Yatareni -Volumen 2 - 13
Por la mañana del domingo, nos levantamos un poco más temprano de lo habitual, aunque eso solo aplicaba para mi familia y para mí porque todos en Yatareni acostumbran levantarse temprano. Para ese momento ya todo el pueblo estaba muy activo.
Durante todo el día las campanas de la iglesia repicaron pudiéndose escuchar por todo el pueblo. Los cohetes eran lanzados al cielo con más frecuencia, a tal grado que a ratos el aire se llenaba de un olor a pólvora.
Desayunamos temprano y nos dirigimos a la iglesia. Ahí ya varias personas estaban esperando para comenzar con la procesión. Otras personas estaban acomodando el lugar donde, sería más tarde la comida comunitaria, es decir, un banquete que se celebraría después de la misa del obispo. Por eso mismo había muchos cocineros y personas preparando toda la comida.
Y entre ellos estaba también la madre de Gibrán coordinándolo todo.
Había también algunas personas que estaban terminando de adornar la iglesia.
Después de unos minutos, todo el pueblo se reunió en torno al templo. Como era demasiada gente, asumo que, literalmente todo el pueblo estaba ahí.
Esperamos a que llegara el obispo y entonces, la procesión comenzó. Caminamos por las calles principales del pueblo, pasando por donde estaba el colorido tapete de aserrín que habían puesto días antes, el cual, ya después de aquello ya no importaba si seguía ahí.
Esta procesión estaba compuesta primero, por una banda de viento, al parecer originaria de Yatareni, que armonizaba el desfile con música de banda, y algunas canciones más conocidas.
Una de las que pude identificar era La Sinaloense, y después, todas las canciones que tocaban eran de ese mismo estilo. Eran acompañados por personas que, cada cierto tiempo se adelantaban y lanzaban cohetes al cielo.
Después de este grupo avanzaban, primero los monaguillos de la iglesia que llevaban, entre otras cosas, velas y un copal con incienso, inmediatamente seguía el obispo de Sayula vestido solemnemente. Era acompañado por el sacerdote de la iglesia de Yatareni y por otros sacerdotes, ministros y diáconos del pueblo y de otros lados. Todos vestían de blanco, excepto el obispo que vestía de rojo.
De inmediato, seguía de cerca una camioneta completamente adornada a tal grado que en un inicio no la identifiqué como tal. Se movía a la misma velocidad a la que caminábamos.
En la parte del toldo, se encontraba un grupo de personas que llevaban un altar bastante bonito y muy decorado, hecho completamente de madera y realizado para la ocasión. Dentro, había una vitrina con la figura del santo patrono de Yatareni.
La camioneta también iba equipada con un equipo de sonido desde el cual el sacerdote, con micrófono en mano, coordinaba las oraciones, cantos y alabanzas para que todos lo oyeran.
Y finalmente, conformando la parte más extensa de aquella peregrinación, se encontraba el pueblo. Hombres y mujeres, niños y ancianos, avanzando a paso lento, respondiendo a las oraciones del sacerdote, lanzando cada cierto tiempo una porra o un viva al santo patrono.
Yo estaba acompañando a mi madre, mi hermana y mis tíos. Los demás miembros de SPEED, también acompañaban a sus respectivas familias y estaban dispersos en distintos lugares de aquella procesión.
Duramos una hora caminando por todo el pueblo, y, después de aquello, los personajes principales de la procesión fueron los primeros en entrar en la iglesia. Pero debido a que éramos demasiados la iglesia superó su capacidad de alojamiento. Mucha gente se tuvo que quedar parada o sentada entre los pasillos o incluso en el atrio, desde donde también se podía oír la misa.
Y, como nosotros íbamos en la parte delantera de la procesión, tuvimos suerte en alcanzar lugar.
Entonces el obispo celebró la misa solemne. A esto debo de agregar que, vi muchas niñas y niños vestidos de blanco ese día, no lo recordaba, o no lo sabía, pero muchos niños ese día hicieron su primera comunión. Todos, además de vestir completamente de blanco, llevaban con ellos, una Biblia, un rosario y una vela.
Aunque no me gusta mucho asistir a misa y lo suelo hacer solo para acompañar a mis tíos, al menos, por esta ocasión, debo decir que esta misa estuvo muy hermosa.
Cuando la celebración terminó, toda la población se trasladó al lugar dispuesto para el banquete comunitario. Se habían puesto muchas mesas y sillas y se había contratado a un gran número de meseros para que todo el pueblo asistiera a comer, pero como de todos modos éramos demasiados, hubo algunos que tuvieron que esperar a que un lugar se desocupara, para que pudieran comer. Y durante todo ese tiempo, la banda de viento nunca dejó de tocar, y los cohetes nunca dejaron de estallar.
Para esta ocasión, decidí separarme de mi madre y mis tíos y todos los miembros de SPEED ocupamos una mesa entera para todos nosotros. Éramos diez, los ocho miembros de SPEED, mi hermana y Jim.
Sobra decir que Jim era el único extranjero presente en la fiesta. Los canadienses quizá habrían financiado gran parte de la celebración pero eso no los obligaba a asistir. Y creo que estuvo bien, no creo que hubieran sido bienvenidos. Por supuesto Jim era una excepción.
Para la comida comunitaria sirvieron pollo en mole, arroz y frijoles. Y para tomar, aguas frescas de fruta.
También para ese momento ya algunos eventos estaban comenzando.
─Tuvimos suerte en alcanzar primero una mesa ─comentó la líder de SPEED─. Me dará tiempo para irme a preparar.
─¿A qué hora es tu concierto? ─le pregunté.
─En dos horas y media ─respondió.
─Yo también tengo que comer rápido para prepararme ─comentó la otra Mayra.
─Esperen ─interrumpió Claudio─. ¿Los dos eventos son al mismo tiempo?
─Más o menos ─contestó Mayra Palacios─. El mío comienza media hora después del de ella.
─Pero en tu caso solo tienes que pasar caminando por ahí con tu vestido ─replicó Martina.
─Pues sí ─contestó.
─Yo soy la que sí debería estar nerviosa ─musito Mayra Páez─. Y de hecho, si lo estoy, jamás había cantado en vivo.
─Lo harás bien ─le dijo Angelina, que estaba sentada a su lado.
─Estaremos apoyando a las dos ─anunció Gibrán─. Después de todo, somos un equipo, no lo olviden.
─Yo también las apoyaré chicas ─comentó mi hermana.
─Yo también… apoyarlas ─anunció Jim.
─¿De verdad está bien que él esté aquí? ─preguntó Renata─. Ya saben, es de los de la mina, y creo que la gente lo sabe.
─Él no es como los demás ─reconoció Mayra─. Creo que es el mejor ejemplo de que no puedes juzgar a un libro por su portada.
─Yo encariñarme mucho con este lugar y con ustedes ─murmuró Jim.
─Y si alguien intenta meterse con él ─comentó Gibrán─. Nosotros lo defenderemos.
─Gracias.
Jim se había acercado a nosotros sabiendo que venía con “el enemigo” pero él lo hizo porque quería amigos, y los consiguió. Pero aquellas ultimas frases que dijo, las sentí un poco vacías. Sería una historia perfecta para un anime como alguna vez mencionó Gibrán.
Las dos Mayras comieron un poco más rápido que nosotros y acabaron antes, se despidieron de nosotros y se retiraron para prepararse.
Aunque sabíamos en qué eventos participarían, no sabíamos a ciencia cierta cómo serían. Es decir, no sabíamos cómo cantaría Mayra Páez, ni tampoco sabíamos cómo sería la vestimenta que usaría Mayra Palacios. De cierto modo, teníamos mucho interés en ello, o más bien, emoción.
Dos miembros de SPEED, participando en eventos de la fiesta patronal era algo que nos llenaba de orgullo, más bien, tres si contamos a Martina y su partido de futbol. Aunque yo no me sentía muy orgulloso precisamente. En realidad, me refiero a que son amigas mías pero tampoco es como si pusieran el nombre de nuestra Sociedad muy en alto. Sería muy diferente si compitieran a nivel nacional.
Cuando acabamos de comer, nos fuimos todos juntos a donde ya se estaban presentando los cantantes y los demás artistas. Todas las presentaciones serian en la plaza del pueblo, se mandó construir varios escenarios improvisados al lado del kiosco donde también se presentarían los invitados.
Todo el parque estaba lleno de sillas para la gente que quisiera asistir. Tanto las que dispusieron como las que traía el propio público. Pero entre ellos, había algunos espacios vacíos que la misma gente había hecho para tener un lugar dónde bailar. Otros de estos espacios eran dominados por comerciantes, de los que tenían su puesto fijo y de los ambulantes.
Hay otros eventos que, por su naturaleza, no se podían celebrar ahí y tenían que realizarse en otro lado, por ejemplo, la final del torneo de futbol o las peleas de gallos.
Mayra había dicho que los escenarios de las dos estarían juntos, pero no pensé que tanto, es decir, como si fueran más bien uno solo.
Quizá la música del concierto de Mayra entorpezca un poco el concurso de belleza.
Aunque ya había algunos cantantes, aún no había mucha gente ahí. Al parecer, los cantantes de más renombre vendrían en la noche.
Esperamos unos minutos en lo que veíamos a la gente del staff de “La Mimosa” poniendo todo el equipo de audio para el concierto de la cantante. Por lo que nos dijo la líder de SPEED, ellos colocarían todo el equipo y entonces Mayra tendría unos quince minutos para amenizar el ambiente en lo que “La Mimosa” se preparaba. El grupo musical de ella sería el encargado de acompañarla.
Entonces los músicos subieron y tomaron su lugar.
Y al final apareció nuestra líder.
Tal y como lo dijo antes, sí estaba nerviosa, y se le notaba demasiado.
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Mi futuro
Quiero terminar la secundaria en Yatareni y estudiar la prepa en Sayula, pero todavía no he pensado qué quiero ser de grande, lo que sí quiero es poder trabajar de algo para ayudar a mis abuelitos, algo para ganar mucho dinero y que ellos dejen de trabajar. También me gustaría poder llevarlos de viaje.
Me gustaría también que me hicieran mis XV años, porque dentro de pocos meses cumpliré 15 años, pero mis abues no tienen el dinero suficiente para eso. Creo que no podré tener mi fiesta.
Lo que me llama mucho la atención es dibujar, quizá podría ser dibujante aunque no sepa dibujar, porque me gustaría ser mangaka, que es la persona que hace manga, pero para eso creo que tengo que estudiar en una escuela de artes.
A mí también me gustaría viajar, mi sueño es poder viajar a Japón y conocer ese país, aunque no se japonés, y lo poco que se es por el anime. Mis amigos del club en el que estoy tienen el mismo sueño que yo. Todos queremos viajar allá algún día.
También me gustaría mucho tiempo después, casarme y tener hijos, pero todavía no se con quién, aunque como aún estoy chica, creo que no debo estar pensando aun en esas cosas.
Cuando sea grande, me gustaría tener una hija, y poder darle muchas cosas para que no tenga las necesidades que mis abues y yo tenemos hoy, creo que la llamaré Asuka o Midori, Elena o Adriana.
Y me gustaría vivir aquí siempre, me gusta mucho este pueblo, por su gente, sus costumbres y fiestas, por mis amigos, y hasta el clima frío y lluvioso que tiene me gusta, me quiero quedar aquí para siempre.
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