De criminal a detective. - 06
—Muy bien, empezaré mencionando quién es la afectada —Chrono proyectó una imagen del cliente.
—La señora Zoli Grimm, una mujer koala de la tercera edad encargada del departamento de derechos del ser vivo, como verán, una mujer muy importante, por eso es que tenemos que terminar con esto rápidamente —añadió mientras procedió a mostrar otra imagen.
—Ya veo por qué las autoridades no tardaron nada en llegar, prácticamente es algo así como un pez gordo ¿Por qué no tiene unos guardaespaldas? —preguntó Alex. «Primeramente ¿Por qué rayos vive en un hotel como ese? es bueno, pero no para alguien de su importancia» pensó.
—La señora Grimm tiene la fama de tener mucha confianza de cualquier persona, por muy mala que parezca, ella no sentirá temor de los demás, y para dejarlo en claro decidió no necesitar defensa y vivir como lo hace un ciudadano normal —contestó Moumoku.
—Supongo que después de esto habrá perdido la esperanza en la humanidad, que irónico —dijo Alex con tono sarcástico.
—Volvamos al tema, esto es lo que nos contó la señora Grimm: ella dice que el presunto sospechoso llegó a su apartamento a eso de las 11:00 am, normalmente se presenta a las 10.30am, pero mencionó tuvo unos problemas y que por eso llegó un poco tarde, él se encargaba de la limpieza de su apartamento, sin embargo, el joven tuvo que salir para comprar productos de limpieza a las 12:24 pm, pero volvió a los pocos minutos. Pasadas unas horas, aproximadamente a las 5:35 pm; la señora Grimm tuvo que salir de casa para atender unos asuntos, cuando volvió, vio una nota en su puerta la cual decía que el niño había salido de nuevo por más utensilios para la limpieza, sin embargo, el nunca regresó y las joyas habían desaparecido, así que decidió llamar a las autoridades a la mañana siguiente —explicó Chrono.
—Espera, espera, espera ¿No me digas que el hotel ese no viene con servicio de limpieza incluido? Maldición, y pensar que la bañera estaba limpia esta mañana, bueno, de todos modos, ni tuve oportunidad de darme un baño —dijo Alex.
—No abras la boca mientras no sea algo relacionado con el caso, payaso —exclamó Jannet casi gritando, se podía sentir aun la hostilidad de hace un rato.
—Sabes, me recuerdas a un idiota que conocí en mi otra vida, no nos llevábamos bien como tú y yo, pero por lo menos era menos irritante… O al menos eso creo —contestó Alex tranquilamente.
Chrono azotó la mesa con su mano para poner orden. —Está bien ustedes dos, cálmense un poco y concentrémonos en esto.
—Chrono, pero es que…
—Agente Jannet, su comportamiento está siendo poco profesional en esta junta, le pido por favor que se tranquilice, de lo contrario, habrá consecuencias —dijo Chrono mientras miraba fijamente a Jannet, sus ojos expresaban claro descontento por su actitud.
Jannet se acomodó en su silla sin rechistar más, se podía ver cierta vergüenza en su rostro, pues acababa de ser regañada.
—Esto va también para usted, señor Mefhisto, no provoque más problemas o me veré en la obligación de sacarlo.
—Sí, como usted diga, disculpe, señor agente.
—Prosigamos entonces, esto fue lo último que agregó la señora Grimm en su testimonio: Mencionó que había llegado otro hombre a eso de las 9:30 am ofreciendo un nuevo sistema de seguridad para apartamentos, pero que para instalarlo tenía que ver detenidamente la infraestructura del mismo, aunque ella no lo quería dejó al chico hacer su trabajo, dijo que volvería más tarde con el equipo de instalación, pero como el otro chico, jamás regresó —explicó.
—¿Un tercer individuo eh? Esto se pone interesante, oye Chrono ¿Tienen las grabaciones del edificio verdad? Déjame verlas un momento —dijo Alex extendiendo la mano esperando a que le den las grabaciones.
—Para tu desgracia, esa es información confidencial y no debemos dársela a civiles —respondió Jannet.
A pesar de eso, Chrono le entregó las grabaciones a Alex para que las revise.
—¡Oye, Chrono! ¡No debemos darle está información a desconocidos!
—El señor Mefhisto parece tener algo en mente, déjalo hacer el esfuerzo.
—De esfuerzo nada, esto es como un paseo por el parque para mí… Ya veo, como dijo la anciana, a las 9:30 am, y como esperaba, ese tipo es uno de los que estaban en el mercado junto con el mocoso de la limpieza, a las 6:30 pm el chico sale de nuevo y ya no vuelve; 8:45 pm la vieja vuelve y ve la nota, y llama a la policía hasta las 6:30 am del día siguiente, osea hoy —murmuró Alex.
—¿Que rayos está diciendo? No se escucha nada de lo que dice —dijo Jannet.
—Déjalo Jann, seguramente ya está descubriendo algo que nosotros no podríamos hacerlo —dijo Fimbulvetr con una sonrisa.
—¿Por qué confías tanto en este tipo? Es una persona peligrosa sin lugar a dudas, no podemos confiar en él —exclamó Jannet un poco angustiada.
—No sé qué te haya hecho o dicho, pero puedo decir que él no intentará nada malo en este momento, y aún si tus sospechas son ciertas, es muy listo como para hacerlo ahora, por favor relájate un poco y concentrémonos en el caso ¿Si? —contestó Fimbulvetr aun sonriendo.
—Lo tengo, ya sabía yo que había algo raro —dijo Alex en voz alta levantándose de la silla.
—¿Qué descubriste, Ale?
—Resulta que el primer sospechoso que tenían en realidad no es perpetrador, pero, aun así, no está fuera del caso; déjenme explicarles.
Alex sacó el documento en donde venía su testimonio como involucrado y lo puso en medio de mesa.
—Como verán en mi testimonio, mencioné que el chico de orejas de perro se encontraba en el mercado con otros 3 chicos, tomando en cuenta la hora que era, ya había salido del apartamento por más productos de limpieza, después de eso no volvió al edificio y probablemente las joyas ya no estaban; en el vídeo se ve claramente que el mocoso no podría haberse llevado las joyas, además viendo un poco más atrás, el chico era bastante conocido en el edificio, por lo que robarle a uno de tus mejores clientes es una estupidez, dicho esto solo deja al tercer individuo como principal sospechoso; logró entrar al apartamento sin que la cámara lo detectara y salió por un lado evadiendo los detectores de metales de la entrada —explicó.
—¿Entrar sin que las cámaras lo detecten? Eso es imposible, el edificio está lleno de vigilancia, no podría ni siquiera entrar —exclamó Moumoku incrédulo.
—Sí, hay una manera, y analizando la situación, puede que sea la única— contestó Alex seriamente.
—¿Una manera?… ¡Ah! ¡Una habilidad!
—Exacto, una habilidad que te permita hacerlo, una que te haga invisible hacia los demás —contestó Alex levantando el dedo índice.
—Perfecto, Jannet, busca en la base de control especial para ver qué individuos tienen una habilidad parecida a la que mencionó, si su teoría es cierta serán unos novatos y los encontraremos allí —dijo Chrono.
—Estoy en eso.
Jannet sacó una laptop de debajo de la mesa y empezó a buscar.
—¿Base de control especial? —preguntó Alex. «¿De dónde salió esa laptop?» pensó.
—Es un servidor del gobierno donde se archiva las habilidades de todos los individuos del país, además de su lugar de residencia y otros datos clave —contestó Fimbulvetr.
—Una vez descubras tu habilidad, deberás asistir a una entrevista de archiveo y administración para que registren tu habilidad —agregó Moumoku.
—Lo encontré, Toppo Shirley, un chico lobo de 23 años, le expulsaron de su escuela a los 17 años por pelearse múltiples veces con sus compañeros, se largó de su casa a los 20 por qué no aguantaba a su padre; aquí dice que vive a pocos metros del edificio —dijo Jannet dándole vuelta a la laptop a dirección de Chrono
Alex sabiendo que no iba a voltear la laptop a su dirección, se levantó de su silla y se puso al lado de Chrono para ver al individuo, y como esperaba, era el mismo chico del mercado.
—En efecto, es él sin duda alguna, que conveniente y terrorífica es esta base de datos —dijo Alex con tono sarcástico.
—Vayamos a por el ahora mismo, sabemos dónde se encuentra su casa, no podrá ir a ninguna parte —dijo Jannet levantándose de su silla.
—Espera jovencita, es probable que no estén allí —dijo Alex.
—¿Qué? ¿Acaso ahora me vas a decir que son tan listos como para tener una base secreta? —exclamó Jannet.
—Son novatos, pero no idiotas, seguramente habrán pensado que descubriríamos lo de la habilidad, y se habrán establecido en otra ubicación —contestó Alex.
—¿Entonces dónde piensas que se esconden? Señor detective —preguntó Jannet un poco irritada.
—Busca conexión con el mocoso, investiga qué relación tenían —contestó Alex recargándose en la mesa y al lado de Jannet para ver los resultados de la laptop.
—Tch, está bien, pero aléjate de mí, no te quiero cerca —exclamó Jannet alejándose un poco de Alex. «¿Cómo es que ahora me está dando órdenes este idiota?»
—Oh vamos, no te voy a hacer nada, no eres tan sensual como para desear verte desnuda —contestó Alex volviéndose a acercar para ver los resultados.
—Eres un… ah, aquí está, tal parece que fue a la misma escuela que su hermano mayor.
—Eso es lo que buscaba, ahora busca la localización del hermano, él es el cabecilla del hurto —dijo Alex con seguridad.
—Bernard Dodgy, un desempleado de 23 años, al igual que Toppo, lo expulsaron de su escuela por múltiples reportes de mala conducta cuando tenía 16; se fue del hogar de sus padres a los 19 años, o talvez lo corrieron de ella, su casa está un poco más alejado que el chico lobo, y además vive solo, su hermano menor es el único que aún mantiene relación con él —dijo Jannet.
—El tercer individuo del mercado, bingo, con eso es todo, ahora sabiendo su paradero, atrapémoslos con las manos en la masa —dijo Alex yéndose a sentar de nuevo.
—¿Y cómo haremos eso? —preguntó Moumoku.
—Por supuesto, lo primero que harías al tener unas joyas valiosas sería venderlas lo antes posible; busquemos las joyerías más cercanas y esperemos a que aparezcan —contestó Alex.
Apenas dio la orden, Moumoku sacó también una laptop por debajo de la mesa y empezó a bucar.
—Tenemos tres joyerías: Gold Present, Impresive y Diamond Cut; son las únicas que aceptan joyas ya usadas —dijo Moumoku mostrando las ubicaciones a todos los de la sala.
—Son las 9:22 am, yo iré a Diamond Cut, Fimbulvetr y Moumoku irán a Impresive, Jannet y el señor Mefhisto irán a Gold Present, y Bearly irás a la casa de Bernard Dodgy, estén atentos si ven ya sea a Bernard Dodgy o a Toppo Shirley; recuerden llevar una radio para comunicar cualquier movimiento de los individuos, además lleven su incapacitador por si los sospechosos estén armados —dijo Chrono preparándose para salir.
—Espera un momento, me mantuve serena lo que faltó de la junta, pero no puedo aceptar que me mandes al mismo lugar con este tipo, simplemente no puedo —exclamó Jannet molesta.
—Agente Jannet, sé cómo te sientes, pero necesitamos distribuir bien nuestras fuerzas, usted acaba de iniciar su servicio apenas unas semanas, aún le falta mucho por aprender; el señor Mefhisto es un gran peleador cuerpo a cuerpo, por lo que será de gran ayuda por si las cosas se vuelven agresivas —contestó Chrono abriendo la puerta de la sala para salir de ella.
—Pero es que…
—Además, usted es la que aún sospecha del señor Mefhisto, no podemos dejarlo solo en una de las joyerías, cuento contigo de que lo mantengas vigilado —dijo Chrono para después retirarse.
Todos estaban saliendo de la oficina y dirigiéndose a sus respectivas ubicaciones establecidas, poco antes de salir del edificio, Alex miró que Karin acababa de entrar.
—Vaya, Alex, por fin te encuentro —dijo Karin con tono de alivio y una sonrisa.
—¿Karin? ¿Qué haces aquí? —pregunto Alex. «Maldición, con todo este problema no pude ir a estudiar»
—No llegaste a estudiar, así que pensé que te habías metido en otro problema, y vine para ver si era así —contestó Karin con un ligero tono de tristeza.
—¿Tan problemático crees que soy? Aaahhh… pero tienes razón, como verás, estoy envuelto en un asunto —dijo Alex con tono de aburrimiento.
—¿Un asunto?
—Para no hacer el cuento largo, creen que soy cómplice de un robo de joyas en una habitación del hotel donde me hospedo, y para evitar estar aquí encerrado sin nada que hacer, me uní a la investigación.
Mientras hablaban, Karin se percató que Jannet los estaba mirando fijamente con ojos de molestia o angustia.
—Ya veo… eh… Alex ¿Puedo preguntarte algo? —dijo Karin
—Claro, no hay problema —contestó Alex serenamente.
—¿Por qué la agente de allá te mira de esa manera? ¿Hiciste algo que la molestó? —preguntó Karin mientras cruzaba mirada con Jannet.
—Ah, Te refieres a… ¿Cómo se llama? Ah sí, Jansey, pues no le he hecho nada aún, lleva así desde que me vio otra vez —contestó Alex. «¿Si se llamaba Jansey?»
—¿No sabes por qué está enojada contigo? Deberías preguntarle y aclarar las cosas —dijo Karin. «¿Dijo que aún no le hacía nada?»
—No me llamo Jansey, es Jannet, si vas a trabajar conmigo por lo menos recuerda mi nombre, idiota de doble cara —exclamó Jannet que venía acercándose donde Karin y Alex.
Apenas escuchar la voz, Karin saltó de la sorpresa y se puso un poco nerviosa.
—Aaah… B-buenos días, agente, g-gracias por su ayuda el otro día —dijo Karin sonriendo nerviosamente.
—No sé preocupe señorita, al fin y al cabo, ese es mi trabajo, y por favor no me llame agente, suena muy formal para mí gusto, mejor llámeme Jannet —contestó Jannet con una sonrisa.
—Ya veo, yo me llamo Karin, un gusto y gracias de nuevo, señorita Jannet —dijo Karin un poco más tranquila.
—Un gusto, señorita Karin.
Hubo un momento de silencio, pero no pasó mucho hasta que Alex abriera la boca.
—¿Ahora por qué eres tan amiga de todo mundo? Hasta hace un momento me querías bajo tierra —dijo Alex con sarcasmo.
—Tú lo has dicho, a ti, nadie más que a ti; Karin, le recomiendo cortar cualquier conexión con este tonto antes de que le haga algo, se lo digo por su bien —dijo Jannet seriamente.
Las dos chicas se miraron mutuamente, se podía ver una clara preocupación en los ojos de Jannet, a lo cual Karin cerró los ojos, y sonrió.
—Sé a qué se refiere señorita Jannet, pero puedo decir que Alex no lo intentará de nuevo, se lo aseguro —dijo Karin en voz baja para que solo ella la escuchara.
Las dos volvieron a mirarse, los ojos de Karin no demostraban ningún signo de miedo, en cambio, mostraban seguridad y cariño. Jannet cerró los ojos y pasó por un lado de ella para salir de la agencia.
—No digas que te lo advertí, vámonos ya, pervetective —dijo Jannet saliendo de la agencia.
—Lo siento Karin, pero me tengo que ir, nos vemos luego —dijo Alex levantando su mano en señal de despedida.
—Está bien, cuídate y no lastimes mucho a la gente —dijo Karin despidiéndose también de Alex.
—Sabes, si me pides que me aprenda tu nombre, lo mínimo que espero es que me llames también por el mío, tabla amargada —exclamó Alex saliendo de la agencia e intentado alcanzar a Jannet.
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Pasaron unos minutos, todos ya estaban en su respectivas posiciones: Chrono estaba en la joyería Diamond Cut, Fimbulvetr y Moumoku en Impresive, Jannet y Alex llegaban a Gold Present, mientras que Bearly esperaba escondido cerca de la casa de Bernard Dodgy, la casa tenía solo dos ventanas por delante cada una a los lados de la puerta principal, no se lograba ver movimiento dentro de ella, por lo que era cuestión de tiempo de que el individuo llegara a una de las tres joyerías, el tiempo pasaba y Alex empezaba a aburrirse.
—¿Cuánto tiempo tenemos que esperar? Estoy empezando a aburrirme —dijo Alex que estaba recargado en una pared a la otra calle frente a la joyería.
—Haz lo que quieras mientras mantengas la boca cerrada, me pones de nervios cada que hablas —contestó Jannet en voz baja pero molesta.
—Es imposible, aquí solo hay viejos arrugados en quiebra y tórtolos desesperados en busca de joyas baratas para sus parejas, por cierto, sal de ese buzón, resaltas bastante y te ves ridícula —dijo Alex mirando de reojo a Jannet, que estaba dentro de un buzón de correo.
—Es un escondite contra maleantes, nadie sabrá que hay un agente especial en un buzón de correo— dijo Jannet en voz baja mirando por la rendija del buzón.
—Hasta un vejestorio con aumento en sus lentes de 12 dioptrías podría ver lo ridículo que es ese escondite —contestó Alex.
Jannet iba a ignorar los comentarios hilarantes de Alex de no ser que justo pasó un anciano con unos lentes con un aumento tan grande que sus ojos se veían enormes por el cristal de los mismos.
—Buenos días, señorita agente, ¿Está ocurriendo algo grave por esta zona? —preguntó el anciano.
Jannet salió del buzón totalmente roja.
—N-No pasa nada señor, solo estamos patrullando y mirando que no haya nada peligroso dentro de los buzones de la zona, usted no se preocupe y siga su camino —contestó Jannet con una sonrisa nerviosa.
—Ya veo, gracias por su arduo trabajo, señorita agente, por favor siga protegiendo de nosotros —dijo el anciano para después retirarse a paso de tortuga.
Hubo un silencio incómodo de unos segundos.
—… Te lo dije, hasta un anciano con el aumento máximo posible pudo verte en tu gran escondite
—No es necesario que me lo digas, ya me di cuenta, así que no lo repitas —exclamó Jannet aún roja y molesta.
—“Es un escondite contra maleantes, nadie sabrá que hay un agente especial en un buzón de correo” pasa un viejo y logra verte hasta el color de las bragas, que ridículo —dijo Alex.
—¡Sé lo que dije, cállate de una vez maldito payaso.
—Sí, si, como digas, baja un poco la voz o harás que nos descubran aún más.
—El que debería callarse eres tú, payaso de quinta, te la pasas haciendo chistes sin gracia todo el tiempo y no cierras la boca —exclamó Jannet en voz baja.
—Cambiemos de tema, tengo una pregunta para que se te baje el enojo: ¿Qué es esa pistola extraña que llevas en la cadera? Parece un taser —preguntó Alex un poco curioso.
—¿Qué, esto? Es un incapacitador, su principal uso es contra criminales con rango asignado, la primera bala es un identificador que nos dice el rango de criminalidad del individuo, y dependiendo del rango, el canalizador alterna entre cargas eléctricas letales o no letales, esta no disparará mientras la persona no tenga rango de criminal —explicó Jannet sujetando el arma.
—En otras palabras, ¿no te sirve para nada más que resaltar entre la gente? Que estúpido —dijo Alex con tono vacilante. «así que aquí también hay rangos, parece que este sistema cruza incluso mundos»
—De hecho, viene equipado con un camuflador que hace que los ciudadanos no puedan verla, por eso no me molesté en explicártelo —dijo Jannet mirando sospechosamente a Alex.
—Ya entendí, soy impresionante, no necesitas elogiarme por mi gran vista —dijo Alex con tono soberbio.
—No te elogiaría aun si me pagaran por hacerlo, solo eres un idiota que trata de parecer una gran persona, pero que en realidad es… —Antes de seguir hablando, es interrumpida por Alex que le tapó la boca con la mano para que se callara.
—Ya me insultas luego, tal parece que nuestro individuo llegó a la escena —dijo Alex quitando su mano de la boca de Jannet y mirando en dirección a la joyería.
Era el sospechoso Toppo Shirley, el chico lobo que había robado las joyas, iba cubierto con una capucha que se tuvo que quitar por reglas del establecimiento, dejando al descubierto su cara y comprobando su identidad.
—Informa a Chrono, y dile que se dirijan al hogar de Bernard Dodgy, yo llevaré a nuestro amigo allá, no te preocupes, no necesito ayuda con un mocoso, ve yendo a su escondite también —dijo Alex caminando a dirección de la joyería.
—No te puedo quitar el ojo de encima, iré contigo quieras o no —dijo Jannet yendo tras de Alex.
—Entonces pon cara de enojo, como si hubiera adivinado el color de tus bragas negras —dijo Alex
—Con solo tenerte cerca me dan ganas de vomitar, no es necesario que adivines el color de mi ropa interior… Espera, ¿Cómo sabes que son negras? —exclamó Jannet poniéndose roja.
—Secretos del oficio, pero ya cierra la boca, ya estamos cerca, no hay que asustar a nuestro invitado especial —dijo Alex abriendo las puertas del establecimiento.
Dentro había ancianos vendiendo viejas reliquias y exhibidores de Collares y anillos, había una fila un poco larga para la venta de joyas usadas, en una de ellas estaba el sospechoso.
—Perfecto, cómo dije antes, dile a Chrono que se dirija al escondite, yo llevaré a nuestro compañero allá —dijo Alex dirigiéndose a con el chico.
—Si intentas escapar ten por seguro que te atrapo y te encierro —dijo Jannet saliendo del edificio para contactar con Chrono.
El chico se le veía tranquilo, puede que lo haya hecho una vez antes, pero no deja de ser un novato, sin dudarlo Alex se le acercó y se posicionó detrás de él tranquilamente aparentando estar formado en la fila. Dejó pasar un minuto, entonces empezó a jugar sus cartas.
—Aaahhh, en este lugar no hay nada bueno, solo baratijas de bajo precio y aparte usadas, no hay duda que está tienda no da ni la mitad del precio original de la joya ¿No crees, compañero? —dijo Alex dirigiendo su mirada al chico lobo.
—¿Me habla a mí? No tengo mucha idea del valor de las joyas, con que pueda conseguir un poco de dinero de ellas, por mi perfecto —dijo el chico lobo intentando no hacer contacto visual con Alex.
—Oh vamos chico, debes tener ambición, no puedes conformarte con lo que te dé las tiendas de quinta como estas; verás, soy un gran coleccionista de joyas, sé calificar e identificar todos los factores que hacen a una buena joya: peso en quilates, el fino del corte, la pureza de la piedra, y muchas cosas más se deben tomar en cuenta para darle valor a un accesorio —explicó Alex con un poco de emoción.
—¿Enserio? No sabía que valorar una joya fuera tan complicado —dijo el chico un poco asombrado.
—Aplica para todos los ornamentos con una piedra preciosa como base: anillos, collares, brazaletes, aretes en incluso coronas, todo que contenga una piedra preciosa, tiene que pasar por todos esos criterios para poder tener su verdadero valor; estando en el tema, ¿Qué es lo que vienes a vender? —dijo Alex intentando dar un vistazo al bolso que llevaba el chico.
—¿Esto? Solo es una baratija que mi madre dijo que vendiera, no tengo idea de su valor —dijo el chico lobo sacando un collar que estaba en la bolsa.
Apenas saca el collar, Alex alzó la voz de emoción y estableció una expresión de impresión en su rostro, para hacer más creíble su reacción.
—No me jodas, ¡Es un collar Limsfield de la serie orkesta, solo se crearon 17 ejemplares, pero la mayoría están en museos o en manos de coleccionistas! ¡¿Cómo puedes tener tal tesoro en tus manos y estar tan tranquilo?! —exclamó Alex llamando la atención de todos en el establecimiento.
—¿Tan única es esta baratija?
—¡Por supuesto! Es casi imposible encontrar uno en venta, además de ser bastante caro, es una lástima que lo quieras vender en un lugar como esté, lo que daría por tener uno en mis manos.
—… ¿Darías más que está joyería para tenerlo?
—Daría tres veces más que está tienda por tenerlo en mis brazos ¿Por qué lo preguntas?
De un momento a otro, el semblante del chico pasó de una seria a una sonrisa maliciosa, Alex se percató enseguida y se da cuenta que cayó en la trampa.
—Quizás pueda vendértelo a ti, al precio esperado, claro ¿Que dices? —dijo el chico con una sonrisa maliciosa que se notaba a la vista.
—¡¿En serio? ¡Gracias! Siempre quise tener uno en mi colección, ¡quién diría que lo podría obtener en un lugar como esté!; Pero aún no es evaluado, haciendo eso puedo partir de un precio justo —dijo Alex con emoción.
—Podrás hacerlo, pero no aquí, vayamos a mi casa, no está muy lejos, allá podrás examinarla tanto como quieras y después debatimos el precio —dijo el chico guardando de nuevo la joya y saliendo del establecimiento.
Alex le siguió y se dirigieron al escondite, el chico simplemente no podía quitar su sonrisa de malas intenciones, esto solo divertía más a Alex, esperando con ansias el momento en que esa cara cambie a una de decepción. Después de una caminata, por fin llegaron al lugar, el chico abrió la puerta, dentro estaba totalmente oscuro, apenas se lograba ver algo a pesar de tener las ventanas por delante.
—Espera un poco en lo que preparo las cosas, ahora mismo te llamo para que puedas entrar —dijo el chico para después desaparecer entre la oscuridad de la sala.
Mientras esperaba, miró a su alrededor para ver dónde se estaban escondiendo los demás agentes, después de unos instantes logra ver las orejas de Bearly que estaba a un lado de la casa; se le hizo impresionante que se pudiera haber escondido tan bien a pesar de su corpulencia, un minuto después, el chico volvió y le pidió que pase.
—Está muy oscuro aquí adentro, así no podré evaluar bien el collar, más vale que encendamos las luces.
Apenas se encienden las luces, Alex se ve rodeado por los dos sospechosos, ambos llevaban un arma de fuego, Bernard le apuntaba por detrás desde la puerta, y Toppo desde frente de él.
—Vaya, no se toman ni siquiera un segundo para asaltar a alguien desarmado, me gusta su estilo —dijo Alex. «Veo que es fácil conseguir armas de fuego incluso para un mocoso, como siempre la corrupción es tan peligrosa como asequible»
—Cállate, cerebrito, suelta todo lo que tengas de valor y puede que te dejemos ir con vida— dijo Bernard con una sonrisa tan grande como si hubiera sacado la lotería.
—¿Directo al grano eh? ¿no quieren escuchar algunos chistes de este pobre hombre? Soy más gracioso cuando me encuentro rodeado de gente —dijo Alex en tono vacilante.
—Deja de estar de gracioso y danos todo lo que tengas, no estoy de humor para bromas estúpidas —dijo Bernard preparando el arma.
—Lamento decepcionarlos chicos, pero tristemente no llevo ni una moneda encima, debieron haber asegurado mi estado económico antes de traerme aquí —contestó Alex serenamente.
—¿Lo trajiste aquí sin siquiera comprobar si llevaba algo encima? Eres un estúpido, Toppo —exclamó Bernard.
—Es que empezó a hablar de muchas mierdas aburridas de las joyas y pensé que era un idiota adinerado fácil de robar —respondió Toppo.
—¿Solo por eso? Como se nota que no acabaste la preparatoria —exclamó Bernard molesto.
—¡Pero si a ti te echaron de la escuela antes que a mí! ¡Yo soy el que sabe más aquí! —dijo Toppo alzando un poco la voz.
—Cómo sea, si no tiene dinero entonces vamos a usarlo para extorsionar a su familia, o que nos ayude a ponerle un buen valor a esta baratija —dijo Bernard.
—Eso tampoco servirá, no tengo ni un familiar vivo, además, la mayoría de gente que me conoce me quiere 7 metros bajo tierra, no soy muy querido que digamos —contestó Alex.
—¡¿Qué?! ¡P-pues ayúdanos a vender bien esta cosa!
—Pues no sé cómo hacer eso tampoco.
—¿Cómo que no sabes? ¡Pero si eres coleccionista!
—Oh vamos, tan solo tuve que usar conocimiento básico y términos muy extravagantes que tu pequeño cerebro no comprendiera y listo, un experto en joyas.
—TOPPO…
—¿Enserio pensaste que era un experto en joyas? Ja, pues lo siento, no sé una mierda de esas cosas.
—¿Entonces para qué mierda existes? No tienes familia, la gente te odia y no sabes nada de joyas ¿Por qué tratas de comportarte ante la sociedad de pacotilla? —exclamó Bernard.
—Vocabulario jovencito, no digas malas palabras.
—¡Pero si tú dijiste mierda!
—Ya estuve bastante tiempo haciendo lo que me salía la gana, y me terminé aburriendo, así que… intento cambiar de aires: ver cómo es el lado opuesto en el que me encontraba ¿Qué piensas, te unes? Por el momento me estén divirtiendo un poco.
—No entiendo ni una palabra de lo que dices, pero no pienso seguir a los demás idiotas, ¡este lado es mucho más divertido y asombroso! —respondió Bernard con una sonrisa perversa
—¿Aún si eso signifique poner en peligro la vida e integridad de tu familia? —preguntó Alex seriamente.
—¿Qué? Ah, te refieres a ese mocoso, no me importa en lo más mínimo la vida de ese chiquillo, solo mantuve la conexión con él por qué sabía que me iba a llevar a buenas presas, pero ahora que es un criminal conocido, no me sirve para nada.
—Wow…. Sabes, yo también fui escoria, pero no lo suficiente como para arruinar la vida de un niño que apenas está empezando a vivirla, en serio me das asco —dijo Alex con una mirada de desprecio en su rostro.
Sin dudar ni un segundo, Bernard disparó por un lado de la cabeza de Alex, aunque ni se inmutó y simplemente se dio media vuelta para verlo de frente.
—Veo que no te tiembla la mano a la hora de apretar el gatillo, no hay vuelta atrás para ti, una lástima, aún con gente que te aprecia haces este tipo de cosas, ridículo.
—Suficiente de hablar, está palabrería no nos llevará a ningún lado, terminemos de una vez —Bernard preparó nuevamente su arma para dispararle.
—Sí, terminemos ya, me estaba empezando a aburrir; ¡Chrono, ahora!
Apenas y dio la señal, Chrono y Jannet entraron por las ventanas, Bernard se puso nervioso y apuntó a la cabeza de Alex para dispararle, pero para su suerte, Bearly derribó la puerta de una patada, haciendo que caiga encima de él; sin saber qué hacer, Toppo intentó golpear con la pistola a Alex, pero simplemente lo detuvo con la mano y le propinó un golpe en la barbilla que logra derribarlo.
—Ni siquiera saben guardar la calma en este tipo de situaciones, aunque no lo atrapáramos ahora, iban a ser arrestados tarde o temprano —dijo Alex.
Se dirigió hacia donde Bernard, que aún se encontraba debajo de la puerta, la retiró de encima y lo tomó de la camisa y lo lanzó sin piedad a una silla que estaba cerca.
—¿Dónde está? Contéstame si no quieres que recurra a un interrogatorio intenso.
—En la bolsa, todas las joyas de la vieja están en la bolsa —contestó Bernard aún aturdido por el golpe con la puerta.
Ale le dio un golpe con el reverso de la palma de su mano que, por arte de magia, sacó a Bernard de su estado de aturdimiento.
—No me importan esas basuras, estoy preguntando por el mocoso, pedazo de mierda antropomórfico —exclamó Alex tomándolo de nuevo de la camisa.
—¿Qué? Ese idiota está en el cuarto de al lado, si lo dejaba suelto nos iba a delatar, así que lo encerré y amordacé —contestó Bernard.
—Déjame el interrogatorio a mí, señor Mefhisto, al fin y al cabo, como usted dijo, es lo que más se hacer —dijo Chrono acercándose dónde Alex y Bernard.
—Y si, entonces te dejo con esta escoria, voy a liberar al chico.
Se dio media vuelta y se dirigió a la habitación.
—Ten cuidado, Toppo se va a levantar.
—¿Qué? Pero que dices…
Y como dijo Chrono, cinco segundos pasaron y Toppo se levantó para atacar a Alex, este solo lo esquivó y le dio un rodillazo en el pecho para después tomarlo del cabello y darle otro golpe en la cara, tirándolo al suelo inconsciente.
«¿Qué mierda? ¿cómo supo que volvería a levantarse?, cómo sea, después le pregunto, ahora tengo que liberar al mocoso)» pensó Alex.
Decidió seguir caminando hacia la habitación mientras que Jannet se dispuso a ponerle las esposas a Toppo.
Alex abrió la puerta de una patada, dentro estaba el chico atado de las manos y pies con una tela en la boca para que no pudiera gritar, al no saber que pasa se sacude con desesperación para liberarse, Alex intentó tranquilizarlo:
—Tranquilo mocoso, vengo a sacarte de esta pocilga, así que deja de moverte y te partirás la piel —dijo Alex mientras desamarraba las sogas.
Alex le quitó el paño de la boca al chico, el cuál no tardó ni un segundo para abrir la boca.
—¿Quién eres, que le hicieron a mi hermano? —preguntó el chico.
—¿Aún después de lo que te hizo te preocupas por él? ¿Estás bien de la cabeza? No me digas que ahora tienes síndrome de Estocolmo.
—¿Le hicieron algo malo? Déjenme verlo ahora —respondió el chico, que no paraba de moverse.
—Oye, oye, oye, tranquilízate un poco ¿quieres? No le hemos hecho nada «Al menos no ahora» así que relájate y deja de moverte —dijo Alex intentando todavía safar las sogas.
Apenas le quitó las sogas al chico, este salió disparado del cuarto y va donde su hermano.
—¡Hermano! ¿Te encuentras bien? ¿Te hicieron daño? —preguntó el chico preocupado.
—Joder, que ruidoso eres, cállate maldito mocoso mimado —exclamó Bernard aún adolorido por el golpe y esposado en la silla.
—Estará bien, solo lo llevaremos frente a las autoridades para que pague por sus crímenes, somos del departamento de agentes especiales —dijo Chrono.
—Ah, ya veo, así que mi hermano se hizo un criminal… y tiene que pagar por lo que hizo.
—¿Por qué rayos te pones triste a pesar de lo que te hice? Siempre has sido así: amable y amoroso, ¿Por qué no puedes odiarme? Dime ¿Por qué? —exclamó Bernard.
—Porque eres mi hermano ¿no?, Y los hermanos deben cuidarse y preocuparse por ellos sin importar lo que se hayan hecho —contestó el chico con una sonrisa.
—¿Qué? ¿Qué clase de razón es esa? Te usé para mi propio bien y te encerré para que no fueras de soplón, ¿Aún con eso sigues preocupándote por mí? No me estés jodiendo, ¡Aléjate de mí ya!
—No lo haré, eres mi hermano y lo seguirás siendo a pesar de las circunstancias —dijo el chico con una sonrisa amable.
—… Eres un bicho raro, enano —dijo Bernard mirando a otro lado.
Pasaron unos minutos y la patrulla por fin llegó al lugar, Bearly llevó a los dos criminales y los metió en el coche de policía, el chico fue absuelto de toda sospecha y fue escoltado hasta su casa; mientras tanto, Chrono estaba viendo unos papeles sobre el caso, Alex se acercó para conversar.
—Señor Mefhisto, gracias por su colaboración en este caso, pudimos atrapar a los verdaderos sospechosos gracias a su conocimiento —dijo Chrono haciendo una reverencia en señal de agradecimiento.
—No es necesario, si me hubiera quedado en la agencia me habría muerto de aburrimiento, me arruinaron una clase, pero por lo menos me divertí —dijo Alex sarcásticamente.
—Está bien, gracias de nuevo por su colaboración —dijo Chrono haciendo de nuevo una reverencia.
—¿Y Moumoku y Vetr? —preguntó Alex con curiosidad.
—Les ordené que se fueran a la agencia, no era necesario que todos llegáramos a detener a solo dos individuos —contestó Chrono aun mirando las hojas.
—Una lástima, me hubiera gustado verlos en acción —contestó Alex con decepción.
—Ya veo, me llegó el mensaje de que después podrá pasar a hacer su testimonio nuevamente y por su recompensa a la agencia, lo esperamos allá, de aquí en adelante nos encargamos de lo que falta —dijo Chrono.
—Perfecto, otra recompensa, justo me estaba quedando sin dinero, ah cierto, quería preguntarte algo —dijo Alex.
—Claro ¿De qué se trata? —contestó Chrono acomodando su monóculo.
—¿Cómo supiste que el tipo ese se volvería a levantar? ¿Eres una clase de Nostradamus o algo así? —dijo Alex como siempre vacilante.
—No soy tan impresionante que ese hombre, pero algo así, fue gracias a mi habilidad “Previsión” me permite lo que pasará 5 segundos después del presente —explicó Chrono guardando los documentos en una carpeta.
—Previsión… suena bien, aunque no es tan conveniente: un veneno que haga efecto 6 segundos después de tocarlo y estás jodido —dijo Alex sarcásticamente.
—Por favor no plantee métodos con los que se me pueda eliminar, los oídos del crimen son muy agudos —dijo Chrono con un tono un poco vacilante.
Jannet se une a la conversación.
—Agente Chrono, los sospechosos ya están dentro del coche para llevarlos a la agencia —dijo Jannet
—Está bien, Agente Jannet, felicitaciones por su gran servicio; señor Mefhisto, si me disculpa, debo retirarme —dijo Chrono yéndose del lugar dejando solos a Alex y a Jannet.
Enseguida se creó un ambiente incómodo, Alex lo intenta desaparecer con sus típicos chistes, pero apenas dijo algo Jannet lo interrumpe con unas solas palabras.
—Lo escuché —dijo Jannet seriamente.
—¿Qué? ¿Acaso escuchaste cuando hable de tu pequeño busto?
—No te hagas el chistoso conmigo, escuché tus pensamientos aquel día camino a la agencia: querías arrancar las orejas de esa chica ¿Cierto?
El ambiente se puso mucho más denso que antes, ambos lados estaban mirándose a los ojos muy seriamente
—Ah… Te refieres a eso… Sí, las quería arrancar, pero ya no, si preguntas el por qué… yo tampoco lo sé, simplemente me repugnaron apenas descubrí que no eran accesorios, diría que ya me acostumbré, pero estaría mintiendo —contestó Alex seriamente.
—¿Cómo puedo saber que no lo harás de nuevo? Dime, Alexis Mefhisto… ¿Cómo sabré que no volverás a sembrar el caos?
Jannet sacó su incapacitador y le apuntó a Alex justo en el corazón.
—No te preocupes, no volveré a hacer nada de eso: no arrancaré las orejas de Karin, ni volveré a sembrar el caos, no mientras no tenga una razón para hacerlo; no te puedo dar una garantía, solo tengo mi palabra, pero me gusta demostrar las cosas con hechos, y eso haré —contestó con una mirada seria y determinada.
Se miraron a los ojos por unos momentos, y después Jannet retiró la mirada y guardó su arma.
—Si cometes alguna estupidez, ten por seguro que te atrapare —dijo Jannet para después retirarse.
Todos subieron a la patrulla y se fueron a la agencia. A las 11:25 AM, la operación de captura llegó a su fin.
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Alex iba saliendo de sala de interrogación tras haber dado su testimonio, se fue a recepción y recibió su recompensa por colaboración y se retiró sin más de la agencia, fuera de ella estaban Karin y Nana en su espera.
—¡Alex, por aquí! Vamos date prisa —gritó la pequeña Nana tan enérgica como siempre.
—Hey Nana, ¿Cómo has estado?
—De maravilla, mi hermana a estado más animada y amorosa desde que te conoció, ayer llegó súper feliz a casa por haberse encontrado contigo en el mercado.
—¡Nana! ¡No digas cosas tan vergonzosas! —dijo Karin totalmente roja.
—Y dijo que ibas a venir hoy a estudiar, pero te metiste en problemas y no pudiste asistir ¡pero venimos a buscarte para que vayas ahora sí a estudiar! —Agregó Nana saltando de la alegría, intentó tomar la mano de Alex, pero discretamente se opuso a dársela.
—Oh vamos, ten un poco de piedad, acabo de salir de la agencia, no comí está mañana, ¿Qué les parece si vamos a comer primero a algún lugar? Yo invito —dijo Alex agachándose para ponerse a la altura de Nana. «Por lo menos esta salida servirá para desestresarme»
—¡Si, vamos hermana, será como una cita para ustedes, será divertido! —dijo Nana saltando sujetando ahora la mano de Karin.
Con tan solo escuchar la palabra “cita”, Karin se volvió a poner roja como un tomate.
—¡D-de cita nada! Dios, siempre diciendo cosas raras.
—¿Entonces no vamos? —preguntó Nana con una mirada triste.
—¡N-nunca dije que no iría! —respondió Karin nerviosa.
—¿Entonces sí? —preguntó Nana, ahora con una sonrisa.
«Esta niña es mejor fingiendo que yo, increíble»
—… S-sí, vamos —contestó Karin, ruborizada.
—Entonces, ¿no vamos? —preguntó Alex con una sonrisa amable.
—¡Sí! —contestaron Nana y Karin para después los tres dirigirse a un restaurante.
Mientras se alejaban, Jannet los miraba desde la puerta de la agencia.
—… Te estoy vigilando, Alex, no olvides eso —susurró Jannet para ella misma y después entro de nuevo a la agencia.
Alex, Karin y Nana pasaron juntos todo lo que restaba del día, comieron en un restaurante familiar y estudiaron un poco en el pasto del parque, cuando cayó la noche tocaba escoltar a las chicas a su casa. Nana estaba en medio de ellos dos sujetada de la mano de su hermana y dando saltos a pesar de ser noche.
—Muchas gracias Alex, me la pasé muy bien este día.
—No hay por qué, es lo menos que puedo hacer por haberte dejado plantada con nuestra sesión de estudio
—Lo bueno es que si pudiste estudiar, y a decir verdad, aprendes muy rápido, ya dominas la mayoría de la escritura, increíble —dijo Karin con un tono de asombro.
—Eso es porqué eres buena maestra, Karin «cumplido de mierda a ver si cuela»
—¿T-tú crees?
—Hermana, te estás poniendo roja otra vez, te ves muy tierna cuando lo haces.
—¡Nana, no digas esas cosas o me pondré más roja! Dios, siempre vacilándome ustedes dos.
—Es que es divertido ver lo roja que te pones.
—No caeré en tus palabras, sé que las dices para ponerme roja… Ah, hablando de diversión: ¿Qué te pareció trabajar atrapando criminales?
—¡Si! ¿Cómo te sentiste luchando contra el crimen? —preguntó también Nana.
—¿Cómo fue? Pues no fue complicado, los mocosos eran bastantes predecibles, aun así, fue bastante emocionante y divertido, me sentí cómodo —contestó Alex con una mano en la barbilla y mirando al cielo mientras seguían caminando.
—Te desenvolviste muy bien, podría decir que hasta podrías trabajar allí si así lo deseas, al fin y al cabo, tienes unos buenos resultados en tus exámenes —dijo Karin con una sonrisa.
—¿Tú crees? Puede que lo piense, es una buena opción —contestó Alex devolviendo la sonrisa.
Sin poder evitarlo, Karin se pone roja por la sonrisa que le devolvió Alex.
—Dios, siempre haciendo cosas que me ponen ansiosa, eres increíble —murmuró Karin mirando hacia abajo avergonzada.
Pasaron los minutos y por fin se encontraban frente a la casa de las chicas.
—Bueno, llegamos al lugar, nos veremos cuando toque clase de escritura —dijo Alex dejando a las chicas frente a su casa.
—Gracias a ti por invitarnos a salir y acompañarnos hasta nuestra casa, nos vemos luego, Alex —dijo Karin haciendo una reverencia.
—¡Adiós Alex, vuelve a jugar pronto! —dijo Nana despidiéndose con la mano arriba.
Alex se despidió también y se retiró a su apartamento, por suerte hoy no se encontró con ningún idiota y llegó sin problemas al hotel, abre la puerta de su habitación y se acuesta en su cama.
—Aaahhh, que agotador fue este día, salir con Karin me ayudó para relajarme después de toda esta mierda del caso, aunque no puedo negar que fue divertido, podría volverlo a hacer —dijo Alex para sí mismo poniéndose reflexivo.
Recargado en el respaldo de la cama, las palabras de Karin llegaron a su mente:
«“Te desenvolviste muy bien, podría decir que hasta podrías trabajar allí si así lo deseas, al fin y al cabo, tienes unos buenos resultados en tus exámenes”»
Se levantó y caminó hacia la ventana de su habitación que daba a la calle, el edificio se encontraba frente a un pequeño quiosco y alrededor de él, tenía unas fuentes con luces en la base. Entre la oscuridad de la noche estrellada, las luces de los vehículos que iban y venían, las luces de aquellas fuentes, y la luz de una luna llena: formaban un paisaje urbano… y hermoso.
«Trabajar para la ley, totalmente lo contrario que hacía antes, pero sentí los mismo que sentía en mis primeros días como criminal»
Miró la luna, que brillaba con una gran intensidad.
«Que bella está la luna hoy, y seguramente, no será la última vez que lo diga… Llegué aquí para quedarme, tengo la oportunidad de empezar una nueva vida, una más tranquila… más feliz»
Involuntariamente, recuerdos de su vida pasada llegaron a su cabeza: recuerdos de su niñez, recuerdos de su adolescencia, recuerdos de su adultez, todos, manchados de corrupción.
Se alejó de la ventana y se volvió a recostar en su cama.
—Mañana tocará buscar trabajo, lo que me dieron no me alcanzará holgazanear más tiempo, je, con que así vive un ciudadano normal… no está nada mal… nada mal.
Con la luz de la luna entrando por la ventana… ex-criminal por fin descansa después de un largo día de aventura.
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Ya era otro día en la agencia, la oficina de agentes especiales apenas estaba llenándose de ellos: como era de esperarse, Chrono fué el primero en llegar y pocos minutos después llegó Jannet, Moumoku y Bearly; Fimbulvetr llegó una hora tarde ya que ayer, en vez de volver a la agencia, se fue a beber a un bar, tenía una resaca horrible, apenas y podía abrir los ojos.
—¡Aaahhh, mi cabeza! Todo me está dando vueltas, ayer bebí más de la cuenta, este cuerpo no aguanta como mi antiguo cuerpo, me siento horrible —exclamó Fimbulvetr sentando con una bolsa de hielo en la cabeza y con la barbilla en la mesa.
—Eso te pasa por escaparte del trabajo y ponerte a holgazanear, deja de quejarte y ponte a trabajar, borracho de medio metro —dijo Chrono mientras revisaba unos documentos.
Pocos segundos después, la puerta de la oficina se abre de golpe y se ve la silueta de una persona: era Alex que venía con una sonrisa en el rostro.
—Señor Mefhisto, ¿Que hace en la oficina y abriendo la puerta de esa manera? —preguntó Chrono mientras de fondo se escuchaban los quejidos de sufrimiento de Fimbulvetr por el ruido del portazo.
—Qué bueno que pregunta, agente Chrono, vengo por una buena razón —contestó Alex con una sonrisa pícara.
—¿De qué se trata? —preguntó Moumoku que estaba cerca.
—Vengo buscando empleo en la agencia —dijo Alex con una sonrisa segura.
—…
—…
—…
—¡¿Eeeeeeehhhh?!
Y así es como el mayor criminal pasó a ser un detective.
Fin del capítulo 6 y del Arco 1.
Duración del caso: 4 horas con 55 minutos
Bajas: 0
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