Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 152
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- 152 - Capítulo XXI: La Dignidad del hombre más fuerte de la humanidad
Después del incidente de Nueva York, la fama y prestigio de Dark Eagle, así como la de su maestro y cazadores se vieron golpeados de una manera incalculable perdiéndolo todo en el proceso con sus cuentas congeladas de por vida, sin gremio y exiliados además de la influencia obtenida con tanto esfuerzo, desaparecidos.
William y varios de sus cazadores mas allegados se vieron en la tarea de tener que vagar por diferentes territorios, naciones y ámbitos hostiles como si fueran vagabundos. Una especie de penitencia fue interpretada por ellos.
Y aún en la mente del poderoso cazador yanki, esa penitencia continua la cual lo llevó a intervenir con los demás en Italia a pesar de ir contra los deseos de algunos funcionarios que le recomendaron no hacer nada. Sin embargo, su respuesta fue muy típica de William con un rotundo “vete a la mierda tu y tu burocracia”. Tan solo desea hacer lo correcto y regresa hacia aquel sitio que adoptó como parte de su nueva vida.
El golpe que el yanki le propinó a Daek hace que este se sintiera enloquecido por tener por fin una batalla contra alguien digno. Incluso su mandíbula está dislocada y no hace mas que entusiasmarlo.
El no muerto se pone de pie abruptamente, haciendo volar con su poder mágico color oscuro todos los escombros como una onda expansiva y la imagen atroz que mostró al revelar su verdadera forma regresa cuando se acomoda la mandíbula y centra la mirada en el humano de pelo color gris lleno de tatuajes:
Daek: “Si, esto se siente se maravilla” —se truena el cuello— “hacía tiempo que no me golpeaban así. Supongo que tú eras el cazador mas fuerte de este planeta”
William: “William Scott ¿y tú eres?”
Daek: “Daek, rey de los no muerto, pero Daek está bien. ¿Podríamos empezar? Esta basura de protocolo me está aburriendo”
William: “Claro” —exclama sonriendo
Daek: “¿Huh?”
Cuando el no muerto mira hacia sus pies, se encuentra con fuego y metal liquido chocando entre si en una mezcla de calor y material endurecido. William había planeado atacarlo de manera inteligente, pero esa fue solo una estrategia aislada porque la verdadera táctica es saltar y con su puño listo le golpea lleno en el centro del rostro y lo manda a volar de nuevo contra los escombros.
En el proceso su cuerpo se desprende de las piernas a la altura de las rodillas.
El ex candidato a emperador ríe a carcajadas mientras elogia ese movimiento del humano llamándolo como “una gran suerte que le sigue a un gran golpe”.
William mira los pies de Daek como se regeneran a una velocidad preocupante. Tiene sentido al pensar que Daek es clase no muerto y que su poder mágico es inmenso a diferencia de otros monstruos de mazmorra por lo que puede recuperar miembros en cuestión de segundos y sin necesidad de manifestar un circulo mágico. Lo hace casi al instante y natural:
William: “Este tipo va a ser un verdadero problema si no veo como hago con su capacidad de regeneración” —piensa preocupado
Daek: “¿Qué pasa humano? ¿ya te disté por vencido?”
William: “Para nada solo que eres molesto con tu tono de voz”
Daek: “¡Jajaja, eres divertido humano!” —se pone de pie y coloca sus manos en los bolsillos adoptando una pose de matón— “enserio lo diré, voy a disfrutar mucho romperte cada hueso y devorar tu carne. Será un deleite para mi”
William: “Parece que bromea, pero siento una sed de sangre y aura de muerte y oscuridad que emana de él. Tengo que tener mucho cuidado”
William da un paso hacia el frente, pero siente una fuerte presión que lo obliga a detenerse. Al ver hacia sus pies, nota círculos mágicos de los cuales salen cadenas que se enrollan desde sus pantorrillas hasta las rodillas.
Mira al frente y ve a Kerba al lado de Daek con sus manos extendidas en dirección hacia el norteamericano. En ese momento se da cuenta de que usa magia de sellado y en un instante la batalla se volvió en desventaja de dos monstruos muy poderosos contra él.
Confundido por lo que pasa, William intenta zafarse con toda su fuerza física imbuida en energía mágica de los elementos que manipula, pero sin suerte. La magia de sellado de la poderosa ninfa y ex candidata a emperatriz es demasiado para ser manejado.
Sin embargo, Daek se inclina para mirar fijamente a Kerba, con expresión tétrica lejos de la que esbozaba hace instante:
Daek: “¿Qué es lo que crees que haces?”
Kerba: “Te doy mi apoyo”
Daek: “¿Acaso te pedí que lo hagas? Libera tu magia o tu cráneo se separará del cuerpo”
Kerba. “Eres verdaderamente molesto Daek”
William: “Las cadenas…se están disolviendo” —se siente más ligero y nota como la magia de sello desaparece
Daek: “Ahora aléjate y vete a pelear con otro insecto. De este yo me encargo”
Kerba: “Si, si, haz lo que quieras” —dice eso, pero el motivo por el que acepta es porque cuando Daek se siente furioso, es cuando mas sale a la luz su verdadera forma de no muerto
Lo que le llama la atención a William es como prefiere pelear sin interferencia de sus aliados, lo cual llega a elogiar sin duda y le da una perspectiva un poco mas tranquila a la pelea, porque sin duda que va a usar todo su poder.
Desde la batalla en el Central Park que no usa todo su potencial ni tampoco en su estadía en África.
Se para firmemente y apretando sus puños lanza un estallido de energía que agrieta todo a su alrededor con una onda expansiva. Los músculos se tornan masivos y las venas empiezan a hincharse. Daek presencia eso y siente como el maná brota del cuerpo del humano de forma descomunal.
Púas sobresalen de su cuerpo, en rodillas, codo, nudillos y a lo largo de su columna mientras que los hinchados músculos empiezan a deshincharse hasta reducirse bastante y su apariencia llama poderosamente la atención ya que ahora no parece un muchacho de cuerpo escultural casi como un fisicoculturista sino mas bien un practicante de fitness. Su cuerpo está tonificado mas allá de lo que un ser humano podría y con ayuda de la magia de metal, reforzó los huesos, músculos y tendones para evitar los daños mas críticos.
En su tiempo con la tribu africana, William aprendió a no basar todo en su fuerza descomunal sino ayudar a rendir en el combate cuerpo a cuerpo gracias a las capacidades mágicas de los elementos que mejor domina en este caso el metal, pero también con el fuego alcanza un apoyo vital en caso de necesitar ayuda para contraatacar a distancia.
Sin darle un instante de poder reaccionar, William se impulsa gracias a llamas que salen de la planta de sus pies y con ello se acerca hasta quedar cara a cara con el no muerto, a quien golpea en el rostro no una sino varias decenas de veces. Un total de treinta puñetazos feroces con toda la fuerza que posee caen en su mayoría en el rostro y otros tanto en hombros y pecho. El ultimo golpe da en el estomago y lo manda violentamente contra una gran columna que da hacia la entrada, pero en el camino detiene el empuje con ambas manos hundidas en el suelo y con expresión feliz pero demacrada exclama:
Daek: “Impresionante, literalmente comprimiste tu cuerpo y con ayuda del poder mágico lo fortaleciste. Tu velocidad y fuerza no fueron comprometidas. ¡Eres brillante para los combates!”
William: “¡Tsk, maldición! Esta es una técnica que no esperé usar y la verdad que no me conviene, pero es la única manera de enfrentar a estos monstruos. Sin embargo, no le hice casi nada de daño” —piensa al ver que el daño fue mínimo gracias a el nivel de regeneración de Daek
Daek: “Quiero preguntarte algo antes de continuar”
William: “¿Qué quieres?”
Daek: “Hablas de volver a un lugar ¿crees que tenerlo llenará un cierto vacío?”
William: “No entiendo lo que dices, pero si esto se volverá un maldito monologo entonces la batalla quedará manchada”
Daek: “Eres de los que prefieren hablar con los puños. Me agrada, sin duda que si”
La boca que transita desde el cuello hasta el vientre vuelve a aparecer, así como su boca abierta de lado a lado y la lengua larga que escupe acido negro y un dialecto que vocifera sin sentido alguno. Su forma verdadera está en proceso.
Un aura macabra lo envuelve color purpura y negra al mismo tiempo que una presión increíblemente poderosa hace doblegar a William. Lo hace hincar la rodilla y apenas logra sostenerse.
El aura se vuelve torbellino y este se disipa abruptamente, revelando una forma tan demencialmente terrorífica que podría llenar de miedo los corazones que lo vean. Su cuerpo está cubierto apenas por huesos que sobresalen de color negro como si fueran placas de armadura. La mitad de su rostro, la que cubre desde la nariz, ojo, orejas y toda la cabeza posee una especie de casco de igual color que las placas en su cuerpo.
Los brazos se afinaron y las manos dejaron de poseer la forma de cinco dedos como la de un humano, abandonó su forma con la que decidió adaptarse a la tierra con el fin de infiltrarse en la sociedad y muestra cuatro garras largas y una palma pequeña al igual que sus pies. Apenas se ven tres garras y una larga cola en punta filosa. Finalmente, dos aladas que salen de su espalda permiten que pueda adoptar la perfección en el vuelo:
Daek: “Permíteme presentarme oficialmente humano, soy Daek el rey de los no muertos y esta es mi verdadera forma… ¡Gárgola definitiva!”
William: “Si, sin duda que es impresionante”
Los ojos de William se cierran y al abrirlos en un microsegundo ve las garras de Daek acercarse a la altura de esa zona. A duras penas logra esquivarlo moviéndose a un lado y por instinto de combate lanza una patada a el brazo.
Sin embargo, el impacto contra la dura armadura ósea se siente a tal punto que es obligado a retroceder y ve que pasó en ese breve intercambio de golpes. Levanta un poco el pantalón y nota que en la pierna tiene un moretón producto de haber golpeado contra esa superficie tan dura. Se lleva la enorme sorpresa de que vencerlo a puño limpio solo con fuerza no servirá:
Daek: “Esa fue una buena respuesta. No imaginé que pudieras seguirme el paso con velocidad” —reconoce la capacidad combativa de William
William contraataca de nuevo usando su velocidad explosiva para golpear con el puño al costado del cuerpo del no muerto, pero apenas lo arrastra unos metros. Rápidamente William arremete varias veces, esta vez atacando a todo el cuerpo del monstruo con patadas, codazos, puñetazos, rodillas, todo lo que alguna vez aprendió en su juventud de diferentes maestros en el mundo lo vuelca en esa batalla en la que su vida pende de un hilo fino.
De repente, Daek toma ambos brazos de William y de un cabezazo al rostro consigue romperle la nariz al yanki y abrir un poco su frente. La reacción del ghoul es de asombro porque no pudo reventarle el cráneo de lleno con ese explosivo cabezazo por lo que prosigue a atacarlo de nuevo con el mismo movimiento.
Entonces y con mareos, William le devuelve el gesto antes de que él lo haga y lo obliga a retroceder de nuevo. El dolor es intenso y el liquido vital brota de su frente. Daek disfruta mucho de las heridas que el humano le ocasiona sin piedad, por ese motivo ríe a carcajadas y lo elogia todo lo que puede para atacar con su filosa cola de frente.
Uno de los ataques impacta en el hombro derecho de William, causándole un severo daño hasta que la punta de la cola atraviesa la carne y hueso, una herida de lado a lado que reduce no solo sus posibilidades de enfrentarlo mejor sino también de sobrevivir al combate. Acto seguido lo toma del brazo izquierdo y arroja contra lo que queda del Vaticano, a punto de colapsar en su totalidad si no fuera por la férrea estructura con la que fue construido.
El cuerpo de William impacta contra las ventanas y continua hasta atravesar varias paredes:
Daek: “Vaya, es increíble que un humano haya sido capaz de herirme… ¿oh? Vaya” —se toca la frente y nota que no se regenera a la velocidad de siempre— “incluso te las arreglaste para que mi capacidad de regeneración se ralentizara. Eres muy interesante…William”
Una sombre se aproxima por atrás y con ambas manos juntas le golpea la cabeza, pero antes de ello Daek cruza los brazos para recibir el impacto:
William: “¡Jajaja! ¡¿verdad que soy asombroso?!” —grita, eufórico, habiendo olvidado lo que era combatir por su vida, una sensación de felicidad recorre el cuerpo del yanki
Daek: “¡Si, ni en mis millones de años de existencia habría imaginado a un ser inferior que pudiera pelearme de igual e igual! ¡es sublime!”
William: “¡Mucha palabrería! ¡estamos combatiendo!”
Una gigantesca explosión de rocas, polvo y tierra opaca toda la plaza y acompañado por una onda expansiva, los golpes impactan con mayor potencia.
En un instante, William iguala la velocidad de Daek y sin sacarse diferencia alguna intercambian puñetazos, causándose daño físico inmenso pero la adrenalina en el humano lo impulsa a superar sus propios limites como raza. Mientras tanto, Daek siente diversas sensaciones como incertidumbre, emoción, deseo de pelear por siempre, pero la mas importante de todas, ve como un igual a William. Alguien que lo iguala a pesar de su condición de inferior.
William detiene uno de los ataques con garra de Daek y en respuesta lo golpea con los nudillos cubierto de metal mágico en el rostro y aleja varios metros, sin embargo, lo toma de la cola y gira varias veces hasta que suelta al no muerto para que golpee contra escombros acumulados muy cerca del edificio principal del vaticano. El yanki, también, que su pelea suceda lejos de donde están los demás de Victory:
Daek: “Brillante, sin duda que eres brillante. Jamás había peleado contra un ser como tú. Es verdad que Astapoh, Zarael o Leza están en un nivel completamente diferente ni hablar Dramozuk pero es la primera vez que disfruto de una buena batalla contra si”
William: “El sentimiento es mutuo. Ya había olvidado lo que es usar todo tu poder y no saber si quien está al otro lado puede soportar la envestida”
Daek: “Veo que tenemos ese problema de ser más débil que un pequeño grupo, pero más fuerte que la mayoría. No hay duda de que te ganaste mi respeto”
William: “No podría decir lo mismo”
Daek: “Es normal, nosotros queremos arrasar con tu mundo”
William: “Por eso tengo que aplastarte cueste lo que cueste”
Daek: “Lo mismo digo. Eres peligroso y tu mera existencia podría ocasionar problemas a futuro ¿lo entiendes?”
William: “Estamos de acuerdo”
Daek: “Antes quiero preguntarte lo de antes”
William: “¿Qué cosa?”
Daek: “Mencionaste un lugar al que desea regresar ¿a qué lugar te referías?”
William: “Antes de estar en África, yo vivía en los Estados Unidos era un héroe, era una celebridad. Mucho mas que un presidente o actor, pero mi arrogancia hizo que cayera al abismo y tuviera que resurgir desde el exilio. Sin dinero, mi prestigio e influencia se esfumaron. ¿Sabes? Nunca estuve resentido con esa persona que me mostró la diferencia entre ambos no solo de poder o fuerza, sino también de humanidad. Ahora llamo mi hogar a ese rincón pequeño con casas precarias, pero con gente maravillosa. Deseo volver a ese lugar para protegerlos de monstruos como tu que viene a lastimar”
Daek: “Interesante visión. Tengo mucha curiosidad porque como no muerto no tengo un lugar al cual desear regresar, un hogar, mas bien soy un errante pedazo de carne que dejó de pensar de donde proviene hasta que ahora me pregunto ¿Qué es un hogar? ¿A dónde debo regresar? Es irónico, soy una entidad que rebasa la lógica, pero sufro desde hace millones de años la ausencia de ese sitio especial. Tan solo…sigo caminando sin rumbo…buscando algo…en fin, voy a terminar con esto. Fue un placer humano…no, William Scott”
William: “No diré que fue un gusto conocerte, pero chocar puños contra ti me devolvió a ese lugar que tanto me ha hecho bien. Voy a darlo todo en este último golpe”
Daek: “Yo igual”
Daek extiende a un lado el brazo derecho con las garras manifestando descargas eléctricas negras que queman el oxígeno a su alrededor y emiten vapor oscuro. Sus alas se extienden y baten con fuerza para despegarse del suelo y encarar a toda velocidad contra William. Por su parte, el humano envuelve sus brazos metálicos en llamas y relámpagos a todo poder mientras que su cabello se eriza. A medida que los segundo se acercan a contabilizar los 30 minutos que le permiten estar a la par de un monstruo rango SSS+, el cansancio y la tensión corporal lo incomodan y hasta duele en diversas partes del cuerpo:
William: “Aquí…viene… ¿huh?” —apenas se da cuenta de lo que sucede
Daek le corta el brazo izquierdo a William con sus garras y para evitar alguna clase de sanación capaz de reincorporar su extremidad, deja que las descargas eléctricas oscuras cautericen la zona cercenada. El estadounidense mira incrédulo mientras que el brazo da vueltas en el aire. No solo él queda en shock, también Jeff, su mano derecha y los miembros de Victory:
William: “¡No, no voy a ser vencido por ti!” —con su puño derecho lo golpea en el rostro y de los nudillos expulsa todo el poder del fuego y rayos que posee— “¡Voy a regresar a mi nuevo hogar! ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!” —grita para darse toda la fuerza necesaria
Daek: “¡¿Qué mierda está pasando?! ¡t-tengo que retroceder, es muy peligroso…!”
Daek intenta apartarse, pero siente su cuerpo pesado.
Cuando se da cuenta, su cola está atorada debajo de la exila del lo que fue el brazo izquierdo del humano. Ese pequeño espacio impide que la cola se libere mientras tanto, William sigue gastando todo su maná en ese ataque que lentamente calcina su cabeza.
William recuerda lo que alguna vez le indicaron para cuando tenga que enfrentar a algún no muerto:
William: “Jamás creí que lo que ese cazador de rango C+ me dijo aquella vez fuera tan conveniente. Para derrotar a cualquier no muerto, no importa el rango, es borrar de la existencia a su cabeza”
El rey de los no muerto es incapaz de poder salir y como si fuera una visión que se manifiesta previo a la desaparición de su existencia, exclama arrepentido:
Daek: “Haaaa, que indignante ser derrotado, pero…por fin se a donde debo ir…cual es mi lugar al que regresar”
William: “¿Huh, donde?” —sale de su boca lleno de curiosidad
Daek: “A la nada mismo…soy un no muerto…así que…tengo que regresar a donde la muerte estuvo buscándome…”
La cabeza de Daek desaparece por el estallido de poder mágico que salió del puño de William. Lo que queda del cuerpo se desintegra lentamente y William ve con cierta nostalgia a ese guerrero que lo llevó de nuevo a ir mas allá de sus límites. Se siente completo y con una sonrisa se desploma en el suelo, agotado y cubierto de heridas.
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