Yatareni - Volumen 1 - 34
El mismo tiempo que nos tomó llegar a Sayula, fue el tiempo que nos tomó volver de nuevo a Yatareni.
Llegamos a la sede de Nipponkenkyo, un conjunto de varias casas de adobe y techo de lámina. Ya después me enteré que de hecho, todas formaban una sola propiedad. Era más como un hotel de estilo provinciano con distintas habitaciones, o quizá una residencia, probablemente parecida a lo que el arqui estaba construyendo. Estaba en una zona del pueblo que nunca había visitado pero que había visto de lejos, y hasta ese momento me di cuenta de que en realidad era un solo edificio. Por la manera en que la casa estaba construida, y por todo lo que tenía, no fue fácil adivinar que el que la construyó era alguien con mucho dinero.
Entramos por medio de un gran portón que se abrió solo y pasamos a un área donde había otros autos estacionados, aunque no eran tan lujosos como en el que estábamos.
Cuando entramos a la casa, me di cuenta de que no podía llamarla casa, porque no lo era.
Quizá este lugar en algún tiempo antes sí era un hotel, ya que pude darme cuenta de eso por la distribución de los espacios y las habitaciones que había, pero por todo lo que estaba viendo, ahora parecía un estudio.
Avanzamos por un pasillo central, aunque algunas habitaciones estaban cerradas, pude ver otras abiertas, y entre otras cosas vi, un estudio de voz, como esos donde se graban discos y canciones, un gran espacio con muchos libros, posiblemente mangas porque todo estaba en japonés, otra habitación donde habían roperos enormes, percheros y muchos disfraces de cosplay y una gran sala que imitaba una sala de cine profesional, con sus butacas, una pantalla enorme y varias bocinas distribuidas por la habitación.
Y llegamos finalmente a otra habitación llena de computadoras, libros de consulta, y demás cosas. Ahí estaban los demás miembros de Nipponkenkyo, cada uno apostado en una computadora. Tres a un lado y tres en otro.
Esa habitación estaba desordenada. Había varias repisas con cantidades inmensas de carpetas, papeles sueltos, libros, manga y otras cosas de ese estilo. Todos los muros estaban tapizados de bocetos de personajes de anime, estudios de personajes, perspectivas, etc. Había también pizarrones con varias anotaciones acerca de la producción de una animación. Y también tenían un horno de microondas y una cafetera llena a la mitad.
De cierto modo, ya no me sentía en un pueblo como Yatareni. Si me hubieran vendado los ojos al entrar, me los hubieran destapado, y me dijeran que ya estaba en la ciudad de México sí les hubiera creído.
Los demás miembros me vieron llegar junto con su líder, dejaron lo que estaban haciendo y me saludaron. Todos usaban computadoras bastante avanzadas.
Les correspondí el saludo, aunque me sentía extraño, y pienso que era porque, se podría decir que estaba en la base del rival de SPEED. Eso técnicamente me convertía en traidor.
Entonces la líder hizo que cada uno se presentara.
Yo ya los conocía un poco porque los vi en el día del bunkasai, pero esta vez supe sus nombres y a lo que se dedicaban.
El primero en presentarse fue un gordito, estaba dibujando bocetos de chicas de anime en su computadora. Se levantó y se presentó como Arturo, pero no dijo nada más y se sentó de nuevo olvidándose de todo.
La siguiente fue una chica de lentes que se veía tímida y que se me hizo linda. Era de pelo castaño y un poco ondulado. Estaba creando fotogramas de animación, o eso es lo que me pareció ver, se presentó como Gloria y después de decir su nombre, volvió a su puesto tímidamente.
El siguiente fue el chico rubio. De este, era el único que ya sabía su nombre porque Mayra lo dijo ese día, sin embargo, se presentó de nuevo. Su nombre era Diego, y estaba haciendo el mismo trabajo que Gloria, la cual estaba sentada a su lado.
La siguiente en presentarse, fue una chica de pelo castaño aunque no tan largo como el de la primera. Ella no estaba usando su computadora, lo que estaba haciendo era rellenar páginas de lo que parecía ser un storyboard con varios bocetos y anotaciones, además de varios fondos. Se presentó como Elisa, y se presentó como cosplayer.
Y el último, fue el chico de los lentes deportivos. Este, siendo un poco más amigable que los demás, fue el único que se levantó y me saludó dándome la mano, quizá porque era el más cercano a mí, lo que él estaba haciendo era dibujar bocetos de personajes de anime a mano.
Y su nombre era Gabriel.
─Y falta Alice ─mencionó Mayra─. Pero no la veo ¿saben a donde fue chicos?
Justo en ese momento, la aludida iba entrando en el recinto. Estaba un poco exaltada.
─Lo siento ─se disculpó─. Tuve problemas para regresar de… la casa de mi madre, pero ya estoy aquí.
─No te preocupes ─respondió la líder─. Quiero presentarte a alguien.
A la chica pelirroja sí la recuerdo bien por el color de su cabello. Se presentó como Alice, insistiendo en que fuera llamada así y no Alicia, que al parecer es su verdadero nombre y después tomó su lugar. Lo que ella hacía era colorear uno de los bocetos de las paredes con un programa especial en la computadora.
Mayra también me dijo que ella era una cosplayer al igual que Elisa, solo que profesional, lo cual quedó evidente porque tenía rostro y cuerpo casi perfectos, como si de una modelo se tratase. Es curioso que no me haya percatado de ello cuando fue la competencia deportiva.
Finalmente, Mayra se presentó, según ella, formalmente.
Mayra Páez es la líder de Nipponkenkyo, y la encargada de la musicalización y creación de la banda sonora.
También me comentó algo fuera del ámbito del manga y anime: ella canta, y ha escrito algunas canciones. Además de dedicarse a liderar a un grupo de otakus profesionales, también busca una oportunidad en la música.
Me estaba preguntando qué era todo este lugar, aunque ya lo veía venir.
─¿Recuerdas que te dije que nosotros nos tomamos el anime más enserio? ─comentó.
─Nosotros también somos aficionados al manga y anime ─explicó─. Pero es más que nada porque todos los que ves aquí, pretendemos fundar un estudio de animación.
─Mejor dicho─ Interrumpió Diego─. El estudio de animación ya existe, lo estás viendo.
─Nunca se te quitará esa costumbre de meterte donde no te llaman ¿verdad Diego? ─increpó Mayra.
─Parece que no ─respondió el chico rubio con un sonrisa y volvió a su trabajo.
─¿Pero de dónde sacaron dinero para todo esto? ─pregunté.
─Todos aquí tenemos dinero ─respondió la líder─. Somos de familias acomodadas, además de que cada uno es experto en lo que hace porque estudiamos carreras relacionadas a esto.
Bueno, de Mayra lo sabía tan solo con ver el auto de su madre.
Pero todos aquí ya eran profesionistas, con carreras finalizadas y todo. Quizá es de esos grupos que se conocen en la universidad y deciden fundar su propia empresa cuando se gradúan. Algo así como Apple o Microsoft pero de anime.
Y eso es porque parece ser que todos estudiaron en la misma universidad. Una escuela de diseño gráfico, artes, animación y cosas de ese estilo.
─Tenemos todo en este estudio ─comentó Mayra─. Desde el equipo y el personal necesario para crear un anime, hasta mucha fuente de información, una completa biblioteca de manga en su idioma original y en otros idiomas, DVD´s y Blue Rays de cientos de animes originales, libros de animación y demás temas relacionados. Como puedes ver, estamos muy completos.
Esto supera por mucho el rudimentario equipo y biblioteca que tiene SPEED, aunque tampoco es como si lo necesitáramos, ya que nosotros no pretendemos fundar un estudio de animación.
─Déjame ver si entendí ─murmuré─. Ustedes son fanáticos del manga y anime, pero es porque piensan crear un anime ¿cierto?
─Exactamente ─contestó Gloria.
─Pero como son muy pocos, dudo que puedan hacer un anime como los que hacen en Japón.
─Pues es un comienzo ─comentó ahora la chica pelirroja─. Por ahora hacemos animaciones experimentales de cinco minutos y las subimos a la web para conseguir apoyo y donaciones. Pero ya estamos pensando en hacer algo más grande.
─¿Mas grande?
─Verás Eliseo ─me dijo Mayra hablando un poco más seria─. En realidad no tenemos todo el personal. Aquí todos somos buenos en lo que hacemos, excepto en contar historias. Nos falta, alguien que sea nuestro guionista, así que supongo que ya sabes por dónde va todo este asunto.
─Espera… ¿tú?
─Fue por eso que convencí a mi madre de que corrigieran tu novela, y hasta me ofrecí a pagar parte del dinero ─continuó─. Porque yo igual veo potencial en tu historia. Creo que es perfecta para nosotros, sobretodo porque la escribiste en estilo de novela ligera.
Y entendí lo que quería hacer, pero aun así me impresioné cuando yo mismo lo dije.
─¿Tú quieres hacer… un anime de mi novela?
Y entonces, cuando todos estaban viéndome mientras sonreían, la líder me extendió su mano y me propuso:
─¿Te gustaría unirte a Nipponkenkyo?
Comments for chapter "34"
QUE TE PARECIÓ?