Yatareni - Volumen 3 - 50
─¿Cómo te atreviste a vender la novela de Eliseo? ─reclamó Mayra Palacios a viva voz─. Él depositó tu confianza en ti y lo traicionaste. Nos traicionaste a todos, a SPEED, y al parecer a tí misma.
─No me vengas con tus frasecitas filosóficas pinche caperuza ─respondió Mayra Páez igual de enérgica─. Además, lo que yo haya hecho con la novela de Eliseo no es algo que te incumba, no es tu novela.
─Lo sé ─respondió─. No lo es. Es más, no me interesa mucho la novela en sí, fue lo que le hiciste a él. Lo hiciste llorar. Y eso es algo que no te perdonaré.
─¿Él estaba…? ─Mayra Páez pareció ceder ante lo dicho por su tocaya. Por momentos la idea de arrepentirse pasó por su cabeza. Sin embargo, decidió ignorar aquellos sentimientos y volver a su actitud hostil.
─Al final su novela no es tan buena que digamos ─respondió sarcásticamente la líder cruzando los brazos─. Quizá al final fue una buena elección venderle la novela a Mika. Creo que estará en buenas manos ¿no crees?
─Sí sabes que ella se acreditó como la autora de la novela ¿verdad?
─A eso me refiero.
─Hija de…
─¿Hija de qué? Mayra ─respondió Mayra Páez─. Ya lo has hecho antes ¿no? libérate, saca todos tus piches traumas conmigo, aquí estoy para ti ─y extendió los brazos─. Olvidémonos de Eliseo, de su novela, de SPEED, de Japón. Acabemos con esta mierda absurda de una vez por todas. Úsame como saco de boxeo si quieres porque yo haré lo mismo contigo. La verdad creo que será la primera vez que tu capa servirá de algo porque así no verás la sangre que te voy a sacar. Realmente tengo muchas ganas de sacarte bastante después de lo que me hiciste en el museo.
─Es cierto ─Mayra Palacios sonrió─. Esto no se puede resolver de otro modo. Lo mejor de todo es que yo también estoy más motivada que nunca.
De modo que la chica de la capa roja empezó a caminar hacia su enemiga.
─Veo que te acercas a mí. En vez de huir, vienes directo hacia mi ─sonrió la líder, un poco en broma y un poco enserio─. ¡Vamos Mayra!, ¡Demuéstrame que aquella mierda que dijiste que Eliseo te salvó la vida es cierta! ¡Demuéstrame cuánto has madurado!
─Ya fue suficiente de huir de mis problemas, de esconderme, de que otros los resuelvan por mí ─murmuró Mayra Palacios aparentemente en el mismo orden de ideas que Mayra Páez─. No puedo sacarte la mierda si no me acerco a ti. Te daré la golpiza de tu vida.
─En ese caso ─sonrió Mayra Páez─. Acércate todo lo que quieras.
La líder de SPEED también comenzó a encaminarse hacia su rival poniéndose seria. A medida que avanzaban, aceleraban cada vez más hasta que finalmente terminarían chocando dispuestas a dar el primer golpe.
****
─¿Sabes cuál es el problema con el hecho de ir a la torre de Tokio? ─mencionó Misaki.
─¿Cuál? ─pregunté.
─Que está demasiado lejos ─respondió─. Ir por transporte público nos quitaría mucho tiempo. Nuestra única alternativa seria… quizá tomar un taxi, aunque creo que sería lo mismo. Creo que necesitaríamos un trasporte más ligero y veloz como…
─Una motocicleta.
─Exacto, una motocicleta.
─No ─le dije─. Mira.
En cuanto vio que dos chicas en motocicleta se acercaron a nosotros se puso nerviosa. Aparentemente las reconoció a pesar de que llevaban puesto el casco.
Ambas vestían ropa predominantemente negra hecha en su mayoría de cuero o mezclilla, y aquellas motos lucían más como las que suelen usar en las competencias deportivas.
La más cercana a nosotros se estacionó a nuestro lado y se quitó el casco. Se desprendió una larga cabellera con una tonalidad azul que parecía ser natural y un rostro definido.
En cuanto la vi tuve la sensación de que ya la había visto antes.
Y eso pude confirmarlo en cuanto la otra también se quitó el casco revelando una chica rubia peinada con dos coletas a los lados y de una estatura más baja por cierto.
Acababa de recordar dónde las había visto. Fueron aquellas chicas que vimos a lo lejos cuando Misaki nos llevó a Akihabara por primera vez. Recuerdo que Misaki se escondía de ellas, eso explicaría por qué reaccionó incómoda en cuanto aparecieron. Aquellas chicas comenzaron a hablar con Misaki en japonés. Naturalmente no entendí nada de lo que decían, pero por la manera en la que acosaban a Misaki, supuse que no parecían ser realmente amigas. A ratos las dos desviaban la mirada hacia mí. Aunque aquello nos estaba quitando tiempo y aunque quería intervenir en la conversación, realmente no sabía qué decir.
Pero entonces, vi que la conversación tomó un rumbo aparentemente inesperado. Misaki sacó una faceta diferente: pareció insistirles con algo, como si les estuviera suplicando, sin embargo, ellas se mostraban incrédulas con lo que sea que les estuviera diciendo. Quiero pensar que las estaba convenciendo de que nos llevaran a la torre de Tokio y también quiero pensar que ellas trataban de negarse.
Finalmente parece que las logró convencer. Me preguntó qué les habrá dicho, pero se lo preguntaré después.
─Sube ─me ordenó Misaki.
─¿A las motos?
─Por supuesto ─dijo mientras ella se montaba en el vehículo de la rubia─. Nos llevarán a la torre de Tokio.
─Genial ─respondí─. Pero me dio la impresión de que al inicio no querían ¿Cómo las convenciste?
─Ehmm… luego te digo ─respondió apenada.
─¿Por qué?
─No es nada ─reclamó apenada─. ¿Quieres recuperar tu novela, sí o no?
─Está bien, está bien ─y me subí a la motocicleta de la chica de cabello largo.
Ella balbuceó algo en japonés que Misaki tradujo como “Sujétate bien” Pero la motociclista la miró de reojo como si estuviera mintiendo.
Ambas chicas se pusieron el casco y encendieron las motocicletas. Salieron disparadas a una velocidad tremenda. Por poco Misaki y yo nos caemos. Esquivaban con gran habilidad y destreza a los demás autos, los peatones y todo lo que se les atravesara. Parecían meteoritos.
Considerando que las motos son deportivas es posible que ambas sean corredoras o algo así. Pero bueno, lo importante es que ya estábamos en camino hacia la torre de Tokio, hacia Mika y hacia mi novela.
Comments for chapter "50"
QUE TE PARECIÓ?