Yatareni - Volumen 3 - 52
11 años antes…
Muy temprano, Haruki se despidió de su hermana mayor.
─Ya me voy neechan ─anunció el muchacho de quince años de edad al tiempo que se cargaba su mochila, aparentemente con bastante prisa por irse.
─¿Dónde irás ahora? ─preguntó su diligente hermana.
─Subiré al World Trade Center ─contestó─. Tengo algunas escenas de la novela que suceden ahí y necesito información, solo serán unos detalles. Además, quizá me dé una vuelta por el mirador.
─Ya sabes que el vuelo a Japón sale a las tres de la tarde ─replicó Mika─. Tenemos que guardar nuestras maletas y entregar la habitación del hotel a mediodía. No lo olvides.
─Ya lo sé, neechan, ya lo sé ─un puchero se formó en el rostro de Haruki─. Cada vez te pareces más a mamá.
─No digas eso ─sonrió Mika─. No tardes.
Y, de este modo, el muchacho abandonó la habitación del hotel donde se hospedaba con su hermana.
Mientras el muchacho realizaba su excursión, Mika se tumbó de bruces contra la cama y se relajó. Pensó en que podría matar el tiempo ensayando y afinando un poco su voz pero finalmente decidió no hacerlo. De cualquier modo, aquel era su último día en la ciudad de Nueva York. Quería disfrutarlo al máximo. Pero no se le ocurrió otra cosa más que dormir.
El escándalo de varias sirenas de patrullas y ambulancias que se movían a toda velocidad por las calles de la ciudad la despertó. Al parecer había una emergencia. Decidió asomarse por la ventana del hotel. Había bastante ajetreo ahí abajo, patrullas moviéndose por todas partes, gente lastimada huyendo o simplemente corriendo asustada.
No era común ver algo así en Nueva York. O al menos no de esa magnitud.
─¿Qué está pasando? ─se preguntó Mika.
Decidió prender la televisión. Si alguna emergencia estaba pasando, definitivamente lo estarían transmitiendo en vivo.
Y lo que vio la dejó sumamente impactada: una gran columna de humo salía desde lo alto de la Torre Norte del World Trade Center, el mismo lugar al que Haruki había acudido antes.
Las noticias hablaban acerca de un accidente. Decían que un avión se había incrustado en la torre por error. Era un acontecimiento que tenía pocos minutos de haberse dado. Aquellas imágenes eran en vivo y en directo.
Al inicio Mika se mostró incrédula. Creyó que aquello era una muy buena propaganda para alguna película hollywoodense. Sabía que se encontraba en la nación más poderosa del mundo y que algo como eso pasara resultaba bastante inverosímil. De todas maneras el ruido proveniente del exterior la hizo dudar.
Decidió abandonar el hotel y comprobarlo por ella misma.
Y en efecto, la parte superior de la Torre Norte ardía en llamas, generando una larguísima humareda negra. Eran las nueve de la mañana en punto.
Rápidamente, Mika sacó su celular y marcó el número de su hermano.
─Haruki ─preguntó angustiada─. ¿Dónde estás?
─Aún sigo en las torres ─respondió el muchacho asustado─. Hay demasiada gente y no puedo salir, las escaleras y los elevadores están bloqueados, no sé qué está pasando, todos están asustados.
─¿En cuál estas?
─En la Torre Sur.
Mika suspiró aliviada, aunque no era el momento de estarlo. Si bien, aquel edificio permanecía intacto aun, la cercanía con el otro edificio envuelto en llamas resultaba aun peligroso para Haruki y los demás atrapados en los edificios contiguos.
─Iré por ti ─le dijo la chica mientras se lanzaba a toda prisa─. Intenta salir como puedas.
─Eso haré.
No estaba demasiado lejos del lugar del siniestro. Desde donde estaba, y debido a la altura de las torres, era posible ver perfectamente todo lo que sucedía.
Mientras tanto reflexionaba lo que estaba pasando ¿Realmente un avión se había estrellado contra la torre? ¿Cómo era posible que el piloto no se hubiera percatado de ello?
─Justo el día en el que nos íbamos a ir ─maldijo Mika.
Durante todo ese tiempo Mika no despegó el celular de su hermano, cada treinta segundos aproximadamente le preguntaba por su estado y aun suspiraba aliviada cuando el muchacho contestaba. Pero no podía permitirse estar tranquila.
Hasta que Haruki le dijo algo llenó de pánico:
─¡Hay… hay un avión que viene… directo hacia…!
─¡Haruki!
Justo cuando la señal del teléfono se perdió, un segundo avión embistió contra la Torre Sur del complejo. El pánico se apoderó de toda la gente de la ciudad. Definitivamente no era un accidente.
Mika quedó anonadada al ver la bola de fuego que emergió de la Torre Sur producto del impacto del avión.
Se decía a si misma que aquello era una mentira, que estaba soñando, que nada de eso estaba pasando. No se inmutó por la estampida de gente que corría en dirección contraria a las torres y que hasta se tomaban la molestia de esquivarla. Ni tampoco pareció escuchar a los miembros de la policía que exhortaban a la gente que se alejara.
Un viento moderadamente fuerte expandió la polvareda de aquel impacto por toda la ciudad. Escombros caían a las calles de la ciudad y los más ligeros se dejaban mecer por el viento.
Uno de estos últimos, providencialmente llegó a Mika hasta que se depositó suavemente en su mano izquierda.
Residuos de una de las páginas de la novela que su hermano escribía. Un mero borrador que incluía correcciones a mano.
De repente sintió que todo el mundo se apagó por completo.
Contempló la hoja que acababa de llegar a sus manos y la estrujó fuerte contra su pecho.
Se recostó en el frio pavimento tomando una posición fetal y se soltó a llorar.
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