EL ASESINO DE DIOSES (Volumen 1) - 11
En la entrada a la ciudadela, Liliana observaba el caótico concilio usando unos binoculares sacados de la gorda mochila dejada en las escaleras de piedra. Le ordenaron retornar al recinto, más no adentrarse, por lo que no desobedecía a Zagreo, posiblemente se llevaría un regaño a pesar de recalcar el vacío legal. Se preocuparía del agravio en su momento, no pretendía perderse de la reunión de los acólitos.
Si algo heredó del brujo, fue la capacidad de adaptarse a las adversidades y armar un plan en segundos, además de una intensa hambre de conocimiento legado por la reina de corazones. La interacción de diferentes razas de pasados conflictos le llamaba la atención. La acercaba a conocer el mundo exterior.
—Juntar vampiros y bestias en un lugar cerrados… ¿Cómo a padre se le ocurrió algo así?
Liliana pensó en voz alta al presenciar la confrontación de los hermanos Stroker delante de Natch. Suspiró aliviada por la intervención oportuna de Zagreo y se extrañó por no ver a Risha en ninguna parte.
Los años de aislamiento y la poca interacción le hizo ganar la tendencia de hablar sola, cosa que llegaba asustarla, pensando que se estaba volviendo loca. La madre la consoló relatando que la soledad ayudaba a las personas a conocerse a sí misma y no tenía nada de malo esas costumbres que armaron su personalidad.
Entre los rasgos de Liliana residía una profunda confianza en el brujo, nunca dudaba de él y sabía que podría detener el botín, deseaba aprender de él, otra razón por la que no presentía apartar la atención del concilio.
Lo que llegó a atemorizarla fue como el padre podría detener dos conflictos a la par, si lograba calmar uno, el otro habrá ganado fuerza en ese tiempo y la matanza sería indetenible. Los acólitos en los emisarios y la de los batallones al ras de la barrera.
Creía conocer bien al brujo, no era alguien que dejara todo al azar y mucho menos permitía la existencia de huecos. Se decía mentalmente “Mi padre tendrá un plan” y ese pensamiento se volvió profecía y resultado inesperado esperado.
Una bruja de oscuros trajines actuó en defensa de los elfos. Se puso en primera línea en medio del choque de las tribus, ganando tiempo a los acólitos.
Liliana creía que de existir alguien apoyando a Zagreo en controlar a las tribus, esperaría a alguno de sus padres o a Risha. Consideraba a la druidesa la acolita más leal, ese título se lo ganó a pulso al permanecer bajo el mando de la reina de corazones desde que ha tenido uso de razón, a diferencia de los otros, los cuales apenas conoció hace dos años.
Pensó que sería algo parecido a esa enigmática aliada, presentada como “Nyx”. Para Liliana ese nombre le resultaba parecía peculiar, casi tanto como la apariencia de la fémina, trayéndole una mezcla de familiaridad y desasosiego.
Aquella sensación era una astilla flotante en el infinito espacio de la menta, envuelta en una bruma de memorias. Impulsada por una vaga curiosidad, escrutó a detalle la figura de Nyx por un largo tiempo, a la espera de que alguna característica en la indumentaria fuese la guía a ese fragmento diminuto en su cabeza.
Una amalgama de sensualidad y oscuridad, una indumentaria hecha de negro cuero brillante, adornada por enredaderas de cadenas plateadas en los guantes, medias de red y un cinturón compuesto de cabezas de muñeca acoplados a huesos amarillentos de seres de los que no se podría deducir su pertenecía a simple vista. En los hombros cargaba un par de hombreras en forma de rostros humanos retorcidos en desgarradores lamentos sin voz, en medio de una macabra joyería de material óseo colgando en el cuello.
La temática de sadomasoquismo y las marionetas le hizo pensar en algunas noches en vela, enfrascada en los tomos de la biblioteca específicamente sobre temas de esotérica y ocultismo, específicamente sobre un lugar.
El bazar de la necrosis, así era como lo llamaban. Una misteriosa ciudad oculta en un gueto, en donde comercializaban objetos y escuelas de magia oscura. Destacaba un arte de las ecuaciones prohibidas conocida como el vudú, basada en el uso de maleficios por medio objetos, principalmente en forma de títeres.
No pudo conocer mucho sobre esa locación, su madre se lo arrebató excusándose de que algunos libros estaban prohibidos para ella y desde entonces fue más cuidadosa con los temas de lectura que podía estudiar Liliana.
El tema del sadomasoquismo le ruborizó las mejillas y la empujó a curiosear. Años atrás descubrió de causalidad un manuscrito de prácticas de dominación en el escritorio de la madre. No pudo leer mucho al ser descubierta por Mahou, se lo quitó, prohibiéndole tomar libros que no fuesen parte de la lista de los que tiene permitido, frustrando a Liliana, para ella la mayoría y lo mejor de la basta colección de los Kruger se prohibía para ella.
El tiempo acabó nublando las memorias de esa última experiencia, retornando de nuevo a ella al ver a esa extraña persona vestida en cuero. Algo inquietaba a Liliana, no podía dejar de mirar a Nyx y su actuar delante de las tropas, le intrigaba y la incomodaba a la par.
Era la personificación de todo lo que le se le tenía prohibido y andaba libremente en el jardín. Parecía atemorizante y hermosa a la par, una belleza macabra, la expresión máxima de la libertad.
Esas cabezas flotantes usadas como herramientas, era tan extraña y fuera de sintonía en el gueto, un lugar supuestamente seguro para ella y para todos sus habitantes, aun al filo de una guerra interna.
Liliana se decía que no debía tener miedo, sus padres estaban cerca de ella para protegerla, todo saldría bien al final, confiaba en ellos y eso la sentía segura a la par de osada al desobedecer parcialmente las ordenes que se le dieron.
Envalentonada dio rienda suelta al fetiche de espionaje, se sentía como una agente de inteligencia de los rebeldes. Les contaría una gran historia a sus peluches para desahogar la emoción al apostar que ninguno de sus padres estaría disponible. Ella lo comprendía, por lo que se conformaba de momento para este placer perverso albergándola.
En un latir de corazón, el adorable rostro risueño fue fulminado y distorsionado en una mueca de espanto, al instante de que Nyx inclinó la cabeza en su posición y por un segundó creyó que le sonrió. Liliana pegó un quejido exagerado retrocedió apartando los binoculares del rostro, tras una bocanada de aire retomó la vigía, esta vez tomándoselo con cuidado.
La revelación de permanecer en el aquelarre de la luna sangrienta, fue una chispa convertida en la llamarada. Palabras en diferentes lenguas resonaban tenuemente en las tres facciones, esperanzados de que la bruja no fuese versada en idiomas.
—¿Quieres que creamos semejante delirio? —Una de las bestias, un ser cubierto de basto pelaje y una altura de tres metros, se puso delante de las tropas, encarando a la bruja sin ningún miedo—. La alianza masacró a las supervivientes de ese gremio hasta los cimientos, después del bombardeo a la vieja capital de Drakonis, Aladarian, en el día DT. Los templarios quemaron a las que pudieron capturar frente a las ruinas de la bóveda de cristal.
—¿Qué me dices de las hermanas serpientes? Las tres brujas legendarias concejeras de la blasfemia escamada, durante de la segunda Titanomaquia hace poco más de un siglo. —Nyx puso en duda el juicio de la oposición—. De ellas nunca se supo un destino final, y como se ha dicho desde el inicio de esta guerra… una de ellas anida en la cima de Paradys Harden, y si ella logró sobrevivir, no dudes de que otra rezagada lo pudo hacer.
—Ese hecho jamás fue comprobado. —Como muchos dentro de la rebelión, no creían por completo esa propaganda de los señores de la guerra—. Ni siquiera se sabe algo de esas tres brujas fuera de sus apodos.
» Esas brujas iban tapadas todo el tiempo, nunca hubo una descripción oficial de sus rostros, pudieron ser diferentes miembros compartiendo esos alias. Si su majestad, la reina de corazones es o no es “La mano invisible” de todas formas, no me importa, ella es poderosa y nos ha liderado bien hasta ahora. Lo que sí sabemos es que llegaste hace pocos meses, te dieron tu propio regimiento con la que ganaste una batalla ¿y te crees con la autoridad de darnos ordenes? Lo dijiste, no eres un acolito tampoco una Bramahur real, por lo que no estuviste para romper las cadenas de nuestra gente, como tampoco estuviste en los días de que el supremo nos reclutó. Fue capaz de unir a las tribus sacándonos de los guetos y de las tierras muertas.
—Una antigua amiga me llamó para pedirme ayuda y accedí al deberle una a Mahou. Llegué aquí a causa de la incompetencia de una idiota que perdió un arma irremplazable y necesitaban refuerzos. —Debido al casco no se apreciaba del todo las expresiones de Nyx, fuera de su boca, la cual parecía permanecer en esa soberbia actitud arrolladora y despreocupada, siempre sabiendo como contestar—. Bueno si un puñado de guardianes pudieron ultimarlo, pone en duda si realmente era lo que se presumía.
—¡¡El titan era un ser sagrado!! —reclamó la mujer bestia de rasgos felinos—. ¡Dio su vida por nosotros! Por su despertar prematuro y al ser un infante tuvo la desventaja ante el asalto de los Rhodantianos.
—No dije que no lo fuese… —Nyx se encogió de hombros—. Solo dije la verdad, la médium que tenía no supo cómo sacarle provecho y ustedes mismos lo saben, por eso vamos a enjuiciarla. Si alguno tiene un problema al respecto sobre mi forma de pensar, lo invito a venir.
El cascabeleo de las muñecas resonó en mayor potencia, esperando a que algo sucediese. El menospreciar a Frenyr, hizo que hasta los propios elfos perdieran voluntad de apoyar a la bruja.
La discordia se transmitió cual enfermedad en una fracción de los presentes de cada facción, preparadas para una incursión en masa, a sabiendas de que no importaba lo poderosa que fuese Nyx, no podría ganarles a todos.
Las corrientes de aire se agitaron, y Nyx vio cómo se acercaba volando Zagreo, seguido de colmenas de insectos, junto a otros brujos en el aire. En tierra las hordas de emisarios eran encabezados por Natch.
—Ha sido suficiente, Nyx —Descendió el brujo escoltando por Dimitri y Griselda, quienes recuperaron sus formas corpóreas—. Me ocuparé de aquí en adelante.
—Le quitas la diversión al juego… —Nyx no tuvo remedio que pasar la batuta a regañadientes a Zagreo, por lo que se apartó.
—Se lo que estabas tratando. —Se detuvo al pasar al lado de la bruja, viéndola de reojo en un semblante helada severidad, desaprobando sus acciones—. Querías derramar sangre, no les dijiste que tenías a tus semillas negras infiltradas entre sus filas, si atacaban recibirían un golpe por la espalda y tú los liquidarías, omitiste esa información.
—Era para probar su lealtad, por lo que acabas de ver, algunos si pensaban atreverse… —Nyx le dio una palmada en la espalda en faz de complicidad—. Ten cuidado con eso, una insurrección dentro de una rebelión sería la muerte para toda tu organización. ¿O qué? ¿Vas a castigarme?
Nyx puso el dedo índice sobre sus labios, en un descarado acto de falsa inocencia y arrepentimiento, cargado de una maliciosa libidinosa.
—Lo tendré en cuenta… —Cortante y frío, Zagreo continuó el trayecto.
—Un hombre duro y silencioso… —Describió al brujo en forma de burla—. Ya veo que vio Mahou en ti.
Escoltado por los acólitos, Zagreo se postró en el centro del concilio, frente a los soldados. Elfos, vampiros y bestias cada una de las razas han mostrado descontento en el poco tiempo que llevaban en Paradys Harden. Han quedado al filo de la histeria en luchas internas y la moral cerca de descender en el abismo, ante la memoria de la derrota en el Tridente.
—¡Guerreros del fuego oscuro! —proclamó Zagreo a todo pulmón. Delante la garganta se encendió un disco a modo de collar hecho de luz traslucida de colores azulados y blancos, amplificando la voz tal cual un micrófono—. ¡Los llamo así porque eso son! No solamente elfos, no vampiros, no bestias, no brujos y tampoco alterados o espers. Nos han llamado inhumanos para englobarnos, cuando somos más que eso, somos una estirpe guerrera en cuya sangre corre fuego. El enemigo ha tratado durante años de que lo olvidemos y los han dejado ganar durante siglos.
El ambiente se tornó pesado, los soldados de cada facción murmuraban duda y desconfianza, tensos por lo saber cómo deberían actuar o cual era el cometido de esas palabras. Los acólitos lo notaban y temieron el proceder del discurso.
«¿Qué pretendes hacer, Zagreo? …», Natch soslayaba atentamente las acciones del brujo.
—¿Quieren saber porque hemos perdido? —procedió escupiendo esa pregunta—. Durante años las razas han peleado entre si debido a sus diferencias físicas y culturales, hasta nos hemos matado entre nuestros propios hermanos, debilitándonos, perdiendo fuerza pensando que nuestro poder sería infinito, nos consideramos seres casi eternos dada nuestra longevidad, ¿Qué podían hacer unos animales parlantes como los humanos, que con suerte llegaban a los cuarenta años? ¡Se reprodujeron como una plaga!, ¡poblando el mundo conocido, y nosotros confiados de nuestra larga vida olvidamos el costo de la misma!, precedimos de reproducirnos, nuestra fertilidad decayó con el pasar de las décadas y nos superaron en número.
—¡No podemos colaborar con los vampiros, nos esclavizaron hace siglos! —gritó un caminante—. ¡Sería cambiar un amo por otro! ¿Cómo pretende que dejemos el pasado atrás?
—¡Esas bestias son animales! —defendió un vampiro—. ¡¡Nos masacraban en sus saqueos y cuando decidimos defendernos resulta que ellos son víctimas!!
—Exactamente por ese pensamiento los humanos siempre nos han ganado. —Reveló la obvia verdad, una que avergonzaba y no querían aceptar muchos de los testigos—. Siempre aferrados a conflictos pasados, matándose los unos a los otros, perdiendo poder. Los humanos se quedaron a observar, esperando la oportunidad esencial, preparándose, armando alianzas y por fin atacar al cansado ganador de esas trifulcas.
» En las dos Titanomaquías, cuando todo este miserable planeta se enfrascó en una batalla por la supremacía, fuimos vencidos por una alianza de humanos y varios de nuestros hermanos se les unieron usando tecnología replicada de los constructores. Aprovecharon el conflicto de los Albionix y los Dragnnis para poder ganarnos. Difasteimus Vulcanus el conquistador fue un visionario, pretendía acabar todas las guerras al unificar todo el continente, pero debido a los conflictos internos le costó su imperio y su raza ya jodida al filo de la extinción fue prácticamente diezmada. ¿Qué pasó con la mayoría de sus seguidores? ¿o con algunos de los descendientes de los inhumanos que sirvieron a los Templarios? Se que la mayoría de ustedes son jóvenes, pero algunos de aquí tienen sus años y no me dejaran mentir. Los convirtieron en esclavos, plantaron drogas y hormonas en las comidas que reducía la natalidad, controlando la población y reduciendo la probabilidad del nacimiento de seres con poderes debilitándonos poco a poco para parecernos cada vez más a ellos ¡Pretenden exterminarnos de forma lenta! ¡¿Eso es lo que quieren?! ¡Díganme! ¡¿Quieren que sus hijos y los hijos de sus hijos tengan un destino encaminado a la aniquilación completa?!
Los inhumanos rugieron en negación, acumulando una intensa flama furibunda en las entrañas, canalizadas y desperdigada en cada belicosa célula de las tres facciones. El fuego de la rebelión moribundo recobraba vida, necesitaba una chispa, una dorada.
—¡Creen que estamos débiles! —volvió Zagreo—. ¡¿Acaso eso es cierto?!
—¡Estamos más vivos que nunca! —Gritó Natch, uniéndose y los otros lo siguieron alzando los brazos al aire—. ¡Nunca volveremos a ser esclavos!
—¡¡Jamás volveremos a ocultarnos!! —Inspirada, Griselda entró en escena.
—A nosotros los magos nos limitan con sus leyes, obligándonos a seguir un dogma que predica la ignorancia y los que no lo sigan son considerados monstruosidades, hasta sus propias creaciones y armas vivientes las desprecian, tirándolas cuando ya no les son de utilidad o si vuelven demasiado poderosas como para ser controladas. ¡Ellos han pasado años tratando de debilitarnos y controlarnos! ¡Nos odian casi tanto como nos temen al igual que nos envidian! —Zagreo no se guardaba nada, seguía alentando y arrojando chispas a la hoguera—. ¡Somos más fuertes que ellos! ¡Somos más rápidos! ¡Los superamos en intelecto! ¡Y por todos los dioses que existen hasta cogemos mejor que ellos! ¡¿Por qué otra razón hay tantos híbridos?! ¡Díganlo!
Estallaron carcajadas y buyas en los soldados, todo ápice del conflicto interno se esfumaba, cada vez las facciones se unían en una sola.
—Separados nos han vencido, unidos haremos la diferencia ¡¡Hagamos esto juntos!! ¡Maldita sea! ¡¡Acabemos esto juntos!! Cuando vuelva a la batalla, los quiero a mi lado, como todo un pueblo unido, una única tribu ¡¡Somos una gran nación que nacerá de las cenizas de los viejos conflictos!! Frenyr, Alpiel, nuestros hermanos, el clan Dragnnis cayeron en batalla para darnos una oportunidad
» ¡Que su sacrificio no sea en vano! ¡¡Conviértanse en los próximos héroes de mil odas a la batalla para las siguientes generaciones!! ¡¡Sean aquellos que apartaron las diferencias y se unieron contra un único enemigo!! ¡¡Enterremos en el fango el oscuro estandarte de los Templarios! Que sus atrocidades se vuelvan mitos y cuentos para asustar a los niños ¡¡Ellos creen que nuestro destino es la esclavitud y la aniquilación bajo la bendición de su falso dios!! ¡¡Vamos a convertir la libertad como algo más que un sueño y darles un futuro a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos!
Tras ese grito se escucharon ovaciones de todo el fuego oscuro, alzando las armas y deseosos por salir a combatir como una unidad deseosos de gloria, honor y sobre todo libertad. El hombre de la capa negra, fue el que lideró a los esclavos, unió a las tribus y los trajo a pelear por una nación de libertad, usando de estandarte a un ser que es recordado como un dios.
—Se le da bien la oratoria… —admitió Nyx, admirada por el cambio en las facciones.
—Zagreo tiene el don de volver enemigos en amigos. —Natch se consideraba de los pocos que conocía en profundidad al brujo, respetándolo—. En la cultura de los abismales y bestias, por lo general si querías la atención de una tribu, se retaba en batalla al Bramahur, el líder de la comunidad.
» Zagreo tuvo que ensuciarse las manos en muchas ocasiones, pero si le daban la oportunidad de recurrir al dialogo, eso le bastaba, es muy persuasivo. Aquí lo ha demostrado, pudo someternos usando su poder para detener nuestro conflicto y prefirió no hacerlo.
En la euforia resultante del discurso, distrajo a los fuegos oscuros, no percatándose de un nuevo elemento entrando a la barrera.
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