Yatareni - Volumen 3 - 09
─Entonces… ─comentó Araceli dando un vistazo alrededor de la iglesia─. ¿Ustedes establecieron su base otaku… en una capilla abandonada? Vaya que sí son muy originales.
─Lo que a mí me agrada es que permanecemos lejos del ruido del pueblo ─dijo Guadalupe─. Y que no muchos conocen este lugar porque permanece oculto entre la vegetación. Es un verdadero santuario para nosotros.
─Aunque tampoco es como si el pueblo generara mucho ruido ─comentó Claudio─. No vivimos en la ciudad.
La chica rubia exploró el poco espacio disponible del recinto. No le llevó más de cinco minutos precisamente por lo pequeño del lugar. Examinó los estantes donde se encontraba ordenado el manga, la pequeña sala de reuniones de los chicos, la zona donde se hallaban la cafetera, el horno y demás electrodomésticos y la sala donde se proyectaba el anime en una televisión de plasma y un reproductor de DVD y Blue-Ray. Esas habitaciones eran los principales componentes de la base de SPEED. Pero todo lo veía con ojos críticos dada su condición de arquitecta. Se dedicaba más que nada a ver cuánto espacio quedaba disponible para la circulación, qué tan vestibulados estaban las áreas dentro del club o qué tanto espacio desperdiciado tenían las áreas. Mentalmente proponía adecuaciones, corregía errores y analizaba todo desde un punto de vista arquitectónico, pero nada de esto se los dijo a los chicos porque no era algo que llevarían a la práctica.
También se encargó de observar el material y el sistema constructivo del cual estaban hecha, tanto la iglesia en sí, como los interiores.
─¿Y se supone que Eliseo vestíbuló esto? ─preguntó la rubia.
─¿Vesti-que? ─preguntó Angelina.
─Me refiero a que se supone que Eliseo organizó todos los espacios en este lugar ─contestó la rubia─. Tiene sentido, no está nada mal para un espacio muy pequeño.
─¿Eso fue bueno o malo? ─susurró Claudio a Eliseo.
─Viniendo de ella no tengo idea ─respondió el chico en voz baja─. Puede decirlo con mucha seriedad o con mucho sarcasmo.
Finalmente, la chica llegó a la parte posterior de la iglesia. Aquella que era delimitada por una pared curva y que no tenía ningún propósito.
─Ahí no hay nada ─comentó Mayra Páez─. Como la pared es curva y no hay mucho espacio no supe qué meter.
─En realidad esto puede tener muchos usos ─murmuró la chica─. Solo es cosa de encontrarle uno, por ejemplo, un medio baño.
─¿Medio baño?
─Un sanitario pues ─comentó la rubia probablemente fastidiada de tener que explicar todos los términos arquitectónicos que usaba─. Un sanitario compuesto únicamente de un inodoro y un lavabo.
─¿Qué es un inodoro? ─preguntó Guadalupe.
─Es una taza de baño─. contestó Eliseo.
─Ah, pues así los llamamos aquí en el rancho ─replicó la chica─. Si le pudieras decir a tu amiga que nos hable en cristiano estaría genial.
Sin hacer mucho caso de los comentarios de Guadalupe, Araceli abrió la pequeña puerta que separaba la zona sin uso del resto del recinto y todo lo que vio fue tierra, escombros y algo de basura. Incluso contempló la carta hecha bola que había escrito Mayra Palacios y que en su momento leyeron Jim y Martina. Ella sí logró adivinar que era en efecto, una carta. Pero no llamó su atención lo suficiente como para que quisiera levantarla así que cerró la puerta.
─Pues debo decir que es un lugar agradable ─concluyó Araceli─. No por lo que hacen acá, que es algo muy distinto, es más porque supieron acomodar todo esto muy bien en un espacio tan pequeño y lo hicieron agradable, y eso, aunado a todo lo que le rodea, la vegetación, la vista panorámica del pueblo, lo hace un lugar bastante relajante. Aunque aclaro, esto para un arquitecto no es la gran cosa.
─Por esa razón es que me agradaba venir aquí a pasar el rato ─dijo Mayra Palacios.
─¿Qué quieres decir? ─preguntó la rubia.
─Antes de que nos estableciéramos aquí ─respondió Gibrán─. Mayra usaba este lugar como refugio.
─De cierto modo lo sigue siendo ─replicó Mayra.
─¿Refugio?
─Hubo una época en la que no me juntaba ni hablaba con nadie ─respondió la chica─. Así que venía a pasar el rato aquí. Me agradaba más venir en los días de lluvia, no sé por qué pero se respiraba un aroma muy relajante cuando llovía y eso me gustaba mucho. Me gustaba mucho el olor a tierra mojada y ver caer el agua de lluvia de las hojas de las plantas.
─¿Y de casualidad también te gustan las tazas de café y leer a Coelho?
─¿Y ese quién es? ─preguntó la chica─. ¿Es un mangaka?
─¿Qué es un mangaka?
─Olviden eso ─interrumpió Eliseo─. Aquí la cosa es que, todo esto que dijiste acerca de la vestibulación que tiene fue gracias a mí. Eso es para que veas que el hecho de que aunque no esté metido de lleno en la arquitectura todavía tengo algo de talento.
─Claro, claro ─replicó sarcástica Araceli mientras aplaudía lentamente─. Felicitemos a Eliseo todos juntos porque logró diseñar un complejísimo proyecto arquitectónico usado por un club de otakus en una iglesia abandonada.
─Sabes que tu sarcasmo a veces duele ¿verdad?
─Ya deberías estar acostumbrado.
─Bien, fue un gusto conocer y “analizar” su pequeño club de otakus ─dijo la rubia mientras dejaba el recinto─. Pero tengo que regresar, la verdad es que tengo algo de hambre.
─Acabas de comer ─replicó Eliseo.
─Solo quiero descansar un poco ─comentó─. Estaré algunos días acá así que quizá nos veamos de nuevo.
─También fue un gusto ─dijo Mayra Páez─. Aunque de eso último no estoy segura.
Antes de irse la rubia lanzó una mirada a Mayra Palacios como queriéndole decir que le tocaba a ella. Y ella entendió perfectamente de qué hablaba.
Todos los miembros se retiraron dejando únicamente a Eliseo y Mayra Palacios.
Realmente Dios, el Universo o quien fuera, quería que Mayra cumpliera la apuesta de Araceli.
─Fui a buscarte en la mañana a casa de tu tía y no estabas ─replicó Mayra Palacios al chico.
─Estaba con Mayra Páez ─respondió─. Me pidió que le ayudara con lo de sus ensayos para su audición.
─¿Audición?
─Ah, creo que no les ha dicho, pero la manager de la “Mimosa” le programó una audición el próximo mes y anda ensayando.
─Oh, vaya ─comentó la chica─. Qué raro que no lo haya mencionado.
─Seguramente lo quería dejar como una sorpresa así que… creo que lo acabo de arruinar… no le digas a nadie por si las dudas.
─Pero también dijiste que me ayudarías ─replicó la chica─. Ya me dieron la guía de estudio así que… me gustaría que… fueras a mi casa… a estudiar.
─¿Ahorita?
─¿Tienes tiempo?
─Claro ─respondió─. No tengo mucho que hacer hoy y pues prometí que te ayudaría.
Mayra y Eliseo llegaron a la casa de la chica. Aquella casa que les tomó varios días dejar como nueva debido a que el padre de Mayra estaba sumido en una depresión. Pero, aparentemente había salido ya de ella completamente, puesto que, cuando entraron, lo vieron vestido de traje y preparándose para salir.
─¿A dónde vas? ─preguntó Mayra.
─Me llamaron de Sayula ─respondió─. Estoy en pláticas con otro grupo de arquitectos para que trabajemos en una importante obra pero quieren primero discutirlo conmigo.
─Que bien ─exclamó Eliseo─. Esperemos que si le den el proyecto.
─Yo igual lo espero ─comentó el papá de Mayra─. Es un proyecto aún más grande que el de la residencia que perdí.
─¿Llegarás a cenar? ─preguntó su hija.
─No lo sé─ respondió─. Como es muy seguro que llegue tarde probablemente cenemos todos en un restaurante, así que de eso no te preocupes, cena tú sin mí.
─Claro ─respondió su hija─. No es que me alegre de que hayas superado tu depresión pero, ahora parece que te portarás como el típico padre que descuida a su hija así que…
─¿Hablas enserio? ─replicó el arquitecto─. ¿Realmente esperas que te cuide cuando en realidad tú has cuidado de mí?
─Cierto ─dijo Mayra sonando algo sarcástica, denostando que su anterior comentario también lo era.
─De todos modos si te agarra el sueño puedes irte a dormir ─dijo su papá─. Yo llevo llaves para entrar, quizá llegue muy tarde.
─De acuerdo.
Solo hasta que Mayra vio a su padre salir de la casa entendió que ella y Eliseo de verdad estaban completamente solos. Quien quiera que fuera, estaba conspirando para que esa misma noche Mayra se le declarara a Eliseo.
Ni ella misma sabía cuántas cosas pasaron por su cabeza con todas las posibilidades que podrían darse estando solos, desde las más románticas hasta las más indecentes. Y todo por ver toneladas de anime.
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