Un Mundo Sin Esperanza - 03
(Perspectiva de Helen, la Diosa)
El salón estaba en una sutil oscuridad, lo único que alumbraba el lugar era una tenue luz azulada, que provenía de lo que parecía ser una pequeña esfera de cristal, dicha esfera estaba totalmente fijada a una elegante mesa de madera, no era muy grande por supuesto, solo lo suficiente como para poner un par de cosas de no mucho tamaño encima de ella.
Cerca de esa elegante mesa, había una cierta mujer que no podía parar de ver a la pequeña esfera de cristal.
La mujer era muy pero muy bella, tenía un hermoso cabello plateado que le llegaba hasta la cintura, también tenía unos ojos que podrían compararse con el mismísimo mar, su piel era casi como la nieve y su rostro… parecía ser tallado por los mismos Dioses o lo mejor sería decir que ¿de verdad eso era?.
Pero a diferencia de la belleza que demostraba la mujer con solo su apariencia superficial… Las ropas que esta llevaba encima no demostraban lo hermosa que era en lo más mínimo, eran unas ropas que casi podrían ser clasificadas como alguna clase de pijama de un color café, no estaban muy bien hechas la verdad, pero eran lo suficientemente buenas como para conservar un poco de la belleza de la voluminosa mujer… No, una simple mujer no era, mejor dicho una Diosa, por que en realidad eso es lo que era. Una Diosa en todo su «esplendor».
Está sin quitar los ojos de encima del objeto azulado, con delicadeza empezó a estirar sus brazos mientras se recostaba lentamente en el espaldar de la silla que en estos momentos estaba usando, parecía bastante feliz viendo lo que la bola de cristal le estaba mostrando ¿Pero, exactamente qué es lo que estaba viendo? bueno la respuesta no era muy bonita la verdad…
Lo que en realidad estaba mostrando las esfera en estos momentos, era a un pequeño planeta azul, mejor conocido como «tierra»pero si somos más específicos, esta pequeña esfera estaba enfocando a cierto continente europeo, a mediados del siglo XX (Siglo 20) … Si, para los que saben de historia ya sabrán que estaba ocurriendo… La segunda gran guerra… Bueno al menos algunos le dicen así…
(Hm~, es muy entretenido ver morir a tanta gente de forma tan inútil~, Digo, no es como la primera guerra que es aún más entretenida, no por el numero de muertos si no, por el tipo de batalla, la batalla de trincheras en su momento fue bastante buena… Ver a todas esas personas cargar al frente sabiendo de que van a morir… Haah… Si, creo que voy a verlo otra vez.)
Eso es lo que pasaba por la cabeza de la mujer con cabello peli plateado, está mientras seguía con sus profundos pensamientos, apartó ligeramente la vista de la bola de cristal, solo para ver un panfleto que estaba a unos pocos centímetros de esta misma.
(Supongo que ya debería ir a entregarlo ¿no~? ¿a quien era que tenía que dárselo? hm~, ¿se llamaba Lux? no, era luxi… No tampoco… ¿su nombre era?)
-Es Luxfiel, señorita Helen. (???)
Una voz masculina resonó en la habitación contestando la pregunta, la Diosa no le dió mucha importancia a eso y solo hizo un pequeño chasquido de dedos al escuchar la respuesta que «tanto» estaba buscando.
-Ah, si, ese era su nombre… ¿He~? (Helen)
Un pequeño click hizo en la cabeza de la mujer al darse cuenta de lo que acaba de escuchar no era parte de sus pensamientos y por consiguiente la Diosa conocida como Helen rápidamente desvió su mirada, a dónde provino esa voz totalmente desconocida y lo que encontró, hizo que el rostro de Helen cambiará a una mueca de fastidio.
Lo que la Diosa estaba presenciando era a un ser no muy alto que tenía un pedazo de tela de un color azabache que cubría gran parte de su rostro, mejor dicho casi todo su cuerpo, no tenía ningún otro ropaje destacable además de eso, sería difícil decir si era hombre o mujer pero por su voz bien podríamos decir que era un hombre.
Helen parecía muy irritada con el simple hecho de presenciar a tal ser, es como si lo odiara con todo su corazón, pero ese odio solo era demostrado por esa mueca que estaba generando en estos momentos.
-¿Quien te dijo que podías entrar en mi casa sin mi permiso? y además de eso ¿leyendo mis pensamientos? eso es falta de educación, creía que a los de tu clase les enseñaban a ser muy educados desde temprana edad. (Helen)
Dijo la Diosa con gran fastidio en su voz y un toque de odio por supuesto.
-Hm… (???)
El ser, parecía muy indiferente a tales palabras, pero igual este se cruzó de brazos de una forma muy despectiva, Helen notando eso solo suspiro un poco y poco después quitó su cara de fastidio, para luego generar una cálida sonrisa en su bello rostro, de más está decir que era falsa.
(Se me olvido que a los Ángeles no les gusta que los traten así… Bueno, no importa…)
-Perdón, Me pase… Eres un mensajero ¿no?¿Quien te envió? (Helen)
El «mensajero» asintió gustosamente ante ese perdón y respondió rápidamente a la pregunta.
-Me envió Luxfiel, señorita Helen, él está al tanto de todo lo relacionado a su torneo, incluso de los posibles participantes…(???)
-Ya veo… (Helen)
(Sí, bonita forma de decirlo… Ese pedazo de papel que me ofrecieron, tiene cierto nivel de magia divina, así que no me sorprende que se dieran cuenta de que termine el formulario tan pronto.)
– Ahora, si es tan amable ¿podría darme esa hoja? necesito verificar si todo está en orden. (???)
Dijo el «mensajero» mientras señalaba el papel que estaba encima de la mesa, Helen viendo a donde estaba señalando, suspiró nuevamente y agarró suavemente la hoja o formulario, para luego dárselo al «ángel» si podemos llamarlo así .
La Diosa en ningún momento se levantó de su cómoda silla para dárselo, en cambio al ángel le tocó caminar unos cuantos pasos para poder tomar el papel, este ser lo recibió gustoso y después de obtenerlo, simplemente se puso a leer con detenimiento lo que había escrito en la hoja, el mensajero al terminar de leer el contenido del formulario… Parecía sorprendido.
-… ¿Humanos?… ¿Está segura de esta decisión señorita Helen? (???)
Sin ni una pizca de duda Helen respondió tan rápido como pudo, la Diosa enserio parecía estar muy emocionada con tan solo el hecho de pensar en lo que iba hacer.
-Sí, estoy segura de que van entretener a toda la audiencia. (Helen)
Helen parecía muy orgullosa al decir tales palabras, en cambio el «mensajero» no pudo evitar ladear su cabeza con sutileza, parecía bastante confundido o estaba ¿sorprendido? bueno, es bastante difícil de decir, ya que su rostro no se podía ver con mucha claridad.
-He visto muchos seres humanos en diversidad de planetas, son una raza MUY común y débil, ¿Está segura? (???)
Helen ya con un poco de fastidio respondió nuevamente.
-Que si, estoy segurísima, por favor no lo vuelvas a preguntar. (Helen)
El mensajero suspiro con un poco cansancio al escuchar a la Diosa, aparentemente no tenía en muy alta estima a los humanos.
-Bien… Solo después no le digas que no te advertí… (???)
-Si, si, lo que digas… ¿Entonces, cuando comienza el torneo? (Helen)
Pregunto la Diosa con un toque de emoción en su voz, el mensajero notando eso guardó unos segundos de silencio, antes de responder con muy poco entusiasmo a la incógnita.
-Ha, si… Esa cosa…. Esa horrenda cosa a la que llaman «Competencia»… comienza… (???)
El «Ángel» antes de continuar hablando, rápidamente dobló el papel que tenía entre sus manos y lo quemó con una pequeña llama azul que salió de entre sus dedos.
Helen quedó un poco confundida al ver eso, después de todo que quemen esa hoja… Es un poco frustrante, al fin de cuentas conseguir una de esas es muy difícil, si no fuera por cierto amigo de Helen, ella no se estaría planteando el simple hecho de participar en este pequeño torneo.
-…En este mismo momento … (???)
La Diosa quedó aún más confundida al escuchar lo último, hasta el punto que unas pocas palabras de duda salieron de su boca…
-¿He? Pero si… (Helen)
Helen se vio interrumpida o mejor dicho guardó silencio al ver como el mensajero con lentitud, dio un aplauso al aire y después de esa acción, Helen no pudo evitar abrir sus ojos con un poco de confusión, al ver como tanto el ángel como su querida habitación habían desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.
(¿Pero que? ….. Ese ángel… Creo usó magia divina, sí, sería imposible teletransportarme así como así si no fuera por eso… Maldita raza sobrevalorada… )
De cambiar a una simple habitación casi vacía con una silla y una esfera de cristal, a una grandísima sala de un color grisácea, seria dificil que alguien no se sorprendiera por este hecho, pero Helen parecía muy neutra ante esto, es como si no le importara el hecho de que la «raptaron».
(Hm~, ya veo… A eso se refería con «en este mismo momento»… Me hubiera gustado cambiarme de ropa… Haah, bueno ya que, igual está haciendo calor, así que está bien.)
Helen con bastante calma se puso a analizar detenidamente la gran sala a la que la habían teletransportado.
Como se dijo anteriormente era un lugar bastante espacioso, un tapete rojo se encargaba de decorar todo el suelo y también habían un total 6 sillas si tomamos la que Helen estaba ocupando en ese mismo momento (para aclarar, cuando a la Diosa la transportaron, tomaron en cuenta que ella estaba sentada en su cómoda silla, así que la movieron al lugar donde podría estar en la misma posición sin ni un inconveniente, después de todo dejar a una Diosa sentada en el aire sería muy indecoroso, ha si, también las sillas estaban acomodadas de tal forma que diera una U.)
Pero solo eso, solo 6 sillas muy bien hechas, un tapete rojo y paredes de un gris áspero pero no tenían ninguna decoración en particular, es más ni una mísera puerta había, era un lugar bastante vacío, al menos eso cruzaba por la mente de la Diosa hasta que una voz extrañamente conocida detuvo esos pensamientos.
-Bien, por fin llegas… (???)
(Hm… Yo te conozco..)
Helen con sutiliza volteo a ver de reojo al ser que estaba de pie detrás suyo, esta no se sorprendió en lo más mínimo al ver al ser. Después de todo el fue el que le dio cierto formulario a cierta Diosa, para entrar a cierta competencia que estaba a punto de desarrollarse.
Era un hombre bastante guapo tenia un cabello casi en su totalidad blanco exceptuando al raro mechón negro que sobresalía de su cabellera, sus prendas eran de un color negro y sus ojos tenían un hipnotizante color carmesí, él tenía una pequeña sonrisita en su bella cara, tal vez por presenciar a la mujer frente de él.
-Ho, tu… (Helen)
La voz de Helen se torno un poco apagada, como si a la Diosa le diera un poco de tristeza el simple hecho de hablar con él, no tristeza no, mejor dicho. Nostalgia.
-…No pareces muy alegre de verme… (???)
Dijo el Dios con el mismo tono de voz de la Diosa.
Helen ya cansada de ver al «joven» hombre de reojo se volteó en su totalidad con todo y silla haciendo que ésta emitiera un extraño sonido al hacerlo, tal vez era por el tapete o la silla en sí pero no sonaba como una silla normal debería hacerlo.
Helen ya teniendo al ser en su campo visión simplemente entrecerró sus ojos con un poco de disgusto al ver en mejor perspectiva al «Dios».
-¿Y quién lo estaría? después de todo lo que me has hecho… Debería lanzar una maldición a tu mundo, ha verdad… Ya está muerto ¿no Marte? (Helen)
El hombre o Dios, bajo con sutileza su mirada al escuchar eso.
-… Sabes que ese mundo hace bastante que lo abandone… Bueno… Más bien, ellos se autodestruyeron, no quedo nada con lo que sembrar nueva vida… (Marte)
El «Dios» no parecía muy alegre al decir eso, tal vez estaba reviviendo recuerdos no muy buenos… Helen no parecía importarle mucho eso y tan pronto como vio la oportunidad cambio tema.
-Aja… ¿Dónde está el resto? deberíamos ser un total de seis, pero solo somos nosotros dos… Solos… (Helen)
El hombre olvidando casi de inmediato lo que le habían dicho anteriormente, respondió con suma naturalidad a la pregunta.
-Ah, eso, bueno, según lo que me dijeron antes de venir aquí es que apenas los Ángeles empezaron a transportar Dioses a este lugar, yo fui el primero en llegar y bueno tu eres la segunda, el resto deberían estar preparándose así que no deben de demorar. (Marte)
Las cejas de Helen se curvaron con una pizca de rabia al escuchar la palabra «El resto debería estar preparándose» El Dios notando eso, dio paso hacia atrás con un poco de lo que podríamos llamar «miedo».
(¿Me estás diciendo que les dieron tiempo a prepararse antes de partir? Y a mí siquiera eso… Maldito Ángel… Por algo odio a esa especie tan creída, claro por solo usar magia divina son los favoritos de los demás Dioses, por algo los trajeron como sirvientes personales de Luxfiel… Vaya mierda de raza… Solo puedo decir que el encargado del torneo tiene muy malos gustos a la hora de elegir sirvientes… Tengo muy malas experiencias con los ángeles…)
Helen se dio cuenta de que se estaba concentrando demasiado en sus pensamientos de odio y que también estaba asustando a cierto Dios con su mirada, así que rápidamente le dirigió nuevamente la palabra al ser conocido como Marte para quitar la tensión que había generado.
-Ya veo, que dato tan~ interesante~ … Dejando eso de lado, ¿Qué raza planeas usar? (Helen)
Helen dijo lo ultimo con emoción, a Marte se le hizo muy raro ver a esa mujer emocionada por algo, pero de todas formas este contestó, claro no sin antes generar una pequeña mueca de asco, con el simple hecho recordar lo que iba a «usar» es más, hasta este sacudió con un poco de intensidad su cabeza al seguir pensando en tales aberraciones, como si de alguna manera quisiera olvidar lo que había creado…
-No creo que quieras saberlo, pero esas cosas son horrendas en todos los sentidos más que todo en la forma de matar, me dan asco… Pero son perfectos para esto al fin de cuentas. (Marte)
Helen ya sintiendo como la curiosidad la carcomía rápidamente hizo una pregunta obviamente asociada a tales seres tan desagradables.
-¿Hm~?¿Cómo se llaman? (Helen)
-…Los llamo Uffiles… Seres muy asquerosos enserio, son parecidos a los leones de tu mundo, creo, bueno tus leones son más bonitos, no, comparar esas cosas con algo tan bonito sería desagradable… Pero olvidémonos por ahora de ellos me da asco de solo de recordarlos, más bien ¿A quienes vas a usar tu? ¿Alguna clase de dinosaurio o algo así? (Marte)
Con orgullo, emoción y una gran sonrisa en su bello rostro, Helen respondió de manera instantánea.
-Nop, voy usar humanos. (Helen)
-¿He? (Marte)
(¿He? como asi que ¿he?)
Marte parpadeo un par de veces al escuchar eso, tal vez quedó un poco sorprendido por tal declaración, pero después de unos segundos de silencio, este formó una pequeña sonrisa maliciosa, Helen notando esto se cruzo de brazos, tal vez ella pensaba que él se lo estaba tomando en broma.
(¿Se va burlar?)
Helen nuevamente volvió a fruncir el ceño, Marte ya sintiendo que estaba a punto de provocar un gran malentendido empezó a hablar rápidamente, el sabia que si hacía enfurecer a esa mujer… Cosas muy malas ocurrirían…
-Los de tu planeta en particular… Creo que son peores que mis pequeñas bestias… (Marte)
Helen entre cerro sus ojos con un poco de duda, no parecía muy convencida por esas palabras.
-¿Eso piensas de verdad? ¿o solo lo dices para evitarte problemas? (Helen)
El Dios trago un poco de saliva y de inmediato respondió a la pregunta, en serio que le temía a Helen.
-Lo digo en serio, todo el mundo cree que los humanos son mierdas vivientes, los que piensan así, nunca han visto la sangrienta historia de tu planeta en lo más mínimo, yo en cambio como un vecino muy cercano, no pude evitar echar uno que otro ojo a tu mundo y lo que he visto, no es nada nada bonito. (Marte)
(… Si, cierto que el y yo compartimos sistema solar… Compartimos… Eran muy Buenos tiempos, tiempos que extraño la verdad…)
-Ya veo, eso me alegra, Entonces antes de que todos lleguen quiero proponerte una… (Helen)
Antes de que la Diosa pudiera seguir con su plática, se vio interrumpida por la repentina aparición de dos seres, no, más bien el aura que estos generaban hizo que Helen dejara de poner el debido cuidado a la conversación.
El primero parecía ser una «joven niña» de no más de «doce años»(Parecía… Pero ha vivido más que cualquiera que esté leyendo esto) tenía un bello cabello blanco y un hermoso traje que le llegaba hasta la cintura, unos ojos rojos como la sangre resaltan de entre su exquisito rostro y también unos grandes cuernos ocupaban gran parte de su cabeza, una cola no muy delgada salía de un orificio hecho en el traje que tenía puesto. Su cara de sin emociones se podía ver a kilómetros de distancia como si no le importara estar acá.
El segundo ser era… Un monstruo en todo el sentido de la palabra, tenía casi el triple de estatura que la «niña» anteriormente mencionada, unos enormes cuernos salían de los lados laterales de su cabeza y lo que parecía un orbe rojo se asomaba por su enorme boca llena de dientes, una gran capa cubría la parte trasera de su cuerpo y un bello traje del mismo color que el de su acompañante se encargaba de cubrir todo lo demás.
-…Llegamos, hermano… (???)
Dijo la niña con una voz baja sin aparentes sentimientos.
-Si… Hermana. (???)
Respondió el enorme monstruo con una voz un tanto tétrica, no parecía ser el tipo de persona que hablara mucho.
Los 2 entes ignorando la presencia de Helen y Marte, fueron directamente a sentarse, bueno para ser más precisos solo la «niña» se sentó en uno de los numerosos asientos, mientras que el enorme monstruo solo se quedó de pie al lado de ella, como si fuera alguna clase de asistente o guardián. (Se sentaron lo más lejos posible de Helen y compañía, por alguna razón…)
Helen no pudo evitar echar un «pequeño» vistazo a los 2 entes que apenas habían llegado.
(…Esos 2… No esperaba verlos acá.)
Marte notando dónde estaba mirando Helen, hizo un comentario al azar.
-Ahh, los ganadores del anterior torneo ¿He? (Marte)
Helen sin dejar de ver a los 2 seres rápidamente contestó.
-De alguna forma me impresiona, no pensé que les fueran a dar otra invitación, normalmente no harían eso. (Helen)
-Sí, es que ellos fueron los favoritos de la anterior temporada, creo que hicieron bien en traerlos otra vez, después de todo atrajo buen público la última vez que participaron. (Marte)
-Aja~, ¿algo interesante que contar sobre ellos? (Helen)
Marte al escuchar eso, se acerco lentamente al oído de Helen, está no hizo nada para evitarlo ella solo seguía viendo a los 2 entes fijamente, ah sí por cierto, la niña por algún motivo estaba evitando a toda costa la mirada de Helen… Cómo si quisiera escapar de ella, el monstruo en cambio… no sabría decir a donde estaba viendo, digamos que solo estaba parado sin hacer nada en particular.
-Me contaron por ahí, que van a usar a los mismos de la última vez… Así que, dudo mucho que vayan a ganar 2 veces seguidas, después de todo, ya vimos todo lo que esas cosas pueden ofrecer ¿verdad?. (Marte)
Y eso fue lo que le susurro Marte en el delicado oído de la Diosa, Helen sin quitar de vista a los 2 seres, tomó con suavidad su quijada.
(¿Otra vez?… Quisiera que no usarán a esos demonios… Pero no hay nada que pueda hacer para cambiar ese hecho, solo esperar que no se les acerquen a mis queridos humanos, al menos mientras crean las armas suficientes como para poder acabarlos…)
Marte notando lo concentrada que estaba la Diosa, mirando fríamente a sus «enemigos», lentamente se alejó de ella y tomó asiento al lado de está, recién hacer eso Marte empezó a hablar nuevamente.
-Entonces ¿qué planeas hacer? (Marte)
Helen apartó la mirada de los 2 entes solo para ver con un poco de alegría a su «acompañante», por algún motivo cuando Helen le quitó la mirada de encima a los recién llegados, se puedo escuchar un suspiro de alivio proveniente de cierta «niña».
Obviamente Helen noto eso pero esta no le tomo mucha importancia a eso y le dirigió su cálida voz a Marte.
-Ja~, esa es una buena pregunta, te lo diré cuando vea al resto de concursantes . (Helen)
-Hm, creo que ya deberían ir llegando ¿ya tal vez?. (Marte)
Y tal como dijo el hombre, de la nada empezaron a aparecer más y más Dioses en la sala, hasta el punto que había un total de 7 personas en el lugar, si contamos a Helen y a Marte por supuesto.
(Como siempre, adivinando las cosas…)
Los 3 entes que apenas llegaron rápidamente tomaron asiento, Helen no se tomó el tiempo de analizar a la competencia, solo por un hecho, un octavo sujeto apareció o ¿Siempre estuvo ahí? Bueno al fin de cuentas él era el que se estaba llevando toda la atención de todos los presentes y además de eso, todo el que estaba en el lugar sabía muy bien quién era esa octava persona.(Estaba flotando en el aire por cierto, por algo todos notaron su presencia.)
(… Luxfiel…)
Si no te fijabas bien podrías confundirlo con la mismísima Parca, pero era todo menos eso, un ser con una piel extremadamente pálida y una guadaña hecha de huesos, su ropa era claramente negra y una sonrisa sobresalía de su rostro blanco, carente de ojos…
Era un Dios de la muerte, al menos eso diría una persona que no conocía lo que de verdad era ser un Dios de la muerte, pero en realidad este ser no estaba ni cerca de ser tal cosa, lo único que tenía era un pequeña semejanza ante tal cosa.
Dejando su apariencia de lado, casi después de que el ser hizo presencia este empezó a hablar… Bueno más bien a gritar, sí eso es lo que estaba haciendo en realidad.
-¡Bien ya están todos! ¡No voy prolongar esto mucho, después de todo aún les falta elegir a sus 5.000 combatientes, así que voy a resumir las reglas, así que pongan su máxima atención, no pienso repetir, las preguntas vienen antes de de que termine de plantear un tema! ¿Entienden? (Luxfiel)
La mayor parte de los presentes asintieron en afirmación al escuchar eso, entre ellos Helen por supuesto.
-¡Bien! Así me gusta, ahora escuchen con cuidado. (Luxfiel)
Mientras el ente decía esas palabras, lentamente descendió de los aires para luego tocar con suavidad el suelo, al hacer eso el sujeto con delicadeza sacó un portapapeles de alguna parte… No, lo mas seguro seria decir que apareció de la nada.
-Acá tengo la lista de las razas que van a participar, todo está en orden, no hay ni una sola falla… Pero, necesito confirmar algo antes de comenzar… (Luxfiel)
El ser sin aparentes ojos le dirigió su «mirada» a Helen, la Diosa notando eso no hizo ningún movimiento en especial, pero ella en su mente ya sabía lo que estaba a punto de pasar, así que se adelantó a los hechos.
-No te molestes en decirlo, ya se que vas decir… Y sí, estoy segura, muy segura, 100% segura ¿entiendes? ¿no? (Helen)
Las palabras que salieron de la boca de la Diosa tenían un toque de rabia acumulada, Luxfiel se quedó «mirando» a Helen, aún con su sonrisa en su miedoso rostro…
-Bien… Si así lo deseas, ¡no puedo evitarlo!… ¡Ahora bien, ya que comprobé lo que quería comprobar, es hora de dictar las reglas de este torneo! (Luxfiel)
Luxfiel levantó uno de sus dedos para luego decir lo siguiente.
-¡Primera regla! Está totalmente prohibido que alguno de ustedes intervenga de alguna forma con su raza elegida. ¿Entienden? ¿Hay Alguna pregunta? . (Luxfiel)
Nadie dijo nada, aparentemente nadie quería seguir con este tema.
-okey, entonces voy con la segunda regla, y está muy~ fácil de entender… (Luxfiel)
La sonrisa de Luxfiel desapareció por unos segundos al decir la siguiente regla.
-Está contra contradice a la primera regla pero tengo que aclararlo, Está totalmente prohibido poseer un cuerpo de un participante para poder ganar la competencia ¡Totalmente prohibido!(Luxfiel)
Después de gritar esas palabras Luxfiel señaló a un participante en especial, a la niña con cuernos, esta abrió sus ojos con sorpresa al ver eso.
-¡Te lo digo a ti en especial! me haces la misma jugada de la última vez y juro que descalificó a tus aberrantes monstruos y no solo eso, ¡destruiré su mundo también! ¿Estás claro? Solo te invite otra vez por qué me pareció totalmente injusto lo que hiciste la última vez, y pensé que tú maldita raza merecía otra oportunidad para redimirse ¿entiendes? no me gusta la idea de que alguien haga trampa ¡Odio esa idea! La anterior vez lo deje pasar, mas que todo por que no me di cuenta a tiempo… Fue un error que no volveré a cometer… ¡¿Entiendes?!(Luxfiel)
La «niña» solo se cruzó de brazos y miró para otro lado, sin dirigirle ni una sola palabra al ser que le había descargado todo su ira en ella.
-Y me ignoras… Bien, como sea, esa es la segunda regla, la tercera y última no es que tenga mucha relevancia pero mejor la digo, las alianzas están totalmente permitidas, bueno en si ustedes aunque quieran hacer una alianza no podrán, ya que ustedes no pueden tomar esa decisión, ¡solo sus creaciones! por supuesto, incluso si todas las razas que participan se unen no habría ni un solo problema… Por que igual eso no cambiaría en ni un concepto el rumbo que tomará el torneo…(Luxfiel)
Luxfiel al decir lo último guardó unos segundos de silencio, tal vez solo para confirmar que nadie tuviera una pregunta y efectivamente nadie quería hacer una pregunta sobre este tema, al ver que todo estaba en orden este prosiguió.
-Ahora, les voy a explicar de que se tratara este torneo, bueno en realidad ya lo saben así que voy a divagar un poco. Después de todo el anterior solo se trato de que las 6 razas reunidas se mataran entre sí, no había nada más, solo matarse entre sí, bastante aburrido en mi opinión debo admitirlo, así que vamos a hacer un par de cambios, primero, además de las 6 razas que vamos a insertar en mi planeta personal, voy a agregar más razas creadas por mi persona, estas no van tener ningún objetivo en especifico solo van estar ahí para matar unos cientos o miles de sus concursantes, nada de qué preocuparse. Segundo van a haber un total de 100 eventos únicos, por año, estos eventos serán para… Matar a más de sus concursantes, pero dejando lo negativo de lado, cada evento tendrá su debido premio, por cierto los eventos siempre van a ser en un lugar en concreto, por tanto la raza que eligieron tendrá la elección de participar o no, bueno eso será así hasta el evento 20, cuando pasen 20 años habrá una carnicería en sus «hogares» por así decirlo, bueno depende del evento. Y ya cuando hayan pasado esos 100 años, el torneo dará por finalizado y la raza que tenga mayor número de supervivientes ganara ¿Alguna pregunta? (Luxfiel)
Helen levantó su brazo para tomar la palabra.
-¿hm? haber, dime. (Luxfiel)
-Tal vez no debería decirlo, pero… ¿podría saber cual es el evento más peligroso de todos? si no quiere, no responda, no es su obligación al fin de cuentas… (Helen)
-¿Ja? ¿el mas peligrosos? ¡ja!, solo lo diré por que eres tú y por que me sorprendiste con la raza que me trajiste, el ultimo y mas «peligroso» evento, si podemos llamarlo así, sería… ¿El juicio final se llamaba? Si, algo así, no entrare en detalles por que sabes muy bien que es, además, no estoy muy seguro de que esas pequeñas cosas puedan aguantarlo… Tal vez… (Luxfiel)
Helen no parecía muy preocupada al escuchar eso, es más una pequeña sonrisa se carnio en su boca.
-Gracias de todo corazón, ahora puede proseguir…. (Helen)
Luxfiel asintió en afirmación a las palabras de Helen y tal y como dijo la Diosa este prosiguió.
-¿Alguna otra pregunta? (Luxfiel)
Nadie mas hablo, un silencio incomodo rodeo toda la sala, enserio que nadie quería hablar.
-… Que callados~… Bueno, ¿Qué me falta? a sí, falta la ubicación donde quieren que aparezcan sus criaturas más las habilidades que se les darán a los seres sin magia, eso no lo voy a hacer yo, mas que todo por que me da pereza, así que se lo dejare a mi ángel encargado… Lo único que puedo decir es que, no se pueden hacer a más de 50km de algún contrincante y las habilidades que se concederán a los seres sin magia serán totalmente aleatorias… Creo que eso ya es todo… Yo me largo, tengo cosas que hacer, mis ángeles les indicarán cómo deben sacar a sus luchadores del reino de los muertos y también cómo usar el mapa de invocación, así que, bye bye. (Luxfiel)
Y así como Luxfiel apareció, este desapareció en un abrir y cerrar de ojos sin dejar ni una sola evidencia de estar ahí, nadie se sorprendió al ver cómo desapareció el supuesto «presentador» y organizador de este torneo.
Recién ver que Luxfiel se había ido, Helen rápidamente volteo a ver a su acompañante, Marte le devolvió la mirada con suma lentitud y antes de que Helen pudiera hablarle este la interrumpió.
-No lo digas, ya sé lo que vas a decir, lo veo en esos maquiavélicos ojos. Adivino ¿Alianza o algo así por el estilo no? (Marte)
La Diosa sonriendo abiertamente contestó a la pregunta sin muchas prisas.
-Haah me conoces tan~ bien~ ¿Te opones? (Helen)
-No en particular, pero ¿Qué pasaría si te dijera que no? (Marte)
-Te acabaría al igual que los demás concursantes ¿no es obvio? (Helen)
Marte al escuchar eso no puedo evitar reír suavemente, para luego responder sin ánimos.
-Tan directa como siempre, pero… Por esta vez… Paso de eso… (Marte)
-¿he? ¿Enserio? (Helen)
Helen parecía bastante sorprendida por lo que acababa de escuchar, era la primera vez que Marte hacia algo como eso.
– Si, lo digo de verdad… Hoy, quiero hacer un cambio, eso es todo… Lo único que haré por ti, será dejar lo mas lejos posible a mis asquerosas criaturas de tus humanos, nada mas que decir… Es mi ultima palabra y mi decisión. (Marte)
Helen hizo unos momentos de silencio antes de responder con un tono un poco triste.
-…Ya veo~… Bueno, gracias de todas formas~(Helen)
-No hay nada que agradecer… Igual, aunque hubiera accedido, no es como si pudiera cambiar milagrosamente la naturaleza de mis bestias como si nada. Son animales en todo el sentido de la palabra, su inteligencia en efecto es extremadamente alta, pero igual aun se guían por sus instintos. Una alianza con ese tipo de animales es imposible, solo traería una masacre sin sentido…(Marte)
-Entiendo~… Ahora que lo pienso, mis creaciones tienen mucho en común con las tuyas…(Helen)
-Quizás… O tal vez… Una es peor que otra… (Marte)
-…Hm… (Helen)
Helen ya sintiendo que había acabado con su pequeña charla un tanto incomoda, volteo a ver a los demás concursantes sin mucha emoción. La mayoría eran caras conocidas, pero Helen no tenía la menor intención de saludarlos ni nada por el estilo, después de todo casi todos los que están en la sala exceptuando a Marte le desagradaban por mucho a Helen.
Bueno eso ya no importaba mucho, por que antes de que alguien pudiera levantarse de su asiento, apareció una majestuosa figura… Un ángel en todo su esplendor, una hermosa mujer con extensas alas blancas y un traje blanco que hacía juego con su divino cabello dorado y ojos verdes…
Tan rápido como la mujer apareció esta se arrodillo con bastante respeto.
-Perdón por hacerlos esperar queridos Dioses, yo soy Lucy la asistente personal de Luxfiel, he venido a transportarlos al área de juegos. (Lucy)
Ninguno los dioses presentes le devolvió el saludo ni nada parecido, solo se quedaron en silencio, viendo con bastante indiferencia al Ángel… Menos una persona y esa persona por supuesto que era Helen… Que en sus ojos solo reflejaban odio puro.
(Hoo~ esa perra ¿Cómo es que se dignó a aparecer ante mí otra vez? bueno no importa… Con tal que haga bien su trabajo esta vez, todo estará bien…)
El Ángel sintiendo la mirada tan penetrante de Helen solo agacho la cabeza con aun mas respeto… Incluso si te fijabas bien podrías ver como la pobre estaba temblando con un poco de miedo, algo estaba mal entre esas dos mujeres eso estaba claro, Marte sabía eso y simplemente le hizo una seña a Helen para que parara.
Helen que obviamente vio la seña, solo chasqueo su lengua y volteo a ver a otra parte y por algún motivo recién hacer eso, el Ángel dejó de temblar con miedo y alzó su cabeza.
-B-Bien… Ahora si son tan amables… No se muevan de sus lugares… (Lucy)
Al decir eso el Ángel se levantó aun con un poco de miedo y abrió sus brazos, como si quisiera abrazar a alguien y casi después de esa acción una luz blanca rodeo a la mujer, haciendo que se viera aun mas hermosa de lo que ya era.
Y de un momento a otro la sala cambió nuevamente…
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