Yatareni -Volumen 2 - 14
La chica estaba vestida de vaquera regiomontana, solo que muchas partes de su cuerpo estaban expuestas.
Básicamente, su vestimenta consistía en unas botas de tacón alto, unos pantalones de mezclilla ajustados que no le llegaban ni a las rodillas, y una playera blanca y corta cubierta por una camisa a cuadros que estaba rematada con un nudo bajo su busto, dejando su vientre al descubierto. Y naturalmente, nunca podía faltar el sombrero. A lo mejor era por eso que en realidad estaba nerviosa y no tanto por cantar en público.
Me pregunto si ella fue la que escogió ese vestuario.
Y entonces oímos por detrás varios chiflidos, los cuales no hicieron más que ponerla más nerviosa. Como si no lo supiéramos. Eran varios hombres que lanzaban piropos a la chica.
Si bien algunos eran, de cierto modo, respetuosos, había otros que sonaban vulgares.
Podríamos haber hecho algo al respecto, pero eran bastantes y no valía la pena.
─Qué irrespetuosos ─murmuró Renata.
─Déjalos ─dijo Guadalupe─. Aquí siempre es lo mismo, y creo que en todas partes, no cambiarías nada.
Mi hermana tuvo que aceptar que era verdad. Sé que ella tuvo muchos problemas similares cuando fundó su club de futbol femenil en su escuela.
Como el ambiente se estaba tornando un poco más incómodo, Gibrán decidió actuar primero. Lanzó una porra para nuestra líder y todos lo secundamos.
Mayra, al oírnos, tomó el micrófono y habló:
─Buenas tardes… me llamo Mayra Páez y… bueno, “La Mimosa” llegará pronto, y en lo que ella viene, yo les cantaré algunas canciones… pero apenas voy comenzando.
─!Yo quiero ver a “La Mimosa”, no a ti! ─oímos por detrás de nosotros.
Y entonces el murmullo de la gente que no quería escucharla comenzó a aumentar.
Conozco a Mayra. Sé que algo que ella tiene es que es terca, y que si se propone algo hará todo lo necesario para conseguirlo. Eso me lo hizo saber de primera mano. Definitivamente unos piropos, abucheos y reclamos no la iban a detener, y menos impedirían que cristalizara su sueño.
Mayra decidió entonces comenzar con el concierto de una vez para evitar que los ánimos de la gente subieran más.
Indicó a la banda de “La Mimosa” que tocaran cierta canción y estos comenzaron a interpretar. Supongo que ya antes se habían puesto de acuerdo sobre qué canciones tocarían.
Y ella eligió una canción de La Arrolladora llamada “Contigo”
Quiero pensar que la chica eligió esta canción porque es más como una balada lenta, lo cual haría más fácil su interpretación.
Y ella procedió a cantar.
“Contigo siempre quiero volar lo más alto amor
Muy alto amor hasta el final
Contigo siempre puedo conquistar el mundo amor
Ir más allá del mismo sol”
“Tú me das la dicha cuando te me acercas
Eres primavera llena de color
Pues contigo vuelo más allá del cielo
Pues le brotan alas a mi corazón”
─Órale ─murmuró Gibrán asombrado mientras se acomodaba los lentes─ Sabia que sabía cantar, pero no me imaginé que fuera tan buena.
─Esperen ─pregunté─. ¿Nadie la había escuchado cantar antes?
─Casi todos la conocimos hace unas pocas semanas ─comentó Guadalupe─. Solo Gibrán llevaba más tiempo de conocerla.
Pero tenían razón, realmente cantaba muy bien. Bueno, yo la sentía muy extraña porque estaba acostumbrado a que esa canción la interpretara un hombre, pero fuera de eso, era muy buena.
Y entonces me pregunté. Si de verdad canta tan bien ¿Porque aún no había probado suerte en otro lado? ¿Por qué se enfocó más en el estudio de animación? Bien podría ir a esos concursos que hacen en la televisión y podría haber ganado fácilmente.
“Comprende que contigo yo lo tengo todo
Que me desesperas si me dejas solo
Que si un día te alejas seria gris mi vida
Y me moriría lejos de tu amor”
“Contigo tengo todo llenas mi anhelos
Haces que mis sueños todos se realicen
Logras que mis horas sean las más felices
Tú me haces dichoso tú me haces llorar”
No exagero al decir que nos estaba cautivando. Logró acaparar la atención de toda la gente que la estaba escuchando, y no solo de los que asistieron a verla, sino de toda la gente en general. Incluso los que la estaban abucheando callaron. Cómo decirlo, tenía una voz casi hipnótica.
Terminó la canción con una ovación impresionante de mucha gente, la mayoría de la cual no nos percatamos de su llegada, y que fueron atraídas precisamente por su voz. Les cerró la boca a toda esa gente que minutos antes la estaba abucheando. Otro ejemplo de que no se puede juzgar a un libro por su portada. Me preguntaba si Mayra Palacios también podría cantar así, con eso de que se parecen tanto.
El lugar ya se estaba llenando, toda la gente quería descubrir de quién era esa voz que jamás habían oído. Mayra sonrió, pero no fue una sonrisa de las que siempre hace cuando, por ejemplo, me juega una broma. Fue una sonrisa más grande.
Se podía hasta percibir la tremenda felicidad que debería estar sintiendo en ese momento. Era su primer concierto y ya se sentía en un escenario gigantesco con miles de asistentes.
Más animada que nunca, la chica agradeció y decidió interpretar otra canción.
Pero esta vez, ya no le pusimos mucha atención, justo en ese momento, en el escenario de al lado, el concurso de belleza “Reina de Yatareni” estaba comenzando.
Decidimos movernos a un punto medio para poder contemplar ambos eventos al mismo tiempo. También el arqui acababa de llegar para ver a su hija desfilar.
Aunque creo que lo ideal hubiera sido que fueran en distintos horarios pero de todos modos estábamos presentes en ambos, y así podríamos apoyar a ambas.
Las diez candidatas a Reina de belleza desfilaron frente a todos los presentes mientras una mujer las presentaba a cada una. Todas vestían atuendos tradicionales de distintas partes del país, y todos eran hermosos.
Y ahí la vimos. No la reconocimos al inicio porque, vestida de ese modo, y con aquel peinado y maquillaje, era de verdad otra. Creo que hasta Mayra Páez pudo verla de reojo.
Mayra Palacios vestía un traje de tehuana, según decía la presentadora. Una vestimenta típica del istmo de Tehuantepec en Oaxaca.
Pero no era para nada parecida a la vestimenta que usaban las tehuanas que trabajaban en la Fonda de Comida Económica. Lo que ellas usaban era un uniforme que se había adaptado de esa vestimenta para dar una atmosfera mexicana. Algo así como un cosplay sencillo.
Lo que Mayra estaba usando era la verdadera vestimenta de tehuana. Un vestido completamente colorido en el que predominaba el color negro, bueno, era realmente hermoso, ni siquiera puedo describirlo. Y ella pues, peinada y maquillada como estaba, le aumentaba cientos de puntos de belleza. Los que la maquillaron y peinaron hicieron un excelente trabajo. Si deporsí ya era extraño verla sin su vestido negro y su capa, verla así, pues, era inesperado.
Pero creo que lo más impresionante de todo era ella misma. Mayra no se mostraba tímida como otros días, o mejor dicho, como siempre. Estaba sonriendo, y su sonrisa era casi tan grande como la de su tocaya.
Me imagino que vestida de ese modo le subió mucho el autoestima. Fue por esto que Mayra Páez la inscribió a ese concurso a la fuerza. Le estaba viniendo de maravilla. De verdad era hermosa. Y me percataba a ratos que desviaba su mirada hacia mí en algunas ocasiones.
Pero en realidad todos veíamos a las dos Mayras, una cantando y otra posando con un hermoso vestido. Ambas estaban luchando de cierto modo. Ambas estaban dando lo mejor de sí mismas. Y ambas lo estaban haciendo muy bien.
****
Las diez chicas participantes del concurso de belleza se preparaban en el sitio indicado.
Mientras algunas se ponían sus vestimentas otras eran maquilladas y peinadas por expertos contratados para ello.
Sentada frente a un espejo que le permitía contemplarse en su totalidad, Mayra Palacios no podía creer que aquella chica hermosa que usaba la vestimenta de tehuana era ella misma.
A medida que le realizaban los últimos retoques en su rostro y terminaban de peinarla, la chica dudó aún más de su propia identidad.
Al final volvió a contemplarse cuando ya estaba lista. Era la primera vez que se veía tan hermosa.
─Espero que puedas verme mamá ─murmuró.
Y entonces la oyó. En el escenario de al lado, un evento musical estaba por comenzar.
Mayra, quien ya sabía de quién se trataba, salió junto con otras chicas y contemplaron desde la parte posterior del escenario. Las chicas se encontraban en un lugar estratégico. No eran vistas por ninguna persona de la audiencia, pero ellas podían ver perfectamente los eventos que se sucedían en aquel escenario.
Desde el inicio, la chica puso atención, no solo a la voz de la líder de SPEED y a su vestimenta, sino a la letra de la canción que estaba cantando. Y, inconscientemente, a su mente llegó él. No pudo evitar dejarse llevar por la letra de aquella canción, ni dejar de pensar en el chico que siempre ha estado a su lado. Fue como si la canción la hubieran escrito para expresar lo que ella sentía pero no sabía interpretar, hasta ese momento.
Mayra entonces vio de reojo a la audiencia y pudo verlo a él junto con los demás chicos, viendo cantar a Mayra Páez. No eran conscientes de que ella estaba ahí y también podía verlos. Terminó conectando ambas cosas, la canción y a Eliseo.
Cuando la canción acabó, y la gente aplaudió de manera potente, Mayra por fin entendió sus sentimientos. Dejó de luchar contra ellos y los aceptó. Aquella canción le había despejado la mente. Le dio a entender algo que quizá ya sabía, pero que desconocía o se negaba a aceptar.
En ese momento anunciaron el inicio del concurso de belleza y les ordenaron a las chicas pasar al escenario. Una por una, en fila, entraron al escenario contiguo.
Mayra subió mientras contemplaba a Eliseo, el cual junto con los demás, apenas se estaba percatando del inicio del concurso y se movieron para poder ver ambos eventos al mismo tiempo. También pudo ver a su padre llegar y ocupar un lugar cerca de los chicos.
Ahora Mayra tenía otro objetivo, que aquel chico se fijara en ella así como lo hacia ella con él.
Las chicas formaron una columna frente a la audiencia, mientras la presentadora comenzó a anunciarlas una por una. Y la chica sonreía, y bastante, incluso ella misma se sorprendió de ello.
─Mírame ─murmuró la chica mientras tomaba su posición en el escenario─. Mírame Eliseo, estoy aquí, quiero que me veas y me digas que estoy hermosa. Dime que también tú sientes lo mismo que yo.
Unas incipientes lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos pero estas no resbalaron por sus mejillas. Afortunadamente nadie se dio cuenta. Eran lágrimas de felicidad. Estaba muy feliz porque era la primera vez que mucha gente la veía y estaba al pendiente de ella. Y no por verla vestida de una manera estrafalaria, como solían decirle. Estaba muy feliz porque era la primera vez que estaba muy hermosa. Y también, estaba muy feliz porque estaba siendo contemplada y admirada por aquel de quien acababa de confirmar sus sentimientos.
─¡Que tonta soy! ─se dijo a si misma mentalmente─. Estuve enamorada de él todo este tiempo pero apenas hoy me di cuenta.
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