Yatareni - Volumen 3 - 57
─¿Qué hace ella aquí? ─exclamé molesto.
─Tranquilo ─respondió Mayra Palacios─. Ella quiere…
─Espera ─interrumpió Mika en español aunque con un pésimo acento con el cual apenas podía entenderle mientras se quitaba sus aditamentos de disfraz─. Yo se lo explicaré, les debo a todos una explicación por lo que hice.
─Nos debes más que eso ─repliqué─. ¿Y ahora resulta que hablas español? entonces cuando fuimos a la entrevista ni siquiera te dignaste a hablarnos porque nos considerabas poca cosa ¿verdad? pero usaste a esa pinche loca que me empujó para dirigirnos la palabra.
─Sayuri ya está bajo custodia de la policía ─comentó Mika─. Pasará un tiempo en prisión por intento de asesinato.
─No hablo de eso ─argumenté─. ¿Por qué no hablaste con nosotros en español desde un inicio?
─Porque es una pinche mamona de mierda ─respondió Martina─. Que pensaba que no nos merecíamos escucharla hablar en español.
─¡Martina! ─la reprendió Mayra Páez.
─Lo siento ─dijo la cantante mientras también se inclinaba como hasta hace un momento lo hizo Mayra Páez─. Te pido disculpas por lo que hice, por haber provocado tu “muerte” y por la pérdida de tu novela. Es verdad que yo la quería, pero Sayuri hizo todo esto sin consultarme.
─Ah, así era ─murmuró Mayra Páez al ver la posición de Mika─. Creo que lo hice mal.
─Pues espero que me expliques muy bien por qué hiciste todo esto ─respondí.
─Para eso vine.
Mika nos explicó, con un poco de ayuda de Misaki ya que no dominaba bien el español, las razones por las cuales hizo lo que hizo. Mika tenía un hermano menor llamado Haruki. Él soñaba con ser un escritor reconocido así como yo. A los quince años de edad ya tenía su primera novela casi finalizada de modo que él y Mika fueron de vacaciones a Nueva York para que el muchacho se documentara, ya que una de sus escenas sucedía en esa ciudad. Sin embargo, Haruki falleció durante los atentados del 11 de septiembre de 2001. Obviamente Mika había quedado devastada por la pérdida. Ella decía que él y su hermana tenían distintos sueños y entre ellos se apoyaban para salir adelante los dos, el cómo escritor y ella como cantante.
Mika logró rescatar una página de la novela de su hermano. Fue cuando decidió que ella misma terminaría de escribir la novela de Haruki para rendirle tributo basándose en aquella página que salvó. Pero Mika era pésima escribiendo historias. Ella se sorprendía por el hecho de que las canciones le salían fácilmente pero historias como la que quería contar su hermano eran muy complicadas de plasmar. Lo primero que intentó fue contratar a escritores que le hicieran la novela, pero ninguno de ellos logró escribir algo del estilo de su hermano, no lograron captar la esencia que sólo Haruki tenía.
Cuando se volvió más famosa, conoció a Sayuri, su manager. Ella anteriormente había sido escritora pero había decidido abandonar esa carrera ya que se consideraba una escritora fracasada y frustrada. Jamás logró publicar nada y nunca le dieron el reconocimiento que creía que se merecía. Mika le contó su historia y Sayuri decidió apoyarla sin saber sus verdaderas intenciones.
Pasaron los años y finalmente dieron con mi novela, o más bien, fuimos nosotros los que se la dimos a conocer cuando Mayra Páez le envió aquel correo solicitándole que usáramos sus canciones en nuestro anime. Cuando Mika leyó mi novela después de que Sayuri le hiciera una traducción rápida, Mika descubrió que era muy parecida a la novela que su hermano había escrito. Cómo y porqué, no tengo idea. Ambas novelas eran tan parecidas que se podría pensar en plagio, aunque sería más como Criptomnesia o plagio inconsciente supongo.
Pero fue por eso que se interesaron en nuestro proyecto, no tanto porque querían ayudarnos o porque realmente nuestro proyecto fuera bueno. Su intención original era comprarnos la novela para que Mika la publicara haciéndola pasar por suya. Me preguntaba entonces porqué una cantante japonesa mostraría tanto interés por la novela de un escritor novato mexicano y ahora lo entiendo. Les interesaba tanto la novela que hasta nos ofrecieron medio millón de dólares por ella. Como no hubo trato la primera vez, Sayuri decidió actuar por su cuenta y concertó con Mayra Páez la compra de mi novela. Sin embargo, Sayuri tenía otras intenciones. Tenía un plan algo complicado que no entendimos del todo, pero aparentemente planeaba quedarse con la novela de Mika. Pensaba decir que esa novela siempre fue suya y culpar a Mika por habérsela robado. Al parecer nunca pudo superar su frustración.
Cuando Mika terminó de contarnos todo eso, permanecimos en silencio. A primera vista creo que nadie le creería pero, noté que era sincera en sus palabras.
─Ya te lo había mencionado antes ─le dije después de pensar un poco mi respuesta─. ¿Realmente tu hermano se sentiría orgulloso de lo que hiciste? Puedes creer que mi novela se parece bastante a la que escribía tu hermano pero no es así. Cada escritor es único y cada historia suya es única. Y aunque quieras jamás podrás reemplazar su novela. Así como nadie podrá reemplazar la novela que yo perdí, ni yo mismo, nadie podrá reemplazar la de tu hermano.
─De verdad lo siento ─dijo al borde de las lágrimas─. Le fallé a Haruki.
Me levanté de la cama con algo de dificultad. Aunque las dos Mayras me asistieron caminé por mi cuenta, llegué con Mika y me agaché para consolarla.
─No creo que le hallas fallado ─le dije sonriendo─. Al final, todo lo que hiciste fue porque lo amabas ¿cierto? Mayra mencionó que escribiste una canción en su honor. Creo que para mí y para él, ese es un tributo más que suficiente. Te aseguro que él está orgulloso de que, al menos tú, lograste cumplir tu sueño.
Entonces se soltó a llorar como una niña pequeña mientras seguía pidiendo perdón a su hermano. Debo decir que fue tierno de algún modo a pesar de que era una adulta. Lo único que pude hacer fue abrazarla y consolarla.
Al final, Mika se ofreció a pagar todos los gastos médicos de mi accidente y también me dio una compensación monetaria por haber perdido mi novela. Mientras que todos los demás chicos de SPEED consumieron la mayoría de su capital obtenido luego del asunto de la minera canadiense yo logré recuperar esa misma cantidad al doble.
Me dieron de alta al día siguiente ya en la tarde. De modo que ya no había mucho que hacer por ese día, sobretodo porque, de hecho era el último día que pasaríamos en Japón. Al día siguiente volveríamos a México.
Pero creo que todos estábamos satisfechos por todo lo que vivimos acá. No fueron unas vacaciones ordinarias como pensamos y que, ya deporsí serían emocionantes. Fue mucho más que eso. Diría que fue un honor haber muerto en Japón por 117 segundos pero sonaría raro decirlo.
Comments for chapter "57"
QUE TE PARECIÓ?