Me convertí en un Príncipe Demonio - 193
(Perspectiva Aramis)
Tuvimos que mantenernos alertas a causa de la presencia de los orcos caníbales, por lo que nuestro viaje se extendió varias horas más, pero…
-Aquí estamos, Tilcara (Teniente)
-Fue un viaje verdaderamente agotador (soldado c)
Yo estoy completamente exhausto, tener que estar montado en un caballo durante tanto tiempo… estoy acostumbrado a trasladarme en mi cómodo carruaje.
-De todas formas, nuestra misión todavía no termina, así que no podemos relajarnos (Teniente)
Nos detenemos en la entrada de Tilcara, es la ciudad que está más próxima a la frontera con el territorio demoníaco. El próximo paso sería ir hasta la aduana que crearon los demonios para esperar a los príncipes.
-Deberíamos hacer algunos preparativos antes de encontrarnos con los príncipes demonio (Teniente)
-¿Qué es lo que quiere que hagamos teniente? (soldado a)
-Ustedes tres vayan a la aduana a esperar a que lleguen los príncipes, si los ven llegar que uno venga a avisarnos, mientras que los otros dos se quedan a recibirlos (Teniente)
-Sí Teniente (soldado a)
-Sí Teniente (soldado b)
-Sí Teniente (soldado c)
-Escuchen, los demonios encargados de la aduana están informados de que iremos a buscar a los príncipes, así que espero que no generen ningún tipo de conflicto (Teniente)
-Descuide Teniente, puede estar seguro de que no causaremos ningún inconveniente (soldado a)
Solo con verse el ambiente siempre se pone tenso entre demonios y hombres bestia… o mejor dicho, entre demonios y cualquier otra raza. Pero, supongo que se sabrán controlar… no es momento para estar peleando.
-De acuerdo, vayan hacia la aduana
-Sí Teniente (soldado a)
-Sí Teniente (soldado b)
-Sí Teniente (soldado c)
Los tres solados comienzan a cabalgar hasta que dejo de poder verlos.
-Muy bien, nosotros deberíamos encargarnos de encontrar un hotel donde se puedan hospedar los príncipes, no sabemos a qué hora llegarán, así que es mejor pensar que pasaremos la noche aquí… además, a nosotros también nos vendría bien un descanso, necesitamos que nuestros sentidos estén al cien por ciento (Teniente)
-Me parece una excelente idea Teniente, busquemos el hotel más caro de la ciudad, tenemos que dar una buena impresión
-Como usted diga Príncipe Aramis (Teniente)
Esta también será una buena oportunidad para poder tener una charla con los demonios, quiero ver cuáles son sus intenciones, sobre todo las de Leonte con respecto a la competencia.
-Entonces, andando (Teniente)
Nos bajamos de nuestros caballos y nos predisponemos a ingresar a la ciudad de Tilcara.
-Alto ahí (guardia)
El guardia de la ciudad nos detuvo antes de que pudiéramos ingresar.
-Identificación por favor (guardia)
-Soy… (Teniente)
-Yo me encargo
Me adelanto al Teniente.
-Príncipe Aramis (guardia)
-Exactamente ¿Es realmente necesario que te muestre mi identificación?
-Por supuesto que no, pueden pasar sin problemas (guardia)
Tanto mi rostro, como el del resto de mi familia es bien conocido en todo el Reino… mi padre se encargó de esto para que no tengamos problemas para ingresar en cualquier lugar.
-Antes de ingresar, me gustaría hacerle una consulta
-Lo que desee Príncipe (guardia)
-Dígame ¿Cuál es el mejor hotel de la ciudad?
-…Ese sería La Garza, que se encuentra cerca de la plaza principal, lo verá fácilmente y estoy seguro que cubrirá todas sus necesidades (guardia)
-Perfecto, ya sabemos a dónde nos tenemos que dirigir Teniente… así que andado
-Gracias por la información (Teniente)
-No hay problema (guardia)
Finalmente ingresamos a Tilcara.
-Miren ¿Ese no es el Segundo Príncipe? (hombre bestia a)
-¿Aramis Gevaar? (hombre bestia b)
-Sí que es él, nadie más podría llevar ese atuendo real (hombre bestia c)
-Hay que demostrarle nuestros respetos de inmediato (hombre bestia d)
Todas las personas se empiezan a arrodillar a medida que camino delante de ellos.
-Gracias, gracias
No me gusta tener que estar saludando a las personas… pero, es parte de ser príncipe.
-Príncipe, tal vez deberíamos intentar llamar menos la atención (Teniente)
El Teniente me susurra al oído.
-No pienses que ocultaré mi bello rostro
-Pero, se supone que… (Teniente)
-Suficiente, ya te dije que no
Que molesto…
-Segundo Príncipe Aramis, es un placer poder recibirlo en nuestro hotel (gerente)
Parece que le dieron aviso al encargado del hotel de que estábamos viniendo hacia aquí. Todos los empleados estaban a las afueras esperando formado dos filas y haciéndome una reverencia.
-Por favor, dejen que llevemos sus caballos al establo (gerente)
-Se lo agradezco (Teniente)
Les damos nuestras riendas a dos de los empleados y estos se llevan nuestros caballos.
-Me agrada su recibimiento
-Suspiro- (gerente)
-Me alegra que sea así (gerente)
Parece que el gerente estaba un poco nervioso.
-Les doy la bienvenida a La Garza (gerente)
Ingresamos al hotel y de inmediato se puede ver que es de lo más lujoso, es realmente grande, con paredes adornadas con cuadros increíblemente pintados, muebles de terciopelo e iluminado con candelabros de cristal… creo que es aceptable para un Príncipe.
-Escucha, necesitaremos tres habitaciones… una de cuatro personas, otra de dos y una última exclusiva para mí
-Arreglaremos las habitaciones más lujosas, que tenemos a nuestra disposición, para ustedes (gerente)
-No hace falta, con que me den su mejor habitación a mí es suficiente
-Como usted diga… ya lo escucharon ¡Muévanse! (gerente)
Todos los empleados se dispersan.
-Príncipe, entiendo que yo y mis hombres no requiramos de una habitación como la de usted, pero ¿No debería pedir una con mayores lujos para nuestros invitados? (Teniente)
-Teniente, aunque son Príncipes siguen siendo demonios… así que deje de contradecir mis acciones
Tienen que agradecer que los estemos alojando en un hotel, deberían dormir en su carruaje…
-Encárguese del resto de cosas, yo iré a mi habitación a esperar
-…De acuerdo… nos vemos luego (Teniente)
-Por aquí Príncipe (empleado)
Necesito mi baño de inmersión y burbujas.
[…]
(Perspectiva soldado a)
-Me molesta tener que esperar cerca de estos demonios (soldada b)
-Ya cállate, hay que evitar tener problemas
Les dimos aviso, a los demonios encargados de la aduana, que estábamos esperando a los príncipes y estos nos pidieron que aguardáramos de nuestro lado del territorio, no quieren que ingresemos a su Reino aunque solo sea un paso… no puedo culparlos por ser precavidos, nosotros haríamos lo mismo.
-Hace un tiempo que estamos esperando ¿Ustedes creen que llegarán hoy? (soldada c)
-Hoy o mañana, no importa… si tenemos que acampar aquí acamparemos, no tenemos mucha más opción
-Que fastidio (soldada b)
El sol ya se está escondiendo y la noche está llegando, por lo que lo único que nos queda por hacer es sentarnos en el suelo y seguir aguardando pacientemente.
-¿Creen que el asesino de ejércitos sea tal cual como lo describen los rumores? (soldada c)
-No lo sé, capaz los rumores exageran, siempre lo hacen… (soldada b)
-Puede ser, pero tal y como dijo el Teniente… si lo aceptaron como candidato a Caballero Real… (soldada c)
-No importa, sea cierto o no nuestro trabajo es escoltarlo nada más… (soldada b)
Parece que cada uno expresa sus nervios a su manera… por mi lado, yo solo espero poder cumplir con las órdenes del Teniente sin problemas.
-¡Se aproxima el carruaje Real! (demonio)
-Bueno, parece que es hora de saber que tan cierto son los rumores
Los tres nos ponemos de pie y sacudimos nuestras ropas.
-De todas formas, uno de nosotros tiene que regresar a Tilcara para dar aviso al Teniente y al Príncipe Aramis (soldada b)
-Yo me encargo (soldado c)
-Cobarde… (soldada b)
-Si prefieres ir tú, no tengo inconvenientes (soldada c)
-No, yo sí quiero ver al asesino de ejércitos (soldada b)
-Entonces no te quejes (soldada c)
-No es momento para peleas
Más que soldado parecen niños.
-Me adelanto entonces (soldada c)
-Muy bien, solo recuerda esperarnos en la entrada de Tilcara
-De acuerdo (soldado c)
-No vemos luego
-Suerte (soldado c)
-Gracias
Mi compañero monta su caballo y retorna a Tilcara.
-¿Podemos dejar ingresar a los Príncipes a su territorio? (demonio)
-Por su puesto
-Entonces ¡Déjelos pasar! (demonio)
La barrera se abre y el carruaje se mueve hasta llegar delante de notros.
-Suspiro-
La puerta del carruaje se abre y al primero que vemos salir es a un demonio de cabellera plateada, este debe ser el Primer Príncipe Dantalian Soralla.
-Es un honor poder recibirlo Príncipe
Yo y mi compañero le hacemos una reverencia a Dantalian.
-Es un gusto conocerlos, asumo que son los soldados que nos escoltarán hasta la Capital (Dantalian)
-Así es, pero primero nos gustaría que puedan encontrarse con nuestro Teniente y con el Príncipe Aramis, que los aguardan en Tilcara, la ciudad más próxima de la frontera
-¿El segundo Príncipe ha venido a escoltarnos? No había necesidad (Dantalian)
-Queríamos recibirlos de la mejor manera
-Ya veo… supongo que está deseoso de vernos… (Dantalian)
-Totalmente, ya quiere conocerlos
Pese a ser un demonio, Dantalian, tiene un aspecto amigable que me hace pensar que es una persona en la que puedo confiar, además de que se está comportando cortésmente.
-Dantalian, bajaré a estirar las piernas (Leonte)
Una segunda persona desciende del carruaje… pelo totalmente negro, ojos rojos rojizos y está portando una mascarilla… este es…
-Leonte, te dije que te mantuvieras en el carruaje (Dantalian)
-Lo sé, pero yo también quiero ver el territorio de los hombres bestia (Leonte)
Su aspecto es tan intimidante como el que dicen los rumores… no puedo decir que se trate de su aura de poder, pero mi pecho se comprime un poco por alguna razón y estoy bastante seguro de que Leonte tiene que ver con esto, hay algo en él que me hace tenerle miedo.
-¿Se encuentran bien? (Leonte)
-Sí… es un honor conocerlo…
Temblando un poco hago una reverencia.
-¿Eres el asesino de… ejércitos? (soldado b)
Leonte se queda viendo a mi compañero.
-Por favor, solo llámame Leonte, no me agrada mucho ese apodo (Leonte)
Pese a su aspecto, su actitud insinúa que es una persona agradable, pero todos mis sentidos me dicen que debo alejarme de él… siento como si algo estuviera deseoso de consumir mi vida.
-Su territorio es muy similar al nuestro… (Leonte)
-Eso es porque estamos, literalmente, a metros de nuestro Reino… (Dantalian)
-Buen punto… entonces, nos apuremos a ir a la ciudad, estoy ansioso por ver más sobre el Reino Bestia (Leonte)
Leonte vuelve a subir al carruaje… y mis sentidos se tranquilizan… fue aterrador.
-Muy bien, ustedes guían (Dantalian)
-Espere Príncipe
Detengo a Datalian antes de que regrese a su carruaje.
-¿Qué sucede? (Dantalian)
-Lamento molestarlos, pero debo pedirles que su cochero se quede en su territorio, solo tenemos órdenes de escoltarlos a ustedes dos
-…Ya veo… de acuerdo, ya escuchaste, regresa a la aduana (Dantalian)
-Como usted ordene Príncipe Dantalian (cochero)
El cochero se baja de su asiento.
-Puede utilizar nuestro caballo para regresar si lo quiere
-Eres muy amable, si no hay inconvenientes aceptaré su propuesta (Dantalian)
-En absoluto, no les avisamos de esto, por lo que es mi deber solucionar los inconvenientes que generé
-Muy atento de tu parte (Dantalian)
Le doy las riendas de mi caballo al cochero.
-Gracias (cochero)
-No hay problema
El cochero monta en mi caballo y regresa a la aduana.
-Yo seré su cochero
-Si querían dar una buena impresión lo están logrando, espero que sea lo mismo con el Príncipe Aramis (Dantalian)
-Me complace saberlo y le aseguro que Aramis es una gran persona, se llevarán muy bien
-Confío en tus palabras (Dantalian)
Dantalian sonríe y luego se sube a su carruaje.
-Muy bien, tú escolta el carruaje mientras yo lo conduzco
-Desde luego (soldado b)
Parece que las cosas han salido bien, la presencia de Dantalian facilitó mucho las cosas… me alegro de que Leonte no viniera solo… ahora espero que el Príncipe Aramis se pueda comportar adecuadamente… siendo Leonte su rival en la competencia por el puesto de Caballero Real y conociendo su personalidad…
-Suspiro-
En verdad espero que no haga enojar al Príncipe Leonte, algo me de dice, con mucha certeza, que nada bueno nos ocurrirá si ese demonio decide pelear en nuestra contra.
Comments for chapter "193"
QUE TE PARECIÓ?
Su intuición no le falla