
-Jeje, tontito, ¿Tienes idea de cuánto costaría eso?-
-Por mi sueño de verte en bikini, trabajaré hasta sudar sangre-
Reina comienza a reírse, pues las tonterías de su amigo, son suficientes para hacerla sentir normal y despejar su mente.
-Aaah… ¿En qué momento te volviste un pervertido sin culpa conmigo?-
-Buena pregunta…-
Reina lo abraza fuerte y apoya su cabeza en su pecho.
-¿Un viaje por el mundo? ¿Una playa paradisiaca? Claro, ¿Por qué no? Quiero hacer muchas cosas contigo-
-Jeh, no olvidaré lo de la playa, Reinita-
-*Rubor* Yo tampoco lo haré, haré que se te caiga la baba al contemplar mi figura jiji-
-Yes my Queen-
-jeje, tontito-
Reina lo abraza aun más fuerte y le da un gran beso en la mejilla.
-*Rubor* Ugh… últimamente siento que tus besos y abrazos, son como la gravedad aumentada 100 veces…-
-¡Consecuencias por hacerme muy feliz! En fin, me voy a casa, tengo que prepararme bien para el festival-
-Mmm… ya eres preciosa, no creo que necesites arreglarte mucho…-
-Juju, ¡Debo asegurarme de dejarte sin aliento!-
El día tan esperado llegó. Reina se levanto temprano y fue a la tienda de flores, pues había solicitado ayuda a sus compañeros para estar bien presentable. Le regalaron ropa nueva, la maquillaron y le hicieron un peinado que nunca antes se había hecho.
-¡Con esto lo dejarás rendido a tus pies!-
-*Rubor* Jeje, ¿Eso creen?-
Reina se miro al espejo y se sorprendió de verse tan radiante. Nunca se había preocupado mucho por su apariencia y con su cabello, siempre lo uso suelto o con una cola de caballo. Pero ahora se daba cuenta de que había muchos estilos que ella pudiese probar, todo para intentar sorprender a su amigo.
Una vez lista, Reina fue a buscar a su amigo al lugar donde habían pactado. Sin embargo, al llegar, encuentra a su preciado compañero, recibiendo un abrazo de otra chica. Una muchacha de cabello rubio, de complexión similar a ella. Una joven que ambos volverían a ver en el futuro.
“¡¿Quién demonios es esa?! ¡¿Por qué estaba abrazándolo?! ¡¿Me enamoro de este idiota y ahora todos le desean?!
¡Oh claro que no! ¡Nuestra historia no va a ir por ahí!”
Zero voltea asustado, pues tiene que enfrentar a la furia de su amiga celosa.
-Reina yo…-
-¿Por qué…. te encuentro… ligando… con otra…? Responde…-
-No estaba ligando…- Responde el muchacho, mirando hacia un costado y sonriendo nervioso.
-¡¡¡Si que lo estabas!!! ¡¿Por qué estabas a los abrazos con otra mujer mientras yo estaba ansiosa de verme contigo?! ¡¿No sabes lo mucho que me arreglé para este día?! ¡¿Cómo puedes ser tan cruel?!- Grita ella mientras lo toma del cuello y le sacude.
-¡Cálmate Reina! ¡No estaba ligando! ¡Simplemente le regale un peluche que ella no pudo sacar de esa máquina! ¡Darle un peluche a una chica no es ligar!-
-…-
“Eso es exactamente ligar…”
-No jodas… ¡¿Si es ligar?!-
-¡¡¡Claro que si, idiota!!! ¡¿No te diste cuenta?!-
-¡Pues claro que no! ¡Salvo por ti, todas las demás chicas me miraron con asco o piensan que soy un perdedor! ¡¿Cómo esperas que sepa como ligar?!-
-…-
-Ay que perdedor sueno…-
-Uuuh… tienes un argumento muy valido… ¡Mierda! ¡La idiota soy yo por dudar de ti!-
“¡Diablos! No puedo discutir ante esa lógica…
Supongo que fue simplemente amable con esa chica y ella supo ver lo irresistiblemente adorable que es abrazarlo…
Esto me sirve para entender que puede haber otras chicas que sepan ver su lado bueno y queden encantadas como yo…
Ugh… que rabia me da pensarlo…”
Zero quedo maravillado con la apariencia de Reina, elogiándola tal como ella esperaba. Al llegar al festival, comenzaron a disfrutar en todos los puestos con juegos que encontraban. Reina demostró destacar en los de tiro al blanco. Su amigo claramente ignoraba que ella era buena en ese tipo de juegos, debido a que ya tenía experiencia con armas de verdad.
La joven pelirroja se estaba divirtiendo mucho, olvidando su verdadera vida. En un determinado momento, comienza un concurso de belleza para determinar quién es la estudiante más atractiva. Reina no estaba interesada, pero debido a que sus compañeras de clase la desafiaron de mala manera, se dejó llevar y acabó participando.
Sus deseos de aplastar el ego de las demás, era tan grande, que no le dio importancia de hacer la prueba del traje de baño, utilizando uno escolar.
En cuanto vio la emoción de su compañero, fue que se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se esforzó en contener su vergüenza y seguir hasta terminar el concurso.
“¡¿Cómo acabe haciendo esto?! ¡¿Qué sucede conmigo?!
Aunque este traje de baño no es revelador, odio que estos babosos me miren así. ¡Solo quiero que Zero me mire! ¡Qué se mueran todos los demás!”
Al final, Reina salió ganadora. No tuvo problemas en refregarle el premio a quienes la desafiaron y burlarse sin contenerse.
El momento del baile de la llama congelada se estaba acercando. Ambos se sentaron en una banca a descansar un poco y comer algo.
-Me he divertido mucho jeje- Dice ella, apoyando su cabeza en el hombro de su compañero.
-Yo también. Y tus locuras inesperadas no hacen más que aumentar la diversión-
-Oye, tú también sales con ideas locas cuando te lo propones, somos bastante similares jeje-
-Y por eso nos llevamos tan bien. Imagina las cosas que habríamos hecho si hubiéramos ido juntos a la escuela ya de pequeños-
“Jeh… no tienes idea de las veces que imagine eso”
-Nuestros padres hubiesen tenido mucho dolor de cabeza juju-
-Sí, pero la diversión nunca se hubiese detenido-
“Si… todo hubiese sido maravilloso…
Por eso nunca… he dejado de preguntarme…”
-¿Por qué el destino no quiso que estuviésemos juntos?- Expresa con tristeza.
-Ahora lo estamos. Y… somos capaces de enfrentarlo… ahora podemos…-
-Podemos… yo… ¿Puedo?-
“¿De verdad algo cambió? ¿Soy capaz de cambiar algo…?
Yo… no quiero irme… ¿Puedo evitarlo…?”
-¿Reina?-
-No es nada…-
-Bueno…-
-Zero… ¿Podemos quedarnos así un rato más?-
-Claro-
-Gracias…-
Reina se queda dormida, apoyada en el hombro de su preciado compañero. Al caer la noche y comenzar el baile de la llama congelada, es que la joven despierta, habiendo descansado plácidamente.
Ambos se acercan al lugar y se toman de las manos para comenzar a danzar como las demás parejas.
“¿Por qué será que siempre que duermo tan bien cuando estoy a tu lado?
Siempre despierto renovada, como si todos mis pesares se hubiesen ido…”
Reina mantiene su mirada fija en los ojos de su compañero, dejándose llevar por la música. Al principio, ambos tenían dificultades para danzar, pues nunca lo habían hecho, pero poco a poco, sus cuerpos fueron entendiendo.
A medida que avanzaban los segundos, ellos se iban olvidando de todo. Sus corazones se aislaban del mundo, para solo concentrarse en el otro…
Reina se perdió en una burbuja de pura felicidad. Entonces sus sentimientos comenzaron a querer salir. Pero ella ya no estaba presionándose para evitarlo…
Ya no importaba la misión…
Ya no importaba Ancardia…
En ese momento la agente Alcott no existe…
Ella es Reina, una joven que siempre amo con todo su corazón, a su preciado amigo de la infancia.
-Reina…-
-¿Si?-
-Desde un inicio estaba solo, mi hogar era mi único refugio, mis padres mi único escudo. El mundo no me recibió bien y no siempre iba a poder contar con mi “escudo”. Por eso… yo me sentía solo… con mucho miedo…-
-…-
-Entonces te conocí y por primera vez, todo se iluminó para mí. Tú… solo me mirabas a mí, solo yo te importaba. Me diste esperanza, me diste valor y me diste felicidad…-
-*Rubor* Zero…-
“¿Por qué me dices cosas tan lindas?
Tontito… no hagas eso…
Porque yo…”
-Gracias a ese amor que me diste, pude sobrevivir a tantos años de soledad. Si no me he perdido, es por ti. Y ahora estas de nuevo conmigo, de nuevo iluminando mi vida-
-*Rubor* jeje…-
“Tonto… ¿No ves que mi corazón no para de sentir felicidad?”
-Gracias a ti, es que puedo ser una mejor persona-
-*Rubor* ¿Sabes? Yo podría decir lo mismo. Tú me salvaste de una abrumadora soledad, iluminas mi vida en mis momentos más oscuros. Si cometo locuras, es porque quiero impresionarte. Quiero… que solo me mires a mí…- Expresa ella, bajando la mirada levemente mientras sonríe.
-*Rubor* Reina… yo…-
-*Rubor* ¿Si?-
-*Rubor* Me gustas mucho…-
“Jeje… No me sorprende. Aun así, deseaba mucho escucharte decir eso…
Zero… ¿Qué clase de mirada tengo ahora?
Jeje, mi querido Zero… yo…”
-*Rubor* Jeh… Tú también me gustas mucho- Dice ella con la sonrisa más dulce que jamás ha hecho, mientras posa su mano en la mejilla de su compañero.
-*Rubor* Oh… v-vaya… esto… nunca pensé que… escucharía tales palabras… de la chica más linda del mundo jeje…-
-*Rubor* Jiji-
-*Rubor* Y-Yo… me siento muy feliz jeje… esto…-
“Yo también soy muy feliz. Creo… que jamás había experimentado tanta felicidad en mi vida…
Lo sabía…
Mi lugar es contigo…
Zero… te amo…”
Ambos expresaron sus sentimientos. Ambos fueron correspondidos. Y dejándose llevar por el impulso de su amor…
Reina y Zero, se dan un beso.
Los fuegos artificiales comenzaron a resonar en el cielo, decorándolo todo con hermosos colores. Entonces ellos dos se miraron y comprendieron lo que acababa de suceder. Entonces ella sonrió dulcemente y volvió a conectar sus labios con los de su preciado compañero. Sus pasos se detuvieron para solo besarse una y otra vez hasta que gran evento finalizara. No se dieron cuenta de que su acto inspiró a las demás parejas, haciendo florecer el amor.
Reina le ofreció pasar la noche juntos en su apartamento. Ya estaba cansada de preocuparse por tantas cosas, por lo que decidió dejar todo de lado y simplemente dejarse llevar por sus deseos. Al menos por una noche.
Abrazo a su compañero, apenas ingresaron, no pretendía soltarlo. No hubo demasiadas palabras, solo besos y caricias.
Se besaron… hasta quedar dormidos…
La joven no se dio cuenta, pero a pesar de sentir tanta pasión, tanto amor. Ella… no pudo decirle a su preciado compañero, que lo ama.
Su corazón, no había olvidado la cruel realidad…
El momento de la separación, se estaba acercando…
¿Qué explicación podría darle? ¿Acaso volvería a desaparecer sin dar explicación como en el pasado?
Esa noche, la mente de Reina no se centró en eso…
Esa noche fue solo amor…
Pero a pesar de la emoción, ambos no llegaron a tener sexo. Aunque el deseo estaba, siendo el de Reina el más fuerte. Sin embargo, no tuvieron el coraje de avanzar hasta ese nivel. Pero no les importaba. Pues lo que ya habían logrado, era suficiente para brindarles una gran felicidad
Al día siguiente, ambos se sentían raros e incómodos. No sabían cómo actuar, por lo que hubo bastante silencio.
Una vez que Zero se marchó a su hogar, fue que Reina comenzó a reflexionar sobre todo lo que había pasado.
Se quedo todo el día pensativa hasta caer la noche. Entonces tomo su teléfono y…
-Hola Reina, tiempo sin hablar-
-Hola Lisa…-
-¿Cómo va todo con tu amigo?-
-Yo…-
-¿Mm? ¿Paso algo malo?-
-Por favor, no le cuentes a Luna, no quiero que haga un escándalo-
-¿Eh? De acuerdo…-
-…-
-Reina… ¿Qué sucedió?-
-Nos besamos…-
-¡¿Eh?!-
-Zero y yo… nos besamos… y confesamos que nos gustamos…-
-¡Espera! Espera… esto… ¿C-Cómo…?-
-Yo… a medida que iba pasando tiempo con él… comprendí…-
-Te enamoraste…-
-Si…-
-Ya veo…-
-Tuvimos un festival escolar anoche. Bailamos juntos y… entonces… sucedió…-
-E-Es increíble… escucharte decir eso… jeje…-
-Nos besamos. Nos besamos mucho. Luego lo invite a mi apartamento, nos acostamos y continuamos besándonos…-
-*Rubor* R-Reina… ¿Entonces… perdiste…?-
-No… no llegamos a hacer eso. Aunque… si soy sincera… creo que… hubiese estado dispuesta a…-
-*Rubor* ¡R-Reina!-
-Si es con el… entonces está bien. No… de hecho quiero que sea con él…-
-E-Entiendo…-
-Lisa…-
-¿Si?-
-¿Crees que haya cometido un grave error?-
-…-
-¿Enamorarme de Zero, es un grave error…?-
-Pues…-
==FIN DEL CAPITULO==
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