Yatareni - Volumen 3 - 67
8 años después…
Las nubes grises comienzan a cubrir el cielo. La lluvia sobre la ciudad será inminente.
Por las calles concurridas de la misma, avanzan como un solo ejército hombres y mujeres. Personas de toda clase, edad, tipo, que se dirigen a un destino que muchas veces, ni ellos mismos conocen.
Solo hay una persona que parece ir contra la corriente. Una mujer madura acercándose a sus treinta años de edad. Vestida con un elegante traje de ejecutiva negro, un lindo peinado rematado con un broche rojo y una pequeña bolsa que combina perfectamente con su indumentaria. Aquella mujer se mueve esquivando a toda la gente, cual nave espacial esquivando meteoritos, o al menos, esa es la idea que cruza por su mente.
Pero aquella idea no le dura mucho porque en ese momento ella está hablando por teléfono.
─Si… acabo de llegar a la ciudad… es más grande de lo que recordaba. Me costó trabajo pero ya no me pierdo, jeje… si, acabo de ver al cliente… es un padre que se acaba de divorciar de su esposa y quiere la patria potestad de la hija… tiene tres años. Cree que será difícil pero yo pienso que sí pueden entregársela… bueno… cuando termine con esto me tomaré el tiempo de visitarte. Hace tiempo que no voy al pueblo… si, también tú cuídate, te quiero papá, nos vemos.
Justo en el momento en el que la mujer cuelga el teléfono la lluvia se suelta. Es una lluvia leve, sin embargo, las personas a su alrededor comienzan a moverse a toda prisa buscando algún refugio cercano o sacando algo para cubrirse, como si aquella lluvia los lastimara. Pero esa mujer se toma su tiempo para sacar su paraguas y abrirlo para protegerse de la lluvia. Es la única persona que no huye de la lluvia. Incluso sonríe bajo el paraguas mientras observa el cielo repleto de nubes negras.
Pero el gusto le dura poco. La lluvia aumenta su intensidad. Viendo que el paraguas ya no será suficiente, la mujer también busca un lugar dónde refugiarse, y termina buscando un techo en la entrada de un centro comercial.
Hay mucha gente reunida ahí pero ella más tarde se da cuenta de que no todos están para resguardarse de la lluvia. La mujer nota que muchas de aquellas personas formaban una fila que se perdía en el interior del centro comercial. Asimismo, también se percata de que llevan consigo un libro y todos tienen el mismo ejemplar. Y cuando ve aquel anuncio en una de las paredes del centro comercial, entiende de qué se trata.
Aquel anuncio informa de un evento que, según la fecha y la hora, se está llevando a cabo en ese momento. Se trata de la firma de autógrafos de un cierto escritor muy exitoso el cual está presentando su más reciente novela, la misma que cargan todos aquellos formados en la fila.
Llama su atención el hecho de que en la portada de la novela aparezca una chica vestida de negro con una capa roja.
A medida que la mujer lee el anuncio su corazón se acelera cada vez más y más. Después de todo ya pasaron ocho años sin saber nada de él.
─Es… estás aquí ─murmura la mujer al tiempo que unas incipientes lágrimas empiezan a rodar por su mejilla. Lágrimas que caen como las gotas de aquella lluvia que tanta alegría le produce y que ahora son producto de una alegría aún más grande.
Sin tiempo que perder, Mayra Palacios atraviesa la puerta del centro comercial y corre a reunirse con aquel escritor.
Ecatepec, México, 7 de agosto de 2018 – 12 de septiembre de 2019
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