Yo no soy un heroe - 06
Caballero bronce. —¿muerto? —dijo algo asustado viendo al rey Dragon—
Rey Dragon. —sí, o más bien diría…
—que tienes que morir y revivir
Caballero bronce. —¿literalmente morir? —pregunto curioso—
Rey Dragon. —pues si
Caballero bronce. —¿y cómo es que sabes eso? —pregunto curioso—
Rey Dragon. —es algo curioso la verdad —cruzando sus brazos y mirando al cielo—
—ocurrió ya hace mucho, pero mucho tiempo
—cuando no era de salir a ver tanto el mundo
—me encontraba en mi cueva, en las faldas de una montaña, que se encontraba dentro de un gran bosque, y entonces en un momento… vi algo extraño…
El Rey Dragon recostado miraba al espeso bosque, observaba algo a lo lejos, una mancha en el bosque, como si fuera un fantasma, uno moviéndose de un lado a otro, pero más que un fantasma, resultaba ser mana, el cual se estaba moviendo, hasta que en un momento, este se dirigió hacia donde estaba el Rey Dragon, saliendo de entre los grandes árboles y arbustos mostrándose como alguien perteneciente a la raza de los hombres bestia, un hipopótamo, aunque uno musculoso, parecía algo imponente al momento de mostrarse, sin embargo, al ver al Rey Dragon frente a él, pego un grito del susto antes de caerse, era más dócil e inofensivo de lo que se veía, al menos dio esa impresión.
Rey Dragon. — ¿te encuentras bien?
¿? (hipo). —si…
—estoy bien… —dijo en estado de shock—
Rey Dragon. —¿puedo preguntar algo?
¿? (hipo). —¿eh? —aun en shock tratando de levantarse—
Rey Dragon. —tu cuerpo desprende mucho mana, ¿sabes a que se debe?
¿? (hipo). —¿eh? —dijo sorprendido—
—¿Qué… que quieres decir? —volteando a verlo preocupado—
Rey Dragon. —puedo verlo
—como alrededor de tu cuerpo tu mana lo envuelve
—no estás ocultando tu mana
¿? (hipo). —eso… eso no puede ser —habló mientras se sentaba—
—no estoy liberando mana, mucho menos usándolo —dijo mirando su cuerpo algo asustado—
Rey Dragon. —lo que sea que pase
—parece que tu mana no lo puedes mantener controlado, ¿o sí?
¿? (hipo). —¡no!, yo… yo puedo controlarlo…
El hipopótamo estaba asustado, mirando su cuerpo podía ver como su mana estaba envolviendo su cuerpo, era extraño, por más que lo intentaba, su mana no desaparecía y se mantenía oculto dentro de su cuerpo, la sorpresa de ver como parecía “no poder controlarlo” lo estaba haciendo entrar en pánico, temía que ya no pudiera usar su mana, o algo peor. Tratando de no entrar en pánico seguía intentándolo, aunque por un instante el mana desaprecia, este volvía a liberarse envolviendo su cuerpo, la situación era complicada, y sin saber que hacer, alzo la mirada al Rey Dragon, tratando quizás de obtener alguna respuesta.
¿? (hipo). —¿Qué está pasando? —dijo asustado—
Rey Dragon. —¿recuerdas algo?
—¿algo que pasara antes de que esto ocurriera?
El hipopótamo se encontraba confundido, trataba de recordar algo en ese momento, no podía pensar bien por el miedo, hasta que entonces…
¿? (hipo). —creo… creo recordar algo…
Rey Dragón. —¿y eso es?
¿? (hipo). —yo… había muerto —dijo mientras miraba su cuerpo—
—al menos… es lo que creo recordar… —volteando a ver al Rey Dragon—
Rey Dragon. —¿muerto?
—no creo que haya alguien cerca con mana necromántico para traerte de regreso a la vida
¿? (hipo). —yo tampoco…
—pero creo que pasó así, yo… morí….
Rey Dragon. —pero estás aquí, es extraño
¿? (hipo). —lo sé, no sé cómo sigo vivo, pero lo estoy
—todo lo que recuerdo antes de encontrarte, fue que morí
—algo quizás me atacó cuando no me di cuenta… aunque estaba solo… —dijo sin dejar de ver al Rey Dragon—
Rey Dragon. —a menos que alguien te haya encontrado, dudo que puedas seguir vivo
¿? (hipo). —seria lo único… pero …
En eso, ambos comenzaron a hablar acerca de lo que pudo haber pasado, para ellos era algo extraño, junto al hecho de porque su mana no parecía “poder controlarlo”. Pasaron un par de horas mientras hablaban, aunque no encontraron la causa, empezaron a sacar sus propias conclusiones, al igual que teorías sobre el mana, luego de todo eso, el Rey Dragon fue con el hipopótamo dentro del bosque, al lugar donde pasó su “muerte”, investigaron un buen rato, y descubrieron que de verdad había pasado, el hipopótamo había muerto, el Rey Dragon usando su mana ayudó en esa pequeña investigación, pero no pudieron llegar a saber por qué el seguía vivo y eso se quedó como un misterio para ambos.
Ya con casi todo hecho, el Rey Dragon simplemente fue con él escoltándolo hasta su hogar con el resto de los hombres bestia, no estaba exactamente tan lejos del bosque por lo que no tardaron tanto como debían en llegar, la reacción de todos fue la esperada al verlo, miedo, incluso hostilidad, pero más rápido de lo que se creía se calmaron las cosas gracias al hipopótamo. Una vez todo se calmó, luego de la hospitalidad y todo hacia el Rey Dragon, ambos continuaron investigando el por qué no podía ocultar su mana el hipopótamo. Pasaron algunos días de investigación, al igual que un viaje hacia el país de los elfos en las Raíces de Yhngra, ahí es donde la investigación avanzó más, pero faltó más, al igual que pruebas, pruebas que tanto el hipopótamo como el Rey Dragon se negaron a realizar, pero según aquel elfo, era algo necesario.
¿? (elfo). —ya se los eh dicho
—¡¡si queremos saber si es verdad lo que les digo, debemos recrear lo que le pasó!! —gritó golpeando la mesa frente a los 2—
¿? (hipo). —y yo te dije que no arriesgaremos la vida de otros para esto
—soy bueno, pero tengo limites —dijo en un tono algo amenazador empezando a molestarse con él—
Rey Dragon. —no me provoques, no eres el único al que podemos visitar para saber que pasa aquí
—no eres especial, elfo —dijo acercándose al elfo—
El elfo estaba enojado, pero viendo la “actitud” del Rey Dragon, no tuvo más que resignarse, eso no le quitó el enojo, o el hecho de querer hacer las pruebas, pero hablando mínimo pidió hacerlo una vez, aunque se negaron de nuevo, pudieron llegar a un acuerdo entre todos, por lo que el viaje se extendió, y fueron junto al elfo a uno de los países enanos más grandes, y luego de eso, a uno de los muchos reinos humanos en busca de un doctor experimentado, el viaje fue algo largo, pero lograron encontrar todo lo que necesitaban, así que se quedaron en el reino humano junto al doctor en donde este trabajaba, entonces solo faltaba una cosa y era un sujeto de pruebas.
¿? (humano). —me niego —dijo de manera seca y directa—
¿? (enano). —eso fue muy rápido —dijo algo sorprendido pero tranquilo—
¿? (elfo). —viajamos mucho solo para que digas que te niegas —habló molesto mirando al humano—
Rey Dragon. —esa es mi línea
¿? (humano). —¿están locos?
—me están pidiendo que los ayude a matar a alguien
¿? (hipo). —pero te buscamos para que nos ayudes a revivirlo —dijo con una cara medio inocente—
¿? (humano). —eso no quita el hecho de que lo que quieren hacer es matar a alguien —dijo mirándolos molesto—
¿? (enano). —bueno si no me necesitan
—¡me voy! —trató de aprovechar la situación para irse—
¿? (elfo). —¡tú no te vas! —casi gritó molesto deteniendo al enano con magia de viento—
—¡y tú! —gritó volteando a ver al humano—
Rey Dragon. —cállense —dijo liberando una gran presión sobre ellos con su mana—
Cada uno de ellos, en ese momento se calmaron por la fuerza, aunque el doctor se seguía negando, pero de algún modo debía convencérsele, por lo que mientras aún no se hacía nada, continuaron hablando, tratando de llegar a un acuerdo, algo difícil, era más terco de lo que parecía. Pasaron algunas horas, antes de finalmente convencerlo, o casi.
¿? (humano). —bien… —dijo resignado y molesto—
—ya eh escuchado suficiente…
¿? (elfo). —¿entonces ayudarás? —habló algo curioso—
¿? (humano). —tengo mis condiciones —dijo volteando a verlo seriamente—
Rey Dragon. —¿Cuáles son? —mencionó como podía debido a que estaba comiendo—
¿? (humano). —para empezar
—¿Cuál es su teoría acerca de esto?
—debieron haber llegado a al menos una teoría acerca de lo que le paso, ¿o no? —mirando a los 3 uno por uno—
¿? (hipo). —a eso… —dijo volteando la mirada, pensativo—
—¿a que habíamos llegado? —volteando la mirada al elfo—
¿? (enano). —verdad, a mí no me dijeron nada, casi como que me secuestraron —mencionó algo molesto mientras comía—
¿? (elfo). —pues él todavía está vivo, ¿no es así? —habló tranquilo—
—eso solo significa algo simple
¿? (humano). — ¿y eso sería? —mirada cuestionadora al elfo—
¿? (elfo). —su “alma” todavía no lo ha abandonado —dijo mirándolo muy seriamente—
¿? (humano). —¿tu? —mirada cuestionadora—
—¿un elfo creyendo en cosas de otras razas como el alma?
—eso es extraño
¿? (elfo). —solo por ser un elfo no significa que no crea en ese tipo de cosas
—soy creyente de que uno al morir regresa a la naturaleza, y el mana también regresa al mundo
—es un ciclo natural irrompible, o claro, eso debería ser así —dijo algo desconcertado—
¿? (humano). —es lo normal en el mundo, nada es completamente absoluto
¿? (elfo). —eso lo tengo muy en cuenta
—aunque no soy exactamente un creyente del cielo o infierno, si estoy consciente de algo, y eso lo tengo más en mente luego de esto…
Rey Dragon. —¿hm?
—¿a qué te refieres?
¿? (elfo). —pues, el mana no es que se vaya a algún lado cuando no lo usamos, después de todo nuestro cuerpo es un recipiente para el mana
—pero…
¿? (humano). —¿Qué pasaría si a pesar de ser un recipiente, este no tuviera la capacidad de retener el mana cuando no lo usamos, es así?
—a eso es te refieres, ¿verdad?
¿? (elfo). —exacto, ¿qué pasaría si este recipiente no pudiera retenerlo?
—y ahí es cuando entra el tema del alma, después de todo, si no puede retenerlo, este simplemente se filtraría y se iría del cuerpo, por lo tanto…
¿? (enano). —debe existir algo más allá de lo que podamos incluso entender, capaz de “sellar el recipiente”, y de este modo mantener el mana dentro de uno —habló de manera seria—
—ahí es donde entra el alma, como un “sello” para el recipiente, que sería nuestro cuerpo —dijo solo para después seguir comiendo—
¿? (humano). —eso tiene sentido —habló mientras se levantaba para acercarse al hipo—
—y siguiendo con eso, el único modo de que el alma no pudiera mantener el recipiente sellado…
Rey Dragon. —seria si estuviera dañado
¿? (hipo). —y eso solo ocurriría en mi caso, ósea, si uno muere y revive
—no como un no-muerto claro está
—si no… así, revivir simplemente
¿? (humano). —pero aun si fuera de ese modo, ¿Por qué se dañaría el alma? —mencionó estando frente al hipo—
¿? (elfo). —bueno, en ese caso entraría el tema de la religión y ese tipo de cosas
—sin embargo, si todas esas creencias coinciden en algo, seria en el tema de que el alma abandona el cuerpo al morir
—en mi caso no es distinto, simplemente que el alma no es algo que se mencione
¿? (hipo). —por cierto… ¿Qué haces tan cerca de mí? —preguntó mirando al doctor estando algo confundido, incómodo y medio asustado—
¿? (humano). —solo voy a hacerte un pequeño chequeo, quiero ver si quizás logro averiguar, quizás la razón de que hayas muerto
—ahora, quítate la ropa —dijo sin inmutarse—
¿? (hipo). —¡¿qué planeas hacerme?! —gritó asustado tratando de retroceder—
Rey Dragon. —que gay
¿? (humano). —¡soy doctor carajo! —dijo algo molesto—
En ese momento el enano y el elfo trataron de mantener la compostura al menos por unos segundos, sin embargo, el enano termino reventando de la risa ante la situación tan estúpida, por lo cual, casi se muere ya que aún no terminó de comer, a lo cual el elfo terminó no pudiendo aguantar igual por ver lo que le ocurrió al enano. Al mismo tiempo, o casi al mismo tiempo, el hipopótamo se estaba quitando la ropa, y el doctor evitó que se quitara los pantalones, en eso, el Rey Dragon solo observaba, tenía una mirada tan fría, inexpresiva, pero aun con eso no evitó que la situación siguiera fluyendo, se mantenía observando, esperando a lo que haría el doctor, el hipopótamo parecía algo preocupado por lo que le harían, poco se esperaba por lo que vería, igual el Rey Dragon, en eso acercándose, el doctor empezó a reunir su mana en su mano derecha, algo se estaba formando, su mana se reunió hasta formar un trapo de color verde algo grueso en su mano, con lo cual empezó a frotarlo y pasarlo por los brazos, cuello, espalda pecho y estomago del hipopótamo, este al igual que los otros estaban confundidos con respecto a lo que podía hacer el tipo de mana del doctor.
¿? (hipo). —¿mmm? ¿y eso? —preguntó viendo el trapo pasar por su cuerpo—
Rey Dragon. —yo también quiero saber qué es eso
¿? (elfo). —que mana más raro —dijo acercándose para ver mejor—
Rey Dragon. —es la primera vez que veo un mana así, y eso que he vivido mucho
¿? (humano). —uno pensaría que al vivir tanto sabrían de mi mana —dijo algo curioso—
¿? (enano). —vivimos mucho, eso sí, pero tu mana es extraño
—al menos para nosotros —mirando el trapo de mana del doctor—
¿? (humano. —es el mana con el que nací, no es nada extraño, al menos para mí claro está —dijo separándose del hipopótamo—
—bueno terminé el primer chequeo —mencionó algo casi desilusionado—
—ahora vamos con el segundo
Rey Dragon. —¿y qué es lo que hace? —inclinando un poco la cabeza a la izquierda—
¿? (hipo). —¿qué debo hacer ahora?
¿? (humano). —por el momento, solo quédate sentado y para ponerlo simple —dijo mientras creaba un estetoscopio con su mana—
—lo que hice fue algo como… “escanearlo”, al pasarle el trapo por su cuerpo, estaba escaneándolo y gracias a mi mana, la información me llega directo al cerebro
—con esto puedo saber si tiene hasta la más mínima herida imperceptible en su cuerpo, con lo cual puedo saber si algo le paso, pero…
¿? (enano). —¿no encontraste nada?
¿? (humano). —no, no encontré nada, así que iré con lo segundo —volviendo a acercarse al hipopótamo de frente esta vez—
Los otros estaban expectantes al tipo de mana que tenía el doctor, y solo dejaban que el siguiera con lo suyo, parecían verse tranquilos, pero con su mirada analizaban también su tipo de mana, a lo que entonces el doctor se acercó y usando el estetoscopio empezó a escuchar el corazón del hipopótamo, en lo que notó algo un poco extraño en él, cosa que notaron los otros por la expresión que hizo, aunque leve, algo notoria.
¿? (elfo). —¿le pasó algo? —acercándose un poco a ver—
¿? (humano). —pues… su corazón está un poco en la mierda, es todo lo que puedo decir —separándose un poco del hipopótamo—
¿? (hipo). —¡hey! —le dijo algo molesto—
¿? (humano). —¡cállese! —dijo dándole un golpe en la cabeza—
—tu corazón, o parece que sufres alguna enfermedad del corazón, o de lo contrario… diría que te dio un infarto
¿? (enano). — jajajaja, parece que debes hacer dieta jajaja
Rey Dragon. —¿es eso lo que le paso?
¿? (hipo). —¿de verdad morí por eso?
—me siento decepcionado
¿? (humano). —si hubiera sido algo más, no te tendríamos aquí
¿? (elfo). —aun así, es sorprendente que siga vivo
¿? (humano). —no es nada extraño, que le dé un infarto sí, pero el sobrevivir a uno, no, si se tiene el equipo adecuado mínimo hay alguna posibilidad de que sobreviva, y claro… atendiéndolo a tiempo
—pero en este caso, lo extraño es que haya logrado salir vivo de eso, ya debería estar muerto, después de todo, no había nadie cerca de él
Rey Dragon. —al menos como que ya resolvimos un misterio, otro seria tu mana, pero… no creo que importe
—y con respecto al trato que íbamos a hacer, ¿cuál es tu otra condición?
¿? (humano). —es cierto que ya me dijeron su teoría, y la verdad fue aceptable para mí, pero…
Rey Dragon. —¿pero?
¿? (humano). —suspiró— —mi condición es simple —parecía algo molesto, pero se resignó—
—solo deberán hacer su experimento en mí, no voy a aceptar que lo hagan en alguien mas
¿? (elfo). —¿y que pasara si mueres de verdad?
¿? (humano). —mientras sigan lo que digo antes, espero no morir de verdad, ya si pasa…
—mmm… tengo ciertas cosas que decirles a mis padres, así que espero las cumplan
Rey Dragon. —a mí me parece bien
¿? (humano). —si muero de alguna forma estúpida, los perseguiré por el resto de sus repugnantes vidas como un fantasma hasta que mueran y me los llevare al infierno —dijo amenazándolos—
¿? (elfo). —si mueres de verdad te reviviré con necromancia, solo deja que aprenda a usarla —dijo muy tranquilamente sonriendo mientras preparaba algo de electricidad reuniendo mana en su mano izquierda—
Luego de eso, comenzó el experimento para probar mejor su teoría del alma dañada, algo que duró un par de días, días en los que casi parecía que el experimento iba a fallar y perderían al doctor, al menos solo una vez.
Narrador de turno. —regresando al presente
Rey Dragon. —luego de esos días experimentando con el doctor, pues…
—parece que no llegamos a nada experimentando con el
Caballero bronce. —¿entonces el experimento de matar y revivir al doctor fracaso? —preguntó mientras caminaba y lo volteaba a ver curioso—
Rey Dragon. —no exactamente
—es verdad que lo matamos, aunque no de formas que le hicieran daños irreparables, si no de otras formas —sonriendo algo levemente—
Caballero bronce. —¿entonces que paso?
Rey Dragon. —llegamos a una nueva teoría
Caballero bronce. —¿Cuál fue?
Rey Dragon. —su alma era poderosa —mencionó algo serio—
Caballero de bronce. —¿Qué? —menciono sorprendido y terminó cayéndose por no ver el camino—
Rey Dragon. —aunque lo matamos, y una vez casi no lo logramos revivir a tiempo, su alma nunca se llegó a dañar como le pasó al hipopótamo —dijo sentándose en un viejo tronco cortado—
Caballero bronce. —¿que eso no es algo bueno?
—y por cierto…, ¿porque no me ayudaste? —levantándose algo molesto—
Rey Dragon. —¿debía hacerlo? —habló tranquilo y algo indiferente—
—como sea
—era algo tan bueno como malo, si su alma no se dañaba, la teoría estaba mal, pero era una suerte, significaba que en el peor de los casos… si su alma se dañaba, el perdería por siempre su mana
Caballero bronce. —eso no lo mencionaste
Rey Dragon. —quizás se me pasó, aunque creo que, si se mencionó, pero no de esa forma como lo dije, aun así, era solo una teoría en ese momento, nunca lo comprobamos al final, pero es una suerte para él
—si su alma se dañaba le pasaría lo mismo que al hipopótamo, pero en un punto pensamos en el peor de los casos de que el alma se dañe, y llegamos a esa teoría
Caballero bronce. —pero nunca lo comprobaron, y ¿Cómo así que su alma era poderosa?
Rey Dragon. —pues… su alma nunca se dañó, fuimos pacientes y le hicimos preguntas, sin embargo… su respuesta no cambió
—y en vista de eso, empezamos a teorizar, llegando a eso, su alma era poderosa
—razón por la cual no se dañaba, era demasiado fuerte para ser dañada por algo así como morir y revivir
Caballero bronce. —pues fue interesante, aunque… queda saber el porqué, no es posible que alguien nazca con una cualidad así, ¿no lo crees?
Rey Dragon. —nosotros también lo pensamos en ese momento, pero no nos dejó experimentar más, por lo que, por ese momento, se quedó inconcluso
—pero no nos quedamos de brazos cruzados tan fácilmente, por lo que le preguntamos muchas cosas de su vida, quizás algo nos diría el porqué de que su alma sea tan fuerte para no dañarse
Caballero bronce. —¿y que te dijo? —preguntó algo curioso, aunque se veía extrañado—
—mmmmm… quizás tener un alma poderosa, sea la razón de tener un mana tan extraño y diferente —se habló un poco así mismo volteando la mirada al cielo—
Rey Dragon. —quizás… —alzó la mirada al cielo—
—en el momento que íbamos a empezar el experimento, lo que nos pidió que le dijéramos a sus padres… era “que los odiaba y nunca los perdonaría”
Caballero bronce. —debió de tener una vida algo mala…
Rey Dragon. —si…
—debido al tipo de mana con el que nació, nunca tuvo la libertad que quería
—sus padres lo obligaron y forzaron a tener esa vida, en algún momento incluso llegó a intentar suicidarse…, los odió por toda su vida debido a eso, e incluso cuando quiso tener la vida que quería… debido a su mana, le era inútil…
—sus padres al final ganaron, por eso con rabia tuvo que aceptar la vida que le tocó y terminó así, aunque le iba bien… nunca dejó de odiarlos, y al estar tan limitado a eso por el resto de su vida…
El caballero de bronce entonces agachó la cabeza lentamente al escucharlo, se sintió… por un momento identificado, como si esa vida ya la hubiera vivido el también en su momento, su expresión era algo triste.
Rey Dragon. —supongo que por algo nos pidió experimentar en él…
—quería que lo matáramos… aun cuando nos dijo como podíamos revivirlo, tenía la esperanza de que ese experimento fallara…
Caballero bronce. —debió de estar harto de esa vida… —habló algo triste—
Rey Dragon. —quizás… esa sea la razón de que su alma sea tan fuerte…
—aunque los aventureros también pasen dificultades, supongo que para que el alma de alguien sea fuerte, se pasan por dificultades distintas y especiales en su vida
Caballero bronce. —me pregunto… que clase de vida abre tenido antes…
Rey Dragon. —no te tienes que preocupar por eso, lo que te haya pasado antes de ser quién eres ahora…
—ya no es importante, después de todo, es más importante lo que harás ahora y lo que pasará en el futuro, mientras tu pasado no intervenga, no importa, y menos si es algo que ya pasó
Caballero bronce. —si… quizás tengas razón, pero me pregunto aun así que habrá pasado —habló algo tranquilo ahora—
Rey Dragon. —se sabrá algún día, por ahora, creo que ya recordé mucho el pasado —dijo levantándose—
—así que vamos, empecemos con tu entrenamiento
Caballero bronce. —ya casi me olvidaba del entrenamiento —dijo algo motivado para levantarse y estirarse—
—por cierto… ¿en qué consistirá el entrenamiento? —preguntó curioso—
Rey Dragon. —pues primero, probaremos los límites de lo que puedes hacer, después te enseñaré como mejorar en tu mana
Caballero bronce. —eso suena bien para mi
Rey Dragon. —y luego te enfrentarás a mi para probar cuanto has mejorado
Caballero bronce. —¡¿espera que?!
Y así, unos muy largos meses pasaron, meses llenos de destrucción por muchos lados debido al entrenamiento de ambos, una montaña o 2 habían desaparecido, y nuevas montañas tomaron su lugar, al igual que gran parte del bosque, la cantidad de destrucción que causaron era demasiada, como si 2 monstruos de inconmensurable poder se hubieran enfrentado entre sí por territorio, o por alguna riña personal entre ambos, a pesar de lo lejos que estaban, por poco más y todo lo que hicieron pudo haber llegado al reino de donde salieron, aunque eso no pasó, si se hizo notar en el mismo, la destrucción se podía ver con facilidad. Gigantes cristales, lanzas hechas de minerales, al igual que hielo que no se podía derretir, la zona de su entrenamiento abarcaba kilómetros y kilómetros, si ellos hubieran entrenado dentro de algún país, lo más probable era que este desapareciera. Los meses eran largos, duros, y el Caballero de bronce casi muere en más de una ocasión, aunque el entrenamiento dio sus frutos, éste, se había vuelto mucho más poderoso, lo suficiente como para enfrentarse de igual a igual contra el propio Rey Dragon.
Luego de 10 meses, el entrenamiento aún continuaba, pero por ahora parecía ser más tranquilo de lo que fue en un inicio, el Caballero de bronce ahora tenía un control gigantesco sobre su propio mana, a tal punto que impresionaba al propio Rey Dragon. El mana mineral que tenía le permitía no solo controlar minerales, si no hacerlos aparecer de la nada creándolos con su propio mana, aunque llegó a un punto en el que este intentó por su cuenta crear minerales que no existían en ese mundo, ambos pensaron que sería imposible, aunque no lo logró en un inicio, descubrió que era posible, pero no podía crear algo de lo cual el mismo desconocía. En cuanto a su mana de forja, le permitía crear todo tipo de armas, tan poderosas que en un momento el Rey Dragon pensó que esas armas podrían llegar a matar a un Dios, del mismo modo las armaduras y hasta los objetos que parecían insignificantes que este creaba, eran poderosos, si sus armas podrían matar a un Dios, esa armadura seria indestructible ante un Dios. Y en cuanto a su mana de runas, aunque era parecido a la del Rey Dragon, la diferencia más clara era que este podía usar TODOS los tipos de runas que existían en el mundo, desde Runas Enanas, Runas Élficas, hasta las propias Runas Draconicas del Rey Dragon. Con eso, el Rey Dragon pensó en como extender y volver más intenso su entrenamiento, a lo que ahora el Caballero de bronce tendría que tratar de combinar sus manas e ir más allá de sus límites y capacidades, y junto a eso, enfrentarlo como si su vida dependería de ello, al mismo tiempo, que ahora el Rey Dragon le permitiría entrenar la “manaficación de mana”.
Unos meses más tarde, ahora han pasado 15 meses, y tanto el Rey Dragon como el Caballero de bronce, se estaban enfrentando a muerte para no limitarse en cuanto a sus capacidades y poder volverse más poderosos.
Caballero bronce. —bien, voy a intentar esto de nuevo —habló seriamente mientras daba un gran respiro concentrándose—
Rey Dragon. —estaba esperando eso, entonces yo también lo voy a intentar de nuevo —dijo seriamente, pareciendo algo molesto, pero estaba sonriendo un poco—
Ambos. —¡manaficación de mana!
—¡modo armadura!
En eso ambos liberando una gigantesca cantidad de mana, la empezaron a concentrar a tal punto que esta literalmente se había vuelto en algo sólido, y del mismo modo, este mana solido se reunió en su cuerpo convirtiéndose en una armadura natural de mana que los cubría de cuerpo completo y entonces, ambos se colocaron en posición de batalla, el caballero de bronce sostenía firmemente en sus manos una lanza espada que emitía un aura rojiza oscura con rayos de color morado y negro, mientras que el Rey Dragon no sostenía armas, pero su cuerpo estaba envuelto por un aura carmesí con tonos negros, y en sus brazos y piernas tenía armadura un poco más gruesa y grande.
Caballero bronce. —si no te mueres, significa que eres más fuerte que yo, Rey Dragon —dijo sonriendo de una forma casi excitado, pero bastante emocionado—
Rey Dragon. —si no te mato esta vez, solo significa que soy débil —dijo dando una gran pisada que hizo temblar un poco el suelo—
El tiempo parecía haberse detenido, o era más lento de lo que pensaban, ambos sentían como todo a su alrededor se movía lentamente, como si el propio tiempo fuera a detenerse en algún momento, y en ese momento, ambos desaparecieron, y cuando volvieron a aparecer, se habían atacado. El Caballero de bronce dio un corte con tanto poder que detrás del Rey Dragon se podía ver como el suelo se había abierto por el corte, y del mismo modo, la hoja de la lanza espada estaba ahora destruida, al mismo tiempo, el Rey Dragon con su puño, le dio un golpe tan poderoso que destruyó la hoja de la lanza espada, pero del mismo modo, el guantelete de su brazo derecho se había destruido por el golpe que dio, y detrás del Caballero de bronce, las montañas, árboles, e incluso el propio suelo, había desaparecido por el puño del Rey Dragon. En ese momento, la mirada que ambos tenían, y la intención en sus ataques, era la de matar, al contrario.
Mientras tanto, al mismo tiempo que aquel combate demencial estaba ocurriendo, el Rey del reino que habían dejado hace ya 15 meses, se colocó su armadura y montó un animal de 6 patas mitad rinoceronte y lagarto, junto con un gran ejército de miles de sus caballeros de los más altos rangos, formaron y empezaron a caminar en dirección a donde se estaba llevando a cabo el combate entre el Caballero de bronce y el Rey Dragon. El Rey temblaba un poco, al igual sus caballeros y el suelo por donde caminaban, la batalla que tenían ambos seres tan poderosos estaba haciendo temblar el suelo, casi todo el continente parecía que iba a temblar y en algún momento destruirte por la ferocidad de su combate. Aquel lugar al que iban, la presión que sentían desde tan lejos, era aterradora, estaban asustados, sentían que solo iban a su muerte, pero estaban dispuestos a ir, al igual que su rey, incluso dispuesto a morir, si era posible resolver el problema y evitar que la destrucción se extendiera hacia su reino sin que nadie muera, estaba dispuesto a intentarlo, y mientras más se acercaban, la presión que empezaban a sentir se hacía más fuerte a tal punto que poco a poco ya casi no podían caminar, y a más cerca estaban, la cantidad de destrucción que presenciaban en el lugar era inmensa, pero pese a todo, continuaron.
El Caballero de bronce y el Rey Dragon, pasaron de estar combatiendo en el suelo, a estar combatiendo en caída libre desde miles de miles de metros, el Caballero de bronce había salido volando por una patada directa a su mandíbula por el Rey dragón. En el cielo ambos seguían combatiendo ferozmente, cada vez que el Caballero de bronces creaba un arma, esta era destruida por los poderosos golpes del Rey Dragon, a lo que el Caballero de Bronce algo molesto, se creó guanteletes para golpear directo a la cara del Rey Dragon, sus golpes eran tan fuertes que las nubes en el cielo desaparecían por el simple impacto, el rey y el ejercito cada vez más cerca, ahora empezaban escuchar el impacto de los golpes a pesar de estar a varios kilómetros aun, a lo que estos miraron el cielo con miedo, podían ver las nubes desaparecer, y al mismo tiempo a ver la magia de ambos, ataques poderosos que incluso cambiaban el cielo, en lo que entonces todos vieron grandes sellos con runas en el cielo, a lo que el cielo se oscureció y de pronto gigantes rayos empezaron a caer persiguiendo algo en el cielo, estos mismos rayos caían hasta el suelo destruyendo todo a su paso, todo el ejército se detuvo temblando, pensando la clase de monstruos que podrían estar enfrentándose, hasta que de pronto junto a los rayos aparecían grandes tornados en forma de lanzas, los ataques empezaron a chocar causando grandes explosiones de mana en el cielo, hasta que de pronto, un gran sello con runas draconicas apareció, era gigantesco, y en ese momento el espacio se distorsiono creando una explosión inmensa a tal punto que todo el cielo se despejo de una sola vez, y del mismo modo todo el suelo que estaba en rango de esa explosión se despejo de una sola vez también. El rey entonces tragó saliva al ver tal espectáculo de poderes tan grandes que solo Jefes de Mundo o seres de poder igual o superior podrían causarlo, la bestia que este montaba temblaba con ganas de correr sin importar que, cuando de pronto pudo notar como algo salía de aquella explosión cayendo hacia su dirección, esto los alertó y empezaron a correr para alejarse lo más que pudieran de su trayectoria, hasta que el Caballero de bronce termino estrellándose contra el suelo, pero por suerte ninguno salió herido o murió por eso.
Caballero bronce. —escupiendo algo de sangre— e… estoy bien… aun… aun no muero…
—jejeje… eso… dolioooo —chillido de globo desinflándose—
Ya con la situación algo calmada, el rey, su bestia y los soldados se reagruparon para observar al ser que cayó del cielo por esa explosión, pero tan pronto como todos se reunieron, el Rey Dragon también apareció en el cielo y empezó a presionar con su mana a todos los que estaban ahí presentes, a tal punto que casi todos se terminaron arrodillando por tal presión. El Rey Dragon entonces comenzó a bajar lentamente, estaba totalmente lastimado, hasta el punto que se podía ver como su brazo izquierdo solo colgaba de su cuerpo, más que estar roto parecía que su hueso estaba totalmente destruido y nada más que el musculo lo sostenía, pero a pesar de tal cantidad de daño en su cuerpo, se mantenía firme y descendía lentamente, hasta que al llegar al suelo apenas podía mantenerse en pie, pero tenía suficiente energía y poder para casi llegar a matar a todo el ejército y al propio rey que estaban frente a él, solo con la presión de su propio poder.
Rey. —¡¡ca-ca-calme!! —dijo totalmente asustado—
—no… ¡¡nosotros no vinimos a hacer nada malo!!
El Rey Dragon se le quedó viendo un momento, pero viendo lo asustado que estaba y como sus intenciones no eran malas en ese momento, solo comenzó a caminar lentamente hasta el caballero de bronce debido al daño en su cuerpo.
Rey Dragon. —¡oe!
—¡despierta!
El Caballero de bronce que estaba tirado en el suelo reaccionó, aunque no podía siquiera levantarse, estaba tan lastimado que apenas y podía mover su cabeza para verlo.
Caballero bronce. —hola… ¿sigues vivo? —mirando al Rey Dragon—
Rey Dragon. —sí, aún estoy vivo… —algo exaltado y con un poco de dificultad para respirar—
—pero casi muero…
Caballero bronce. —eso es bueno jajajaja… ¡AH! —grito con mucho dolor—
El ejército y el Rey se quedaron observando la situación, aunque no podían ver con quien estaba hablando el Rey Dragon, no se atrevían a moverse aún.
Rey. —¡disculpen! —dijo algo nervioso—
Rey Dragon. —¿mmh? —volteando su mirada al Rey—
—¿y tú eres?
William Ark-kalo. —mi nombre es William Ark-kalo
—soy el rey de Baoleda
Rey Dragon. —¿mmmh? —algo sorprendido—
—¿Baoleda Ark-kalo?
William Ark-kalo. —¿lo conoces? —habló curioso, pero aún se notaba como estaba algo nervioso—
—no… murió hace miles de años, luego de que el reino fuera fundado
—¿Quién… eres tú? —preguntó asustado—
Rey Dragon. —yo soy el Rey Dragon —liberando una pequeña presión con su mana—
Ante esas palabras William se asustó, al igual que su bestia la cual en un fuerte movimiento agachó la cabeza y moviéndose bruscamente terminó tirando al rey de encima suyo y los soldados por puro instinto retrocedieron y se arrodillaron ante él, al mismo tiempo el Caballero de bronce mientras ellos hablaban, este usaba su mana de runas para curarse lo más que podía, ya que sentía que en cualquier momento se desmayaría, al curarse lo suficiente ya que no podía usar correctamente su mana debido al dolor que sentía y su estado actual, pudo levantarse. El rey trató de levantarse tan rápido como pudo, estaba asustado por saber con quién estaba hablando, por lo que manteniéndose firme a pesar del miedo se acercó un poco más para hablarle, para sí mismo era un gran honor también el poder hablar con el Rey Dragon.
Caballero bronce. —creo que ya estoy bien —dijo sonriendo levantándose como pudo—
—¡oh!, hola Will —mirando a William—
William Ark-kalo. —¿mmmh? ¿Caballero de bronce? —estaba algo sorprendido de verlo ahí—
—¿Qué haces aquí?
Caballero bronce. —entrenaba, casi muero —tratando de estirarse como podía para moverse mejor—
—¡AH! —quedando estático de pie—
William Ark-kalo. —¿entrenar? ¿con el Rey Dragon?
Rey Dragon. —si
—¿hay algún problema? —habló amenazadoramente liberando su mana de nuevo para presionarlo—
William Ark-kalo. —no… no hay… —estaba tan asustado que no pudo terminar lo que iba a decir—
Ante la situación, ya los caballeros que trajo William se pudieron relajar, a pesar de no haber entrado en combate, la presión que sintieron desde una distancia tan grande y luego cuando el Rey Dragon apareció frente a ellos, ya fue suficiente para agotarlos totalmente, tanto física como mentalmente, en cuanto a la bestia de William, estaba sentado observando, estaba asustado y por puro instinto como un animal al estar frente a alguien superior, no se movía, hasta los caballeros trataron de ayudarlo para que se relaje.
Luego de un par de horas, con ellos hablando acerca de lo que había pasado durante esos meses, William estaba demasiado sorprendido, hasta aterrado de escuchar el entrenamiento que tuvo el caballero de bronce con el Rey Dragon, no se podía creer lo que había pasado, pero lo que más le sorprendió es como ahora estaba al nivel del propio Rey Dragon, por lo que al escuchar eso, invitó ahora al Rey Dragon y al Caballero de bronce formalmente de regreso al reino, ambos aceptaron, no había razón para rechazarlo, ya habían pasado casi un año fuera y entrenaron demasiado, se sentían satisfechos con todo lo que lograron en esos meses, al menos el Caballero de bronce se sentía así, aunque también sentía que podía lograr más, y el Rey Dragon realmente no sentía o tenía una razón para rechazarlo, por lo que simplemente los siguió, sin embargo, extrañamente, sintió que quería ir también.
El Rey Dragon, estaba cambiando de nuevo y cada vez más, cada vez, el parecía ser más expresivo, y eso fue algo que el Caballero de bronce notó más durante todos esos meses y más cuando combatían, algo a lo que el simplemente, sonrió. Entonces el Rey Dragon, al verlo también sonrió levemente y con su brazo bueno, le dio una palmadita en la cabeza a Caballero de bronce.
Rey Dragon. —hey
Caballero bronce. —¿sí?
Rey Dragon. —¿no se te olvido curarme también? —mostrándole su brazo colgando—
Caballero bronce. —¡AH! —mirando su brazo—
Un año ya ha pasado desde que el Caballero de bronce y el Rey Dragon regresaron al reino de Baoleda.
En el reino de Baoleda, luego de que ambos llegaran, William los recibió como grandes invitados de honor, aunque al Rey Dragon no le importaba como lo trataran, mientras no lo trataran mal, aceptó lo que le ofrecieron, junto con eso al caballero de bronce, le ofrecieron subir de rango, a tal punto que a ambos les ofrecieron lo mismo, el crear un nuevo rango y que ambos fueran oficialmente caballeros de ese rango, los guardianes más poderosos del reino, con una autoridad a la par del propio rey, aunque a ninguno le importaba la autoridad, estuvieron de acuerdo con lo del nuevo rango. Para William lo difícil fue primero pensar en una armadura digna de ellos, pero de eso mismo se encargó el Rey Dragon, recreando su armadura una vez más en su cuerpo, y del mismo modo, creándola para el propio caballero de bronce, quien oficialmente gracias al Rey William, a partir de ese momento junto con el Rey Dragon, serian conocidos como “Los Caballeros Draconicos”
El tiempo continúo avanzando, ahora el Caballero Draconico tenía una vida muy diferente a la que tenía antes, sin embargo, parecía imperturbable, como si nada hubiera cambiado en su vida, salvo el haber conocido al Rey Dragon, con quien al final hizo una amistad tan grande, que incluso lo consideraba familia, después de todo, gracias a él, ahora estaba ahí, y quizás en su vida podría pagarle por lo que hizo por él, estaba feliz, y dispuesto a dar su vida por el Rey Dragon, quería pagarle por todo aunque fuera dando su vida, pero pensaba, que quizás en su vida, seguiría debiéndole más al Rey Dragon, más aun así, no le importaba, siempre y cuando él lo necesitara, estaría ahí, después de todo… para el ahora Caballero Draconico, el Rey Dragon, era su familia.
Gracias a todo lo que pasó en ese tiempo, muchas cosas cambiaron, junto a ello, ahora el entrenamiento de los caballeros era más duro y varios que ahora eran despreciados, eran más poderosos y de rangos más altos de lo que pensaban, aquel reino ahora empezaría a tener una nueva era de prosperidad y fuerza. Junto a ello, la vida del Caballero Draconico cambió en algo más, que ahora podía estar más cerca de alguien que quería mucho, siendo esta la princesa, aunque, a ella no le importaba el rango que él tuviera, estaba feliz de pasar tiempo a su lado, lo quería también. El Rey Dragon vivía tranquilo, estaba observando el reino de Baoleda desde una de las habitaciones más altas, apreciaba la vista que tenía, aquello que estaba buscando, quizás finalmente lo había encontrado, el poder ahora sentir y expresar sus emociones, vivir… sentir… que estaba vivo, y entonces mientras apreciaba la vista, vio desde lo más alto al Caballero Draconico, vio como pasaba tiempo junto a la princesa, los veía felices juntos, y este deseaba su felicidad, deseaba poder ver la familia que tendrían, deseaba… ¿Qué era lo que deseaba?, se sentía extraño, ahora… sentía que algo le faltaba, o quizás, aun no encontró lo que buscaba, sin embargo, alzando la mirada al cielo, viendo como el anochecer lentamente se acercaba, la vista era hermosa, el Rey Dragon pensó, recordó a su familia, y al mismo tiempo, la recordó a ella también, recordó a aquella mujer, aquella mujer… que él no quería que muriera, que quería… que siguiera a su lado.
Rey Dragon. —te… extraño… —agachando la cabeza—
El Caballero Draconico entonces alzó la mirada, viendo al Rey Dragon, quien los observaba, y este simplemente junto a la princesa lo vieron y saludaron alegremente y el Rey Dragon también los saludó.
Rey Dragon. —…
—vivir eternamente… cuanto más viviré…
Durante ese año todo continuó, pero más que ser tranquilo luego de varios meses, uno de los reinos vecinos visito a William, quizás sería una visita tranquila, pero este llegó con intenciones de declararles la guerra, era codicioso y una basura esa persona, pero con la presencia del Rey Dragon y el Caballero Draconico, lograron mantenerlo a raya, aunque si hubo bajas, todas eran del lado de ese bastardo, por lo que con esa advertencia y amenaza por parte de ambos, el bastardo se fue, prometiendo que regresaría, y los destruiría, su arrogancia no conocía limites, creyendo que era algún elegido y todos debían estar a sus pies, no le importó amenazar directamente al propio Rey Dragon, diciendo que en el mundo no son únicos, y también hay seres de igual poder a ellos, pero a ambos no les importaba, si él volvía, habría un país menos en el continente.
La vida de ambos luego de eso parecía estar tranquila y sin problemas, a pesar de la amenaza del loco, no hubo nada que interfiriera con sus vidas, por lo que el Caballero Draconico solo continuo junto a la princesa, su relación progresaba cada vez más y el Rey Dragon, se notaba feliz por él, y así, unas muy buenas noticias pasarían luego de ya muchos meses.
De ese modo, los últimos meses de ese año pasaron.
Ya en el presente, un año después de que ambos llegaran. El Caballero Draconico se encontraba en el patio de entrenamiento junto a un gran grupo de otros caballeros de casi todos los rangos, este los estaba entrenando muy duramente, presionándolos de forma muy severa con todo su mana, ellos apenas y podían mantenerse de pie, pero el Caballero Draconico les gritaba que siguieran peleando bajo tal presión, ya luego de un par de horas, él se apiadó de ellos, por lo que se relajó y les dejo moverse, todos estaban asustados pero parecían algo alegres, después de todo, se habían vuelto más fuertes, y ya no eran más menospreciados a como era antes. Luego del entrenamiento, el Caballero Draconico se alejó lentamente, se sentía satisfecho por ese día por el entrenamiento de ellos, habían progresado mucho más de lo que se esperó, ese día había sido productivo para él. Caminando por los pasillos del castillo, observaba atentamente todo el lugar, ahora lo sentía tan familiar, una sensación muy diferente a la de todos esos años en los que trabajo ahí, de pronto a lo lejos pudo ver a la princesa, quien estaba simplemente relajándose en el jardín del castillo, entonces esta volteo como por puro instinto, sabiendo que el estaría ahí, sonriendo lo saludo pero tan pronto como hizo eso, se volteo de nuevo sonrojada, se sentía apenada de verlo ahora, y él sonrió al verla, aunque estaba algo sonrojado, continuo su camino luego de verla, en donde se encontró con el Rey Dragon quien también pasaba por ahí.
Rey Dragon. —¿pasando otra vez por aquí?
Caballero Draconico. —solo me perdí como es de costumbre —dijo tranquilamente—
—¿y tú Rey Dragon?
En ese momento, el Rey Dragon se quedó callado un momento, estaba pensativo mientras caminaba junto al Caballero Draconico, aunque era alguien directo y seco mayormente para hablar y decir las cosas, pensaba como decírselo.
Rey Dragon. —yo…
—me iré
El Caballero Draconico se sorprendió bastante al escuchar eso, incluso parecía algo asustado del hecho de que este se fuera así sin más, pero aún más… del hecho de que quizás él no volviera
Caballero Draconico. —¿volverás?
El Rey Dragon en ese momento al escuchar lo que dijo, sonrió levemente y se acercó apoyando su brazo sobre el hombro del Caballero Draconico, a pesar de que pensaba irse, nunca paso por su cabeza el no regresar, solo el hecho de que quizás tardaría mucho en volver.
Rey Dragon. —mmmmm
—no lo sé —dijo de manera algo juguetona y bien pendejo—
—quizás si alguien, alguien a quien aprecio mucho me pidiera que no me vaya, me quedaría
Caballero Draconico. —jejejeje…
—que gay te escuchaste maldito jajaja —dijo de manera algo emotiva al escucharlo—
Rey Dragon. —jamás dije que no volvería, baboso —diciendo eso lo abrazo con su brazo—
Caballero Draconico. —¿entonces a donde iras? —dándole un pequeño golpe con su codo al Rey Dragon—
Rey Dragon. —solo planeaba visitar a alguien
Mientras ambos hablaban, lentamente en su paseo salían del castillo, y a medida que más avanzaban los demás caballeros que los miraban agachaban la cabeza en señal de respeto hacia ellos, eran muy admirados ahí, y mientras seguían caminando, finalmente llegaron a las afueras del castillo, quedándose ambos parados admirando el cielo un momento.
Caballero Draconico. —¿entonces de verdad te iras?
Rey Dragon. —sí, pero solo estaré fuera un corto tiempo
Caballero Draconico. —ya me estaba preocupando —suspiro aliviado—
—por un momento pensé que no estarías presente ese día
Rey Dragon. —¿ese día?
Caballero Draconico. —¡cual más!
—para mi boda pues, ¡para que más! —dijo muy alegremente—
Rey Dragon. —oh —estaba sorprendido—
—entonces quizás deba posponer mi viaje un poco más —colocando su mano en la cabeza del Caballero Draconico—
Caballero Draconico. —no te debes preocupar por eso, vamos, avancemos un poco mas
El Caballero Draconico alegremente ahora, comenzó a caminar de nuevo con el Rey Dragon, estaban estorbando un poco estando en la entrada del castillo también, por lo que decidió avanzar de nuevo, durante el camino, le empezó a explicar un poco la situación, incluida como ahora su relación con la princesa llego a tal punto, el Rey Dragon entendió todo, se le notaba que estaba algo feliz por su querido amigo.
En lo que le explicaba todo, entonces el Caballero Draconico le dijo también que ahora se había comprometido con la princesa, una noticia que alegro al Rey Dragon, algo que lo hizo pensar un poco acerca de si debía irse al final, quería ir a ver como estaría su familia, aunque ya llegado un punto, tristemente había llegado a perder el rastro de sus descendientes, incluso ahora estaba pensando si al final, del mismo modo que en otras ocasiones, estos ya habían muerto, el Caballero Draconico lo vio, y al ver esa expresión que se veía triste en el rostro del Rey Dragon, lo llevo para comer, a ver si eso lo animaba.
Durante aquella comida, el Rey Dragon comenzó a explicarle también su situación, pero a diferencia del Caballero Draconico, esta era una historia triste, el Rey Dragon era una existencia que ha vivido por mucho, mucho tiempo, pero eso no impidió que a lo largo de su vida tuviera descendencia, el Caballero Draconico conocía esa historia, acerca de cómo él vivió desde la era de los dioses, pero no conocía bien acerca de sus descendientes, y al escuchar toda su situación, empezó a sentir algo de tristeza, la tristeza de vivir eternamente y ver como todos aquellos que te apreciaban morían antes que tú, la tristeza y soledad de vivir eternamente, sabiendo, que vivirás más que todos. El Rey Dragon estaba solo, y es entonces cuando este le empieza a contar la razón de porque emprendió su viaje, y porque al final lo siguió y lo entreno, el Caballero Draconico no respondió nada en ese momento, el Rey Dragon pensó quizás que estaba bien que él lo odiara, después de todo, lo uso para ver si algo cambiaba en sí mismo, y ahora que lo logro, no sabía bien que pensar.
Caballero Draconico. —pues…
—no creo que hayas hecho nada malo, digo…
—¿te arrepientes de lo que sientes ahora? ¿te arrepientes de ahora poder sentir tus propias emociones?
—al menos yo… no estoy molesto, ahora es más agradable el hablarte —dijo sonriendo—
El Rey Dragon se quedó callado, estaba sorprendido, debido a que nunca había sentido sus emociones y finalmente ya era capaz de demostrarlas, pensó que tal vez estaba sobre pensando la situación, tal vez incluso, pensó mal acerca de él y que solo por eso lo odiaría, después de todo, a pesar de eso, nunca le hizo realmente nada malo, y que al final, ambos la pasaron bien durante ese tiempo entrenando.
Rey Dragon. —no… la verdad no me arrepiento
—solo… sentí un vacío ahora… y por eso pensé que debía irme
—recordé a mi familia al verte junto a la princesa
Caballero Draconico. —entonces ve
Rey Dragon. —¿huh?
Caballero Draconico. —si estas preocupado por ellos, entonces solo ve a ver cómo están
—ya si no están… al menos aquí tendrás una nueva familia ahora —acercando su puño lentamente al Rey Dragon—
Rey Dragon. —gracias… —chocando su puño junto al de el—
Al terminar de hablar, ambos continuaron comiendo, y hablando de sus vidas contando algunas historias que tuvieran que contar. Así luego de algunas horas, ambos se encontraban en las afueras del reino.
Caballero Draconico. —entonces… ¿cuándo volverás?
Rey Dragon. —mmmm… unos 3 días, ¿tal vez?
Caballero Draconico. —creo que es bueno
—es tiempo suficiente para que llegues para mi boda jajaja —dijo alegremente—
Rey Dragon. —je, quizás tarde un par de días más, pero…
—tratare de llegar rápido
Caballero Draconico. —trae a alguna mujer también, así quizás hacemos una boda doble jajaja
Rey Dragon. —ja, no creo que sea posible, pero are mi esfuerzo
Caballero Draconico. —no creo que haya alguna que se te resista jajaja
Con ese intercambio de palabras y algunas más por parte de ambos, el Rey Dragon entonces emprendió vuelo una vez más en su vida, esta vez volviendo para ver si encontraba a los que quedaban de su familia, los que quizás podrían ser sus últimos descendientes, mientras que el Caballero Draconico miraba al cielo sonriendo, para después regresar al castillo y preparar todo para su regreso.
Sin embargo…
Luego de esos 3 días, cuando el Rey Dragon regreso… el reino de Baoleda… había sido destruido
Comments for chapter "06"
QUE TE PARECIÓ?