Tres Espadas - 20
Capítulo 20: Solo rencor
Desmont junto a Zelica se reúnen para almorzar en el restaurante de Salina, la chica mestiza que conocieron hace tiempo, almuerzan tranquilamente hasta terminar toda su comida, Salina quien atiende a los dos invitados recoge los recipiente y utensilios que usaron al comer, demás limpia la mesa. La joven mesera termina su trabajo por lo que vuelve a la cocina.
—Nada como un buen almuerzo, ¿no crees? —Le habla Zelica a Desmont, quien está sentado en frente de ella. Desmont solo asiente con la cabeza, Zelica notó que desde hace rato el niño de un cuerno no está del todo animado—. Niño, entre más piense en el combate será peor, tranquilízate un poco.
—Lo sé, es solo que siento que estos meses entrenado no creo haber avanzado tanto como quisiera —dice Desmont.
—Nada se consigue de la noche a la mañana, los resultados de dos meses de trabajo no se pueden comparar a los resultados que te pueden dar años de entrenamiento, así que no te sientas mal. —dice Zelica intentando animar un poco al pequeño demonio—. Aunque no voy a negar que por tus condiciones estas algo en desventaja, has mejorado mucho la técnica de la espada Celer, pero en cuanto al Basca, es difícil… Ya que no puedes usar el Basca usando tus reservas de maná ya que te harías mucho daño, estas obligado a usar la poca maná que te proporciona naturalmente tu cuerpo.
—Mañana es el combate… ni siquiera se la destreza de mi oponente —Desmont recuesta su cara en sus antebrazos postrados en la mesa—. Tengo el presentimiento que solo iré a hacer el ridículo en el encuentro.
—En probable… —dice Zelica apoyando su mejilla en su puño, Desmont responde con un desilusionado suspiro—. Ya te dije que no te preocupes, tengo un plan.
Desmont se levanta de su silla exaltado, emocionado por la pizca de esperanza que le da su maestra. Salina interrumpe la conversación de sus clientes, para luego dirigir la palabra a el niño de su misma especie.
—Desmont, escuche que tendrás un encuentro en la ciudad de Caedes, ponle la firma que estaré allí para animarte. —dice la mesera de un cuerno, dándole ánimos a su pequeño amigo. Llegan a casa, Sol se encuentra en la academia de batalla por lo que la casa está sola, Zelica camina hasta el jardín y se sienta en su mecedora, Desmont se postra en el marco de la puerta.
—¿Y bien? ¿Cuál es el plan? —preguntó Desmont.
—El plan es ganar —responde Zelica a lo que Desmont responde con un «¿Enserio?» bastante desilusionado, Zelica no puede evitar reírse—. Es broma, es broma, antes que nada quiero recalcar algo, ya te lo dije una vez mientras entrenamos pero te lo vuelvo a decir, no tienes permitido usar tu maná, no es una sugerencia… es una orden, ¿entendido?
Zelica le lanza una mirada bastante amenazante y aterradora a Desmont, el chico no hace más que mover su cabeza de arriba a abajo con rapidez.
—Bien así me gusta, acordamos que solo usarías tu maná en casos de vida o muerte, este encuentro no es uno de esos casos. Ya que tendrás muy poca disposición de mana es crucial la forma en la que uses el Basca, así que esto harás, básicamente solo lo usaras una vez.
—¿Qué?
—Así como escuchas, una vez, de nada sirve que regules la mana que tienes en el transcurso de combate si el cambio que tendrás será mínimo y la diferencia de poder con tu ponente siga siendo muy grande, es mejor usarlo por unos segundo en un buen momento de combate para equilibrar la balanza y que por lo menos tengas buenas posibilidades de llevarte la victoria. El plan es el siguiente, intentaré aguantar el mayor tiempo posible, buscando buenos ángulos para contraatacar, así no estarás contra las cuerdas todo el tiempo, luego buscaras el momento indicado donde tu oponente se confíe, justo en ese momento deberás terminar la pelea.
—Vale, entiendo, pero… —comenta Desmont—. ¿Qué pasa si no termino la pelea justo allí?
—Perderás ni duda alguna —dice Zelica en seco y Desmont se exalta con sorpresa. El día de combate llegó, Desmont acompañado por Zelica llegan a la academia de batalla, dentro Zelica deja a Desmont para dirigirse a las gradas del coliseo en el que se realizará el esperado combate, algunos encargados atiende al pequeño combatiente, lo llevan a unos vestidores donde lo equipan con un uniforme especial para la ocasión, diferente a los uniformes que portan los estudiantes. Luego de la vestimenta se le dan indicaciones para elegir su arma para el combate, Desmont sin duda escoge un espada ligera, por último se le dan las reglas estipuladas para el encuentro.
—No hay limitaciones en el combate —Habla el encargado a la preparación de Desmont—. Por lo que puedes tener la tranquilidad de que cualquier herida letal ocasionada en el combate luego será tratada de inmediato, la batalla termina cuando algunos de los dos combatientes ya no puede pelear, tanto por inconsciencia como por inhabilitación física, los participante también tienen derecho a rendirse, ya por último si alguno muere en el transcurso del encuentro la perso…
—¡Espera, espera, espera! ¡¿Como que «si alguno muere»?! —exaltado interrumpe Desmont a su ayudante—. ¿Está permitido asesinar al oponente?
—Por supuesto, esto no es un entrenamiento, es una batalla real, pero no te preocupes no es muy frecuente que uno de los peleadores muera, puedes estar tranquilo. —Mucha tranquilidad no sintió Desmont que digamos. Un coliseo repleto de gente murmurando, un hombre de lujosa vestimenta hace presencia en medio del escenario, el silencio domina el lugar, el hombre acerca a su boca un pequeño artefacto de madera haciendo de lo que nosotros conocemos como micrófono, pero con la clara diferencia de que este funciona con magia.
—Damas y caballeros, estudiantes y docente, me complace inaugurar el encuentro número 234 del tradicional evento de las familias Caedes y Harenae. —Mientras el presentador da la bienvenida al evento los dos combatientes, Desmont y Saraquiel Caedes entran a la plataforma mirándose cara a cara. Saraquiel se le ve muy confiada y centrada, por el contrario Desmont se ve algo nervioso, su cara llena de sudor confirma su estado mental. El niño de un cuerno mira a su alrededor, se impresiona de la inmensa cantidad de gente que vino a ver su combate, demás ve en la gradas a muchos de sus conocidos animándolo, Salina, compañeros de clase como Ginse y María, Sol también está presente en los asientos de estudiantes de la academia, en el apartado de la familia Harenae esta el señor Harenae, Schee junto a su hermano pequeño y algunos de los niños que conoció en la mansión, por último ve a Zelica sentada con las piernas cruzadas en un balcón en lo más alto, junto a otros pocos espectadores en ese mismo espacio exclusivo—. A mi lado izquierdo, representante de la familia Caedes, Saraquiel Harenae, hija mayor del señor Guira Caedes.
El público acompaña la presentación de la joven Caedes con gritos y aplausos.
—Y a mi lado derecho, representante de la familia Harenae, Desmont, hijo mayor de Yermos Harenae. —Gritos y aplausos también acompañan la presentación de nuestro Desmont, el niño de un cuerno se sorprende al no esperar tal reacción del público— Les recuerdo, el combate termina hasta que uno de los contrincantes no pueda luchar, se rinda… o muera.
Los dos peleadores toman su posición de combate, el presentador quien es a su vez el referí del evento mira los dos lados para cerciorarse que cada uno esté preparado para iniciar la batalla. El hombre de traje levanta su mano al cielo, pone un silbato en su boca y a la vez que baja con rapidez su brazo sopla con fuerza el instrumento de aire. El encuentro empieza, ninguno de los dos hace ningún movimiento, cada uno permanece en su lugar.
Nota: » «, igual que en capítulos anteriores usaré la comillas para señalar que lo dicho son pensamientos.
—»No haces nada, así que eres bastante precavido ¿eh?» —piensa Saraquiel, la joven se percata de algo inusual, su oponente tiene una posición extraña, mientras ella tiene sus piernas algo dobladas y cuerpo ligeramente inclinado hacia delante para tener un centro de gravedad bajo para así tener mejor equilibrio, además de tener su espadas adelante mirando arriba, Desmont está totalmente recto, con la piernas algo separadas y su espada igualmente al frente pero con la evidente diferencia de tener el filo mirando al suelo. Para la chica de cabello oro, deduce que el chico intenta burlarse de ella, por lo que no duda en hacer el primer movimiento—. Ya verás.
Saraquiel ataca a Desmont con una rápida estocada, el niño se mueve a un lado, levanta su espada chocando y deslizando el ataque aun lado de él, esquivando el filo de la espada enemiga a la perfección. Saraquiel por el impulso de su ataque pasa de largo, deslizando sus pies frena su movimiento, la chica nuevamente observa cómo el joven Desmont permanece en la misma postura, lo que la hace enfurecer un poco, nuevamente inicia el ataque, múltiples cortes dirigidos a la mitad del cuerpo son atrapados por la espada del mestizo, además de muchas acometidas esquivadas por poco, intentando siempre mantener distancia con la agresiva chica. Un buen amague por parte de la joven deja en mala posición a Desmont recibiendo un impulsado ataque que bloquea a la puras penas lastimando la muñeca derecha del niño unicuerno, el joven dejó escapar una pequeño gesto de dolor para a continuación empujar a su ponente. La chica vuela por los aires para al final tener un aterrizaje limpio del otro lado del cuadrilátero.
—¿Qué pasó, hijo del traidor?, si no me atacas al final vas perder, ¿solo saber defenderte o que? —La confiada chica le habla a su oponente.
—¿Y si te dijera que sí? —Desmont responde en broma. La chica le sonríe antes de iniciar su siguiente arremetida, la batalla sigue igual, Saraquiel proporcionado fuertes y rápidos ataques a Desmont, muestra el no hace más que repelerlos, hasta que la joven prepara un contundente ataque impulsado desde el suelo, Desmont se percata de esto y busca la oportunidad, la espada de la fémina contrincante pasa de largo rozando la tela frontal del uniforme del niño, Desmont ataca por primera vez, pero Saraquiel también esquiva el contraataque rasgando por igual su uniforme.
—»Casi…» —piensa Desmont.
—Vaya, vaya, así que si sabes atacar —Saraquiel mira a un costado de su pecho para ver una pequeña contada que Desmont hizo en su uniforme—. «Que extraño, no fue un mal movimiento, pero fue demasiado fácil de esquiva teniendo en cuenta la mal posición que tenia, fue un ataque con muy poca fuerza, ¿me estará subestimando?»
Desmont vuelve a su posición para nuevamente esperar la ofensiva de su contrincante.
—Así que seguirás con los mismo, hijo de Yermos Harenae. —dice Saraquiel, Desmont ahora se ve algo enojado por sus palabras, la chica descansa su espada en el suelo para luego colocar su mano abierta frente a ella, apuntando en dirección a Desmont—. A ver como te defiendes de esto.
De la mano de la rubia espadachín se proyectó un círculo mágico que en un par de segundos hace cambios y variación en él, siendo lo que se conoce como «recital».
—»¡¿Magia?!» —exclama Desmont. Antes de que él pudiera tomar la decisión de atacar el hechizo ya estaba completado, múltiples agujas envueltas en energía se dirigen a Desmont con velocidad. El niño del cuerno faltante intenta esquivar el asalto mágico, aunque los primero puedo llegar a evitarlos los demás proyectiles impactan en el chico, estallando al contacto con el, Desmont es expulsado contra la pared del lugar de batalla y cae al suelo si poder moverse, el público se emociona por los sucesos. Saraquiel a lo lejos se queda observando.
—»¿Enserio?, es mucho más débil de lo que pensé» —Piensa la joven, pero Desmont se levanta lentamente, acompañado de una profunda respiración y pequeñas quejas de dolor.
—Que sorpresa, debes ser igual de resistente que ese traidor —dice Saraquiel burlándose de su adversario.
—¡¿Por qué mejor no te callas?! —responde Desmont a gritos.
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